Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 16

Unas horas antes.

ETHAN

—¿Tienes todo listo?

Asiento con la cabeza después de cerrar la maletera de mi auto.

—Me tomará un día y medio llegar allá. Quizás menos.

De reojo lo veo cambiar su peso de un lado a otro.

—Nunca ha sido buena con los extraños —comienza. Volteo a verlo —. Tratará de parecer segura, pero ante el más mínimo movimiento se pondrá nerviosa. Tienes que ser cauteloso y...

—Aiden —interrumpo—. Cálmate. Sé lo que debo hacer.

Suelta un suspiro sacudiendo la cabeza.

—Debería ir.

Niego rápidamente.

—Necesito que vayas al pueblo y tengas preparado todo para nuestra llegada. Además, —me acerco— Paul debe ir entrenando. Necesito que esté listo para su transformación.

Veo la lucha interna reflejarse en su mirada. Él necesita ir conmigo a buscar a Mia, quiere explicarle porque nunca volvió por ella. Pero no estamos en la situación ideal para ir juntos. Tenemos otras responsabilidades, y una de esas es el chico que se aproxima a paso precipitado.

Me preparo mentalmente para sus berrinches.

—Antes de que te niegues, te recuerdo que Mia es mi mejor amiga. —empieza —No irás solo a buscarla. Me necesitas.

—No. —contradigo— Lo que necesito es ver que agarres tus cosas y las subas al auto de Aiden en cinco minutos.

Bufa.

—No te conoce. ¿Crees que aceptará irse contigo? Necesitas a alguien de su confianza.

Cierro los ojos pidiendo paciencia a Dagda.

—Yo sé lo que haré y no es tu asunto saberlo. Verás a Mia en el pueblo.

—¿Y cuándo será eso?

—Pronto.

—Di una fecha —insiste.

¿Es que nunca le han puesto un límite a este chico?

—Escúchame bien, Paul. —mi voz es firme y seria. El cambio en mi tono lo toma desprevenido y su seguridad flaquea— No tienes ni idea a los cambios que presentarás ni el riesgo en el que te convertirás. Ahora sientes que estás bien, pero cuando llegue el momento en que el lobo dentro de ti desee salir tendrás que estar listo para controlarlo. Y para lograrlo debes entrenar.

—¿Por qué mejor no eres directo? —escupe— Estás creando excusas para ir solo y ser el héroe.

¿En serio es tan infantil?

—¿Eso crees? —tomo su brazo y lo elevo. El horror destella en sus ojos al ver las garras que han reemplazado sus uñas. —Ni siquiera fuiste consciente. Las emociones de un licántropo son más fuertes e intensas, una pequeña e insignificante pelea podría provocar el mayor de los desastres. ¿Eso quieres? ¿Quieres perder el control frente a Mia?

—Pero...

—Paul —Aiden intercede. El rubio voltea a mirarlo. —Ethan tiene razón. He pasado por lo mismo que tú. No quieres arriesgarte, créeme. Tenemos que irnos.

Suelto su brazo, pero Paul todavía mantiene su mirada fija en sus garras.

—Bien. Iré con Aiden. —anuncia luego de unos segundos. Me mira y señala con el dedo— Igual, lo que estás haciendo es abuso de poder.

Alzo una ceja bufando una sonrisa.

—Si, lo que digas. Ahora súbanse al auto y váyanse.

Aiden le hace un gesto a Paul y sube al asiento conductor.

—Lamento no poder acompañarlos. —me giro. Astartea se acerca, saliendo del interior del hotel con un bolso colgando de su brazo. —Un aquelarre requiere de mis servicios en Manhattan. —me ofrece una mirada de disculpas.

—Descuida. —es claro que no puede renunciar a todos sus debes por ayudarnos. Es la bruja más respetada y sabia en todo el mundo, y siempre va priorizar las solicitudes de su gente. —Espero verte en el Lugnasad.

—Estaré ahí. Además, —sonríe— quiero conocer a tu compañera. —abre sus brazos y me acerco a abrazarla. Ella podrá llevarme milenios, pero siempre la he sentido como una hermana mayor. Nunca olvidaré el apoyo que fue para mi manada y para mí luego de la muerte de mi padre. —Cuídate y también a ella. No eres el único que la está buscando.

Asiento tensando la mandíbula.

—Lo tendré.

Siendo más de medianoche y las calles desiertas, Astarte recita unas palabras en una lengua antigua y un gran hoyo donde una energía se mueve como un remolino. Camina hacia él y este desaparece cuando se adentra al portal, sin dejar rastro de su presencia.

