El peligris corría y corría bajo la luz de la luna en plena calle repleta de oscuridad. Jamás sintió el miedo a flor de piel como lo había sentido en ese momento. Había salido de la gasolinera a las cinco de la mañana, al cruzar la esquina una gran camioneta color negro y polarizada lo comenzó a perseguir. Se sintió desfallecer en ese instante pero trató de mantener la calma, eso fue hasta cuándo vio a dos hombres salir de la camioneta y comenzar a correrlo. Parecía que sus piernas le iban a fallar pero mantuvo la firmeza en sus pasos al comenzar a correr desesperadamente hacia ningún lugar con exactitud.
Soltaba algunos gritos ahogados debido al terror de la situación, tenía a las dos personas tras él alcanzandolo conforme pasaban los segundos Jimin empezó a sentir el cansancio aprisionarlo y su corazón latiendo fuertemente en su pecho.

Se escondió en una oscura esquina detrás de un edificio abandonado, escuchando las pisadas de las personas que querían atraparlo quien sabe por qué motivo.

Con lágrimas en los ojos se tapó la boca para que no escuchen su respiración agitada, cada vez su desesperación aumentaba al sentir los pasos más cerca. Se agachó en el piso tapando sus oídos y cerrando sus ojos.

Una mano se posó en su hombro y su corazón casi se le sale del pecho debido al terror que sentía ahí mismo. Levantó la mirada y se llevó una gran sorpresa.

—Shh. —Dijo la persona agachándose junto a él. —Los he despistado... No es conveniente que hables.

Jimin asintió y con terror aún se abrazo al cuerpo del pelinegro que lo había encontrado allí, ya no se sentía tan solo, es más... En los brazos de Yoongi había encontrado la paz. Pero se preguntaba a si mismo ¿Qué hacía el pelinegro allí?

[...]

—¿Qué hay de tus padres? —Dijo Yoongi entrando a la sala con una taza de té. —¿Amigos? ¿No tienes a nadie?

Jimin tomó la taza que Yoongi le entrego y le dió un sorbo al delicioso té.

—Mis padres me abandonaron y me adoptaron los de mi amigo Hoseok cuando era bebé, cumplí los veinte y decidí mudarme solo. —Dijo Jimin apoyando la taza en la mesa.

—¿Y tu amigo? ¿Que pasó con el? —Yoongi se sentó en el sofá frente a Jimin, en ese momento se encontraban en la casa de Jimin, este lo había invitado a pasar tras haberlo salvado de aquel intento de secuestro.

—El falleció hace unos meses. —Dijo Jimin cabizbajo.

—Lo siento. —Dijo Yoongi. —Entonces se puede decir que estás solo...

—Así es. —Jimin hizo una mueca con sus labios — Por eso quiero irme de aquí, conocer nuevas personas, explorar el mundo...

—Bueno, ahora puedo decirte que voy a acompañarte el tiempo que estés aquí. —Dijo Yoongi mirando al hermoso peligris. —Déjame ser tu amigo, así cuando te vayas, no te irás solo.

—Gracias por todo Yoongi. —Dijo Jimin con una cálida sonrisa. —Gracias por protegerme hoy, realmente estaba muy asustado.

—No agradezcas, me hace feliz haberte podido ayudar. —Yoongi se levantó del sofá. —Pero ahora debo irme.

—Te acompaño hasta la puerta. —Dijo Jimin parándose también caminando juntos hasta la puerta de salida, Yoongi se detuvo allí y Jimin lo miró.

—Mañana pasaré por tí para que vayas a trabajar. —dijo Yoongi. —No quiero que estés solo sabiendo que quisieron secuestrarte.

—Mañana es sábado Yoongi... No tengo trabajo —Dijo Jimin.

—En ese caso, ¿Te gustaría salir mañana? A las afueras de la ciudad, talvez a tomar algo... —Yoongi ofreció guardando sus manos en sus bolsillos.

—¿A las afueras de la ciudad? —A Jimin le agradó la idea. —Me parece bien... Puedes pasar a las tres.

