6
Mayo 28, 2012
03: 07 de la tarde
Estaba con Jenny, en la hora de almuerzo, comiendo algo. Había estado chateando con Rodrigo durante los últimos días. Habíamos estado más unidos en los últimos días. Y los rumores no se habían hecho esperar. Mis amigas se habían alejado de mí, aunque puedo decir que yo había hecho que ellas se alejaran de mí por estar más tiempo con Jenny o Rodrigo antes que con ellas.
− Sabes que la gente está hablando ¿verdad? – me dijo Jenny al mismo tiempo que masticaba su zanahoria cocida. Mis ojos estaban en su boca naranja.
− ¿Qué dice la gente? – le pregunto tratando de no mirar su boca. No era como si fuera un crimen entre nosotras o algo vergonzoso; habíamos creado un lazo con algo d confianza. Realmente me daba un poco de miedo acerca de lo que ella decía. Jamás había andado en boca de nadie por un chico.
− Pues ya sabes. Tú y Rodrigo. Pero no los escuches. Ustedes se ven adorables.
Sí, claro. Adorables. Mis ojos otra vez se habían posado en su boca.
– ¿Qué me ves?
– Me das una – me dije mostrando todos mis dientes en una sonrisa, para que ella se compadeciera y me diera una. Las zanahorias cocidas lucían deliciosas.
Mayo 28, 2012
07: 50 de la noche
Él estaba en mi casa.
¡Él estaba en mi casa!
− ¿Entonces tus padres no te han dicho nada? – me preguntó Jeremy. El chico con quien salía.
Él había sido al primer chico a quien había besado. Él había sido el primer chico de quien me había enamorado, pero cuando conocí a Rodrigo, las cosas habían tomado un rumbo distinto. Mi cabeza daba vueltas, porque quería a Jeremy. Estaba segura que le quería. Pero también estaba segura que el zoológico en mi estómago despertaba cada vez que se daba la hora de ir a la escuela y ver a Rodrigo.
− No. Creo que ellos ya se han acostumbrado a verte por aquí – le dije. El entonces de inmediato me abrazo y me dio un beso. Amaba que el hiciera este tipo de cosas. Besos repentinos.
− mañana tengo el día libre.
− ¿no iras a la escuela? – le pregunte. Los padres de Jeremy habían decidido que el estudiaría en un colegio pagado y de prestigio para evitar que sus hijos tuvieran algún tipo de relación o contacto con las personas de aquí. Ja, lástima que él se había enamorado de una chica de la baja sociedad; como ellos nos llamaban.
− Uh. Habrá una feria de estirados donde hablaran de lo que son sus padres; grandes empresarios y bla, bla, bla. Nada importante. Pero... – dijo viéndome y tocando con un dedo mi mentón – había pensado en acompañarte a la escuela ¿Qué dices?
¿Acompañarme? ¿A la escuela? ¿Él estaba hablando en serio?
Me había emocionado porque el iría conmigo a la escuela, pero también había sentido que eso iba a ser incorrecto. Por Rodrigo. Pero recordé a Sandra. Ni siquiera me había puesto a pensar que dirían si uno de su familia lo viera conmigo. Estaba decidida a que el fuera conmigo a la escuela.
~~~~~~~~~
Dedicado a:
Cooiin
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro