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Ya casi está que terminamos esta historia, es realmente muy especial para mi.
Sin más, pasemos a lo que nos interesa.
Enero 21, 2017
09: 12 de la mañana
Estaba hecha nervios. No es que fuera una cita o algo, o que Rodri fuera a pedir mi mano, pero estaba nerviosa. Desde la mañana no paraba de pensar y pensar como les diría a mi madre y mi padre que un amigo vendría a casa. Lo había practicado en mi cabeza una y otra vez, pero cuando estaba con mamá no me salía nada de inspiración de la que pensaba yo era buena. Dios... estaba equivocada. Pero tendría que decirle, claro que tendría que decirle. Era un hecho que tendría que decirle.
− Mamá... − mi madre lava los platos, Dios. Estoy muy nerviosa. Ella ni me ve. Al ver que no digo nada, me observa detenidamente −... hable con un amigo y... vendrá hoy en la tarde – le suelto antes de arrepentirme. Para mi desgracia, en ese momento mi padre pasa y lo escucha.
− ¿un amigo? – pregunta deteniéndose.
¡Rayos! No había planeado que mi padre escuchara esto.
− Este... sí. Es un amigo – trato de sonar casual.
− ¿Quién? – pregunta mi mamá, quien está más concentrada en los platos que en mí.
− Es un amigo de la secundaria – entonces se me ocurre una mentirita, o mentira. Al fin de cuentas, mentira es mentira − Habíamos quedado varios chicos, pero creo que al final solo vendrá el. No lo sé, o tal vez vengan los demás.
− Entonces deberías preparar algo rico – habla mi padre siguiendo su camino hacia el patio trasero.
Uno menos...
− ¿has escuchado, mamá? Tal vez preparas un jugo o algo – es ahí cuando mi madre me ve de verdad.
− Es tu invitado, July; no el mío.
Ruedo los ojos, pero sé que he salido bien parada de esta. Cuando estoy en mi cuarto respiro aliviada. Después de todo no ha salido tan mal. Ellos ya saben que el vendrá, aunque haya tenido que mentir. Rayos, creo que no era necesario haber mentido; pero ya lo he hecho.
Enero 21, 2017
04: 00 de la tarde
El: en unos minutos salgo para tu casa.
Yo: ¿vives largo?
El: no mucho. Ya te lo había dicho. Cerca de la calle principal sur.
Yo: oh, claro. Ahora lo recuerdo.
El: espérame fuera. Me dará un ataque si tu padre es quien abre otra vez la puerta.
Yo: envíame un mensaje de texto cuando estés cerca.
El: seguro.
Estoy más que nerviosa. Ya me he bañado y visto en el espejo unas doscientas menos quince veces. Al final, he convencido a mamá de que prepare algo para él (ellos) me siento fatal por la mentira. Me puse unos jeans negros y una camisa de tirantes que me llega un poco arriba de los muslos, mi cabello lleva una tranza a un lado, no me he puesto nada de maquillaje; no es como que vaya a salir con él o algo. Quiero verme casual y nada nerviosa.
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