—A las tres estoy aquí entonces. —Ambos se despidieron, Jimin entró a su casa nuevamente y Yoongi se subió al auto en dirección a la casa que compartía con sus hermanos.

[...]

—¿Qué hiciste luego? —Preguntó Taehyung.

—¿Tú qué crees? —Yoongi se acostó en el sofá. —Los maté por supuesto.

—No debes dejar que esté solo Yoongi, están buscándolo y sabes muy bien lo que él vale. —Taehyung oyó un ruido extraño.

—Se ha despertado tu novio... —Dijo Yoongi. —Ve a darle la bienvenida a la familia.

El pelinegro sonrió y Taehyung se giró para luego dirigirse a la habitación.
Habían pasado dos meses desde que Hoseok había sido mordido por él, dos meses los cuales Hoseok había estado dormido.
Taehyung abrió la puerta de a poco encontrándose con su amado sentado en la cama agarrándose la cabeza y luego levantando su mirada hacia el.

—Despertaste...—Dijo Taehyung. —Bienvenido...

—¿Dónde estoy? —Dijo Hoseok con voz ronca. — ¿Qué sucede? M-mi  cuerpo...

—Te contaré desde el inicio, pero debes mantener la calma. —Hoseok asintió y Taehyung se sentó en el borde de la cama para poder hablar con él. —Tenías cáncer terminal, no había nada para hacer más solo esperar tu muerte. Me pareció completamente injusto perderte ahora que encontré el amor de mi vida en tí, yo soy un una persona con la capacidad de salvarte de esa muerte... Así que te mordi, para poder salvar tu vida y que te quedes conmigo, sé que es un acto egoísta pero me negaba a perderte...

—¿A qué te refieres con morder? —Hoseok frunció el entrecejo.

—Hay muchas leyendas sobre nosotros, nos han puesto muchos nombres, uno de ellos es ser categorizados como vampiros... — Hoseok miraba con detenimiento a Taehyung. —Te mordí dándote el don de la inmortalidad, pero condenándote a pasar toda tu vida junto a mí, lo siento tanto...

Taehyung tenía unas inmensas ganas de llorar pero al sentir los brazos de Hoseok rodearlo sintió esa calma que necesitaba.

—Tranquilo... —Susurró Hoseok en su oído. —Ésto está costandote y a mí entenderlo... Ya tendrás tiempo para hablar esto con más calma, ahora quiero que me ayudes a calmar está sed que llevo dentro... Es una tortura...

—¿Tienes sed? —Hoseok asintió. —Acompáñame...

Taehyung ayudó a Hoseok a levantarse de la cama con sumo cuidado, ambos comenzaron a caminar por un largo pasillo en la enorme casa que compartían, Hoseok seguía a Taehyung y se detuvieron frente a una gran puerta.

—¿Sientes el aroma? —Preguntó Taehyung y vió como las pupilas de Hoseok se dilataban ansioso por entrar a la habitación — Es la primera vez que beberás sangre y no es humana, tenemos prohibido beberla...

—¿Entonces de qué es? —Preguntó Hoseok.

—Es sangre de gacela. —Taehyung abrió la puerta e ingresó para tomar un recipiente pequeño y llenarlo de  la sangre que había en el depósito. —Mis hermanos la consiguen.

—Ah, mis colmillos duelen. — Dijo Hoseok apretando los dientes.

—Es normal al principio. —Taehyung le dió el pequeño recipiente con sangre a Hoseok. —Bebelo, te sentirás mejor.

Hoseok tomó el pequeño recipiente y lo llevo a su boca, tragando el líquido rojo que había allí en menos de diez segundos, su sed se había ido pero sentía que no podría calmarla mucho tiempo.

—Ahora si, te invito a que conozcas a mis hermanos para que podamos hablar contigo y explicarte todo con detalles... — Taehyung tomó la mano del pelirrojo y este entrelazó sus dedos encaminandose hacia la salida.