Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

cuatro.


· • —– ٠ Contrato ٠ —– • ·

Dios Jimin ¿qué te pasa? Son las tres de la madrugada —la voz ronca de su compañero de apartamento apareció por la otra línea.

Hoseok debes ayudarme, creo que estoy metido en un problemon —Jimin dijo completamente asustado, apunto de llorar por la presión a la que era sometido.

¿Ahora que hiciste? ¿Te metiste en problemas con tu jefe?

Peor, te contaré pero debes prometerme que no se lo dirás a nadie —aclaro su garganta—. Hay un contrato de por medio, uno que realmente me beneficia pero... no se si aceptarlo.

¿Y de que se trata? ¿Que tienes hacer?.

Yo tengo... tengo que casarme y tener hijos con mi jefe.

¿Que mierda? ¿Estás bromeando? Jimin es demasiado tarde para hacer bromas —le regaño.

Me-Me gustaría que fuera solo una broma o un sueño, pero no lo es Hobi, realmente tengo que escoger y solo tengo hasta mañana, tienes que ayudarme, eres mi único amigo.

Mierda.

Si, mierda.

Casi toda la noche, Jimin estuvo pegado al teléfono y no descansó después de la llamada con su roomie. Continuó pensando mientras caminaba por la habitación de un extremo a otro como un león enjaulado. Los consejos de Hoseok sobre tomar aquella la oportunidad de oro que no se presentará nuevamente lo habían ayudado solo un poco, pero también debía considerar su futuro: se estaría casando con un hombre que no lo ama y debía tener a sus hijos. ¡Era una locura!

Su cabeza era un remolino de pensamientos y decisiones; tenía miedo, pero también sentía curiosidad. Sin embargo, recordó que la curiosidad mató al gato, y él no quería morir.

Había pedido nuevas experiencias, pero no una tan drástica como el matrimonio y la paternidad de un día para el otro.

—¿Tal vez si huyo? —pensó—. No, no puedo hacer eso, arruinaría al jefe —se respondió mientras mordía la uña de su dedo índice, preocupado—. Pero aún soy muy joven para casarme y tener hijos, ni siquiera he ido a un bar o he tenido mi primera... —se detuvo, aghastado—. No puedo creerlo —así continuó, dando vueltas a ideas sin sentido y terminando abatido por la desesperación.

Las horas pasaron hasta que amaneció, y a las ocho en punto, Jeon Jungkook ya estaba tocando la puerta de su habitación. Todo su cuerpo tembló, y todo lo que tenía en la mente se borró por puro miedo. Solo quería huir, pero no pudo. En cambio, abrió la puerta.

—Park, buen día. ¿Te desvelaste? Llevas la misma ropa de ayer y tienes unas horrendas ojeras —mencionó Jungkook.

Jimin tragó saliva y le hizo saber:

—Creo que... tengo una respuesta, jefe.

—Te escucho.

La familia Jeon se reunió a desayunar en el comedor del hermoso jardín de la mansión, aunque todavía faltaban dos personas en la mesa.

—¿Por qué Jimin y Jungkook todavía no bajan a desayunar? No ven que el clima está estupendo, además quiero conocer más a mi cuñado —mencionó Jihyo, conmocionada.

—Tranquila, amor, pronto bajarán, deben de estar ocupados —insinuó su novio, Kang Daniel, y ambos soltaron una risita.

—Pero deberían darse prisa, ya quiero comer —protestó el adolescente Junghyun, alargando su mano hacia uno de los sándwiches en la mesa.

—Nadie tocará la comida hasta que tu hermano mayor esté en la mesa con su prometido, ¿entendiste, Junghyun? —objetó su padre.

—Si, padre —bajó la cabeza el menor, como un cachorro regañado.

—Pues ya no vamos a tener que esperar más —la tía Hesu sonrió de oreja a oreja, viendo llegar a la reciente y más famosa pareja del momento—. Buenos días, ¿durmieron cómodamente?.

—Si, tía Hesu, buenos días —respondió Jungkook, mientras que Jimin se limitó a hacer una reverencia, y pasaron directamente a sus lugares.

—Bien, pues desayunemos, provecho.

Todos estaban a punto de comenzar, pero Jungkook interrumpió de pronto.

—Antes de que todos empiecen, quiero decirles algo —dijo en un tono tenso, y todos lo notaron y se preocuparon—. Amm, Jimin y yo... —miró al susodicho, quien mantenía la mirada gacha—... Nosotros... queremos decirles algo que no les dijimos ayer... —la preocupación aumentó—. Les queremos decir... la fecha de nuestra boda.

Soltó, y la preocupación de todos se esfumó y se reemplazó por felicidad.

—¡Maravilloso, hermano! ¿Cuándo? —preguntó Jihyo.

—En cuatro meses, antes de Navidad — respondió.

Todos festejaron y los felicitaron, su padre tenía una sonrisa victoriosa, mientras que Jungkook se estaba odiando a sí mismo y Jimin se arrepentía demasiado tarde.

—Una boda de invierno, será tan linda —emocionada dijo Jihyo, concordando con su Tía Hesu, igual de conmovida.

Jimin y Jungkook se miraron cómplices, ambos sabían que se habían condenado, pero también sabían que era un deber que les convendría a los dos.

—¿Cuándo podré ver ese contrato? —murmuró Jimin, jugando con su tenedor en el plato, refiriendose a los acuerdos que había llegado con su jefe hace unos momentos, cuando aceptó la propuesta de matrimonio.

Jungkook dio un sorbo a su jugo de naranja, su mirada intensa se encontró con la de Jimin antes de responder.

—Ayer me puse en contacto con mis abogados y esta mañana me dijeron que viene en camino con el contrato... y con tu anillo de compromiso —su voz era baja pero profunda.

Jimin abrió los ojos, su corazón latiendo con fuerza ante la mención del anillo.

—¿Qué? —su voz apenas un susurro. 

—Por suerte, no han notado que no traes sortija, pero es importante que parezcas comprometido, Park. Un anillo de compromiso es lo mínimo —Jungkook lo miró fijamente, su expresión seria.

Jimin bajó la vista, mordiendo su labio inferior en un gesto nervioso.

—Jefe, no sé si...

—No me llames jefe, Park. Al menos no en público. Llámame Jungkook, o cualquier otro apodo tonto que prefieras —su voz era firme pero condescendiente.

—Está bien, Je... Jungkook —Jimin sonrió débilmente.

Jihyo, la hermana del medio, intervino en la conversación.

—Me gustaría ayudar con los preparativos de la boda. Me haría mucha ilusión.

—Claro, me encantaría que me ayudaras —Jimin sonrió, agradecido.

—No es necesario, Jihyo. Contrataremos personal para eso —Jungkook objetó, su tono firme.

—Amargado, pff —Jihyo refunfuñó, pero luego hizo un gesto a Jimin para indicar que hablarían más tarde, y él asintió.

El desayuno continuó con una charla trivial, pero Jimin no podía sacudirse la sensación de que su vida estaba a punto de cambiar para siempre. Jungkook, por su parte, parecía perdido en sus pensamientos, su expresión seria y contemplativa.

—Cuéntennos, queridos, ¿cómo fue que se conocieron y enamoraron? Es una historia que todos ansiamos escuchar —de un momento a otro, la tía Hesu preguntó con una dulce sonrisa dirigida hacia la pareja.

Jimin miró a Jungkook, y Jungkook miró a Jimin, intentando obtener respuestas, pero aún no habían planeado una historia de amor, así que ambos se quedaron callados, nerviosos, sin saber qué decir.

Hasta que Jimin se dispuso a hablar.

—Bueno, nos conocimos en la oficina... obtuve el puesto de secretario ejecutivo y... —empezó a decir.

—¿Así que eres el secretario de mi hermano? ¿El chico que ha estado contestando todas mis llamadas todo este tiempo? —preguntó Jihyo—. Woah, es súper genial y además pícaro, un romance de oficina, todo un drama —agregó, animada.

Jungkook intervino, sonriendo levemente con su característica frivolidad.

—Lo invité a salir, me pareció un joven además de hermoso, realmente dulce, amable e inteligente... así que, contra restando mi personalidad, intenté obtener su confianza y así nos fuimos enamorando hasta comenzar una relación y tiempo después tomé la decisión de pedirle que se casara conmigo.

Jimin se le quedó mirando, impresionado por sus palabras, que habían sido muy creíbles, incluso para él. Sabía que estaba mintiendo, pero de alguna forma sintió lindo al escucharlo decirle hermoso y todos los demás bonitos halagos, que eran mentira, por supuesto, pero aún así llegaron a su corazón.

—¿Cierto, amor? —lo miró.

El rubio rápidamente desvió la mirada y sus mejillas se colorearon de un intenso rojo.

—Sí, así fue —respondió, nervioso.

—Oh, es encantador, ¿no lo crees, Hyunwook? —preguntó Hesu a su esposo.

—Por supuesto, querida, son una hermosa pareja. Todos estamos felices por su compromiso —respondió Hyunwook, sonriendo.

—¿Qué tal un beso? Puede ser atrevido, pero no dudo que alguien de aquí no quiera presenciar cómo el gruñón de Jungkook besa a su prometido —agregó Junghyung, sonriendo.

—¿Qué clase de tonterías estás diciendo? No haré eso frente a ustedes, no es apropiado —se negó Jungkook, notándose un poco nervioso.

Jimin, en su cabeza, ya estaba planeando algo para que ese beso no sucediera.

—Eres un precoz, Junghyung, cállate y desayuna, ¿no tenías tanta hambre? —le regañó su hermana.

Tanto Jimin como Jungkook soltaron un ligero suspiro de alivio.

[...]

¿Hola? Mamá, papá ¿cómo están?

Hijo mío, qué alegría me da escucharte —la voz de su madre se presentó desde la otro línea—. Hemos estado bien ¿cómo estás tú? ¿Haz comido bien? ¿Qué tal todo en el trabajo?

Mientras hablaba con sus padres, Jimin se dedicó a mirar las hermosas rosas que se encontraban en el jardín con cierta nostalgia.

Todo aquí está en orden —o eso trato de fingir—. ¿Qué tal la florería? ¿Han tendido muchos clientes?.

Todo aquí es próspero y tranquilo también, no te preocupes.

Me alegro mucho. Mamá, el motivo de mi llamada además de saber cómo están y saludarlos, es para decirles algo muy importante. —comenzó.

¿Es así? Bien, entonces dime ¿de qué se trata esto tan importante? Tú padre salió, pero le diré cuando llegue.

Bueno, ha pasado un tiempo desde la última vez que nos hemos visto, además de que tampoco hablamos a menudo, así que tal vez les sorprenda esta noticia.

¿Tan serio es? Espero que no sea nada problemático, cariño.

No no, nada de eso. Por favor no te preocupes.

Entonces dime, anda.

Lo que pasa es que hace tiempo conocí a un hombre, salimos por un tiempo y ahora... vamos a casarnos —un nudo se formo en su garganta, pero lo deshizo al tragar saliva.

Jimin nunca imaginó que el matrimonio que presentaría a sus padres sería uno basado en un contrato, vacío de amor, sin nada más que un beneficio que no nutría el alma. La idea le resultaba amarga y le dolía profundamente que sus padres se emocionaran por una unión que él no sentía, una unión que no llenaba su corazón.

¡Oh cariño, es una gran gran noticia! —la reacción de su madre fue adorable, emocionada lo felicito, se notaba feliz por la noticias—. Me alegra tanto que hayas encontrado el amor y hayas decidido sentar cabeza, seguramente deben de estar muy enamorados.

Claro... —suspiro, decepcionado de su mismo—. En fin, también próximamente ascenderé de puesto en el trabajo, ahora seré el director.

Por dios, Jimin cariño, al parecer tu vida en Seúl vas más que bien, eso nos da tanta paz y alegría.

Lo sé, todo esto es por ustedes, cada esfuerzo y cada batalla a sido para que estén orgullos y vivan una vida tranquila. Por eso he decidido que cuando sea director, les remodelaré la florería por completo.

Hijo mío, no hay necesidad de hacerlo, disfruta de tu dinero y de esa vida tan maravillosa que te ganaste.

Quiero hacerlo mamá, para que tú y papá estén bien, es un obsequio por criarme correctamente y con tanto amor.

Si es así, entonces está bien. Deseamos verte pronto para poder festejar las buenas noticias, además de conocer a tu futuro esposo ¿cuando nos visitarás?.

De hecho ahora estoy en Busan. Pero me estoy quedando en la casa de la familia de mi prometido, por el cumpleaños de su padre.

Ya veo ¿hay algún problema si te visitamos allí? Servirá también para presentarnos con tus futuros suegros y ellos con nosotros.

Si eso sería lo ideal. Le avisaré a mi prometido que vendrán, seguro también estará complacido de conocerlos —mentira, seguramente le importará un comino.

Ver a su madre festejar y celebrar con tanta alegría un matrimonio que para él era solo una formalidad, un trámite sin pasión ni amor, le causaba un dolor profundo. Sentía que estaba traicionando sus propios sentimientos, que estaba vendiendo su felicidad por un beneficio material.

Entonces envíanos las dirección y estaremos ahí pronto.

Está bien, ya quiero verlos. Hasta ese día mamá, dale un gran abrazo a papá de mi parte.

Hasta ese día cariño.

Colgó.

—Agh, ¿por qué me siento así de mal? —se lamentó Jimin, apretando su camiseta justo arriba de su corazón—. No debí aceptar, estoy haciendo algo malo y ellos no deberían ser parte de esto.