El motor del auto se enciende y me despido de Aiden y Paul. Compartimos una última mirada con Aiden antes de que arranque y se vayan. Entiendo su preocupación. Lo he visto sufrir en silencio por su cargo de culpa. Varias veces ha llorado luego de hablar con Mia por teléfono, otras veces las pesadillas lo atormentaban y debía acompañarlo en sus noches de insomnio. Ser parte de este mundo es difícil, puede ser increíble y maravilloso, pero tiene un lado mucho más siniestro y oscuro. Algunos renuncian a siquiera formar familias por todo el riesgo que se corre.

Con ese pensamiento en mi mente, subo a mi auto. Al asegurarme que tengo todo lo que necesito, pongo en marcha el auto y salgo del estacionamiento del hotel. El corazón parece que saldrá de mi pecho.

Voy por ti, Mia.

***

Cuando un licántropo está cerca de conocer a su lazo, empiezas a soñar el encuentro. Puede haber muchas versiones de dónde será, cómo y cuándo. Nunca llegué a soñar que viajaría más de treinta horas, aunque no me importa en lo absoluto. Sería capaz de ir al otro lado del mundo para verla.

Cuando llego a Chicago ni siquiera me tomo el tiempo de buscar un hotel para dejar mis cosas. Mi cuerpo está agotado por las pocas horas que me detuve en la carretera para dormir, y mi estómago suena rogando por comida. Pero mi deseo por encontrar a Mia es más grande como para decirme a mí mismo que aún puedo resistir. Solo un poco más.

Las calles no son nuevas para mí. Ya había venido a Chicago, pero encontrar un restaurante que cumpla las características del que vi en uno de mis sueños puede resultar todo un problema. Es como encontrar una aguja en un pajar. No logro concentrarme.

Sin embargo, un rayo de esperanza aparece frente a mí.

Lucem Infernalem, demasiado curioso y llamativo el nombre para un restaurante.

Estaciono el auto en el primer espacio disponible y me bajo ignorando los insultos del conductor a quien le quité el lugar. A la mierda, lo mío es más importante. El restaurante está al otro lado de la calle y siento que voy a desfallecer. Tengo el presentimiento que es el lugar correcto. Importándome un rábano que el semáforo esté en verde, cruzo el camino con rayas blancas esquivando y haciendo oídos sordos a los cláxones de los autos que casi me atropellan.

No puedo esperar más.

Me acerco trotando hasta que logro estirar mi brazo para empujar la puerta hacia adentro y entrar al restaurante.

Un intenso aroma a lavanda y frambuesas golpea mis fosas nasales haciendo que mi cuerpo cobre energía. Conozco ese aroma. Solo hay una persona en este mundo quien es dueña de ese dulce aroma mezclado con uno imposible de descifrar.

Mia Walker.

La busco con la mirada, pero no la veo por ningún lado. No puede ser un error. Sé que está aquí y no me iré hasta verla.

Encuentro una mesa desocupada y tomo asiento. Lo que menos deseo en este momento es sentarme, pero es lo que me queda si espero verla. Una mesera pasa por mi lado con prisa y cierto nerviosismo.

—Disculpe. En un momento lo atenderá mi compañera. —habla tan atropelladamente que apenas entiendo lo que dijo. Antes de poder responder, se aleja casi corriendo.

Si que debe estar apurada.

No pasa ni dos minutos cuando el dulce aroma se hace más intenso y próximo a mí. Mi sentido de la audición se pone más sensible y escucho unos suaves pasos acercarse.

—Bienvenido a Lucem Infernalem. ¿En qué puedo servirle?

Levanto la vista y el aire se escapa de mis pulmones.

Es ella.

Me tomo unos segundos para observar su rostro dulce y delicado. Sus labios rosados están ligeramente entreabiertos y sus ojos casi celestes me observan con sorpresa, como si no pudiera creer a quien tiene frente a ella. Hay un cierto nerviosismo y emoción apoderándose de su cuerpo que se evidencia cuando sus mejillas toman un tono rosado. Es hermosa. Igual o superior a la luna.

Sé que no debería hacerlo porque es cruzar límites, pero deseo tanto saber cuál es su impresión de mí, que me tomo el atrevimiento de leer sus pensamientos. Una sonrisa se forma en mi rostro cuando me considera sexy con una sonrisa perfecta que sabe cómo encantar a las chicas.

Si tan solo supieras que eres tú la que provoca esa sonrisa.

AIDEN

—¿Puedo preguntarte algo?

—Ya me parecía raro que estuvieras tanto tiempo en silencio. —respondo observando lo solitaria que está la carretera.

—¿Por qué no volviste? — pregunta. Todo mi cuerpo se tensa. —Eres un licántropo, Aiden. Es decir, pudiste volver por ella y llevártela sin ningún problema.

