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CAPÍTULO 26

Capítulo dedicado a Jennifer_Pum

AIDEN

Los recuerdos de mi madre cada día se van desvaneciendo.

Antes no era así. Por Mia tenía muy presente quién había sido y cómo era Leticia Walker. Mientras crecía, las preguntas de Mia requerían respuestas más detallistas, y yo me esforzaba por tener todo vívido por ella, para que pudiera sentir la imagen de nuestra madre lo más real posible y no un fantasma.

De cierta manera también me ayudaba a mantener control. Aferrarme al recuerdo de mi madre era el ancla que usaba contra mis ataques de ira, tengo recuerdos vagos de haber practicado con ella ejercicios de respiración y mecanismos para distraerme. Cuando era adolescente me obsesioné por recordarlos con más claridad, pero me di por vencido. Simplemente no recordaba mucho de mi infancia antes de que mamá se embarazara de Mia. Extraño, lo sé, pero me acostumbré a vivir con esa laguna mental.

Observo el cielo nocturno y busco la estrella más cercana a la luna. Mia decía que mamá era esa estrella porque la luna quería ser amiga de la estrella más brillante del cielo. Y vaya que mamá brillaba. Era muy noble, muy atenta a lo que hacía por si necesitaba su ayuda, creativa para contarme historias antes de dormir, divertida e ingeniosa para crear juegos en casa cuando yo no quería salir al exterior. Y su dulzura. Dioses. Esa mujer no dejaba de ser dulce incluso cuando era necesario llamarme la atención. A donde fuera tenía una sonrisa, y yo a veces me preguntaba si le dolía su rostro de tanto sonreír.

Quien hubiera imaginado que un ser tan puro y noble pasaba las noches llorando por haberse enamorado de un monstruo. Era un niño, y sabía lo que Ashton le hacía detrás de la puerta de su habitación, a pesar de que ambos fingían que los gritos y los ruidos habían sido una de mis pesadillas. Por eso nunca me he creído ese amor que tanto profesaba hacia mi madre. Él no es esa clase de monstruos que pueden amar a alguien. No. Él es de esos que poseen y destruyen hasta que te moldean a su beneficio.

—Aquí estabas. —volteo un poco sin apartarme del balcón para ver a Alina parada cerca de la puerta.

—¿Cómo es que eres tan silenciosa? —sonrío.

—Cedric se obsesionó por enseñarme sus técnicas de cacería. —habla, avanzando hacia mí. —Dijo que era muy ruidosa y espantaba a los venados.

Puedo ver en sus ojos que quiere preguntarme lo que me pasa. No he hablado directamente con ella sobre mi pasado antes de llegar a la manada, pero debe saberlo por Ethan, o al menos tiene una idea.

—Ha hecho un buen trabajo entrenándote.

—Si, pero es demasiado gruñón. —rueda los ojos y suelto una carcajada porque sé que esos entrenamientos debieron terminar muchas veces en discusiones. —Creí que estarías en la fogata.

Los jóvenes de la manada tienen la costumbre de hacer sus pequeñas fiestas no muy lejos del campamento del bosque. A veces eso puede descontrolarse por el furor que posee un licántropo adolescente. Debería haber ido a vigilarlos, o alguno de los licántropos no tan mayores, pero que representen una autoridad entre ellos para mantenerlos tranquilos.

—No me sentía con ánimos de separar peleas por quien bebe más hidromiel o quien le quitó su puma a quien. —me encojo de hombros y es su turno de reírse. —¿Y tú? ¿A qué se debe el milagro de verte sola y no acompañada con un chico llamado Paul?

Sus mejillas se sonrojan de inmediato.

Desde que descubrieron que son compañeros no se han separado en ningún momento. Alina es quien supervisa y anima a Paul en sus entrenamientos, y en sus tiempos libres se van al pueblo o al bosque. Normalmente tendría que ser yo el encargado de esas cosas, pero su madre dijo que lo mejor es que lo hiciera ella.

—Se está bañando.

—¿Ustedes...? —dejo divagar la pregunta para no terminarla.

Alina abre los ojos escandalizada y negando frenéticamente.

—¡No! —chilla sonrojándose a más no poder. —Hemos decidido darnos un tiempo. Ya sabes, conocernos antes de... la marca. —carraspea removiéndose en su lugar.

Eso lo sé. Su madre me contó que tenía planeado organizar el ritual para el día de Lugnasad, pero Alina le había para postergarlo.

—¿Y estás bien con eso? —pregunto.

Alina lo piensa un momento y me pongo recto en mi lugar.

