siete.
· • —– ٠ Promesa ٠ —– • ·
Tras el grito de Jimin, Jungkook y el sirviente se separaron de inmediato. Sin embargo, Jungkook no mostró señales de culpa o nerviosismo. En su lugar, exhaló un suspiro pesado y comenzó a abotonarse su camisa abierta.
—Vete —le ordenó Jungkook al sirviente, quien salió corriendo precipitadamente, sin importarle que sus pantalones se resbalaran por sus piernas.
Jungkook se volvió hacia Jimin, su expresión tranquila
—Ah, Park. ¿Qué haces aquí? No te pedí que vinieras.
—No ya veo que no —contestó, su voz llena de sarcasmo, su corazón aún latiendo con rabia y dolor—. ¡Porque al parecer estaba demasiado ocupado besando a otro hombre!
—Eso es algo que no debías de ver, y te pido que mantengas discreción o lo pueden despedir, y eso sería algo malo también para nosotros.
Jimin se sintió enfermo. Jungkook estaba actuando como si no hubiera nada malo en lo que había hecho.
—¿Así que no le importa que lo haya visto besando a otro hombre? ¿Cuanto tiene haciendo esto con él? —quiso saber.
Jungkook suspiró y se pasó la mano por el cabello, mirando a Jimin con una expresión de frustración.
—Park, no es lo que crees. No es nada serio, ese chico acepto cuando le pregunté si quería tener un rato, y solamente sucedió. Y además, ¿por qué te portas así? Recuerda que nuestro matrimonio es un arreglo, no un romance. No deberías esperar lealtad ni amor de mi parte.
Jimin se sintió como todo un estúpido. Jungkook tenía razón, su matrimonio era un arreglo conveniente para ambos, pero eso no significaba que no pudiera sentir dolor o traición, luego del momento que pasaron hace unos instantes.
—Sí, lo sé —respondió, su voz llena de tristeza—. Pero eso no significa que no pueda sentirme... es decir, que no pueda esperar un poco de respeto de su parte.
Jungkook se acercó a Jimin, mirándolo con el rostro inexpresivo.
—Lo siento, Park. No quise que vieras eso. —dijo de forma condescendiente—. Pero debes entender que no puedo cambiar quién soy por nuestro matrimonio. No puedo fingir sentimientos que no tengo.
Jimin se alejó de Jungkook, su corazón roto en mil pedazos.
—No le pido que finja sentimientos. Solo le pido que seas honesto conmigo. Y que respete nuestro acuerdo —hablo con cierta firmeza, tratando de dar una imagen fuerte, contraria a como realmente se sentía.
Jungkook frunció el ceño, su voz llena de frustración—. Park, no entiendes. ¿Qué es lo que pides? ¿Fidelidad? Ya te lo dije nuestro matrimonio es un arreglo, no un romance. No podemos esperar que funcione como una relación normal.
Jimin se rió, una risa amarga.
—No no podemos. Pero eso no significa que no podamos tener un poco de respeto el uno por el otro, o respeto por su familia y donde vive. Eso no significa que no podamos ser considerados.
Jungkook se encogió de hombros, su voz llena de indiferencia—. No sé qué quieres que te diga, Park. No tenemos una relación, pero te respeto. ¿No es suficiente?.
Jimin sacudió la cabeza, su corazón roto en mil pedazos—. No, no es suficiente. Y lo que pasó hace un rato...
—Lo que pasó hace un rato solo fue parte del objetivo que buscamos —lo corrigió rápidamente—. ¿Ya no recuerdas lo que hablamos cuando trabajábamos? Mi familia quería ver una muestra de cariño entre nosotros y eso les dimos, solo callamos las sospechas, nada más —aclaró.
—¿Entonces el beso...? ¿Fue solo una actuación para tu familia? —quiso saber, mirándolo con una pizca de esperanza.
—Cielos, ¿acaso tú...? Por eso mismo cree la regla de involucrar sentimientos, creí que estabas de acuerdo y trabajamos en conjunto pero al parecer ya comenzaste a hacer ilusiones, malditasea —soltó, con un suspiro lleno de frustración.
Jimin bajó la mirada, afligido y confundido. Era verdad, se estaba comenzando a ilusionar. ¿Y cómo no hacerlo? Con esa actuación digna de un Oscar que estaba interpretando Jungkook, su jefe, al que admiraba y por quien sentía algo en silencio.
