Extra 3.
· • —–٠ El profesor ٠ —– • ·
—Así que diez años, incluso decirlo sinceramente me hace sentir un poco viejo. —Jimin río en voz baja llevando su mano hacia su rostro levemente sonrojado, ante la vista del hombre de piel morena frente a él.
—Para nada. —negó Namjoon dibujado en su rostro también una sonrisa haciendo aparecer sus característicos coquetos hoyuelos—. Déjame volver a decirte que, incluso después de diez años no has cambiado en lo absoluto.
—Somos humanos, Namjoon, todos cambiamos con el paso de los años. —inquirió—. No solo física, sino también mentalmente, es imposible no cambiar, o en este caso envejecer.
—Ante mis ojos Jimin, tú aún sigues siendo el mismo joven hermoso, dulce y gentil que conocí en mis tiempos de universitario, juro que no miento. —replicó Kim para luego alargar su mano para tomar su taza de café y darle un sorbo fijándose en el rostro del contrario.
Park se vio nervioso, y también un poco incómodo ante su declaración.
Carraspeó—. Si, tal vez frente a diferentes ojos te ves de una manera diferente, eso tiene un poco de sentido. —desvió la mirada y cruzó sus piernas listo para cambiar a otro tema.
—Cambiando de tema —dijo Namjoon—. Es bueno que nos hayamos tomado un momento para charlar, después de todo no nos hemos visto en diez años y ambos tenemos agendas apretadas.
—Supongo que si. —respondió Jimin—. Tengo curiosidad.
—¿Sobre qué?.
—¿Realmente no sabias que Diana era mi hija o solo fingías demencia?.
—Bueno digamos que tenia una leve sospecha, cuando pronuncie su apellido al pasar lista enseguida me vino a la mente tú esposo, Jungkook, pero en realidad él no es el único Jeon que existe en Corea, así que solo lo olvidé. —explicó—. Así que en teoría no sabía.
—Entiendo. —soltó un leve suspiro Jimin para luego sorber de su propia taza de café con leche.
—Yo también tengo curiosidad sobre algo. —dijo.
—En este momento soy todo oídos. —contestó con una sonrisa el rubio dejando la taza en la mesa.
—En realidad siempre tuve curiosidad sobre esto. —pensó por un momento dejando confundido al otro—. Hablando más del pasado...
—Namjoon no creo que hablar del pasado sea conveniente, supuse que todo lo que había sucedido en el pasado se había quedado allí, en el pasado. —inquirió Park mirándolo a los ojos.
—¿Realmente te parece tan inadecuado hablar sobre el pasado? —frunció el ceño el moreno afligido.
—Si, si el pasado es lamentable.
—¿Lo fue para ti?.
—En cierta parte. —el rubio comenzó hablar rápido nervioso—. Empezando con que rompí tú corazón siendo tú aún muy joven lo cual creo represarías en mi en ese momento por haber sido la causa de tú primer desdicha amorosa y...
—Jimin —Namjoon buscó sus ojos, y los conectó con los suyos para tranquilizarlo junto a una cálida sonrisa—. No debiste a verte mortificado por ello, aunque te mentiría si te dijera que en ese momento no dolió como el carajo —espeto.
—Si eso ayuda demasiado, gracias. —le dijo sarcásticamente.
—Pero ese tipo de cosas suelen suceder, además yo fui quien por mi inmadurez me aferré a algo que solo estaba en mi mente, tú siempre estuviste enamorado de Jungkook y yo me obligaba a creer lo contrario —mencionó sincerándose—. No te preocupes, yo aprendí y eso es bueno.
—Lo lamentó.
—No te disculpes joder, tú no hiciste nada más que ser fiel a tus sentimientos y eso es respetable, al final te casaste con quien realmente amabas y tuviste una hija hermosa, por favor no te disculpes.
Jimin finalmente sonrió levemente volviendo a mirarlo.
—Haz madurado.
—Tú lo has dicho, todos cambiamos, o en mi caso, crecemos. —le devolvió la sonrisa.
En diagonal a ellos, en otra mesa, una persona incógnita los apunto con la cámara de su celular y capturo una foto de ellos sin su consentimiento, la cual enseguida fue puesta en un mensaje de texto.
—Creo que esto no le va a gustar al presidente Jeon Jungkook. —luego de pulsar la pantalla la imagen fue mandada con la dirección de correo del hombre ya mencionado.
—Señores por favor, recuperen sus sentimos. —habló la cabeza de la corporación llamando la atención de todos enseguida—. ¿Han perdido la razón? Eso nos llevaría a la ruina, debemos pensar en grande, pensar en la exportación global, que el producto sea parte de la canasta básica.
—Pero señor ¿cómo vamos hacer eso? No podemos hacerlo con esa simpleza de sus palabras, se necesitan hacer muchos movimientos y...
—¿Y no lo pueden hacer? —enarcó una de sus cejas, imponente—. Somos una empresa millonaria, y podríamos ser multimillonaria si nos lo proponemos, solo se necesita seguridad e inteligencia. —su celular de pronto vibró dentro de su bolsillo llamando su atención—. Discútanlo.
Sacó su celular, entró al mensaje que mostró en sus recientes notificaciones y en un segundo la expresión de su rostro cambio drásticamente, ahora estaba un tanto confundido y realmente molesto.
—La junta se terminó —dijo de pronto, todos callaron confundidos al escucharlo.
—¿Qué? Pero señor...
—¡Pero nada! —exclamó, él de verdad estaba furioso y fue notable para todos—. Me tengo que retirar, es decir tengo que volver a mi hogar con urgencia. ¡Yejun! —llamó a su secretario quien se encontraba de pie detrás de él.
—A sus órdenes presidente Jeon. —respondió avanzando hacia él.
—Compra el primer vuelo a Seúl enseguida, tengo que volver por algunos... inconvenientes. —se levantó de su asiento, tomó su saco y se lo puso para luego salir de la mesa.
—¡Señor! ¿Se va tan pronto? Aún necesitamos de su presencia mañana en la conferencia para hablar sobre los temas faltantes.
—Apuesto que mi equipo de trabajo puede hablar de esos temas y dar una excusa de mi ausencia por si solos, claro si mi equipo es competente desde luego. Me retiro. —dijo y luego finalmente salió de la sala apresurado con su secretario detrás de él.
[...]
—Vaya se ha hecho muy tarde, al parecer no estábamos muy pendientes de la hora. —señaló Jimin mirado el ventanal frente a él viendo el atardecer caer.
—Nuestra plática estaba siendo tan amena que al parecer si, ni siquiera nos dimos cuenta de la hora que era. —replicó Namjoon—. Perdóname por quitarte todo este tiempo, ser Director de una empresa seguro es un trabajo muy ocupado, y yo simplemente te robo casi todo un día, creo que lo más razonable es dejarte ir.
—Oh no por favor no digas eso, en realidad hoy es el día que menos tengo trabajo. —mintió, en realidad apagó su celular y seguramente al prenderlo tendría mil problemas de la empresa que tiene que solucionar.
—Aún así, seguro tú hija también te necesita. —Namjoon fue el primero el levantarse del la mesa, después Jimin lo siguió—. ¿Quieres que te lleve o...?
—Está bien, mi chofer está afuera, no te preocupes te lo agradezco.
—Bien, entonces solo déjame llevarte hasta la puerta de tú auto.
Dicho esto la cuenta fue pagada y luego ambos salieron del establecimiento, Namjoon lo acompaño hasta donde Jackson estaba aparcado.
—Fue una linda velada, me alegro verte de nuevo y enterarme de cómo ha ido tu vida, y de verdad me alegra que bien. —Jimin le sonrió con suma dulzura.
—Si, lo mismo siento, estoy feliz por ti y por todo lo que has logrado, por favor en el futuro sigamos en contacto. —pidió Namjoon copiado su sonrisa.
—Eres el profesor de mi hija, desde luego que seguiremos en contacto. No andes solo por allí, siempre ve acompañado y con cuidado.
—Por suerte no estoy solo —dijo, la sonrisa del contrario se borro y apareció una expresión de sorpresa—. No lo dije por que no sabia cómo decirlo, pero, estoy en una relación desde hace un año, es un chico que conocí cuando estaba haciendo mi servicio comunitario, su nombre es Kim Seokjin, es una persona hermosa tanto por dentro como por fuera y realmente me gustaría que lo conocieras algún día, claro si tú quieres —espeto.
—Pe-Pero claro que si, Namjoon eso es asombroso me alegro mucho por ti, vaya lo hubieras mencionado antes —volvió a sonreír feliz Jimin—. Ojalá él te haga muy feliz por siempre, les deseo lo mejor en serio.
—Gracias Jimin.
—No hay de que. —soltó un suspiro—. Bien, ahora me tengo que ir, fue un buen día, adiós Kim Namjoon.
—Hasta luego Jeon Jimin.
Sin nada más que agregar, ambos estrecharon sus manos, se sonrieron por una última vez y luego Jimin subió a su auto y arrancó perdiéndose entre los demás por la avenida. Namjoon lo siguió hasta que lo perdió de vista y luego de un suspiro, él también se fue.
[...]
—¡Diana cariño, mamá está en casa! —aviso Jimin en voz alta al entrar a su hogar entregándole sus pertenencias al mayordomo a quien noto un poco serio o asustando—. Hyun ¿está todo bien?.
—Tal vez le gustaría ir a la sala de estar. —le respondió intranquilo.
—Hyun ¿qué está sucediendo? ¿Se trata de Diana? ¿Ella está bien? —cuestionó comenzando a preocuparse.
—Por supuesto que la niña Diana está bien, ella ahora duerme tranquilamente en su habitación, no hay por qué preocuparse, pero si debería ir a la sala de estar. —respondió.
Jimin frunció el ceño y luego rápidamente se dirigió hacia la sala de estar para averiguar por qué debía ir allí con tanta necesidad. Y cuando entró a la sala se dio cuenta del por qué debía estar allí, él había llegado.
—¿Jungkook? Amor estás aquí —una sonrisa se dibujó en su rostro al ver a su esposo sentado en uno de los sofás, con un trago en su mano y el semblante extrañamente serio. Esperaba un saludo más cálido—. Llegaste pronto, creí que regresabas mañana. —se acercó a él.
—Así es, iba a regresar mañana. —le respondió, dejó su vaso con hielos y whisky en la mesita junto a él bruscamente y se levantó del sofá. En ese instante la sonrisa de Jimin se desvaneció—. Pero... al parecer, los infieles actos de alguien me hicieron volver más rápido de lo que estaba planeado.
Jungkook lo miró, su mirada estaba oscurecida y era penetrante y atemorizante, y eso solo significaba una cosa... que estaba furioso.
—¿Disculpa? —pero Jimin además de verse confundido, un poco asustado y nervioso se vio ofendido por la declaración—. ¿Infiel dijiste?.
—Así es, querido —Jeon avanzó hacia él, mientras que Jimin retrocedía—. ¿Pensabas que no me iba a enterar?.
—¿De qué estás hablando? ¿Por qué actúas de esa manera? Te pido que te detengas. —espeto nervioso.
—¿De verdad me preguntas de qué estoy hablando Jimin? —en un movimiento veloz Jungkook lo tomó de los brazos con fuerza y lo jalo atrayéndolo hacia él—. ¡Estoy hablando de tú jodida cita con Kim Namjoon!. —vociferó.
—¿Podrías bajar la voz? Nuestra hija está durmiendo y si nos escucha discutir...
—Quiero que me expliques en este momento que es lo que hacías con el mocoso que hace diez años pretendía alejarte de mi.
—¿Esto es enserio? Jungkook no puedo creerlo ¿acaso estás poniendo en duda mi lealtad? Me insultas —Jimin se soltó del agarre de su esposo bruscamente, ahora él enfadado.
—Como tú esposo exijo una explicación.
—Y yo como tú esposo y padre de tú hija te exijo respeto. —exclamó firmemente—. ¿Cómo puede al menos caber la posibilidad de que yo esté siéndote infiel? ¡Al contrario! Desde el momento en que me encontré nuevamente con Namjoon dejé en claro limites, solo charlábamos, siempre imponiendo el respeto que se merece nuestro matrimonio.
—¿Qué clase de charla estaban teniendo?.
—La de dos personas civilizadas y comprometidas. Porqué para tú información Namjoon está en una relación seria, y yo estoy casado contigo. —lo golpeo con su dedo en el pecho apuntándolo—. Por dios esto realmente es una locura —Jimin pasó sus manos por su cabeza dando una media vuelta con desesperación.
—Jimin yo...
—¿¡Tú qué!? —lo volvió a mirar—. Tú no confías en mi, después de todo lo que hemos pasado hoy me doy cuenta que en nuestro matrimonio no hay confianza, bueno al menos de tu parte no la hay y eso es realmente decepcionante. —se volteó dándole la espalda afligido.
—No es así, yo de verdad confío plenamente en ti, por dios Jimin —Jungkook se acercó y lo tomo entre sus brazos suavemente—. Eres el padre de mi hija y mi esposo ¿cómo no podía confiar en ti?.
—No lo hiciste, pensaste que yo estaba aventurándome con Namjoon en tú ausencia, y eso me dolió muchísimo.
—Y lo lamentó, lamentó a ver pensando eso, soy un idiota lo siento. —recargó su cabeza sobre el espacio entre su cuello y su hombro de su esposo—. Es solo que... volver a verte con ese tipo fue horrible, los recuerdos de hace diez años volvieron a mi mente en un segundo y simplemente... me puse celoso.
—Pero... amor. —Jimin se giró, lo miró a los ojos al tiempo que acunaba entre sus manos su rostro—. No existe alguien en este mundo que logre poner a prueba mi lealtad hacia ti, te amo solo a ti, tú eres el amor de mi vida, el padre de mi pequeña, mi esposo, solo tú existes en mi corazón.
—Jimin mi amor, no puedo creer que verte con ese tipo me haya puesto tan lunático, yo realmente... te creo tan mío que verte con alguien ajeno para mi es como arrebatarme lo más valioso que tengo. —Jungkook lo tomó de la cintura y acercó más sus cuerpo mientras le miraba sus pomposos labios.
—Yo soy todo tuyo, que de eso no te quede duda, mi cuerpo y mi alma te pertenecen. —murmuró mientras ambos comenzaban a acerar sus rostros lentamente.
—Es un alivio escuchar eso. —finalmente sus labios chocaron, y enseguida un beso lleno de necesidad y pasión se presentó.
Jungkook ajustó su agarre en la cintura de su esposo y lo elevó levemente para que este en un segundo se colgara de él enredado sus piernas en su torso mientras se aferraba a su cuello con sus brazos, todo esto sin despegar sus labios. Sin más, de esa forma Jungkook lo llevó hacia la planta alta, subió las escaleras y luego se dirigió a su habitación, ya dentro él cerro la puerta con su pie y se aseguró de colocar el pestillo.
El calor tanto de la habitación como de los cuerpos de ambos aumentó, completamente excitados se tiraron a la cama, Jungkook encima de Jimin disponiéndose desde el primer segundo a comerle el cuello y a desnudarlo lentamente, como abriendo un regalo al que estaba desesperado por ver, pero que debía tomarse su tiempo para abrirlo.
Jimin por su parte se dispuso a disfrutar de las caricias y besos que su hombre le daba por todo el cuerpo, el cual poco a poco estaba siendo desnudado, jadeaba y mordía su labio inferior con los ojos cerrados, solamente gozando de las sensaciones brindadas.