—No es tan fácil, Paul. —digo, tratando de mantenerme tranquilo.

—¿Por qué? Quiero entenderlo. —dice tranquilo. No parece el mismo chico exigente y exasperante de hace unas horas. —Te doy mi palabra que no te juzgaré.

Lo miro unos segundos y puedo jurar que es como ver a Mia sentada a mi lado. Desde niños han sido inseparables, eran la clase de amigos que nunca veías sin el otro y que compartían una conexión tan fuerte que parecían comunicarse en su propio idioma. Paul no era Mia, pero puedo asegurar que una parte de ella vive en él.

—No volví porque... —trago saliva— sufro de TEI.

Silencio.

—¿Desde... cuándo? —pregunta, sorprendido.

—Desde siempre —respondo—. Solo Tessa, Ashton y mi terapeuta lo sabían. Mia nunca lo supo.

—De acuerdo. —asiente— Eres un licántropo con Trastorno Explosivo Intermitente. Lo entiendo, pero no explica todo. Si ibas a terapia y te medicabas, podías controlado.

—En teoría, sí. Si fuera humano. La medicina humana no funciona en nuestro organismo.

—Aún no entiendo cómo eres un licántropo. —se remueve en el asiento. Por mi parte, me siento relajado por el cambio de tema— ¿Te mordieron?

Suspiro cerrando los ojos. Este chico no se calla nunca. Miro el inmenso bosque que rodea la carretera y la idea de dejarlo aquí es muy tentadora.

—No se sabe con exactitud.

—¿Qué sucedió?

—Es una larga historia.

—Tenemos varias horas por delante.

Suelto un resoplido.

—¿Recuerdas la noche de mi graduación que Mia fue internada? —de reojo veo que asiente. —Fue por Ashton. No entraré en detalles. Estaba furioso y... sabía que si me quedaba las cosas empeorarían. Sin embargo, esa noche fue diferente. El nivel de furia que tenía era abrumador incluso para mí. No recuerdo en qué momento regresé a la casa, cogí mi moto y conduje hasta llegar a las afueras de Moonville.

—¿Moonville? Eso está a cuatro horas. ¿Cómo es posible no recuerdes eso?

—No lo sé —me encojo de hombros—. Cuando me di cuenta donde estaba, detuve la moto y escuché ruidos provenientes del bosque. Luego estos se escucharon más cerca; para cuando quise irme ya era tarde. Un licántropo mestizo se abalanzó sobre la moto y salí disparado al bosque. —detengo el auto a un costado de la carretera. Aquella noche revive en mi mente al punto que siento que se está repitiendo. —Cuando aterricé estaba aturdido. No entendía lo que pasaba y lo que acababa de ver. Al principio, creí que estaba alucinando, pero el lobo se acercaba y era evidente que no era una alucinación. Era real, y estaba aterrado. Creí que moriría.

—Pero sobreviviste.

Asiento.

—Un vampiro que vivía por ahí escuchó el ataque y se enfrentó al lobo. Ni siquiera lo pensé antes de correr, estaba lloviendo, apenas podía ver y sentía que con cada paso que daba me adentraba más al bosque. No importaba, era eso o quedarme y ser atacado. Seguí corriendo hasta que me resbalé y caí por un precipicio, golpeándome la cabeza con las rocas y el suelo por... no sé cuánto tiempo. En un punto el golpe fue tan fuerte que quedé inconsciente. Cuando desperté tenía la ropa hecha trizas y estaba en la casa de Gerouk, el vampiro que me había defendido, me encontró y me llevó para curarme. Resumiendo lo que sucedió después, me contó acerca de los licántropos y que era posible haya sido mordido, así que me quedé con él para que me enseñara cómo sobrevivir a la primera luna llena y manejar mis ataques de ira.

—Siento que lo próximo que vas a decir no será agradable.

—Después de unos días, llamé por primera vez a Tessa para asegurarle que estaba bien. Pero ella quería verme. —bajo mi mirada a mis manos y las froto— Gerouk me dijo que no saliera, pero no hice caso y fui a Portland. Nos reunimos en una cafetería y hablamos, mentí sobre dónde estaba esos días. Luego de dejarla tranquila y despedirnos, me di cuenta que era muy tarde y estaba por anochecer. Cuando volví, Gerouk me esperaba molesto por desobedecerlo. Empezamos a discutir sin darnos cuenta que la luna llena ya había salido.

—Los licántropos en la primera luna llena son salvajes e incontrolables. Si no logran tranquilizarse y tomar el control, pueden lastimar a los que están cerca de ellos. —repite las mismas palabras que Ethan le dijo. Al ver mi mirada y chasquea la lengua. —Joder, ¿tú...?

—Asesiné a Gerouk.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro