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DOS

El café donde habían acordado encontrarse se convirtió en el escenario de una tregua silenciosa entre Jungkook y la misión que había decidido aceptar. Aun en el rol de "Lee Jae Hyun", él sentía una incomodidad latente. No solo porque debía ser alguien que no era, sino porque en los ojos de Taehyung veía un desinterés aparente por la amenaza que lo acechaba, como si no creyera en el peligro que lo rodeaba o, tal vez, como si estuviera acostumbrado a vivir en la incertidumbre.

Luego de aquel primer encuentro, Jungkook regresó a la Agencia con la satisfacción de haber completado un paso preliminar. Ahora sabía un poco más de Taehyung, y había identificado algunas de sus costumbres. Tomaba café con dos cucharadas de azúcar, a menudo giraba el anillo de su dedo medio cuando estaba pensativo y tenía un modo de sonreír con una mezcla de inocencia y misterio. Pero este conocimiento básico sería insuficiente para la verdadera prueba: ganar su confianza y convertirse en una presencia constante en su vida.

La Agencia le asignó un departamento en el mismo edificio en que vivía Taehyung, un piso por debajo para no levantar sospechas. La residencia era elegante y privada, un lugar perfecto para mantener la seguridad de alguien tan importante, aunque claramente vulneraba su privacidad. Desde la ventana de su departamento, Jungkook tenía una vista parcial del balcón de Taehyung, donde algunas noches, como la siguiente, veía la silueta de su protegido bajo la luz de la luna.

Aquel segundo encuentro no tardó en llegar. Esa misma noche, el teléfono de Jungkook vibró con un mensaje de Taehyung: "¿Te gustaría acompañarme a una cena privada mañana por la noche?" Era más que una invitación. Era una prueba: ¿quién era realmente "Lee Jae Hyun" y por qué había aparecido en su vida tan repentinamente? La estrategia de la Agencia era evitar que Taehyung sospechara de las intenciones de Jungkook, así que él tenía que moverse con precaución.

🕵️

Al día siguiente, a la hora acordada, Jungkook se preparó para la cena. Eligió un traje oscuro y una corbata discreta, lo suficiente para encajar en el ambiente refinado de la velada sin sobresalir demasiado. Cuando llegó al restaurante, uno de los más exclusivos de la ciudad, Taehyung ya estaba ahí, sentado en una mesa cerca de la ventana que ofrecía una vista panorámica de las luces de la ciudad.

Taehyung, en un conjunto de chaqueta azul marino y camisa de seda clara, parecía como una imagen de alguna revista de moda. Tenía ese aura de sofisticación que la mayoría admiraba a la distancia. Sin embargo, lo que realmente capturaba a Jungkook era esa serenidad que parecía desprender de cada gesto. Se veía relajado, como si la cena fuera solo un capricho más en su agenda.

—Me alegra que hayas venido, Jae Hyun —dijo Taehyung, sonriendo levemente cuando Jungkook se sentó frente a él.

—No podía rechazar la invitación de alguien tan fascinante —respondió Jungkook, adaptándose al tono de confianza que se esperaba de "Jae Hyun".

La cena comenzó con una conversación tranquila, temas banales sobre viajes, gustos musicales, y libros. Sin embargo, poco a poco, Taehyung fue llevando la conversación hacia temas más personales.

—La verdad, Jae Hyun —empezó, bajando un poco la voz y mirándolo fijamente—, no suelo invitar a personas que apenas conozco a una cena así. La política y el ambiente en el que crecí me han enseñado a ser cuidadoso con mis amistades. Pero tú... tienes algo distinto, algo que me intriga.

Era como si Taehyung buscara en él una sinceridad que Jungkook no podía ofrecer sin romper su fachada. Tomando aire, Jungkook respondió con la misma franqueza calculada:

—A veces, la vida nos lleva a caminos donde encontramos conexiones inesperadas, ¿no lo crees? Quizás nos conocimos en el momento perfecto.

Sin embargo, Taehyung frunció el ceño, como si no estuviera satisfecho con la evasiva. Durante un momento, lo observó en silencio, sus ojos oscuros evaluándolo.

—¿No te molesta que te observen, Jae Hyun? ¿Que se pregunten por qué alguien como tú está de repente en la vida de alguien como yo?

Jungkook se tomó unos segundos para pensar su respuesta. Sabía que el hijo del presidente debía enfrentarse a las miradas y especulaciones constantes, a las intrigas de quienes querían acercarse a él con intenciones ocultas. Pero si quería ganar la confianza de Taehyung, tendría que demostrarle que era diferente.

—Creo que todos tenemos nuestros secretos —respondió, mirándolo a los ojos con una calma que, esperaba, ocultara sus propias dudas—. Pero prefiero vivir siendo quien soy y que el resto lo interprete como quiera.

Taehyung asintió lentamente, y la sombra de una sonrisa volvió a aparecer en sus labios. Parecía satisfecho con la respuesta, y la tensión de la conversación se disipó un poco, mientras seguían hablando sobre temas más casuales. A medida que avanzaba la noche, Jungkook notó cómo el ambiente entre ellos comenzaba a cambiar, como si aquella desconfianza inicial fuera sustituyéndose por una curiosidad sincera.

Sin embargo, cuando estaban a punto de terminar la cena, Jungkook notó a un grupo de hombres sentados en una mesa cercana. Sus movimientos eran sutiles, pero había algo en su actitud que alertó su instinto. Los observó de reojo mientras pagaba la cuenta, y uno de ellos, al notar que Jungkook los miraba, desvió la vista rápidamente. La alarma interna de Jungkook se activó, y aunque trató de mantener la calma, el peligro inminente lo obligó a actuar.

—¿Te importaría si te acompaño a casa? —le dijo a Taehyung, levantándose de la mesa con una sonrisa amable, como si fuera una cortesía cualquiera.

Taehyung lo miró con una mezcla de sorpresa y diversión.

—No te preocupes, puedo cuidarme solo. Pero si insistes, no veo por qué no.

Salieron juntos del restaurante y, apenas cruzaron la puerta, Jungkook sintió la necesidad de asegurarse de que los hombres del interior no los seguían. Sin embargo, su instinto se confirmó cuando los escuchó detrás de ellos. Sin pensarlo dos veces, tomó a Taehyung por la mano, apresurando el paso mientras buscaban refugio en una callejuela cercana.

—¿Qué está pasando, Jae Hyun? —preguntó Taehyung, mirando a Jungkook con una mezcla de sorpresa y alarma.

—No tenemos tiempo para preguntas —dijo Jungkook, mirando a su alrededor en busca de una salida. Aunque su intención era mantener a Taehyung en calma, el peligro que los seguía no dejaba mucho espacio para una explicación tranquila.

Llegaron al final de la calle y, justo cuando parecía que se habían librado de sus perseguidores, uno de los hombres se les apareció por el frente, bloqueándoles el paso. Jungkook se preparó para pelear, su cuerpo en alerta máxima, consciente de que cualquier movimiento en falso podría significar la diferencia entre la vida y la muerte. Los otros dos hombres se acercaron rápidamente, rodeándolos.

—Mantente detrás de mí, Taehyung —le ordenó Jungkook, cambiando por un instante su tono amigable por uno de autoridad.

Taehyung no lo cuestionó y dio un paso atrás, su mirada aún llena de desconcierto. Jungkook enfrentó a los hombres con la seguridad y la fuerza de alguien que estaba preparado para cualquier eventualidad. Los primeros movimientos fueron rápidos, precisos. Jungkook derribó al hombre que bloqueaba su camino con un golpe firme al estómago, seguido de una patada directa a la mandíbula. Sin embargo, uno de los otros hombres logró sujetarlo por la espalda. Taehyung observaba, congelado, incapaz de comprender completamente la situación pero consciente de que su vida dependía de las habilidades de "Jae Hyun".

El último atacante lanzó un golpe hacia Taehyung, quien, sorprendido, trató de esquivarlo. Fue entonces cuando Jungkook, con un último esfuerzo, logró zafarse de su agresor y desarmarlo con un movimiento preciso, bloqueando el golpe dirigido a Taehyung en el último instante.

Respirando con dificultad, Jungkook miró a su alrededor, asegurándose de que no quedara ninguna amenaza inminente. Taehyung, por su parte, lo miraba con una mezcla de desconcierto y asombro, claramente consciente de que "Jae Hyun" no era simplemente un empresario común.

—¿Quién eres realmente? —preguntó Taehyung con voz temblorosa, sus ojos fijos en Jungkook.

Jungkook guardó silencio, consciente de que esa pregunta lo llevaría a un límite delicado. Miró a Taehyung y, por primera vez desde el inicio de la misión, no supo qué responder. La fachada de "Lee Jae Hyun" comenzaba a desmoronarse en la mente de Jungkook mientras observaba la expresión de Taehyung, quien lo miraba con una mezcla de desconfianza y vulnerabilidad. La realidad de su misión estaba poniéndose en juego, y él sabía que una respuesta equivocada podría levantar sospechas irreparables. Pero también era consciente de que, por ahora, Taehyung no podía conocer la verdad.

Respiró profundamente, adaptándose rápidamente a la situación, y optó por una mentira a medias, algo que podría sonar creíble sin comprometer su cobertura.

—Soy alguien que sabe proteger lo que le importa —dijo con voz firme, manteniendo la mirada en los ojos de Taehyung—. No tienes que preocuparte por nada. Estoy aquí para asegurarme de que estés a salvo.

Taehyung frunció el ceño, evaluándolo en silencio. Finalmente, sus hombros se relajaron un poco, aunque no del todo convencido.

—Entonces supongo que tengo que agradecerte por salvarme la vida —murmuró, su tono contenido y algo irónico—. Aunque sigo sin entender por qué alguien como tú haría algo así por alguien que apenas conoce.

Jungkook mantuvo una expresión tranquila, aunque en su interior sentía una mezcla de alivio y tensión. Sabía que el episodio de esa noche cambiaría la dinámica entre ellos, y tendría que ser aún más cuidadoso para no levantar sospechas en el futuro.

—Digamos que, a veces, las conexiones surgen de maneras inesperadas —respondió, esbozando una ligera sonrisa, buscando devolver algo de normalidad a la situación. Sin embargo, la intensidad en los ojos de Taehyung indicaba que él no lo dejaría escapar tan fácilmente.

La tensión entre ambos fue interrumpida por el sonido de un automóvil que se acercaba. Era el equipo de seguridad de la Agencia, que llegó como respaldo después del altercado. Jungkook hizo un gesto discreto a los agentes para que se retiraran, prefiriendo no involucrarlos demasiado frente a Taehyung. No quería que percibiera la magnitud del operativo que había detrás de su protección.

—Vamos, te llevaré a casa —dijo Jungkook, recuperando su tono tranquilo y gesticulando hacia la calle principal.

🕵️

Durante el trayecto de regreso, ambos guardaron silencio. Taehyung parecía sumido en sus pensamientos, su mirada fija en la ventana mientras las luces de la ciudad iluminaban su rostro. Jungkook, por su parte, mantenía la guardia alta, repasando mentalmente el ataque y pensando en los detalles que tendría que informar a sus superiores. La presencia de esos hombres era un recordatorio de lo frágil que era la seguridad de Taehyung y de que, a partir de ese momento, el riesgo aumentaría.

Al llegar al edificio, Taehyung se giró hacia él, su expresión inescrutable.

—Gracias de nuevo, Jae Hyun. Supongo que nos veremos pronto —dijo, antes de entrar al vestíbulo sin esperar respuesta.

Jungkook lo observó desaparecer en el interior, sintiendo que la primera línea de defensa que había trazado entre ellos comenzaba a desvanecerse. Sabía que había sido sólo el primer enfrentamiento y que lo que estaba por venir sería aún más complicado. Taehyung había comenzado a sospechar, y ahora, más que nunca, tenía que ganarse su confianza.

La misión no solo dependía de su capacidad para protegerlo físicamente, sino de cómo podría sortear cada pregunta y cada mirada inquisitiva. Mientras cerraba los ojos por un segundo, Jungkook sintió el peso de una soledad silenciosa, una que le recordaba lo que se había comprometido a arriesgar por la seguridad de alguien que apenas conocía. Pero estaba decidido: no dejaría que nada ni nadie, incluido él mismo, fallara en proteger a Kim Taehyung.

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