Cuando el azabache llegó a la parte inferior del cuerpo de su amado, le quito el pantalón, le arrancó los calzoncillos y se metió entre sus piernas.
—¡Oh por dios Jungkook! —gimió el rubio cuando su cónyuge le besó y lamió los muslos internos y cada vez se iba acercando a ese lugar ansioso y húmedo—. ¡Ha! ¿Qué haces?.
—Shh, si sigues gimiendo de esa forma vas despertar a Diana. —Jeon alargó su mano y le cubrió la boca pues sabía que aún con su advertencia lo que estaba apunto de hacer lo iba hacer gemir fuerte.
Dejó su lengua sobre la entrada de su esposo haciéndole soltar un sonoro gemido que por suerte se quedó atrapado en su mano. Jimin arqueó su espalda y se aferró a las cobijas, arrugándolas con sus dedos mientras su hombre lo hacía enloquecer con su lengua, la cual se movía en círculos y aveces intentaba adentrarse.
—¡Hmph! ¡Mmm! —mascullaba Park sobre la mano del azabache retorciéndose del placer hasta que se sintió apunto de llegar al clímax y enseguida quito su mano de su boca—. ¡Detente! ¡Voy a venirme! ¡Ha! ¡Basta!.
—Cariño ¿desde cuando te volviste tan sensible? Tan pronto te tocó con mi lengua y ya quieres terminar —dijo Jeon con una sonrisa ladina deteniéndose—. Pero esta bien, solo por qué siento que mi pene va a explotar.
Jimin suspiró con alivio, y entonces observó a su hombre desvestirse frente a sus ojos, mostrándole su estupendo cuerpo bien trabajando, y al despojarse de sus pantalones y bóxer su miembro bien erecto y listo para adentrarse en él, lo cual lo puso sumamente ansioso. Así que rápidamente alargó su mano hacia el cajón de la mesa de noche y sacó un preservativo, ya que aunque otro bebé sería encantador lamentablemente el trabajo les dificultaría la crianza de dos pequeños, entonces abrió con cuidado la envoltura y se lo colocó.
Jeon gimió y estuvo a punto de correrse cuando él lo frotó por encima del látex. Y luego como un animal hambriento nuevamente se metió entre sus piernas, sujeto uno de sus muslos y finalmente entró en él profundamente. Ambos lo disfrutaron y lo expresaron con un gemido lleno de placer.
—Por dios, amo tú pene —gruño Jimin y entonces lo volvió a besar como un hombre famélico, metiendo su lengua dentro de su cavidad y mordisqueando sus labios una que otra vez.
Mientras tanto Jungkook comenzó a embestirlo de forma lenta, meciéndose y gozando las primeras sensaciones, entre los apasionados besos y las lentas embestidas que eran sin duda sumamente deliciosas.
Pero mejoró, Jungkook se levantó un poco apoyándose de la cama para poder embestirlo con más velocidad y profundidad. Su miembro salía y entraba rápidamente dejando que el morboso sonido de sus bolas golpeando sus nalgas inundara la habitación además del de sus gemidos.
—¡Ha Jungkook! ¡Haaa! ¡De esa forma, así! —le dijo Jimin ahora aferrándose a sus antebrazos mientras sentía como su punto dulce era golpeado.
—Tú eres solo mío ¿lo has entendido? —exclamó el azabache mientras lo seguía embistiendo con dureza—. Quiero que lo digas Jimin, di que eres todo mío.
—¡Oh mi dios! ¡Si soy todo tuyo! ¡No te detengas yo también estoy apunto de... Haaa! —el rubio lo jalo del cuello haciéndolo caer sobre su pecho pues sentía su clímax llegar y lo necesitaban cerca, sentir su cuerpo.
Jungkook volvió a mecerse luego de volver a la posición del principio, pero la velocidad en sus caderas era la misma, también estaba apunto de llegar a su clímax, así que buscó los labios de su esposo y los atrapó para comenzar un beso sumamente salvaje. Y luego de un par de minutos ambos se vinieron al mismo tiempo, y se gimieron en la boca al estar estas juntas lo cual les resultó aún más extasiante.
—Oh, maldición. —soltó Jungkook para luego exhalar prolongadamente desplomándose sobre su amado.
—Vaya, después de un tiempo esto se sintió como volver a hacerlo por primera vez —mencionó Jimin con la respiración agitada.
—¿Aún recuerdas nuestra primera vez?.
—Por supuesto. Trece de octubre, luego de unos tragos en un club, en el sofá ¿cómo podría olvidarlo? —soltó una risita el rubio.
—Claro, ahí fue donde acepte que estaba perdidamente enamorado de ti, me tenías tragando de la palma de tú mano Park Jimin. —Jungkook lo miró con una sonrisa la cual le devolvió el ya mencionado—. Te amo.
—Y yo te amo a ti, Jeon Jungkook. —luego de decir esto sus labios se volvieron a juntar formando un suave beso por unos segundos—. Oye amor ¿cómo supiste sobre mi charla con Namjoon?.
—Alguien desconocido me mando dos imágenes, una donde estabas tú en la escuela con él y otra cuando estaban en el restaurante platicando. —le respondió—. ¿Por qué?.
—¿En la escuela? ¿Pero quien pudo...? —soltó un pesado suspiro y arrugó la nariz enojado—. Esas malditas brujas.
—Oh oh, arrugaste la nariz, creo que alguien está en problemas. —miedoso dijo Junkook.
[...]
Al día siguiente, como todos los días Jimin fue a recoger a la escuela a su pequeña junto a Jungkook, pero esta vez iba con un objetivo más en mente; moler a golpes a esas viejas entrometidas. Así que cuando le dieron a Diana rápidamente la llevó con su padre.
—Diana cariño ve con papi, mami tiene que resolver algunos problemas con brujas. —le dijo con una sonrisa, la pequeña obedeció y fue con su padre, quien se encontraba fuera del auto recargado sobre este.
Jimin sin pensarlo y consumido por la furia se acercó a quien sabía que había sido la responsable por aquellas fotos y la desafortunada discusión innecesaria con su esposo. Le halo el cabello y la jalo sacándola de la bola de serpientes en la que estaba metida, esta desde luego grito y se intentó soltar sin logro alguno.
—¡Escucha bien mis palabras bruja! —le grito.
—Diana cariño, entra al auto, mami le pateara el trasero a alguien y no es conveniente que veas, así que por favor entra. —le dijo Jungkook a su hija la cual acato la orden sin protestar. Luego él sonrió orgulloso—. Ese es mi esposo joder.
—¡Si vuelves a meterme conmigo y con mi matrimonio o con mi familia juro que voy a asesinarte! ¡¿Lo haz entendido?! ¿Crees que no me iba a enterar de las fotos que le mandaste a mi esposo? ¡Perra loca!
—¡Lo siento lo siento mucho Jimin! ¡Suéltame no va a volver a pasar lo juro! Ayyy. — dijo la mujer.
—Pues eso espero —finalmente el rubio la soltó empujándola—. Y espero que le haya quedado claro a todas, no quiero volver a tener que repetirlo ¿entendido? No es mi culpa que sus maridos las ignoren mientras yo tengo una familia y recibo buen sexo del hombre más perfecto de este país. Ahora jodanse todas, me voy. —terminó y entonces camino hacia donde estaba su esposo—. ¡Tú! Bésame frente a todas esas brujas ya que todo esto es por que me tienen celos.
—Okay okay, lo haré pero no me golpes a mi también ¿está bien? —dijo burlonamente Jeon riendo—. Ven aquí lunático. —lo tomo del rostro y le dio un dulce beso en los labios.
Mientras tanto Jimin les mostró su dedo del medio sabiendo que aún lo estaban mirando. Y esto le brindó una satisfacción tremenda.
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