—Hola guapo. —El conductor del auto le guiñó el ojo a Hoseok y éste sonrió.

—¿Qué haces por aquí pequeño? —Hoseok dijo apartándose del auto para que el conductor pueda bajar.

—Vine a cargar combustible y a verte a tí. —El conductor le dió un abrazo al pelirrojo amigo de Jimin.

—Que linda sorpresa entonces. —El pelirrojo le dió un suave beso en los labios. —Ven quiero presentarte a alguien.

Ambos se encaminaron a donde se encontraba Jimin.

—Hola... —dijo el pelinegro. —Soy Kim Taehyung.

—Hola, es un gusto, soy Park Jimin. —El peligris le tendió la mano y Taehyung la estrechó con una sonrisa en sus labios.

—Hoseok me ha hablado mucho de ti. —El pelinegro se abrazo a la cintura de Hoseok. —Me alegra que te tenga, eres un buen chico.

—Gracias, debo decir que pareces buena persona, me gustaría conocerte más. —Jimin los miraba con atención, se veían demasiado bien juntos y mucho más por la hermosa sonrisa de su mejor amigo.

—Lo mismo digo.

Jimin pensó que sería bueno dejar a la parejita un momento así que se dirigió al auto para comenzar a cargarle el combustible mientras comía un caramelo. Se apoyó en la pared de la gasolinera esperando a que el tanque se llenara, mientras sentía una profunda mirada posada en él. Se volteó a ver a su amigo pero él estaba muy ocupado besando a su novio o algo así. ¿Quién lo estaba mirando? Su piel se erizó y un frío infernal recorrió su cuerpo, necesitaba un abrigo o desaparecer de allí mismo para dejar de sentirse tan intimidado, le molestaba en cierto punto.

El timbre sonó indicándole que el tanque ya estaba lleno, entonces se metió adentro y agarró la chaqueta de Hoseok que había dejado allí, se sentó detrás del mostrador y espero a que su amigo regresara después de unos minutos.

—¿Por qué entraste? —Dijo el pelirrojo sentándose al lado de Jimin.

—Tenía frío y me sentía incómodo. —Jimin cruzó sus brazos. —Sentía que alguien me miraba y no eran ustedes dos.

—Que raro, no había nadie allí fuera... —Hoseok frunció el entrecejo.

—Tal vez solo fue mi imaginación.

[...]

A la semana siguiente Jimin comenzó a notar que el pueblo se encontraba aún más vacío, las personas se estaban yendo cada vez más dejando a la ciudad en completo abandono.
Antes eran al rededor de cinco mil habitantes, pero ahora quedaban menos de dos mil.
Su rutina se volvía cada vez más aburrida y larga. No veía la hora de irse él también de tan aburrido lugar, ya no soportaba vivir en un pueblo tan pequeño y aburrido, con la mitad de la población y sin nadie con quién hablar a excepción de Hoseok.
Aunque en los últimos días su mejor amigo comenzó a actuar de lo más raro, ya no sonreía tan seguido y su semblante se tornaba más pálido conforme pasaban los días.

—¿Te encuentras bien? —Preguntó Jimin observando cómo su mejor amigo tomaba agua.

—Si... —Respondió mirando a su amigo. —¿Por qué?

—Estás raro... ¿Peleaste con Taehyung? —Preguntó el peligris.

—No, de hecho... Algo raro ha estado ocurriendo. —Hoseok dudaba en decirle a su amigo. —Emm... Es sobre el pueblo, creo saber el por qué de la ida de todos los habitantes.

—Te escucho...—Miró el semblante dudoso de su ahora pálido amigo. —Puedes confiar en mí y lo sabes.

—Bueno, la personas no se están yendo porque si... —El pelirrojo seguía dudando pero decidido le contó a Jimin. —Hay una leyenda urbana sobre el pueblo, encontraron un escrito en la casa de los Choi...

—Continúa... —Ya había pescado la curiosidad de Jimin.

