Octubre 31, 2016
12:45 de la tarde

     − Y en serio ¿Qué se supone que fue eso? – me pregunta Bianca. En cuanto la clase termino. Tony había vuelto a su lugar, yo me había quedado sin palabras, y mis amigas no habían tardado en preguntar.

Octubre 31, 2016
09:16 de la mañana

  En cuando termino de hablar, Tony volvió a su lugar de inmediato. La maestra lo felicito y dijo que habíamos hecho un buen trabajo, que él se había empapado en el papel, y que cualquiera juraría que ambos éramos una pareja empedernidamente romántica.

Yo volví mi vista a Corina. Asustada y en una especie de estado de shock por haberlo escuchado decir eso. Muchos de los amigos de Tony se me habían acercado a decir que nuestro trabajo había sido grandioso.

− ¿En serio él dijo todo lo que dijo? – le había preguntado a Corina cuando la clase había terminado.

− Creo que sí. Él dijo todo eso ¡Dios ¿Por qué jamás me contaste que ustedes han sido amigos desde antes que nosotras lo fuéramos?

− No lo sé, tal vez porque ya lo había olvidado.

− ¡Increíble! 

Octubre 31, 2016
12:45 de la tarde

− Ya les dije que ni yo lo recordaba – les explico por décima vez.

− Cielos Santos, Juliana. Ustedes dos estaban coqueteando. Toda la clase se la pasaron coqueteando – me dice Andrea casi histérica.

− Oye, no seas dramática. Además, no fue así. El solo... trataba de ser amable.

Octubre 31, 2016
03:12 de la tarde

  ¡Rayos!

Aun no puedo sacar de mi mente a Tony diciendo todo lo que dijo.

¡Rayos!

Como me hubiese gustado que Rodrigo tomara el lugar de Tony.

Necesito sacar a Tony y sus dulces y peligrosas palabras de mi mente. Sé que la única solución es pensar en Rodrigo. En la primera vez que sujeto mi mano.

Junio 25, 2012
03:12 de la tarde

 Todos estamos en el salón de clase incluso cuando es tiempo del break. El porqué de esto: estaba lloviendo.

Algunos de los amigos de Rodri habían salido a jugar futbol bajo la lluvia. Se veía divertido. Jenny no había llegado ese día, y mis amigas estaban hablando con Rodrigo.

Si. Extraño.

Estaba viendo mis apuntes, tratando de pasar el tiempo con algo divertido, pero no lograba encontrar nada divertido dentro de mi cuaderno de matemática.

Odiaba y odio la matemática.

− ¿Qué haces? – me pregunto Rodri, mientras se acercaba con su silla a mi lugar.

− ¿Qué tanto hablas con ellas? – le pregunte. Él se encogió de hombros.

− Nada, supongo que lo único que tenemos en común eres tú.

− Así que estaban hablando de mí.

− Bueno... ellas me preguntaron si nosotros estábamos juntos – me dice. Como si esto fuera muy normal.

− ¿y que les has dicho? – le pregunto intrigada por la respuesta. Una parte de mí, la loca y sin raciocinio y civilización, estaba deseosa por escucharlo decir que les había dicho que estábamos juntos. Pero mi parte tímida, la que si tenía cerebro y lo usaba, decía que lo más sensato era que el dijera la verdad y que los rumores pararan de una vez. Creo que yo le iba a mi parte loca y no civilizada.

− La verdad. Que solo somos muy buenos amigos – me acomode en mi silla un poco decepcionada por la respuesta. Pero ¿Qué caray me estaba pasando?

− ¿Por qué no has ido a jugar allá afuera con tus amigos? – le pregunte. Parte por mí, ya no me quería sentir incomoda

− Hace frio ¿tú no tienes frio? – me pregunto tomando mis manos.

− Un poco. Si – baje mi vista a nuestras manos. Oh por Dios, se veían perfectas. Respire profundo y luego lo vi a los ojos, él me sonrió, se veía contento de al fin poder tocar mis manos – Oh, Dios. Esto es difícil.

− Es difícil porque tú lo haces difícil – Rodrigo me miro. Aun no soltaba mis manos − ¿en serio lo quieres? Porque si lo quisieras no sintieras lo que sientes por mí. Me gustas mucho, July – me dijo besando el nudillo de mi mano izquierda.

− Es que... ¿Quién me asegura que jamás me dejaras por alguien más? ¿Quién me asegura que el otro año estaremos juntos? Podrías irte a otra escuela, yo podría irme a otro sitio. Y... cuando las cosas no funcionen más, seremos dos extraños. Al menos ahora sé que te tengo, eres mi mejor amigo y te quiero.

− Mejor amigo, claro – Rodrigo se veía algo molesto – mejor olvidemos esto y... solo seamos los tontos enamorados que no pueden estar juntos por ahora ¿sí? Porque no me negaras que ambos sentimos lo mismo por el otro.

− Jamás dije lo contrario.

Rodrigo se levantó de su lugar y se sentó al lado contrario. Unió dos sillas y luego apoyo su barbilla en mi cabeza. Recuerdo en ese momento morir por no ser lo suficientemente capaz de dejar a Jeremy. Yo recosté mi cabeza en su hombro.

El nunca soltó mis manos.

Y eso, se sentía demasiado perfecto para mí.

Me di cuenta de una sola cosa: Lo quería.