Capítulo 1.
¿Cómo terminó así? No lo sabe, en ocasiones suele pensar que tal vez y sólo tal vez, sí su padre hubiese sido otro, no estaría en esas circunstancias. No es como sí lo odiara, de cierta forma es todo lo contrario, podría hablar de él como la persona a la cual más ha amado. Sin embargo, toda su inocencia lo llevó hasta lo que es el día de hoy o mejor dicho... A lo que queda de él.
一Han, es tiempo que salgas. 一habló con dulzura un chico de cabellos grisáceos, mientras abría la puerta del camerino donde se encontraba el nombrado.
一Sí, ya voy, Felix. Sólo espera, me estoy retocando un poco el maquillaje. 一respondió de vuelta, con una sonrisa.
一Hey, déjame ayudarte. 一tomó la brocha gruesa y comenzó a darle forma a su rostro con esos brillos, que le hacían ver su piel aún más de porcelana, para mostrarlo más angelical al público.
一Felix-ssi.
一¿Sí? Dime, cielo. 一trató de no mostrarse preocupado, a pesar que el humor de su compañero empezó a cambiar de un momento a otro.
一Ya no quiero hacer esto. 一dijo con un nudo en la garganta, sus ojos amenazaban con dejar unas cuantas lágrimas.
一Entonces ya no lo hagas, cielo. 一dejó de maquillar su rostro para darle un fuerte abrazo, su amigo necesitaba apoyo y él no dudaría en brindárselo.
一¿Pero quién alimentará a Rose? Mi pequeña hermana... 一sin más, las lágrimas comenzaron a descender de su rostro一. Lix, ¿Cómo pagaré la deuda de mi padre? Y-Yo... No sé qué hacer ya, no lo soporto más.
一Shh... Calma, pequeño, todo se resolverá, ya verás.
一P-Pero... 一decía entre hipidos.
一No digas más, yo no puedo hacer mucho por ti ahora, pero lo que sí puedo hacer es que no trabajes hoy, ¿Vale?
一Lix, pero tú... Mi trabajo... No lo puedo dejar, tengo que pagar una cuota por-
一No te preocupes por eso, ¿De acuerdo? Recuerda quién es el dueño de este lugar, God's Menu no sería nada sin mí. 一limpió las lágrimas que seguían descendiendo sobre su mejilla y le ofreció una sonrisa一. Y sin más pero, eh.
一Está bien, hoy tan sólo quisiera dormir.
一Bueno, abusa de mi buen humor y ten la noche libre que te estoy dando. Ve a descansar, no tienes porqué seguir aquí, ¿Estamos?
一Sí, y Lix... 一agregó, parándose en la puerta antes de salir del camerino.
一Dime.
一Gracias.
一Cielo, no me des las gracias y sólo disfruta la noche, tu hermana te espera. 一hizo un ademán para que se fuera.
Jisung salió, no sin antes ofrecerle una última sonrisa a uno de sus mejores amigos, uno que conocía su cruel verdad. Le daba ánimos en todo momento, el que siempre lo ha respaldado y la única persona que sabe que no le fallaría por nada del mundo.
Algunas personas piensan que los hermanos sólo son de sangre y que un lazo como tal no puede ser compartido con alguien más, pero Jisung estaba consciente de cuán equivocadas podían ser las personas, ya que él consideraba no sólo a Felix como su mejor amigo, sino como un hermano más con el cual podría contar siempre y agradecía aquello.
Han Jisung, a sus diecisiete años todo le parecía ser un pozo negro sin fondo. No sabía qué cosa era peor que otra para alguien de su edad que sólo debería importarle sí alguna de sus ropas combinaban bien con otras, sí esta no se encontraba pasada de moda o ser un poco rebelde con todos... Él tenía demasiadas cosas, que quizás pensar en algo como lo anterior le sonaba ridículo para sí mismo.
一¿Qué voy a hacer? Dios, ayúdame, por favor. 一miró al cielo con nostalgia, preguntándose sí había alguien allá arriba que le escuchara.
Sin darse cuenta, por primera vez en su vida pedía ayuda en un momento desesperado. Por primera vez en un buen tiempo, se dirigía hacia arriba y no con el afán de maldecir, sino con agonía, pidiendo clemencia alguna y ayuda, sí era posible. Por primera vez en un largo tiempo, Dios escuchaba aquel deseo pedido desde el fondo de su corazón y como buen padre, él se lo daría a su hijo, aunque no fuera de la forma que quizás el otro desearía.
Dio media vuelta para retomar el camino hacia su casa, cuando sintió cómo chocó con el cuerpo de otra persona y perdía el equilibrio. Creyó ver cómo las estrellas darían vueltas alrededor de su cabeza, sin embargo, lo único que podía sentir en ese momento es cómo unos brazos lo sostenían.
一Hey, ¿Te quedarás todo el tiempo en esta posición? 一habló el tipo frente a él.
Sintió cómo la sangre subía a sus mejillas de la vergüenza de estar en los brazos de un desconocido, quiso salir corriendo en ese preciso momento, aunque aquello sonara estúpido, dado el hecho que ni siquiera era capaz de moverse y salir de un tipo abrazo que ejercía la otra persona. Le sonaba a odisea.
一Y-Yo... 一decía entre tartamudeos, logrando apenas salir con movimientos torpes de esos brazos一. Perdóname, lo siento, lo golpeé por andar distraído. 一hizo una reverencia hacia aquella voz.
一Está bien, no te preocupes. En realidad me siento más culpable que tú, creo que por mi culpa casi caes al no verme y sí no te hubiera atrapado... 一le restó importancia con una sonrisa, zanjando el tema一. Levanta tu rostro, anda, no voy a...
Y sus palabras las sintió atoradas cuando tomó el mentón de la otra persona para que pudieran hablar frente a frente. Lee Minho一mejor conocido por sus amigos como Lee Know一, después de tanto tiempo, se quedó sin aliento frente a alguien. En lo poco que su cabeza logró progresar con trabajo, se le viene a la mente «ángel». Así es, hermoso como uno era el contrario.
一Me llamo Lee Minho, pero puedes decirme Lee Know. 一se presentó, quitando su mano del mentón ajeno一. ¿Cuál es el tuyo?
一Han Jisung, pero puedes decirme Jisung. 一respondió con una sonrisa.
Cuando levantó el rostro hacia la otra persona, lo supo. Él era el indicado, la persona que le entregaría todo. En sus ojos sólo vio bondad, amor y posiblemente su paz, ¿O quizás sólo fue el reflejo de lo que sus deseos pedían a gritos y no encontraba en nadie? No lo sabe, pero espera probar varias hipótesis en ello.
一¿Te apetece tomar un café, tal vez? 一dijo, mientras salía de su ensimismamiento y lo seguía observando.
一Claro, ¿Porqué no?
一Bueno, conozco uno por acá. ¿Vamos?
一Sí, vamos... ¿Lee Know? 一le cuestionó, sonriente.
一Sí, lo sé, un apodo poco convencional. Mis amigos siempre juegan con eso.
Y así sin más, como sí el destino los hubiera unido, ambas partes se fueron conociendo poco a poco. Claro, omitiendo algunos detalles entre los dos; como que uno era un gran heredero y el otro trabajaba como un prostituto en un bar llamado God's Menu. Fue mágico el momento en que se conocieron, que no tardaron mucho en hacerse grandes amigos y supieran más cosas del otro, y conforme pasó el tiempo, se hicieron inseparables. Todo parecía como viento en popa, u más o menos eso creían.
ㅤㅤㅤㅤㅤ
一Lee Know, hoy no podré ir a tu casa, tengo cosas que hacer. 一mencionó Jisung, frente a la cámara frontal de su celular.
一Vamos, Jisung, nos vamos a divertir. Compré algunos videojuegos. 一por dentro, Minho rogaba para que su pequeño amigo aceptara. Quiso reírse cuando Jisung mencionó «ir a tu casa», como sí el departamento a medio amueblar y que compró en una residencia de clase promedia tan sólo días después que el menor dijera que quería ir a conocer su casa, fuera su casa real.
一Lo siento, cariño, pero no puedo. 一gracias a la cámara frontal, pudo darse cuenta cómo su amigo se sonrojaba con el apodo; adoraba esos gestos de él. Tan lindo, fue lo primero que surcó su mente.
一Vale, amor, cuídate. Llamaré a algunos amigos para no sentirme solo. 一hizo un puchero.
一Vale, adiós. Besos.
一Besos. 一decía, mientras hacía un ademán de uno.
