7
Septiembre 27, 2016
05: 30 de la tarde
El: ¿si lo recuerdas? – me escribe Rodrigo.
Yo: Claro que sí. Como no hacerlo. Odiaba tanto a ese tonto.
El: ¿Por qué? Él y yo éramos muy buenos amigos.
Yo: Exacto. Tú y el, no yo y el.
Yo: ¿eres feliz allá?
El: ¿Por qué esa pregunta?
Yo: no lo sé. Ya sabes, soy muy curiosa.
El: bueno, tengo que ser feliz donde estoy.
El: ¿y tú? ¿Eres feliz?
Yo: Pues claro que soy feliz. Solo que a veces me siento de una forma extraña. Pero con leer la Biblia y hago una oración, todo cambia.
Yo: soy un poco complicada de entender. Mejor olvídalo.
El: creo que me he perdido muchas cosas de ti.
Yo: odio que te hayas ido.
El: yo también. Pero tenía que venirme.
Yo: te odio por gustarme tanto. Y te odio más porque sé que nunca podrá ser L
El: tú también me gustas mucho.
Yo: ¿es en serio?
El: sí. Claro ¿Por qué mentiría?
Yo: ¿Qué te gusta de mí?
El: bueno. No lo sé. Solo me gustas y ya. Creo que todo, incluso lo mandona que eres. Aun te recuerdo así. Es difícil responder esa pregunta.
El: ¿a ti que te gusta de mí?
Yo: no lo sé. De hecho, no sé porque siquiera me gustas cuando eres un tarado.
El: jajá. Bueno, creo que no discutiré eso.
El: ¿puedo preguntarte algo serio?
Yo: estoy empezando a entrar en pánico ¿en serio preguntaras algo serio? Eso sería mucha responsabilidad de tu parte.
El: vamos, no te burles. Sí, quiero ser serio.
Yo: adelante. Pregunta. Pero no me responsabilizo por mentes traumadas de niños que decidieron ser serios.
El: eres cruel.
El: si yo regresara ¿me darías la oportunidad de tener algo formal contigo?
Yo: ... ...
Yo: Bueno, si de formal te refieres a un noviazgo y no saltarse ni adelantase cada paso, y hacer todo para que agradarle a Dios. Creo que...
El: ¿Qué, que?
Yo: creo que sí.
El: ¿a qué te refieres con saltarte ni adelantarte casa paso?
Yo: Sabes que soy cristiana.
El: por supuesto que lo sé. ¿Qué crees? Sé muy bien eso de ti, y me gusta.
Yo: Bien, pues existen muchos noviazgos que se tratan como si se hubieran casado hace años.
El: ¿Cómo?
Yo: oh por Dios, sabes a que me refiero.
El: si hablas de sexo, sé que no eres como ellas. Además, una relación no se basa únicamente en eso. Hay muchas otras cosas que son importantes.
Yo: bueno, solo quería dejarlo claro.
Yo: sabes que tengo que hacer las cosas bien. Tanto como me sea posible. Quiero vivir cada etapa, sin saltarme ninguna de ellas.
El: oh Dios mío. Amo cuando hablas así.
El: por eso me gustas cada vez más, aunque no te lo diga constantemente.
Yo: y yo amo cuando eres serio y deseas tener conversaciones como esta.
El: prometo que nos pondremos serios más seguido.
Yo: a veces, siento que te quiero. Solo un poquito.
El: ¿Por qué a veces? ¿Y porque un poquito? Yo si te quiero y mucho.
Mayo 29, 2012
01: 15 de la tarde.
− Hola – Me hablo Jeremy dándome un beso en la boca.
− Hola – le dije.
Íbamos de camino a mi escuela. Él hablaba sobre algo con alguno de sus compañeros. Llevábamos nuestras manos entrelazadas. Amaba que hiciera esto. Me sentía bien. El me gustaba mucho.
− Oye – me dijo el, yo de inmediato volví mi rostro a él, y él me tomo por sorpresa tomado mis labios con los suyos. Había olvidado que siempre él solía hacer esto cada vez que yo estaba distraída. – me gustas tanto, July.
− Tu a mí no. Eres... uh, ya sabes. Un estirado – susurre eso último tratando de no sonreír, pero fracase porque ambos reímos – pero aun así, creo que me gustas – le dije.
Los alumnos comenzaban a llegar y tuvimos que separarnos, ambos reíamos como dos tontos enamorados. Él puso sus manos en mi espalda y yo me abracé a él; fue justo ahí que vi que Rodrigo venia en nuestra dirección.
Quería pretender que no lo había visto, pero era demasiado tarde. Nuestras miradas habían hecho contacto y el zoológico en mi había despertado. Así que me separe de inmediato de Jeremy. Me sentía bastante confundida, apenada y mal por Jeremy.
− ¿Qué sucede? – me pregunto el, muy inocente. Por supuesto que había notado mi rechazo repentino.
− Nada – le dije – solo que ya me tengo que ir – tome su rostro entre mis manos y le di un beso su mejilla. Me estaba yendo, cuando el tomo mi mano y me dio un beso en la boca. Lo había hecho porque mi mente ya había proyectado la imagen de Sandra y Rodrigo abrazados. Estaba volviéndome loca, porque ellos ni siquiera se hablaban. Sé que si hubiera sido más inteligente, hubiera pedido dirección al Padre, pero era tan insolente e ignorante, que el enemigo me estaba revolcando hasta hacerme hacer ese tipo de cosas, que una cristiana no debe hacer. El problema no estaba en que saliera con Jeremy, sino que saliendo con el pensara en alguien más.
~~~~~~
Dedicado a:
Lumbi18
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro