Septiembre 25, 2016
12: 50 de la tarde.

  Las clases han terminado. Mis amigos y yo nos dirigimos al comedor central por nuestros almuerzos. Ayer en la noche, cuando recordaba ese día en la secundaria, me había sentido mal. Desde el inicio, siempre había sido yo la que había estado enamorada de él. Tal vez él nunca lo ha estado de mí. Siempre trate de orarle a Dios para saber si él era e indicado, y Dios siempre había respondido; solo que yo no había querido ver.

− Todo será grandioso – dice Bianca – la mamá de Kim y Andrea ya les ha dado permiso ¿no es así, chicas? – Kim solo asiente y sonríe. Ella, junto con Andrea son buenas chicas; me caen bastante bien, pero jamás hablan. A menos que sus vidas dependiera de ello. Y estaba segura que desde que las conocía, solo habían sido unas tres veces que sus vidas habían dependido de ello. Así que, en este momento, ya había olvidado el tono de su voz, aunque creo recordar el de Andrea, porque de ellas dos ella es la que habla un poco más – todo será genial. Si iras ¿verdad, July?

− Mmm. No lo sé. Tengo actividad en la iglesia ese fin de semana; ya veremos.

− oye ¿no crees que podrías dejar al menos por una vez las actividades de la iglesia y venir con nosotros? La mayoría de las veces siempre chocan con nuestros planes – Dice Bianca. Ella me caía muy bien, conocía bastante sobre estos temas e incluso sabía que había colaborado en algunas actividades para la iglesia a la que asistía. Tiempo atrás creo que hubiera cancelado toda actividad en la iglesia sin pensarlo dos veces, pero las cosas eran diferentes ahora. Cada vez que me sentía tentada en poner algo primero que no fuera Dios, pensaba, ¿Acaso Jesús me haría esperar si lo necesitara? Por supuesto que no. Yo dependo de Dios, Dios de mí no. Mi historia era totalmente diferente ahora. Ahora tenía a alguien a quien agradar.

− Pues creo que eso pasara hasta que deje de ser dependiente de él. Como... dejar de depender de él literalmente; creo que eso nunca pasara – le dijo, a este punto creo que estoy algo molesta ¿ellas que saben sobre cosas importantes? Como si, aunque yo no fuera, ellas dejaran de ir. Corina, solo rueda los ojos

− Es nuestro fin de curso, se supone que sería una salida en grupo – dice Andrea, ella siempre era la promotora de las salidas – tienes que hacer algo. Si quieres podemos ayudarte a organizarte y buscar tiempo en tu agenda tan ocupada – dice exagerando la situación como si de verdad fuera una persona ocupada. Todas medio reímos.

– En parte, Andrea tiene razón – habla Corina – deberíamos hacer nuestra salida de fin de curso juntas. Seria cool.

− Si sería cool – digo haciendo pucheros, porque sé que de verdad sería muy cool – Eso es una locura. Veré que puedo hacer, pero no prometo nada – en este momento en lo único que puedo pensar es en ir de excursión con Rodrigo, solo con él. Eso sí sería realmente cool.

Septiembre 25, 2016
03: 12 de la tarde

  Después de almorzar, habíamos decidido quedarnos un poco más, y luego cuando nos habíamos dado cuenta, el tiempo había pasado demasiado rápido por tanto hablar de cosas sin sentido; esas cosas que no importan pero que lo valen todo. Estamos sentadas en un campo algo apartado de la universidad. En cierta parte amaba estos días. Cuando se daban charlas improvisadas y comenzábamos a hablar de cualquier cosa; y aunque fueran tontas, eran importantes para nosotros. No importa lo que hablemos, lo importante es con quien lo hablamos.

Una pareja se había acercado al lugar una media hora antes.

− ¿y ellos que? – me pregunta Bianca. Las chicas ríen porque sabe lo que viene a continuación.

La chica está viendo al suelo, y el chico se acerca a ella sutilmente, tratando de decirle algo al oído.

− Me gustas – habla Andrea imitando al chico; todos nos sorprendemos pero reímos. Ella está tratando de no reír.

− Tu también, pero sabe que lo nuestro no puede ser – hablo yo. Corina, Kim y Bianca están riendo mientras ven a la pareja y escuchar nuestra conversación.

De repente, el chico ríe; entonces Andrea hace lo mismo – me tienes loco, y sabes que no me puedo contener – habla Andrea, tratando de seguir el hilo de la conversación que supuestamente está dando lugar unos veinte metros de donde estamos.

− Esperen, esperen – habla Kim, interrumpiendo nuestra majestuosa obra. No es que Kim no hablara, solo que ella lo hacía cuando estaba realmente inspirada.

− ¿ahora qué?

− ¿Cómo sabemos que ellos dos se gustan? ¿Qué tal si son hermanos?

− No seas tonta – habla Bianca – ellos no pueden ser hermanos. Mira cómo la ve. Él está loco por ella

− Vamos, vamos. Has cortado mi inspiración – le digo a Kim – miren. Él está tratando de besarla – de inmediato todas volteamos. Como dije, aunque ella ni Andrea hablan mucho, tiene la habilidad de escuchar. A veces me dan un poco de miedo y tiendo a pensar que son agentes secreto y mi mamá las envió para saber cómo me comporto fuera de casa.

− Vamos, bésame. Solo será un beso. Uno pequeño – dice Andrea. Todas reímos.

− Ya te dije que no puedo. Es difícil de explicar – hablo yo, imitando a la chica.

− ¿Qué es lo difícil?

− Sabes que tengo novio.

− Yo también – habla Bianca. De inmediato Andrea la mira a Bianca.

– No te metas en mi guion – gruñe. Bianca solo la observa y se ríe, haciéndole señas con las manos a que contiene con su espléndida obra de imitación. A este punto, la pareja esta frente a frente; hablando seriamente – pero eso no es impedimento para que tengamos algo. Nadie se dará cuenta.

− Eres una sucia – hablan Kim y Corina al mismo tiempo. Eso me hace pensar que ellas están sincronizadas, de alguna extraña manera.

− No soy una sucia. Eso fue lo que él le dijo – Andrea trata de verse ofendida, pero fracasa y se ríe, entonces nosotras también reímos. Incluida Kim. Que, aunque no hable, tiene la habilidad de reír.

La pareja de repente toma sus cosas y se aleja, el parece que trata de convencerla, y ella parece una chica más experimentada que él. Solo haciéndole creer a el que tiene el control de la situación. Aunque en realidad a leguas se ve que ella posee total control.

− Miren, ya se van. Yo gane – nos dice Andrea – vamos – habla, imitándolo – tengo un lugar que mostrarte donde podemos hacer cosas interesantes.

− Creo que la idea me agrada – me quita el puesto Corina – nuestras parejas no se enteraran.

– Todas ustedes son unas filisteas – les digo. Pero sé muy bien que si eso fuera cierto, ninguna de ellas haría o diría semejantes cosas.

− Nuestras parejas no se enterarán – confirma Andrea.

− qué asco ¿Cómo se dejó convencer? – pregunta Corina como si nada, luego que me robo el papel.

− Tal vez y solo van a otro lado. Tal vez y ella si tiene un poco de respeto.

− Tal vez y nosotros somos un par de tontas que no tienen vida y tenemos que vivir a través de los demás – habla Andrea riéndose de nosotras. Creo que es un tonta, porque, aunque no lo sepa, también se está burlando de ella. Las cuatro estábamos locas.

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Dedicado a:

Cooiin