—No sé como explicarlo. —empieza— Nunca tuve apuro en conocer a mi compañero, pero empezaron los sueños y la sensación de que debía volver a New Mystery. Me ponía muy nerviosa que podía pasar en cualquier momento. Así que, cuando conocí a Paul pensé: "Bien, por fin terminó esta incertidumbre", y creí que todo sería más fácil. Ya sabes, nos sentiríamos atraídos hasta el punto en que la necesidad por marcarnos sería demasiado que lo haríamos, él lo aceptaría...

—¿Pero?

—Un día Paul y yo estábamos paseando y me contó sobre Mia. Y me di cuenta que era muy importante por ella, y que le dolía lo que estaba pasando. Lo sentí. —sus ojos castaños están puestos en el bosque mientras habla. —Sabes, fue como si me hubiera quitado una venda. Estaba tan enfocada en lo que pensaba que debía suceder que no prestaba atención a lo que él me había dicho en esos días y me sentí horrible por ignorarlo. Y estoy tratando de remediarlo. —se remueve en su sitio.

—¿Él te ha culpado o reclamado algo?

—No, es demasiado considerado para hacerlo. O capaz no le interesa mucho mi opinión. —suspira cruzándose de brazos. —Y tendría sentido. Apenas me conoce. ¿Qué soy yo comparada a su mejor amiga de toda la vida?

No hay celos en su voz ni en su mirada, pero percibo su frustración. Alina ha crecido con la idea de que encontrar el lazo es una relación perfecta, sin problemas, cuando está muy lejos de la realidad. Un claro ejemplo es lo fracturada que está mi propia relación.

—No seas tan dura. Tú misma lo has dicho. Apenas se conocen, deja que el tiempo actúe sobre ustedes. No lo "ignoraste" a propósito, solo que a veces es difícil llegar a notar que alguien está pasando por un mal momento, incluso en relaciones de más tiempo pasa. —la miro significativamente.

—Eso apesta. —masculla.

Sonrío vagamente.

—Lo hace.

—Hablaré con él. —dice en un tono bajo que apenas lo escucho. —Cuando Mia llegue aquí. Creo que Paul no podrá abrirse a mí hasta que no vea con sus propios ojos que ella está a salvo.

—No es el único.

Fuertes y rápidas pisadas acercándose desde atrás hacen que nos volteemos al mismo tiempo para ver de quién se trataba.

Las puertas se abren con fuerza, golpeando la pared y es un milagro que el vidrio que forma parte de estas no se haya roto. Paul aparece de entre la oscuridad únicamente vestido con un pantalón negro, con el torso y los pies desnudos. Nos mira con la respiración agitada y los ojos ligeramente rojos mientras sostiene el celular pegado a su oído. ¿Ha estado llorando?

Mi corazón deja de latir por un momento.

—Paul, ¿Qué sucede? —le pregunta Alina tratando de hallar su mirada mientras acorta la distancia entre ellos.

Paul la mira unos breves segundos antes de volver a mirarme. Siento un peso encima, me siento enfermo. acerca a mí y estira el celular hacia mí. El nombre de Ethan brilla en la pantalla.

«Si son malas noticias no lo toleraré. No podré soportarlo.»

—Puedes hablar. —la voz de Paul falla de una forma que solo alimenta mi angustia.

¿Aiden?

Mi cuerpo instantáneamente se dobla mientras llevo una mano a mi boca para apaciguar un jadeo. Mis ojos se llenan de lágrimas, el aire invade mis pulmones de forma abrumadora y siento calidez en mi corazón. Ahora mismo soy una mezcla de emociones de las cuales no sé diferenciar.

Es ella. Mi hermana.

—Mia. —pronuncio su nombre sintiendo que esto es un sueño.

Jadea y escucho que emite un sollozo. Ambos estamos en la misma situación.

Oh cielos —exclama. La voz de Ethan se hace presente, le dice algo a Mia que no logro entender y ella se aclara la garganta—. Eres tú, en serio eres tú.

Cierro los ojos de alivio.

No he estado en paz desde que me fui de Portland sin ella. Varias veces pensé lo peor. Cada pensamiento era más tormentoso que el otro y solo rogaba que mi madre donde quiera que estuviera, protegiera a mi hermana. Cuando Ethan me dijo que la había encontrado, una parte de mi corazón volvió a la vida, más no era suficiente. No era lo mismo escuchar por otra persona lo que tanto he anhelado, a experimentarlo por mi propia cuenta.

—Sí, pequeña. Soy yo —respondo con una sonrisa. De reojo miro a Paul apoyarse en el balcón con Alina abrazándolo por detrás. Me da una sonrisa genuina, demostrando su felicidad por nosotros.

Mia no deja de llorar al otro lado de la línea. Me deja desconcertando y con la necesidad de poder estar ahí para abrazarla y borrar las lágrimas de su rostro.

No puedo creerlo. No sabes cómo te extraño.

—Pronto estarás conmigo, Mia —respondo asintiendo rápido—. Y prometo que nunca más nos separaremos. Ethan te traerá a New Mystery y...

