Notas:

Parejas:

-Darwin x Julius

-Gumball x Hot Dog Guy

Este va a ser un capítulo donde las apariencias van a ser tipo Gender Bender

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-No puedo creer que lo hicieras Watterson- la directora se sobaba las sienes en señal de estrés.- Entra, te aconsejo pensar en lo que hiciste- salió de allí azotando la puerta.

La de coletas se dirigió a un asiento vacío, la próxima butaca estaba ocupada por una chica de pelo azabache que se veía absorta en sus pensamientos. Pensamientos que prontamente fueron interrumpidos por la recién llegada.

-¡Hola!- saludo amablemente. La de cabello corto se tardó segundos en responder, primero le recorrió de pies a cabeza con la mirada.

-No pareces alguien que pertenezca a este sitio- seguía analizándola.

-No lo soy, no pertenezco a este ambiente- habló amablemente.

-¿Qué haces aquí entonces?- su cara se mantenía neutra.

-Lo que pasa es que mi hermana golpeó a alguien con una botella de agua, haciendo que todo el piso se mojara, de allí ocurrieron otra serie de accidentes- se rascaba la nuca con algo de pena.- Cuando la directora preguntó sobre el causante ella se había esfumado-

-Y tu seguramente estabas con las narices metidas, ¿no es así?- le miró divertida.

-Sí- respondió con alegría.

"¿En serio?", la mayor se cuestionaba para sus adentros, ¿realmente era tan estúpida?

-¿Quieres una galleta?- preguntó con dulzura.

La de pelo azabache bufó, le arrebató la bolsa donde le ofrecía dicho comestible, miro al fondo del agujero, las galletas tenían forma de gatitos.

-Ow pero que lindura- habló con sorna.

-¿Verdad?-

Tan inocente y pura...

Toda la detención se la pasó burlándose sutilmente de la peli naranja quien, no entendía sus bromas de doble sentido.

-Espero volver a verte pronto- se despedía la de orbes verdes con emoción. La detención terminó hace ya un rato, sin querer, desperdiciaron el tiempo, ya había anochecido. A la más alta le causaba gracia la excesiva candidez de su compañera.

-Pobre idiota- observaba como la contraria se perdía en la lejanía, andaba sola de regreso a su hogar. Debido a la hora, su hermana posiblemente ya se había retirado.

Estaba por darse la vuelta, iba a emprender también su propia ruta. Algo llamó su atención, tres sujetos con pintas extrañas se dirigían con prisa por donde había pasado la morena.

-Maldita sea- fue en dirección de la chica.

"Alguien como ella no debería andar sola por ahí, que estupidez", pensó mientras su respiración se agitaba.

Observaba frenéticamente todos los rincones mientras seguía corriendo. Luego de unos minutos logró divisar a los tres tipos, entre ellos resaltaba la chica naranja. Volvió a tomar impulso para encarrerarse con rapidez.

-¡Oigan, imbéciles!- la de camisa blanca dio un golpe acertado en la cara de uno de los sujetos.

-¿Quién diablos eres?- alguien se aproximó a golpearla mientras que otro se dedicaba a levantar a su compañero del piso, ¿con tanta fuerza le había dado?

La pelea transcurrió entre los dos restantes y la chica. Desataba golpes con agresividad y rapidez, tan hábil era que salió ilesa. Los sujetos salieron con prisa de aquel lugar, no sin antes utilizar una sarta de insultos y maldiciones.

Una vez finalizado todo, se acomodó los guantes que cubrían sus manos, ahora estos estaban salpicados de un poco de sangre. Volvió a orientar su vista en la menor. Estaba sentada, recargada en la pared, su mirada aún le hacía ver que estaba asustada, sus ojos cristalinos expresaban miedo. Su cabello amarrado en dos perfectas coletas, ahora solo poseía una.

-Levántate- le tendió una mano mientras mostraba un semblante frío.

La pequeña no dudo en corresponder, tomó esa palma con fuerza y se aferró a su protectora.

-Gracias- dejó salir las lagrimas que le atosigaban.

La otra se quejó por lo bajo, no estaba acostumbrada a ese tipo de contacto.

-Sí, sí, de nada, ¿quieres... apartarte un poco?- buscaba que nadie fuera presente de aquella escena.

Se resignó ante el nulo pensamiento de ceder de la morena. Acarició su cabello, era suave, desprendía un olor a flores.

Unos minutos después, por fin le había soltado.

-Ya, bájale al azúcar- la despegó de su cuerpo.

-Perdón, es solo qué, tenía mucho miedo- limpió sus ojos con una ligera sonrisa.

-Definitivamente eres un blanco fácil, enana- no era su especialidad el ser amable.

-A todo esto, ¿cuál es tu nombre?- sus ojitos le miraban a la espera de una respuesta.

Ella claramente no quería decirle, no lo haría. Vio como su sudadera estaba desaliñada, seguramente le habrían jaloneando cuando la acorralaron; su cabello despeinado resbalaba tocando su hombro.

Deshizo el moño de su cuello, lo retiró con bastante fuerza y torpeza que, terminó por volar uno de los botones superiores. Utilizó el lazo para amarrar la otra parte de su cabello, no era diestra para esas cosas, hizo lo que pudo.