—Yo supuse que... —comenzó Jimin, su voz temblando.
—La razón por la que el ser humano sufre, es por suponer —espetó Jeon, de forma fría y distante—. Si aceptaste este convenio pensando en que tal vez podría haber un nosotros, entonces es mejor que se acabe ahora. Tampoco soy tan hijo de puta como para hacerte sufrir, Park.
—¿Qué? —Jimin volvió a mirarlo sorprendido.
—Así es, también me veré en la lamentablemente situación de despedirte de la empresa, no puedo continuar trabajando con alguien que tiene sentimientos por mí.
—No, jefe, espere —lo sujetó del brazo y lo miró angustiado a los ojos—. No puedo perder mi empleo, también necesito el dinero porque les prometí a mis padres remodelar su florería —le dio una mirada socorra—. Jefe, por favor, deme otra oportunidad.
—No cruces la línea, Park —jaló su brazo, soltándose de su agarre—. Si quieres continuar con esto debes apegarte a las reglas del contrato, y no sentirte herido por cosas como estas. Yo soy una persona que aunque no llevo relaciones sentimentales, me gusta satisfacer mis deseos sexuales, lo cual es normal en el ser humano, así que... ¿estás dispuesto?.
—¿Qué... qué quiere que haga? —Jimin bajo la cabeza, rindiéndose.
—Quiero que te comportes como un adulto profesional, Park —Jungkook se encogió de hombros—. Quiero que te des cuenta de que esto es solo un arreglo, y que no debes tomarlo personalmente. ¿Puedes hacer eso?.
—Trabajaré arduamente, jefe. Lamento tanto las molestia que pude dar con mi actitud impulsiva e imprudente, de ahora en adelante haré lo que me pida. Me comportaré como un adulto y no tomaré nada personalmente. —afirmó aún con la mirada gacha y voz débil, en una actitud forzadamente profesional.
Jungkook asintió gustoso, como si esperara esa respuesta.
—Excelente. ¿Mañana tenemos una reunión familiar, no es así? Tus padres vienen a visitarnos y queremos hacer una buena impresión.
Jimin se sintió como si hubiera sido golpeado en el estómago. Sabía que esta reunión sería un desafío para él, especialmente después de lo que había pasado.
—¿Hay algo en especial que quiera que haga? —Jimin preguntó, esperando que no fuera algo demasiado complicado.
—Desde luego que las muestras de afecto están prohibidas desde hoy —ordenó, con una sonrisa fría—. Queremos presentar una imagen unida y feliz. Quiero que te vistas adecuadamente y te comportes a la altura, no quiero errores o pueden volver a sospechar.
Jimin se sintió como si hubiera sido congelado en el tiempo. Sabía que esta reunión sería un desafío para él, pero también sabía que tenía que hacerlo. Tenía que mantener su empleo y cumplir con su promesa a sus padres.
—Entiendo, haré todo correctamente, jefe —respondió—. Me vestiré adecuadamente y me comportaré impecable.
Jungkook asintió, como si estuviera satisfecho con la respuesta de Jimin.
—Excelente. Entonces, eso es todo por hoy. Ya puedes irte.
Jimin hizo una reverencia y salió del despacho, cerrando la puerta detrás de él. Una vez afuera, se permitió sentir la punzada dolorosa en el pecho. No podía creer lo ingenuo e inocente que había sido, pensando que el beso que se dieron podría significar algo más. Pero era solo una actuación, una parte de la obra que Jungkook había planeado.
Se sintió como un tonto por haber pensado que podría haber algo romántico entre ellos. Y ahora, con la vida libertina de Jungkook, todo se complicaba aún más. Pero no podía hacer nada más que aceptarlo. Si su matrimonio fuera natural, ya habría terminado con todo, pero como no lo era, debía callar y borrar cualquier sentimiento hacia Jeon Jungkook antes de que fuera demasiado tarde.
—No me puedo enamorar de él, no eso no puede pasar. —se dijo a sí mismo, como una orden o tal vez como una súplica.
No podía permitirse sentir algo por alguien que solo lo veía como un objeto, un medio para alcanzar sus fines. No podía pedirle más explicaciones, solo podía seguir adelante, sin dejar que sus sentimientos lo traicionaran.
Respiró profundamente y se dirigió a su habitación, decidido a olvidar lo que había pasado y a seguir con su vida como si nada hubiera sucedido. Pero la imagen de Jungkook y su sonrisa y esos ojos brillantes con los que lo había mirado antes de besarlo seguían grabados en su mente, recordándole que iba a ser difícil matar esos sentimientos que tenía por él.