La voz de su jefe lo sacó de sus pensamientos.

—Park —lo llamó Jungkook. Jimin se giró hacia él inmediatamente—. ¿Qué estás haciendo aquí? —le preguntó.

—Quería tomar un poco de aire, mirar estas flores tan hermosas y... también llamar a mis padres, creo correcto hacerles saber sobre este matrimonio, aunque no sea real. —respondió con leve desánimo.

—Entiendo, está bien, si eso es lo que tú quieres —dijo Jungkook restándole importancia.

—También vendrán a conocerle y su familia también, ¿hay algún problema? —acotó.

—No, no hay problema —volvió a responder con el mismo desinterés, y así mismo cambió de tema—. Debes saber que nos iremos el lunes a primera hora, así que deberíamos ponernos a trabajar inmediatamente, ahora que hay tiempo. —ordenó Jungkook.

—Hemos trabajado duro todo este tiempo, jefe. ¿No desea descansar? Después de todo... —empezó a decir Jimin.

—¿Qué te sucede, Park? Estamos aquí por mi padre, pero no para descansar, así que no cuestiones mis reglas. Acude a tu trabajo mientras que el abogado llega con el contrato —lo interrumpió Jeon como siempre exigente.

—Lo siento, no sé qué me sucedió. Continuaré con mi trabajo rápidamente, jefe —bajó el rostro y se comenzó a dirigir hacia su habitación donde estaban todos sus materiales de trabajo.

Jungkook suspiró y detuvo a Jimin antes de que se fuera.

—Escucha, Park... He estado pensado en algo —le hizo saber—. ¿No crees que deberíamos comenzar a hablar un poco más entre nosotros? Al menos las cosas más importantes, no conozco nada sobre ti y si alguna vez llegaran a preguntarme yo...

—Usted se siente atrapado, sé que este matrimonio no lo hace feliz en lo absoluto, así que por favor no me haga creer lo contrario —lo interrumpió Jimin, subiendo la mirada y mirándolo directamente a los ojos.

—¿A qué te refieres? —preguntó Jungkook, confundido.

—No deseo que usted se sienta incómodo, pero tampoco voy a forzarlo a hacer algo que obviamente no desea, así que por favor continuemos como lo hemos hecho porque de lo contrario, me hará sentir confundido. —respondió y luego se fue, dejando a Jungkook con duda.

[...]

—Como me lo pidió, señor, aquí tiene su contrato y el anillo de compromiso —el abogado dejó un folder y una pequeña caja sobre el escritorio con un gesto eficiente.

Jungkook dejó que Jimin tomara el folder y lo abriera con nerviosismo, y entonces su mirada escaneó el contrato de dos páginas con algunas cláusulas, el tipo de acuerdo y un par de reglas.

—¿No puedo contárselo a personas cercanas a mí? —preguntó el rubio, su voz llena de sorpresa.

—Pero por supuesto que no, ¿todavía te lo preguntas? ¿Alguna objeción, Park? —Jungkook enarcó una ceja, su tono sarcástico era evidente.

Jimin negó con la cabeza, pero sabía que ya se lo había dicho a su compañero de piso, pero al parecer ese sería otro secreto que se llevaría a la tumba.

—¿No sentimientos románticos? —leyó en voz alta.

—Fui yo quien pidió que pusieran esa regla, no quiero malentendidos y espero lo tengas siempre presente. Nunca pienses en nosotros como una pareja. —Jeon se cruzó de brazos, su expresión seria.

—Desde luego, no debía preocuparse por eso —Jimin suspiró, terminó de leer el contrato y asintió—. Me parece bien todo.

—¿Firmamos? —Jungkook estiró su mano y el abogado le dio un bolígrafo.

Después de que ambos firmaran, Jungkook tomó la caja pequeña de terciopelo y la abrió, sacando el anillo brillante en su interior.

—Tu mano —pidió, su voz baja y seria.

Jimin alzó su mano, un poco temblorosa, y la acercó hacia él. Jungkook le colocó el anillo en su dedo anular con un gesto preciso y simple.

—De ahora en adelante, estamos comprometidos en matrimonio —le hizo saber, su mirada se encontró con la de Jimin por un momento antes de dar media vuelta para irse, pero se detuvo y dijo con una sonrisa irónica—. Nunca creí que me comprometería o que siquiera algún día lo haría, pero la vida da muchas vueltas, ¿no lo crees, Park? —dijo sobre su hombro antes de salir de la habitación, dejando a Jimin mirando el anillo en su dedo con una mezcla de sorpresa y resignación.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro