veintinueve.
· • —– ٠ En el pasado ٠ —– • ·
Jimin y Jungkook llegaron al hospital ansiosos por recibir la confirmación de la buena salud de Jimin. Al entrar, fueron recibidos por la amable sonrisa de la enfermera, quien los guió hasta el consultorio del Doctor Soo.
—Por favor, siéntense, en un momento está con ustedes el doctor —indicó la enfermera, mientras preparaba los expedientes sobre el escritorio.
Jimin se sentó en la camilla, con Jungkook a su lado, tomándole la mano, ambos nerviosos. La puerta se abrió y el doctor entró con una sonrisa.
—Buenos días. ¿Cómo se encuentran el día de hoy?
—Muy bien, gracias, aunque algo nervioso realmente —confesó Jimin, sonriendo.
—Entiendo, es normal, después de todo hoy es un día importante. —el hombre de bata blanca tomó los expedientes que dejó la enfermera sobre su escritorio y los revisó para luego dirigirse a Jimin.
—Jimin, tus análisis muestran un progreso excelente, se nota que has seguido todas las indicaciones al pie de la letra, te felicito por tu gran esfuerzo. —dijo—. Por ende tu salud ha mejorado significativamente, lo que quiere decir que ya no necesitas tratamiento.
Jungkook sonrió, aliviado.
—¿Eso significa que ya puede hacer sus actividades normales? —preguntó.
—Absolutamente —afirmó el doctor—. Jimin ya puede reanudar su vida normal, sin restricciones, tienes el alta.
Jimin se rió, emocionado.
—¡Estupendo! Estoy tan agradecido, de verdad, muchas gracias doctor.
El doctor sonrió.
—Tú y tu bebé ya están saludables y fuertes. Ahora solo necesitas cuidarte y disfrutar de este momento.
Jungkook abrazó a Jimin, besándolo en la mejilla.
—Estoy tan orgulloso de ti —susurró.
—Los dos están listos para esta nueva etapa. Recuerden, siempre están aquí para cualquier consulta o inquietud, espero verlos pronto, pero ahora para ayudar a traer al mundo a ese bebé. —les dio una cálida sonrisa.
Al salir del consultorio, Jimin y Jungkook se miraron, sonriendo.
—Estamos listos para esto —dijo el rubio, emocionado.
—Juntos —agregó Jungkook, tomándole la mano—. Siempre juntos.
Un año después.
El sonido de la copa contra una cuchara llamó la atención de todas las personas en aquel salón. Llevaron su mirada hacia uno de los anfitriones.
—Damas y caballeros, primero que todo les agradezco su presencia en este día tan importante. —brindó una gran sonrisa—. Algunos de ustedes recordaran lo que sucedió hace un año, lamento mucho haberlos dejado con sus vestidos y trajes elegantes en la mano. —dijo sacándole a todos una pequeña risilla—. Pero como vieron, ahora las cosas resultaron diferentes, en realidad, ahora todo es diferente.
Jungkook ladeó su cabeza y miró a su hermoso esposo, con quien entrelazó su mano y se dedicaron una dulce sonrisa.
—Quisiera dedicarle unas palabras a mi hermoso esposo, Park Jimin. —entonó, y entonces el rubio se levantó de su lugar con una sonrisa en el rostro e hizo una reverencia mientras los demás aplaudían—. Me gustaría comenzar diciendo que, por si no se han dado cuenta lo amo de una manera inimaginable. Jimin es una alma dulce, bondadosa, es inteligente, en algunas partes sensible y sobre todo hermoso, lo que me ha llevado a preguntarme múltiples veces ¿cómo es que un joven tan bello como él está con una persona como yo? La manera en que comenzó todo esto fue algo de lo que sin duda me arrepiento, porqué me hubiera gustado invitarlo a cenar, tener tiempo de calidad, tomarlo de la mano, besarlo, abrazarlo, hacerlo sentir amado, y por suerte, luego de lo que sucedió hace un año lo hice, lo invité a cenar, le di tiempo de calidad para sanar junto a él, le tomé de la mano, lo bese, lo abracé y lo hice sentir amado.
»Toda mi vida viví creyendo que nunca iba a llegar a este punto, casado y siendo padre de una hermosa niña, pero cuando conocí verdaderamente a Jimin la idea era una ilusión que deseaba cumplir, nadie más logró hacerme sentir tantas cosas como él, él es único e inigualable, no importa si estuve con alguien más antes, él logró que decidiera envejecer a su lado, que me dedicara a amar y ser amado, a formar una familia y a trabajar duro cada día para hacerlo feliz.
Jimin ajustó más su agarre entre sus manos, y lo miró con una sonrisa y los ojos brillantes apunto de romperse en llanto por aquella nobles y dulces palabras.
—Jimin, amor —Jungkook lo miró—. Nunca dudes que mi amor solo te pertenece a ti, tal vez pude haber fallado en el pasado, pero luego de este tiempo veo claro y puedo decirte con toda sinceridad que te amo, te amo más que a mi propia vida, agradezco el día en que te conocí y volví a conocerte, tú y mi bebé son mi motor, mi vida entera, son simplemente mi todo. Te amo.
—Y yo a ti, también te amo. —Jimin respondió ya entre lágrimas, y entre las mismas beso los labios de su esposo con nostalgia.
Esta escena logró llegar a los corazones de los invitados, algunos soltaron una que otra lágrima y otros aplaudieron con una sonrisa.
—¡Por los novios! —alzó su copa Jihyo haciendo un brindis.
—¡Por los novios! —todos los demás la siguieron y alzaron sus copas a su salud.
Finalmente, habían encontrado la sanación que tanto anhelaban. Las almas de Jungkook y Jimin ahora descansaban en paz, liberadas del peso del pasado. El año anterior había sido un camino difícil y sinuoso, lleno de desafíos que habían puesto a prueba su amor y resiliencia.
Juntos, habían enfrentado la terapia para superar las heridas emocionales de Jungkook, trabajando incansablemente para cerrar las brechas del pasado. Al mismo tiempo, habían luchado por la salud de Jimin, navegando por los altibajos de su embarazo y el posterior nacimiento de su precioso bebé.
Sin embargo, el proceso no había estado exento de recaídas emocionales, momentos de duda y temor que habían amenazado con desestabilizar su relación. Pero en cada ocasión, habían encontrado la fuerza para levantarse, sostenerse mutuamente y seguir adelante.
Ahora, con la perspectiva del tiempo, podían ver que cada obstáculo había sido una oportunidad para crecer, fortalecer su vínculo y descubrir la profundidad de su amor. Lucharon lado a lado por su amor, se hicieron cada vez más fuertes en el proceso y lograron curar la herida, minimizándola a solo una insignificante cicatriz.
Tiempo después, cuando la paz y la serenidad habían vuelto a sus vidas, Jimin y Jungkook decidieron dar el paso más importante de su relación: casarse. Sin presiones, sin miedos, sin contratos que los unieran. Solo ellos dos, listos para unirse en amor y compromiso.
La ceremonia fue íntima y emotiva, rodeados de familiares y amigos cercanos. La felicidad era palpable en el aire, y todos celebraban la unión de la pareja. La boda fue un evento esperado por muchos, y los medios no se quedaron atrás. Noticieros, portadas y encabezados se llenaron de la noticia:
"Jimin y Jungkook, la pareja que más nos hizo emocionar y sobre todo esperar, finalmente se casa".
Pero en medio de todo el revuelo, ellos se mantuvieron enfocados en lo que realmente importaba: su amor y su familia. Protegieron con cuidado la imagen de su pequeña, aún recién nacida, y mantuvieron su vida privada alejada de los reflectores. Querían preservar la inocencia y la tranquilidad de su bebé.
La pareja sonreía, radiante de felicidad, sabiendo que habían superado los obstáculos del pasado. El malo había llegado a su fin, y lo bueno apenas estaba comenzando. Un nuevo capítulo en sus vidas, lleno de promesas y esperanzas.
La puerta de la suite se abrió, Jungkook entró con Jimin en sus brazos ambos riendo y dándose uno que otro beso. El paraíso tropical que los hospedaría durante su luna de miel los tenía entusiasmados, la pasión surgió desde el primer momento.
—Con cuidado, no dejes que me caiga —dijo entre risas Jimin.
—No te preocupes, jamás dejaría que te sucedería nada —Jungkook dejó el equipaje a un lado y con su pie empujó la puerta para cerrarla, para luego dirigirse a la habitación.
Jeon dejó sobre la cama a su esposo y enseguida se acostó a su lado tomándolo por la cintura para entonces besarlo con vehemencia y deseo. La ropa comenzó a desaparecer poco a poco durante las caricias, la luna estaba llena y las únicas luces en la habitación eran las múltiples velas aromáticas que estaban en esta.
Jungkook llevó su mano lentamente hasta el vientre de Jimin, paró un momento al recordar cuando ya hacía ahí su bebé y sintió un poco de nostalgia.
—¿Recuerdas cuando Diana estaba aquí? —le preguntó con una sonrisa a lo que Jimin asintió—. Tenemos una hermosa familia mi amor, finalmente estamos casados, por dios realmente pasamos por mucho, pero ya estamos aquí juntos.
—Y no sabes lo que me emociona, esto se siente como un sueño del que nunca quiero despertar —volvió a besarlo.
El azabache recorrió el cuello del rubio con su lengua haciéndolo soltar uno que otro jadeo, al tiempo daba algunas embestidas estimulando sus miembros los cuales estaban ansioso rozándose entre sí.
—Hey —Jimin tomó el rostro de Jungkook y lo miró con una ladina sonrisa—. Jefe, pero si esto solo era una propuesta laboral.
—Pues terminó siendo lo mejor que me haya sucediendo en la vida —sus labios nuevamente se juntaron y la pasión los controlo por toda la noche.
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