Jimin se lanzó a abrazar a sus padres, quienes habían llegado a la sala de estar gracias al mayordomo que los escoltó.
—¡Papá, mamá, llegaron! Estoy tan feliz de verlos, los extrañaba demasiado.
—Y nosotros a ti, hijo. ¿Cómo has estado? —su padre respondió con una sonrisa.
Jimin se separó de ellos—. Bien, bien. Solo un poco ocupado con el trabajo y las cargas del compromiso —les explicó.
—Cariño, he estado tan impaciente por conocer a tu prometido, supuse que sería un hombre tan común como nosotros, pero jamás me imaginé que sería un empresario adinerado y menos tu jefe —mencionó su madre impresionada.
—Lamento no haberles dicho detalles, preferí que verlos para contarles todo con más calma... pero siéntense, les traeré algo de beber y en un momento baja la familia de mi prometido, son personas realmente dulces, ya van a...
Justo entonces, los Jeon hicieron acto de presencia y saludaron educadamente con una sonrisa y una reverencia.
—Señores Park, sean bienvenidos, es un placer recibirlos en nuestro hogar. Mi nombre es Jeon Jihyo, y esta es mi familia —saludó con una brillante y hermosa sonrisa.
Los Park también respondieron con una reverencia y una sonrisa, tan dulce y parecía al de su hijo.
—El placer es nuestro, gracias por recibirnos, su hogar es hermoso y acogedor —respondió el señor Park.
El ceño de Jimin se frunció con confusión al mirar alrededor y notar que alguien hacía falta, la persona más importante en esa situación: su "prometido" Jungkook. Hizo una mueca, volvió a echar otro vistazo, esta vez hacia las escaleras, pero no había señal de él. Su corazón comenzó a latir con inquietud. ¿Dónde podría estar? ¿Por qué no había bajado aún?.
Fue inevitable que la tía Hesu no notara la preocupación del muchacho, así que se acercó a él y le murmuró mientras los demás seguían con las presentaciones.
—Jimin, cariño, ¿estás bien? Pareces un poco preocupado —señaló con una sonrisa suave.
Jimin se esforzó por sonreír y responder.
—Sí, estoy bien. Solo un poco... nervioso, supongo —pero su mirada seguía vagando hacia las escaleras, esperando ver a Jungkook aparecer en cualquier momento.
La tía Hesu también notó la ausencia de Jungkook.
—¿Dónde está Jungkook, Jimin? ¿No debería estar aquí con nosotros? —le preguntó con curiosidad.
El chico se encogió de hombros, tratando de parecer indiferente—. No lo sé, tía. Supongo que debe estar... ocupado en algo —su voz no sonaba muy convincente—. Iré a ver. Al parecer, mi prometido está teniendo algunos problemas para bajar, iré a revisar si todo está bien, ya regreso. —aviso.
Se retiró apresurado y tocó la puerta de la habitación de Jungkook antes de entrar. Y cuando entró, lo encontró sentado en la cama, sumido en su trabajo. La cama estaba llena de papeles y documentos esparcidos por todos lados, y Jungkook estaba concentrado en su laptop, con una expresión de intensa concentración. Jimin se detuvo en la puerta, sorprendido al verlo trabajando en lugar de estar con quienes serían sus suegros. ¿Acaso con ellos no iba a montar su obra de teatro?
—¿Jefe? ¿Qué estás haciendo? —preguntó, tratando de contener su sorpresa y confusión.
Jungkook levantó la mirada, pareciendo distraído por un momento antes de enfocarse en su secretario.
—Park ¿no deberías estar con tus padres? —preguntó.
Jimin se acercó a la cama, sintiendo una mezcla de emociones: preocupación, confusión y un poco de frustración. ¿Trabajo? ¿Ahora? ¿Con sus padres abajo?.
—¿Usted está... trabajando? ¿En este momento? —preguntó, tratando de entender la situación.
—Así es, me llamaron esta mañana de la oficina pidiendo que revisara algunos documentos importantes. Es por eso que vuelvo a preguntarte ¿no deberías estar allá abajo atendiendo a tus padres? —volvió a preguntarle, despreocupado.
—¿Debería? Querrá decir, deberíamos —lo corrigió—. Jefe debe bajar al menos a saludarlos y a presentarse como lo está haciendo su familia, después de todo es mi prometido, han venido para conocerlo.
