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dieciséis.

· • —– ٠ Lindo ٠ —– • ·

Pasaron dos semanas, hasta que volvieron a reunirse. Jungkook entró a la sala de estar, su mirada escaneando el espacio hasta que encontró a Jimin sentado en una de los sofás. Y se detuvo en seco. Algo había cambiado en él. La primera cosa que notó fue el brillo de su cabello rubio, que parecía relucir bajo la luz que entraba por las ventanas. Luego, su mirada se desplazó hacia su sonrisa, que había vuelto a ser la misma de siempre, radiante y hermosa.

Pero lo que realmente llamó la atención de Jungkook fueron los ojos de Jimin. Habían vuelto a brillar con la misma intensidad que antes, con una chispa que parecía haberse apagado durante un tiempo, y todo gracias a su culpa. Pero ahora, luego de haberlo dejado ir, es como si Jimin hubiera encontrado de nuevo su energía.

Jungkook se sintió impactado por la transformación. Había visto a Jimin sufrir y perder su brillo en las últimas semanas, y ahora parecía que había recuperado su esplendor, y esta vez procuraría que se mantuviera así.

Mientras se acercaba a él, Jungkook notó que su postura había cambiado también. Ya no estaba encorvado y sombrío, sino que se sentaba erguido y confiado, como cuando lo conoció. Su mirada era directa y segura, y su sonrisa parecía decir: "Estoy de vuelta".

Jungkook se sintió atraído por la nueva energía de Jimin. Se detuvo frente al rubio, intentando no mostrar su sorpresa.

—Hola ¿has estado bien? —le preguntó Jungkook, intentando sonar casual.

—Hola, si me siento bien —respondió, su voz firme y segura—. Gracias por haberme dado estos días libres, fueron liberadores sin dudas.

—No hay de que, sabía que los necesitabas.

No había ninguna señal de la tristeza o la amargura que había visto en él antes. Veía a un chico que había encontrado su fuerza y su confianza de nuevo, un chico que brillaba con una luz que parecía haberse apagado durante un tiempo, y odiaba que hubiera sido él quien se haya apagado. Pero agradeció que ahora ya estuviera bien, y se sintió atraído por esa luz, por la energía y la pasión que Jimin emanaba.

—¿Estás listo? Mi familia nos espera.

—Si, andando.

Y así, como si se tratara de un Déjà Vu, volvieron a viajar a Busan, una vez más solos, pero esta vez con una atmósfera sin tensiones y expectativas renovadas. La ciudad portuaria, con su olor a mar y su ritmo relajado, parecía aguardarlos con una sonrisa conocedora, como si supiera que esta vez sería diferente.

—¡Jimin Jimin Jimin Jimin! —Jihyo salió de la casa completamente emocionada dirigiéndose corriendo hacia el rubio a quien apenas salía del auto y se lanzó abrazar—. Mi cuñado favorito, te extrañe tanto, estaba tan emocionada por tu llegada.

—Jihyo —el rubio río alegremente—. Puedo notarlo, también estaba emocionado por verlos y me da mucha alegría saber que me extrañabas.

—Todos te extrañamos, y más cuando jugamos futbase. Dios que alegría, pasa ven. —se separaron, la pelinegra tomó su mano y lo miró sonriendo de oreja a oreja—. Debes ver al bebé de tía Hesu, es un completo encanto, no me imagino cuando tengas los tuyos y tenga a mini jimins corriendo por la sala, y digo jimins por que jungkooks sería una completa desgracia —volteo a ver a su hermano de mala gana, este se encargaba de bajar las pequeñas maletas de la cajuela.

—Hola Jihyo yo también te extrañé —le sonrió fingidamente.

—¿Hijos? —Jimin preguntó sorprendido—. Es algo apresurado pensar en eso ahora ¿no lo crees?.

—Vamos —lo jalo—. Se van a enamorar, papá lo hizo y ahora estamos en riesgo de tener un nuevo mini Jeon.

—¿Qué? ¡Ja! —se burlo Jungkook caminando detrás de ellos—. Dudo que ese cascarrabias aún pueda ser firme a su edad. Solo falta que Junghyung haga otras de sus Junghyungsadas para que se olvide de esa idea.