—Cuenta la leyenda de que una familia vivía aquí mucho antes de que el pueblo se fundara, una familia muy inusual, dicen que secuestraban a los pocos habitantes de este pueblo y los asesinaban haciéndo ofrendas al diablo. Cuentan que el pueblo nunca volvió a ser el mismo, debido a las muertes de tantas personas se volvió un lugar frío y triste, aburrido y sin nada interesante. Por eso mismo las personas que nacen aquí luego se van a vivir a otros lugares, para escapar de la aburrida vida que se lleva a cabo aquí.

—Tiene mucho sentido, pero de ser así... ¿En qué casa vivía esa familia? ¿Donde hacían esas ofrendas? —Jimin amaba las leyendas urbanas, las creía a todas y le fascinaban.

—La famila fué echada de aquí tras salir a la luz todos los crímenes que habían cometido, dicen que se mudaron a europa. La casa donde hacían las ofrendas dicen que se encuentra en el medio del bosque, donde es casi imposible de ingresar ya que es posible encontrarse con algún oso o un animal peligroso que no dudaría en atacarte.

—Entonces, ¿Qué tiene que ver esa leyenda con que las personas se estén fugando de aquí?

—En los últimos meses han desaparecido más de quince personas, hay un rumor de que la familia esa regresó y van a vengarse de todos los habitantes de este pueblo. Por miedo todos se están yendo de aquí, no quieren ser las próximas personas ofrendadas al diablo...

—Debe haber algo más... ¿La policía ha dicho algo?

—La policía está enterada pero sabes que no le interesa absolutamente nada, el comisario tiene pensado irse de aquí en tres meses... —Hoseok suspiró.

—Y nosotros nos iremos recién en seis... —Jimin miró a su amigo. —No me gustaría que el lugar donde nací termine en el olvido, sé que ha sido horrible vivir aquí pero... No quiero que termine así.

—¿Y qué piensas hacer? Si la policía no quiere meterse es porque no estamos hablando de un tema común. Es algo serio y si existe esa familia no me gustaría meterme con ella...

—No nos meteremos con la familia, pero podríamos investigar un poco.

El sonido de la puerta los sorprendió a ambos, miraron hacia dónde había entrado un muchacho cabizbajo, con un buzo negro y la capucha tapando su cabeza, dejando solo su mentón, unos finos labios y piel pálida a la vista.

—¿Buenas noches qué va a llevar? —Habló amablemente Jimin.

—Buenas noches... —La voz del muchacho sonaba como una persona de veinte años como mucho. —Necesito cinta adhesiva.

Hoseok abrió los ojos, el muchacho no le daba buena espina, ¿A quién se le ocurría comprar cinta adhesiva a esa hora de la noche?

—Ya se la traigo, aguarde un segundo —Jimin desapareció por la puerta que lo llevaba al depósito dejando a Hoseok y el extraño a solas.

El pelirrojo miraba con algo de miedo al extraño debido a las historias que le había contado a Jimin. Y casi le agarra un infarto al ver que el muchacho se quitaba la capucha y lo miraba fijamente.

—Te ves muy mal. —El extraño de pelo negro sonrió mostrando unos finos colmillos. —Dile a Taehyung que te muerda, no sobrevivirás una semana más.

—¿M-morder? —El pelirrojo estaba más que asustado. —¿A qué te refieres con sobrevivir?

—Tu enfermedad... Te está matando lentamente, si no te muerde Taehyung lo antes posible, morirás... —El extraño se volvió a colocar la capucha —Dile que Jeon Jungkook te habló sobre esto... El sabrá que hacer y tomara la mejor decisión.

Jimin llegó antes de que Hoseok pueda decir algo y le entregó la cinta adhesiva al extraño. Éste pagó y se fue de allí no sin antes mirar con atención al pelirrojo que tiritaba del miedo.

Nota de autor|Esta es una pequeña representación de cómo es Jk en esta historia. Saqué la imagen de pinterest así que los créditos son de su autor.