La llamada fue terminada en ese instante por ambas partes. Jisung no sabía explicar cómo se sentía en ese momento, apenas llevaba seis meses hablando con Lee Know y ya sentía que lo conocía de toda la vida, después de aquella invitación en la cafetería, los dos habían intercambiado números, prometiendo hablarse luego y así lo hicieron. En la primera semana nunca paraban de hablar de cualquier tontería, bueno, hasta que él terminaba la conversación diciendo que tenía que ir a su trabajo, aunque el mayor nunca supiera a qué se dedicaba realmente, él siempre le deseaba ánimos.
Y vaya que se lo agradecía, porque lo único que lo seguía manteniendo de pie一aparte de su hermana一era su querido amigo.
Durante los meses después, se siguieron encontrando en la misma cafetería en la cual se conocieron como una forma de costumbre y Jisung adoraba ese tiempo que pasaba con el mayor, le hacía sentir libre, sin sentimientos negativos ni nada que le molestara, pero la vida es cruel y él debía regresar a la realidad tarde o temprano y estaba consciente de eso.
Mensaje entrante: Recuerda que hoy hay que pagar la cuota, no llegues tarde.
Mensaje enviado: Por supuesto que no, ya tengo el dinero. Se lo entregaré al jefe.
Mensaje entrante: Más te vale, o sino recuerda de lo que somos capaces.
Quiso llorar, gritar y convertirse en polvo, aunque claramente no pudiera. ¿Que sí lo sabía? Claro que sabía de qué eran capaces, toda su vida se lo repetía a sí mismo y no había nada que pudiera cambiar con respecto a ello.
Revisó su celular y eran las 09:30PM, aún tenía tiempo, se dijo. Alistó sus cosas en la maleta y se dirigió a God's Menu, le mandó un mensaje a Felix para hacerle saber que llegaría pronto, luego mandó otro mensaje a su niñera para que cuidara bien de su pequeña hermana Rose. Se había despedido de la nena hacía no más de cinco minutos y ya sentía que la extrañaba, por alguna rara razón hoy su corazón parecía afligido, esperaba que no fuera nada malo, porque los problemas ya eran demasiados y no necesitaba agregar otro a la larga lista.
一Que bueno que ya llegaste, hoy tenemos unos invitados muy especiales. 一le habló Felix, mientras se retocaba el maquillaje frente al espejo del camerino y se acomodaba su traje negro recién comprado de Italia.
一Ah... Sí. 一contestó, sin muchos ánimos.
一Mhm, más te vale estar de ánimos, porque sí le gustas a ellos, es posible que no debas trabajar por tres meses más para pagar unas diez cuotas y hasta te puedes conseguir un trabajo decente, así que pórtate bien. 一dijo, capturando su atención con un apretón en el hombro.
一¿Es en serio, Lix? 一preguntó con un poco de temor el menor, esperando que su hermano no estuviera jugando con sus sentimientos.
一Así es, sabes que no jugaría con algo así. 一Felix habló serio, casi creía que había leído su mente一. Lo que menos deseo es verte destruido cada día más, por eso haz tu mayor esfuerzo esta noche, para que puedas tener una vida normal en menos de un año.
一Trataré, hermano.
一Vale, esa actitud me gusta. Ahora ve allá y haz que se fijen en ti. 一le animó.
一Por supuesto.
一Pero sobre todo... Cuídate. 一dijo, acariciando su mejilla一. Hermano. 一se despidió de él con un beso en dicha zona.
Le dio las gracias a Felix, no sabría qué hacer sin él. Porque sino fuera por él, no hubiera sido posible ni siquiera pagar una sola cuota de las que le pedían aquellas personas. Esperaba que ese sentimiento que tenía en su interior sólo fuese un presentimiento de que su vida iba a cambiar, pero para mejor... O al menos eso es lo que quería creer.
ㅤㅤㅤㅤㅤ
一¿Estás listo, cielo? —preguntó Felix desde la puerta, igual que siempre.
一Sí, ya voy. 一arregló su ropa y se dispuso a salir a escena.
Hoy mi vida cambiaría, se dijo y sería para mejor, pero sus sueños se vieron destruidos cuando observó aquellos ojos que se iban llenando de lujuria, mientras más tiempo lo veía bailar.
一Igual a todos... 一susurró para sí mismo.
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