—Ahora no tengo tiempo —contesto secamente continuando con su trabajo en la computadora.
—¿Disculpe?.
—Diles que esta vez me tendrán que disculpar, pero tengo mucho trabajo que hacer. ¿Acaso no escuchaste lo que te dije ahora? Esto es muy importante.
—Pero... —Jimin apretó su mano en un puño, su pulso se agitó vertiginosamente, su ceño se frunció y le hirvió la sangre, estaba completamente enfadado—. ¡No voy a permitir que te comportes así de irrespetuoso con mis padres! —exclamó, su voz firme y autoritaria. Jungkook inmediatamente lo miró, sorprendido por la reacción.
—¿Qué dijiste? —dejó la computadora sobre la cama y se acercó al rubio, su tono de voz bajo y desafiante—. ¿Acaso acabas de gritarme, Park?
Jimin se mantuvo firme, sin flaquear.
—Lo hice —afirmó—. No puedo permitir que se comporte de esta manera con mis padres. Creí que tenías buenos modales.
—Los tengo —aseguró Jungkook, su mirada intensa.
—Compruébelo —lo desafió, mirándolo a los ojos sin miedo—. Lo que está haciendo me parece desagradable. Puede comportarse indiferente conmigo, pero con ellos no. Son las personas más importantes en mi vida, así que le pido que recuerdes esos modales de los que habla.
Jungkook se quedó sin palabras, impresionado por la firmeza y confianza de Jimin. Nunca lo había visto así, defendiendo a sus seres queridos con tanta pasión.
—Creo que tienes razón —aceptó finalmente—. Enseguida bajo.
—Prefiero que baje conmigo ahora —espetó Jimin, su rostro sonrojado—. Y espero que también actúe perfectamente, tal como lo hizo ayer cuando me beso.
Jungkook se sorprendió por la solicitud de Jimin, pero simplemente asintió con la cabeza, estoico como siempre.
—Es lo que marca el contrato ¿no es así? Entonces hagámoslos. —se puso de pie junto a Jimin, y le tendió su brazo para que lo sujetara, y el rubio lo miró con una mezcla de emociones en su rostro.
—A-Andando entonces —trago saliva, nervioso mientras se colgaba del brazo de su jefe.
Mientras bajaban las escaleras, Jungkook no pudo evitar preguntarse qué había cambiado en Jimin. Ayer, había sido tan sumiso y temeroso, pero ahora parecía haber encontrado una nueva confianza en sí mismo.
Al llegar a la sala de estar, los señores Park los miraron con expectación. Ambos jóvenes llevaba dibujada una sonrisa en el rostro. Entonces Jungkook se acercó a ellos y se disculpó por su tardanza.
—Lamento mucho la demora, estaba solucionando algunos asuntos importantes del trabajo —hizo una reverencia—. Es un gusto conocerles, mi nombre es Jeon Jungkook y voy a ser el hombre con quien se casé su hijo.
Jimin lo observó, satisfecho de ver que Jungkook estaba actuando con la cortesía y respeto que esperaba. Pero también notó que Jungkook parecía un poco distante, como si estuviera escondiendo algo.
—El gusto es todo nuestro, Jungkook, nos hacía ilusión finalmente conocerte —la madre de Jimin le respondió con una sonrisa igual a la de su esposo, mirando al pelinegro con detenimiento.
—¿Por qué no vienen a sentarse? —la tía Hesu les señaló sus lugares y tomaron asiento.
—Estábamos hablando sobre la preboda, y todos concordamos en que sería un placer realizarla en nuestra residencia en la playa —les hizo saber Jihyo, emocionada.
Pero al parecer Jungkook no estuvo de acuerdo con esta idea.
—¿Cómo? ¿En la casa de la playa? —se vio afectado y un poco sorprendido, al parecer esa casa guardaba algún recuerdo amargo o tal vez significativo—. ¿Por qué lo decidieron así?.
—Es un lugar hermoso, y además tiene un salón grande donde podemos realizar la fiesta. La verdadera pregunta aquí es ¿por qué no, hermano? —formuló Jihyo con el ceño fruncido.
—¿Jihyo acaso olvidaste que...? —empezó a decir Jungkook, pero el señor Jeon interrumpió rápidamente, sospechándolo de algo que no debía mencionarse en la conversación—. ¿Ya hay una fecha para tal evento? —preguntó, cambiando de tema—. Enviaré servidumbre para que limpien las habitaciones y podamos relajarnos ahí luego de la fiesta. Yo estaré encantado de recibirlos en mi hogar.
—Es usted muy gentil, señor Jeon —respondió el padre de Jimin, haciendo una reverencia con la cabeza—. Por nuestra parte, podemos hacernos cargo de todos los arreglos florales que se necesiten, tanto de la preboda como de la boda, nosotros somos dueños de una florería, así que no hay problema —agregó.
—Es realmente emocionante comenzar a planificar todo, si es así con la preboda, no me imagino cómo será con la boda —dijo Jihyo, mirando a Jimin—. Cuñado, si necesitas ayuda para los preparativos, yo estaré encantada de ayudarte. ¿Has pensado en algo?
Todos lo miraron y el rubio se puso algo nervioso. No se había puesto a pensar cómo planificar la boda de su matrimonio falso, pues no había ninguna emoción en hacer tal cosa y menos en llegar al altar.
—Uhm, creo que no estamos adelantando, ¿no lo creen? Apenas nos acabamos de comprometer y el invierno aún es lejano —respondió.
—El tiempo se va volando, cariño, en cuanto menos lo esperes, ya estarás parado en el altar, a punto de desposar a nuestro Jungkook —acotó la tía Hesu con una cálida sonrisa.
Jimin solo asintió con la cabeza gacha, sin saber exactamente qué decir. En otra situación hubiera estado igual de emocionado, e incluso hubiera participado más en aquellos preparativos, pero simplemente... no había ninguna emoción, y en el fondo, deseo que fuera diferente.
De pronto Jungkook se levantó de la mesa, visiblemente incómodo, y se disculpo para salir un momento. Jimin se preocupo y decidió seguirlo.
—¿Jefe, espere? —lo llamo, siguiéndolo hasta la terraza del jardín.
Jungkook se detuvo y se volvió hacia él, con una mirada intensa.
—¿Qué pasa, Park? —pregunto, su voz baja y seria.
—No sé, parece... molesto —replicó, estudiando su rostro.
Jungkook suspiro y se pasó una mano por el cabello.
—Es solo... la casa de la playa —confesó, su voz llena de emociones reprimidas—. Hay recuerdos allí que no quiero revivir, esa casa guarda cosas muy significativas para mí y a ellos parece no importarles.
Jimin se acerco a él, con una expresión comprensiva.
—Lo siento... no sabía.
Jungkook lo miro, y por un momento, Jimin vio algo en sus ojos que no pudo descifrar. Luego, Jungkook se volvió mirando hacia el jardín tras un suspiro pesado, Jimin se quedó mirandolo, sintiendo una mezcla de confusión y preocupación. ¿Qué había pasado en la casa de la playa? ¿Por qué reaccionaba de esa manera?
—¿Quiere que hablemos sobre...?
Justo en ese momento, escuchó una voz familiar. La mamá de Jimin llegó a donde ellos estaban, con una sonrisa en el rostro.
—Hola, perdonen solo me alarme por la repentina retirada ¿está todo en orden? —les preguntó.
—Si mamá todo lo está, solo necesitábamos un momento para hablar a solas —respondió su hijo con una sonrisa, para tranquilizarla.
—Que bueno, entonces aprovechando que vine —se acercó a Jungkook—. Necesito hablar contigo un momento ¿podemos? —pidió, ignorando la tensión en el aire.
Jungkook se volvió hacia ella, con una expresión seria.
—Sí, señora Park ¿qué pasa?
Jimin se sintió confundido y un poco asustado. ¿Qué quería su madre con Jungkook? ¿Por qué parecía tan serio?
—¿Mamá, qué pasa? ¿Todo está bien? —quiso saber, tratando de intervenir.
Su madre asintió despreocupandolo.
—Si cariño, no te preocupes, solo deseo darle esa charla de madre sobre protectora, ya sabes.
Jungkook frunció el ceño, visiblemente incómodo, miró a Jimin quien sintió una creciente sensación de confusión y preocupación.
—Jimin hijo ¿podrías dejarnos hablar en privado? Por favor —pidió, a lo que el rubio asintió un tanto inseguro y se fue.
—Dígame señora Park ¿que desea hablar conmigo? —preguntó Jungkook, con una voz preocupada.
—Desde luego que de mi hijo —miro al joven a los ojos—. Dime Jungkook ¿realmente quieres casarte con mi hijo? —le preguntó sorprendiéndolo con su pregunta.
[...]
Jimin volvió adentro, todavía preocupado por la conversación entre su madre y Jungkook. Pero antes de que pudiera llegar a la sala de estar donde estaban todos, el padre de Jungkook lo interceptó.
—¡Jimin! ¡Un momento, por favor! —lo llamó, con una voz firme pero amable.
Jimin se detuvo y se volvió hacia él.
—¿Sí, señor Jeon? —sonrió, tratando de disimular su nerviosismo.
El señor Jeon lo miró con una expresión seria.
—Quiero hablar contigo sobre algo importante, Jimin —dijo, con una voz baja.
Jimin se sintió cada vez más confundido. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué todos parecían tener algo de que hablar en ese momento?
—Claro, dígame ¿qué es, señor Jeon? —se interesó, tratando de mantener la calma.
—Vamos a hablar en privado —ordenó, y se condujeron hasta la biblioteca.
Jimin se sintió como si estuviera en medio de una tormenta, sin saber qué estaba pasando ni qué iba a suceder después.
—¿Por qué escogiste a mi hijo Jimin? Entre tantos hombres ¿por que él? Es decir, no tiene la mejor actitud, ni tampoco una personalidad favorecedora, además de que dudo que él haya dado el primer paso, Jungkook es un hombre con un egoísmo excepcional. —formuló mirándolo fijamente.
—Porque... —trago saliva, sus manos comenzaron a su sudar debido al nerviosismo—. Bueno... Jungkook si puede llegar hacer una persona bastante difícil, pero pienso que... si es tratado de una forma suave él contestara de la misma manera, yo puedo confirmarlo. —recordó cuando habló con él esa noche cuando trabajan, la calma en su mirada y la suavidad en su voz—. Si, él es egoísta, pero pienso solo es un escudo que aveces puede bajar, tal vez tenga un pasado que lo atormenta y por eso tiene esa actitud. Pero él es un hombre dedicado, fuerte y sobre todo inteligente, es un estupendo hijo y también... amante.
Jimin se sorprendido así mismo hablando desde su corazón, jamás creyó verse hablando de esa forma de su jefe antipático y gruño, pero ahí estaba, aún sin pasar tanto tiempo con él pudo decir aquello con suma sinceridad.
—Ya veo —el hombre sonrió, satisfecho—. Entonces creo que mi hijo va a casarse con un chico que además de tener un corazón inmenso lo acepta tal cual es, eso me alegra y tranquiliza demasiado.
—Así es señor, conozco los defectos de su hijo y aún así acepte casarme con él, porque es parte del amor aceptar los defectos de tú pareja. —acotó regresándole la sonrisa.
—Gracias Jimin, realmente Jungkook hizo una maravillosa elección —tomo del hombro al muchacho y le sonrió con orgullo, lo cual lo hizo sentir bien.
[...]
—¿Por qué pregunta tal cosa, señora Park? —contesto Jungkook nervioso.
—Bueno, te percibo algo desinteresado, además de que me sorprendió que no nos recibirás junto a mi hijo, cualquier otro hubiera recibido a sus futuros suegros con emoción. —lo miró con ojos de detective.
Jungkook se sintió un poco intimidado.
—Lamento haber dado esa impresión, no fue mi intención.
—Se que no. Solo quiero saber si realmente amas tanto a mi hijo como para estar el resto de tú vidas con él —volvió a preguntarle—. El matrimonio no es un juego muchacho y mucho menos los sentimientos de la persona con la que te vas a casar —espetó—. Así que nuevamente te pregunto Jungkook ¿realmente quieres casarte con mi hijo?.
—Pero claro que me quiero casar con él señora Park —trago saliva.
—¿Por qué?.
—Bueno...
—Cuando amas a una persona incondicionalmente deseas estar el resto de tú vida con esa persona, sientes como si fuera la mitad que te hace falta, como si fuera el propio aire que respiras ¿tu sientes eso por Jimin? —quiso saber, y Jungkook aún no le daba una respuesta concisa—. Solo quiero que mi hijo tenga una vida feliz ¿puedes darle eso? ¿Tengo que preocuparme?
—No, por supuesto que no señora Park.
—¿Estás seguro?.
—¿Por qué no puede creer en mis palabras?.
—Porque soy madre, Jungkook. Es natural que me preocupe por el bienestar de mi hijo, y que ponga en duda tus palabras hasta que no las vea reflejadas en acciones. —explicó—. Veo que... a ti te hizo falta eso, ya que tú madre no está aquí.
—Ella partió hace ya unos cuantos años —contó, con cierta nostalgia—. Fue duro, pero creo que todos debemos saber afrontar eso.
—Así es, afrontar más no ocultar cariño —lentamente tomó de la mejilla al joven y lo miró con preocupación—. Se que perder es difícil, pero debes saber como superar eso ¿mi hijo te inspira confianza para que te acompañe en ese camino?.
—No lo se, podría ser.
—Te diré algo, hijo —le sonrío—. Jimin es un joven con un corazón de oro y un excepcional bondad, así que si buscas algo de eso en él, sin dudas lo encontrarás, solo no lo apartes, ni lo hagas sufrir, él es la persona correcta, y no lo digo solo por que es mi hijo, sino porque yo lo crié de esa manera... él, si así lo quieres, será el hombro en el que puedas llorar y la mano en la que te puedas apoyar.
Jungkook creyó en sus palabras, ya que eran completamente reales, Jimin era de esa forma y lo confirmó al tener esa pequeña charla de ayer con él, y también por la actitud que había tomado hoy.
Jimin era sin duda un joven de cualidades hermosas y admirables.
—¿Puedes prometerme algo, Jungkook? —le preguntó.
—Claro.
—Prométeme que no harás sufrir a mi pequeño, que en él encontrarás a tu compañero de vida y que en algún momento lograras dejarlo entrar en tu corazón, de verdad.
Los ojos de Jungkook se abrieron un poco de más ¿acaso la mujer había descubierto algo? ¿Había visto algo en él?. No sabía que contestar, no sabía si podría cumplir esa promesa.
Lo pensó por unos cuantos segundos tomando en cuenta toda la platica, y los momentos que había compartido con Jimin.
Entonces sin más le contesto:
—Se lo prometo, señora Park.
[...]
—Es una lástima que no puedan quedarse a cenar, pero cuando gusten pueden venir, las puertas de esta casa siempre estarán abiertas para ustedes —les dijo Hesu sonriendo con su esposo abrazándola por los hombros.
—Muchas gracias por su hospitalidad, realmente fue una visita sumamente agradable —los señores Park hicieron una reverencia.
—Papá, mamá ojalá pudieran quedarse un poco más, pero lamentablemente mañana tengo que volver a Seúl y seguir trabajando —mencionó Jimin triste.
—Creo que el trabajo disminuirá, supongo que esos son los beneficios de casarte con tu jefe. —bromeó guiñándole el ojo, cambiando su cara larga por una sonrisa—. Por favor disfruten este tiempo que les queda de noviazgo, diviértanse conociéndose. Y cariño llámanos y mantennos al tanto ¿si? —lo tomó de la mejilla y le sonrió—. Nos veremos de nuevo en la preboda.
—Entonces hasta ese día, y desde luego que estaré en contacto. —Jimin también sonrió con cierta nostalgia—. Los amo, regresen con cuidado.
—Igualmente aunque se que te dejo en buenas manos —miro al chico pelinegro detrás de su hijo—. Jungkook, ven un momento —lo llamo y esté se acercó, prontamente lo tomó de las manos y Jimin se sorprendió al ver esta confianza entre ellos.
—¿Si, señora Park?.
—Como le dije a mi hijo, disfruten este tiempo de noviazgo que les queda, salgan más, conózcase más a profundidad... para que cuando recuerden su noviazgo lo recuerden de una manera pacífica y feliz ¿está bien?.
—Así será —Jungkook le contesto con una leve sonrisa.
—Bien, entonces nos vamos. Adiós queridos, manténganse sanos.
—Adiós mamá, adiós papá.
—Señor Park, señora Park —Jungkook hizo una reverencia, luego ambos mayores se retiraron.
Jimin salió para ver el auto de sus padres irse y cuando lo perdió de vista regresó adentro y hacia su habitación para preparar su maleta, pero de pronto Jungkook lo detuvo.
—Jimin, quiero hablarte.
—Lo escuchó —el rubio volteó a verlo.
—Al regresar al Seúl, trae tus cosas a mi casa. De ahora en adelante vivirás conmigo. —le hizo saber, lo que tomó completamente por sorpresa al rubio.
—Irme a vivir... ¿con usted?.
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