Entraron a la casa, Jihyo los guió hasta la sala de estar y allí estaban todos reunidos alrededor de Hesu quien tenía en brazos a su pequeño, el nuevo integrante de los Jeon. Y cuando vio entrar a sus sobrinos sonrió mostrando sus dientes felizmente.

—Jimin Jungkook, que alegría que estén aquí. —dijo ella y al mismo tiempo avisó de su llegada, enseguida todos los demás los miraron también.

Jimin se acercó a saludar a todos, pero en especial a la nueva madre y a su hermoso bebé.

—Tía Hesu, felicidades —se separó para mirar al bebé que descansaba entre sus brazos. Y este sin duda era hermoso y encantador como dijo Jihyo, pequeño y delicado, se enamoró enseguida—. Es un bebé precioso.

—Querido muchas gracias —contesto y luego recibió un abrazo también de Jungkook quien también miró al bebé con una tierna sonrisa—. Es varón, su nombre es Sunoo.

—Es un nombre muy tierno, felicidades tía, me alegro mucho por ustedes, traje algunos obsequios —le hizo saber Jungkook para luego junto a su prometido tomar asiento.

—Ahora que están aquí todos tenemos curiosidad, por favor cuéntenos ¿cómo ha estado todo entre ustedes? ¿Ya han planificado algo para la preboda? —quiso saber la tía Hesu.

—Oh, pues... sobre eso aún no tenemos nada en concreto, hemos trabajado mucho últimamente y es complicado tomar tiempo para eso. —respondió Jungkook, luego miró a Jimin para que también dijera algo más.

—Si así es, pero nos encargaremos sin duda, tengo algunas cosas pensadas aunque como dice Jungkook, el trabajo —carraspeo, era mentira, quiso decir "Taehyung"—. Nos tuvo bastante inquietos y un poco distanciados.

—¿Distanciados? —saltó el señor Jeon y todos alarmados por lo dicho—. ¿Acaso no viven juntos?.

—¿Tienen problemas?.

—¿Han peleado?.

Todos quisieron saber.

—No no no, él quiso decir...—negó enseguida Jungkook—. Lo que quiso decir Jimin es que no hemos tenido la cabeza ni el tiempo para planificar los detalles de la preboda, y no estamos distanciados, es solo qué hay aveces que estamos en lugares diferentes debido a que ambos tenemos diferentes deberes, pero no hay nada malo entre nosotros ¿cierto Jimin?.

Sin duda había algo pendiente todavía, pero se podía decir que las aguas estaban más tranquilas, así que en parte era cierto.

—Si, así es —suspiro—. En fin, dejemos de hablar de nosotros ¿cómo han estado ustedes? ¿Todo va bien? ¿Dónde está Junghyung?.

—Oh ese niño, se ha enamorado y ahora esta todo el día fuera —respondió el señor Jeon golpeando levemente su frente.

—La otra vez lo vi haciéndose una paja con el olor de una cita para cabello de una chica —menciono Kang Daniel y ante esto Jihyo le dio con codazo en el estómago—. ¡Ugh! Jihyo —se quejó.

—Esas cosas no se dicen, avergüenzas a mi pequeño hermano, déjalo está en plena adolescencia es normal —objeto la pelinegra y luego todos rieron.

La plática se trasladó al comedor, donde la alegría y la risa continuaron mientras disfrutaban de la deliciosa comida. Anécdotas y recuerdos compartidos llenaron la atmósfera de calor y camaradería. Brindaron, saborearon postres y finalmente, el día llegó a su fin.

Agotados pero satisfechos, el grupo se dispersó. El señor Jeon se retiró a su habitación, mientras que los demás se recostaron en la sala de estar, rodeados de golosinas y la compañía del toca discos.

Jimin, completamente enamorado del bebé, no se separaba de su lado, y tampoco de Hesu, quien parecía haberse convertido en su sombra. Jungkook, por su parte, se encontraba en un segundo plano, observando con una mezcla de sonrisa y curiosidad cómo Jimin había sido conquistado por el bebé.

La escena era tranquila y acogedora, llena de risas y susurros, mientras el tocadiscos proporcionaba un fondo de música y distracción. La noche se deslizaba suavemente, envolviendo a todos en una sensación de calidez y unidad.

—¿Por qué no estás con tu prometido? —la voz de su tío llamó la atención del pelinegro, quien simplemente se mantenía parado en el marco de la entrada de la sala de estar mirando desde allí al su prometido.

—¿Tú por qué no estas con tu esposa e hijo? —replicó este con un tono frío.

—Yo pregunte primero.

—Jimin está fascinado con tu bebé así que por ahora se mantendrá pegado a él, y a mi me mandara a la mierda, como podemos ver. —respondió de mala gana Jungkook junto a un suspiro.

—Deberías darle propios, te lo está pidiendo a gritos y no lo ves ¿o es que acaso tú no quieres tener hijos, Jungkook? —enarcó una ceja, el mencionado hizo una mueca.

—No lo había pensado, pero sin duda tengo que hacerlo. Daniel probablemente sea estéril y Junghyun todavía es muy joven, así que soy la última esperanza.

—Así que lo haces por obligación, eso es demasiado cruel, tener hijos no por amor sino por deber. —menciono confuso—. ¿Qué crees que pensaría Jimin sobre eso? Seguro él si los desea de corazón, y que de pronto se entere que su futuro esposo solo...

—Ya cierra la boca —lo interrumpió lanzándole una mirada molesta—. ¿Quién dice que los quiero tener por deber? Ser padre no es fácil, tengo que ser digno de tener un hijo con él...

Jimin finalmente tuvo la oportunidad de cargar al pequeño bebé, y lo hizo con una ternura y cuidado que desarmaba. Sostuvo al bebé entre sus brazos, mirándolo con una sonrisa radiante y los ojos brillantes de pura ilusión. La escena era tan conmovedora que Jungkook se quedó hipnotizado, su mirada fija en la figura de Jimin.

Al ver a Jimin cargar al bebé como si fuera suyo, Jungkook sintió una calidez extraña en su pecho. Abrió los ojos un poco más, absorbiendo cada detalle de la escena. La forma en que Jimin acunaba al bebé, la forma en que sonreía, la forma en que sus ojos brillaban de amor... todo parecía tan natural, tan propio de Jimin.

En ese momento, Jungkook sintió algo que nunca había experimentado antes. Una imagen se formó en su mente, una imagen de un futuro posible: un hijo con Jimin, su propio hijo. La idea le parecía hermosa, tentadora. No había dudas de que Jimin sería un padre excepcional, con una capacidad para amar y cuidar que era inherente a su naturaleza.

Pero Jungkook aún tenía dudas sobre sí mismo. ¿Podría ser un buen padre? ¿Podría proporcionar la estabilidad y el amor que un hijo necesitaba? La incertidumbre lo asaltó, pero la imagen de Jimin con el bebé en brazos persistió en su mente, haciéndolo cuestionar si no era hora de reconsiderar sus pensamientos sobre la paternidad.

—¿Lo ves? Claro que te gustaría tener hijos. Jimin es el chico indicado, haz escogido bien, no sé qué es lo que tanto te asusta, pero eso solo tú lo sabes —palmeo el hombro del pelinegro y luego se fue para ahora el tomar a su hijo en sus brazos.

—Jimin querido si quieres ya puedes ir a descasar, mi esposo me ayudará de ahora en adelante, debes de estar cansado. —dijo Hesu.

—Claro, entonces iré a mi habitación a ducharme y probablemente iré a dormir después, así que entonces hasta mañana, descansen —hizo una pequeña reverencia, luego se acercó al bebé y le besó la frente dulcemente—. Descasa pequeño Sunoo.

—Hasta mañana Jimin, descansa también —ambos adultos dijeron.

El rubio se retiró a su habitación pasando a un lado de Jungkook ignorándolo por completo, lo que por supuesto lo hizo sentir mal, ya que estaba apunto de decirle algo pero lo dejo con la palabra en la boca.

[...]

Luego de tomar un baño caliente de tina de casi una hora Jimin salió súper relajado, tanto que incluso estuvo apunto de dormirse allí mismo pero tuvo las fuerzas para salir. Se colocó su bata y salió del baño sacándose el cabello con otra toalla pequeña un poco adormilado, pero de pronto saltó asustado al ver a Jungkook sentado en su cama.

—¡Por dios Jungkook! ¿qué estás haciendo aquí? Cielos casi muero de un infarto. —se tocó su pecho agitado.

Jungkook pasó su mirada por el cuerpo de Jimin el cual estaba solamente cubierto por la bata y había un espacio descubierto que dejaba ver su pecho, rápidamente el rubio jalo la tela para cubrirlo.

—Viene a preguntarte, hace un rato con el bebé de tía Hesu, estabas muy emocionado —dio un paso acercándose a él—. ¿Acaso quieres hijos propios?.

—¡¿Qué?! —exclamó nervioso—. No yo... es decir no quiero... aún es... —tartamudeaba sin decir algo claro, mientras veía a Jungkook acercase cada vez más a él.

—Puedo dártelos si quieres, en este momento incluso —sonrió ladinamente. Era otra de sus facetas, esta vez la coqueta.

—Espera Jungkook, ¡no te acerques más! —lo empujó, sus mejillas se pusieron calientes y de un intenso color rosado—. Vuelve a tu habitación, no deberías de estar aquí diciéndome todo esto.

—¿Por qué no haz hablado conmigo en todo el día? Me siento ignorado por ti, pensé que ya no estabas molesto ¿lo sigues estando?.

—¿Crees que este es el momento para hablar de eso, Jungkook? —respondió con molestia y firmeza, se sorprendió el mismo y callo de inmediato.

—Lo siento, olvidé que me pusiste aprueba, está bien no importa, puedo soportarlo —le dio una sonrisa—. Pero entonces... ¿si quieres tener bebés? ¿Ahora? —continuó y se acercó aún más al rubio quien trataba de retroceder pero detrás suyo se encontraba la puerta del baño.

—¡Basta! ¿Q-Que estás haciendo? —chocó con la puerta sin escapatoria, Jungkook continuó acercándose—. ¡Si das un paso más juro que te morderé!.

—Uy eso es realmente aterrador —se burló—. Como que comenzó hacer un poco de calor ¿no? —se empezó a desembotar su camisa, el rubio no comprendía nada—. Tal vez es por el vapor del baño que tomaste.

Jimin se puso mucho más nervioso y el rojo de sus mejillas se le subió a las orejas, esto lo pudo notar Jeon.

—¿Qué estás intentado hacer? Jungkook esto no es divertido.

—No estoy bromeando, es enserio —dio el último paso hasta dejarlos con una distancia casi nula, lo acorraló colocando su mano en la puerta impidiendo con su brazo que él escapara—. Si quieres hijos podemos darnos prisa desde ahora.

—Ju-Jungkook.

—¿Niña o Niño? —con su otra mano acarició la mejilla del rubio y llevó las caricias con la yema de sus dedos hasta sus labios pomposos.

Jimin intentaba hacerse pequeño, estaba muy nervioso y sentía cosquillas en todo el cuerpo con cada palabra que Jungkook decía con su profunda voz y esas caricias en el rostro.

—Podemos dejarlo para después, por ahora buenas noches Jimin, descansa —le sonrió y se alejó para luego salir de la habitación y dirigirse a la suya dejando a Jimin completamente agitado y confundido.

Jungkook se sentó en la cama de su habitación, con una sonrisa embobada que no podía disimular. Su mente estaba llena de imágenes de Jimin, y cada una de ellas lo hacía sentir más enamorado y hechizado por el rubio.

Recordó su inocencia y timidez, que lo hacían parecer aún más dulce y bondadoso. Los gestos y palabras tiernas de Jimin habían conquistado su corazón, y ahora Jungkook no podía dejar de pensar en ellos.

El rojo de sus mejillas, su notable nerviosismo, su dorado cabello despeinado y mojado... cada detalle lo hacía sonreír. Y esa amenaza de que lo iba a morder, dicha con timidez, había sido la gota que colmó el vaso.

Pero lo que realmente lo había conquistado había sido ver a Jimin cargando al bebé. La imagen de su rostro radiante de felicidad, sus brazos protectores y amorosos, había sido demasiado para él. Jungkook se rió de pura ternura, sintiendo que su corazón se derretía por ese chico y todo lo que significaba.

Se recostó en la cama, con la sonrisa aún en su rostro, y se permitió disfrutar de la sensación de estar completamente hechizado por Jimin. No podía imaginar una vida sin él, y eso lo llenaba de una emoción y una certeza que nunca había experimentado antes.

—¿Por qué eres tan lindo Park Jimin?.

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