-Te ves bien, lindura- habló burlonamente mientras observaba la desigualdad del peinado.

Aquel acto había desencadenado una serie de reacciones extrañas en la naranja, un rubor iluminaba su rostro. El silencio se hizo presente entre ambas.

-¿Qué tanto miras?- le habló con ligero enojo, notó la constante atención de su compañera.

-Tú... Tú, eres muy bonita- mostraba un estado atónito.

-Qué patético se vio eso- no pudo evitar soltar una risa, lo cual avergonzó a la otra.

No podía mirarle a la cara, estaba bastante roja, trataba de verle de regreso pero al querer hacerlo se cruzó con el pecho algo "apretado" de la azabache, debido a que ya no le sostenía aquel lazo, su camisa entreabierta dejaba a la vista un panorama sobresaliente. La mayor se percato de ello y se soltó a reír a carcajadas, eso evidentemente puso más incómoda a la bajita.

Al final le acompaño de regreso, esta vez se aseguraría de que volviera a salvo.

-Gracias por traerme- le sonrió con cariño.

-Deja de agradecer tanto, me estresas- dio un leve empujón en su espalda.

Subió las escaleras de la entrada, estaba a punto de irse, pero no, regresó a la posición de la otra y saltó a su cuello, se colgó a ella con fuerza. Su intención era darle un beso rápido y salir huyendo al resguardo de su hogar. Por increíble que parezca, la azabache le sostuvo por la cintura, prolongando aquella unión.

¿Qué había sido eso?

Quizá un impulso repentino.

Antes de marchar a casa, sacó un mechero y prendió un cigarrillo, sabía que ya iba bastante tarde, quería un respiro antes de que sus padres le comenzaran a gritar por la hora de llegada. El humo impregnaba sus prendas se perdía la esencia totalmente dulce a flores.

Al día siguiente...

-No puedo creer que te quedaras parada- su hermana discriminaba sus actos a pesar de que, inicialmente todo fue su culpa.

-No me percaté de la directora, lo siento-

En su recorrido por los pasillos un chico extremadamente pálido pasó a su lado, su intención era saludar a la de ojos verdes. La de largas pestañas correspondió sin tomarle mucha importancia.

-Oye, que raro, normalmente te pones histérica cuando él te dirige la palabra- la de tez clara echó un vistazo al fondo viendo al chico alejarse.

-Bueno... ¿Yo supongo que ahora tengo un nuevo amor platónico?- reía nerviosa.

-¿¡Qué!?, ¿quién?, ¡tienes que decirme quién!- le tomó del rostro con muy poco cuidado.

-B-bueno, es-- no terminó de decir, le soltó violentamente.

-Espera, aguántame un minuto, luego me cuentas- se fue corriendo lejos de su hermana.

-Hey, ¿es nuevo el suéter?- se dirigió a una chica alta de cabello rubio.

-No- fue directa.

-Eh... Bueno- buscó otra opción que le permitiera prolongar la conversación.- Ayer fui a cortarme el cabello, ¿quedó hermosamente sedoso, no?- pasó una mano por la melena propia.

-Te queda bien- sus comentarios era muy cortantes.

-¡Oh, vamos!, trató de hacerte la plática, pero parece que hablo con la pared- se desesperó rápidamente.

-¿Quieres hablar?, bien- cerró su casillero y le miró con absoluta atención.- Ayer, la maniática de tu hermana causó un desastre en el pasillo, aventó una botella con agua a mi mejor amigo, ¿lo sabías?-

-Oh, eso- sus ojos rebotaban de un lado a otro.- Veraaaas, lo que pasa es que allí había una chica que le coqueteaba a su enamorado y pues... supongo se quería desquitar, pero por accidente la botella dio en la cabeza de otra persona, ¿gracioso, no?- jugueteaba con sus dedos.

La de pecas le miró dudosa.

-¡Claro!, ella me lo contó todo, se confesó conmigo por lo mal que se sentía y me pidió que me disculpara por ella- sentía su cuerpo retraerse.

-Sí, supongamos que tu hermana tiene la suficiente maldad en su ser como para hacer algo así, luego, no creo que el golpe a mi mejor amigo haya sido un error de cálculo- cruzó los brazos.

La otra no dijo nada en defensa, la de lentes estaba segura que fue ella, ¿quien más?

-¿Quizá yo le di la botella?- al ver que su expresión no cambiaba volvió a intentar.- ¿Quizá fui yo?-

La más alta suspiró en resignación.

-¿Celos de nuevo?, no entiendo porqué- se recargó en el muro cercano.

-Tienes que admitir que ese sujeto se te acerca demasiado sospechoso, quizá tiene otras intenciones- forzó una sonrisa para ocultar su enojo.

-Eres una gatita tonta, mejor amigo no significa pareja- sonrió ligeramente.

-Si solo te vas a burlar de mi, mejor me--

Sabía como hacerla callar, algo simple, dulce... Clásico.

*

Estos diseños no me pertenecen, son propiedad de @GumdogTrash

Desde que le sigo estoy en fascinación con sus dibujos.

Y definitivamente tengo una obsesión con este es especial, lo amé.

Podría decir que le dedico este capítulo ♥