
C U A T R O
—¿Resistió a la mordida? —Yoongi le preguntaba a su hermano y éste asintió. —Estás enfermo Taehyung, ¿Cómo se te ocurre convertirlo? ¿Sabes lo que significa eso verdad?
—Déjame en paz Yoongi. —Dijo Taehyung furioso. —Nada de esto habría pasado si te hubieras quedado aquí... Pero a ti se te ocurre irte a europa en el momento donde estamos más débiles. Las cosas se me fueron de las manos... Me enamoré Yoongi.
El pelinegro miró a su hermano fijamente tratando de encontrar una pizca de mentira en sus palabras.
—Respeto que te hayas enamorado... Pero sabes las consecuencias que traerá todo ésto. —Yoongi habló con seriedad. —Necesitas llevarlo a que los líderes lo conozcan cuánto antes, no es bueno ocultarles esto.
—Lo haré Yoongi, sólo estoy esperando a que sepa controlar su sed y conozca su poder... Necesito mantenerlo equilibrado. —Taehyung se sentó en el sofá.
—Vaya vaya... —Una tercera persona entró a la sala con ellos. —Mira quién ha regresado.
—Me necesitaban... —Dijo Yoongi manteniendo la firmeza en su voz.
—Teníamos todo bajo control sin tí Yoongi. —El muchacho se sentó al lado de Taehyung.
—Si se nota. — Yoongi dijo con ironía. —Tenían una misión, la cual todavía no han cumplido y solamente han empeorado.
—Y tú te has ido en medio de esa misión Yoongi, éramos un equipo y nos dejaste. —El pelinegro estaba enojado —Casi nos matan buscando a tu protegido.
—Ya no necesito tu ayuda Jungkook. —Yoongi se sentó en el sofá frente al pelinegro y Taehyung. —El viaje a europa me ayudó a conocer los orígenes de mi protegido, encontré unos papeles que me trajeron aquí.
—¿Y quién es? —Dijo Taehyung.
—Resulta que tu querido novio y mi protegido tienen algo en común. —Yoongi sonrió de lado. —Park Jimin, el muchacho que atiende la gasolinera, es la persona que elegí.
—Jimin... ¿A él? Pero... ¿Que tiene él de especial? —Taehyung frunció el entrecejo.
—Él todavía no lo sabe, es mucho más valioso de lo que parece... —Yoongi se paró del asiento y colocó su abrigo.
—¿A donde vas? —Preguntó Jungkook.
—Hace ya tres días que no lo veo, es momento de comenzar a interactuar con él... Después de todo el también formará parte de esta familia muy pronto. —Soltó una carcajada seca y salió de la casa.
[...]
El peligris caminaba apresuradamente por las calles, deseando llegar a la gasolinera donde se sentía seguro. Escondió sus manos en sus bolsillos mientras observaba con atención el camino, la lluvia comenzó a caer empapandolo en cuestión de segundos y haciéndolo soltar un bufido de molestia.
Llegó a la dichosa gasolinera que se había vuelto su hogar puesto a que vivía más allí que en su propia casa, abrió la puerta e ingresó a su lugar de trabajo, se quitó el abrigo empapado y lo dejo sobre una silla detrás del mostrador. Apenas se sentó a esperar, abrieron la puerta de entrada y el peligris levantó la mirada para ver de quién se trataba.
—Buenas tardes Park Jimin. —Dijo el pelinegro llegando a donde él estaba.
—Buenas tardes señor Min. —Jimin lo miraba con detenimiento, el pelinegro ahora estaba algo cambiado, tal vez porque llevaba un abrigo color piel y no estaba con ropa tan oscura. Le resultaba raro que un habitante de tal aburrido pueblo lo salude tan gustosamente y más sabiendo que era la segunda vez que lo veía.
—¿Cómo has estado? —Dijo Yoongi apoyándose en el mostrador.
Jimin lo miró sorprendido, se sentía raro interactuar con alguien que no sea Hoseok.
—Bien, creo...—Jimin rascó su nuca— ¿Buscabas algo? —Respondió con voz un poco fina.
—No, solo venía a verte. —El pelinegro no le quitaba la mirada de encima. —Es que soy nuevo en el pueblo y quería hacer amigos.
¿Amigos? ¿Podría Jimin tener amigos? Esas preguntas pasaban por la mente del peligris que miraba con detenimiento a Yoongi, le alegro en cierto punto saber que alguien lo buscaba para formar alguna amistad.
—Oh, entonces gracias por venir. —Jimin sonrió. —Estoy muy solo aqui y es realmente aburrido.
—Mi casa también es aburrida. —Dijo Yoongi buscando tener cosas en común con el peligris, tenía que ser más cercano a él. —Y como fuiste la primer persona simpática que conocí en este pueblo decidí venir aquí.
—¿Quieres tomar asiento? —Jimin lo invitó y Yoongi con una sonrisa asintió, cruzó el mostrador y se sentó frente a Jimin. —Así que... ¿Cuántos años tienes?
—Tengo veinticinco. —dijo Yoongi. —¿Y tú cuántos años tienes?
—Veintitrés. —dijo Jimin. —¿Por qué te mudaste aqui?
—Es un lindo lugar para tener algo de paz... —dijo Yoongi. —¿No crees?
Jimin negó con la cabeza.
—A veces tener calma no es tener paz. —Jimin cruzó sus brazos. —En este pueblo no encontrarás ninguna de las dos.
Yoongi alzó una ceja, el muchacho era listo, más de lo que creía. Debía tener mucho cuidado con las cosas que decía o hacia puesto a que Jimin era una persona que analizaba todas las situaciones.
—Dime ¿Qué es lo que no te da calma de este lugar? —Yoongi cruzó sus brazos para quedar como Jimin.
—La gente. —Jimin miró por la ventana. —La gente de aquí está haciendo las cosas mal, asustan a los residentes para que se vayan de aquí... Nadie encontrará paz si todos los días están desapareciendo vecinos.
—¿Tú crees en el rumor de los secuestros? —Yoongi veía como Jimin se centraba viendo un punto fijo.
—Por supuesto que lo hago, sé que hay alguien detrás de todo ésto ¿A caso tú no crees?
—Yo creo que alguien les está haciendo una broma, tal vez alguien le dió dinero a las personas de aquí para que se vayan. —Yoongi relamio sus labios, estaba mintiendole al peligris para que se quede tranquilo. Pero lo que realmente ocurría en ese pueblo era aún peor de lo que se podía imaginar.
—No lo creo, aquí las personas son demasiado tacañas, cuesta hacer el dinero... Por eso es que no me quejo. —Jimin miró al pelinegro.
—¿Tienes pensado irte? —Yoongi preguntó.
—En cuanto termine de juntar mi dinero saldré de aquí cuanto antes. —Jimin sonrió y Yoongi le devolvió la sonrisa.
Irse, eso es algo que Yoongi no permitiría.
Nota de autor|Ilustración de referencia, así es la estética en la historia.
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