Entonces es cierto. —susurra— Eres un licántropo como él.

Frunzo el ceño.

Entonces Ethan le dijo todo antes de lo que habíamos acordado. Eso quiere decir, que algo muy malo pasó para que se precipitara a tomar esa decisión. ¿Qué le dijo exactamente? ¿Qué es lo que sabe?

—Mia...

—Quiere que deje Chicago y me vaya con él a New Mystery. —oigo pisadas. Asumo que se está alejando de donde esté para tener privacidad. —Aiden, no sé si quiero irme de aquí.

Claro que no lo sabe.

Apenas a conocido a Ethan y que le pida que abandone su nueva vida para empezar de cero otra vez, no es fácil de asimilar ni de aceptar. Yo tampoco lo habría hecho en su situación.

—Lo sé. Sé que debes tener muchas dudas, pero en estos momentos debes confiar en Ethan, cariño. Él está ahí para ayudarte y hacer que nos reunamos ¿si? Tú confía.

También habló de que somos compañeros. —el silencio de prolonga más de lo necesario. —Y sobre una marca, que dice que si la llevo estaría más protegida.

El celular en mi mano casi se cae, pero lo tomo antes apretando mi mandíbula.

Ese bastardo.

Todavía me cuesta aceptar el hecho de que Ethan está vinculado a mi hermana y me sale con esta mierda en el peor momento.

Sé que la marca es inevitable y debe realizarse por el bien de ambos. Pero el idiota le está lanzando todo sin darle tiempo de procesarlo y eso la llevará a tener más inseguridades.

Cuando lo vea juro patear su estúpido trasero de lobo.

Quiero decirle algo, pero estoy tan molesto que ni siquiera puedo hablar ya que mi mandíbula tiembla de rabia. Él prometió que esperaría, y ha fallado a esa promesa.

Alguien me quita el celular y no tengo que abrir los ojos para saber quién fue.

—Mia, escucha —empieza Paul—. Sé que tienes dudas y miedo. Yo también estuve así los primeros días. Pero no hay nada que temer. Esta gente es buena y vas a tener lo que tanto has querido. Volverás a ver a tu hermano. ¿Recuerdas cuántas veces me dijiste que deseabas eso en tu cumpleaños? Pues ahora tienes la oportunidad. Y sobre los problemas o dudas que todavía no se resuelven pues lo haremos juntos ¿de acuerdo? Si te cuesta confiar en él, entonces aférrate a mi promesa. Podrás empezar tu vida las veces que quieras en distintos lugares.

Cuando me tranquilizo, nos quedamos varios minutos en silencio esperando una respuesta de Mia. Paul ha puesto la llamada en altavoz y solo se escucha su respiración. Ni él ni yo tratamos de hablarle para convencerla. Es ella quien tiene la última palabra.

Tras soltar un poco de aire, responde:

Está bien. —cede— Confío en ti.

Paul sonríe asintiendo.

—Oh, también prometo que no dejaré que cara de culo te marque a menos que tú lo quieras. —dice serio haciendo que la risa de Mia se mezcle con las quejas de Ethan.

Cielos, había echado tanto de menos oír ese sonido.

Es mi turno de sostener el celular mientras Alina abraza a Paul susurrándole palabras de consuelo a los que el rubio no puede resistirse y la abraza por la cintura, apegándola a su pecho.

—Aquí estaremos esperándote, pequeña. Te adoro.

Y yo a ti, Aiden. Los veré muy pronto. —dicho eso, cuelga la llamada.

Le devuelvo su celular a Paul quien me sonríe aliviado sin soltar a Alina.

—Vendrá.

Asiento sonriendo.

—Así es.

Elevo mi mirada al cielo y busco la estrella más brillante cercana a la luna. Al encontrarla, sonrío ampliamente mientras dejo que unas lágrimas corran por mis mejillas.

«Gracias mamá. Prometo no volver a abandonarla.» 


P R E G U N T A S

¿Les gustó el capítulo?

¿Quieren a Aiden? Es uno de mis personajes favoritos porque es demasiado real. Es un chico que no se crío en el mejor ambiente y mucho más complicado con el trastorno que sufre y aún así, siempre estuvo al pendiente de su hermana. 

Muchas le lanzan hate por el hecho de que dejó a Mia, pero deben comprender que no todo es tan sencillo y mucho menos para un adolescente que acaba de pasar por una transformación y vivía con un vampiro. Y eso que les tengo otra sorpresa. 

¿Quieren a Alina? A esta chica también la amo porque es tan comprensiva y llena de energía. 

¿Echaron de menos a Paul?

¿Les gusta la pareja que hacen Alina y Paul? Aún se van conociendo pero yo sé que se enamorarán de ellos. 

¿Se mueren de curiosidad por saber quién es la compañera de Aiden? 

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