Notas:

Porque la inspiración siempre llega en el peor momento y de peor manera(?

Contexto:
Estaba viendo el episodio de "THE BBFS" y no sé que pasó por mi cabeza.

Si no sabes quien es Fuzzy de una vez te digo que no vas a entender lo siguiente (y quizá tampoco aún sí lo sabes).

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—¡Gumball, podemos tener nuestro propio lugar, lejos de todo, solo para nosotros! Mejor que este escondite.

—¿Podremos jugar todo el día? —preguntó un pequeño con ojos llenos de alegría.

—Por supuesto —contestó —. Solo tienes que acompañarme a Minnesota.

—¿Es muy lejos? —sin quitar aquella sonrisa ingenua no despegaba la mirada de su mejor amigo.

—No te preocupes, no es un viaje largo.

—¿Papá y mamá pueden venir? —cuestionó con gran energía.

—¿Qué? No. Esto es solo entre tú y yo —su cara reflejaba ofensa.

—¿Por qué?

Esa expresión de confusión y desilusión infantil siempre quedaría grabada en él.

"¡Por qué solo somos nosotros, Gumball!"

Esas palabras lo aturdieron, claramente lo asustó.

Como cualquier recuerdo se daba paso en su mente de manera oportuna. Habían pasado años, sí, pero por alguna razón sentía como en su interior un vacío se acrecentaba.

Abría la herida sin querer, no soltaba esas imágenes en secuencia; como una flor agonizante que pareciera morir, aunque permanecía triste e inclinada, marchita... Se negaba a tocar la tierra, desvanecerse, decolorarse y ceder a reincorporarse.

Pero todo comienza por una razón, ¿cierto?

—¿Qué tal si hacemos una pijamada? —sugirió al ver que la luz comenzaba a desvanecerse.

—No —le contestó seco.

Eso corto el ambiente ameno a media caminata.

—¿Eh? ¿Por qué no? —se sorprendió por lo grosero de su respuesta.

—Porque no, Fuzzy —ese tono habitual siempre lo hacía sonar más gélido de lo que quizá sería.

Insatisfacción.

—Hank, ¿no quieres jugar a las escondidas? —su estado era neutro, pero en el fondo deseaba una respuesta afirmatoria.

—Eso es un juego de niños.

Claramente no era esa la contestación que quería.

Insatisfacción, mucha insatisfacción.

Se supone que eran mejores amigos.

"Los mejores amigos hacían pijamadas, los mejores amigos jugaban y pasaban tiempo juntos, los mejores amigos no te abandonan y te dejan esperando".

Su cabeza solamente repetía la misma cinta a alto volumen, dejándolo ausente del momento, como si estuviera en modo apagado.

—Fuzzy —escuchó su nombre con recia amargura.

—Perdona, Hank, ¿qué decías?

Parecía que su relación se basaba en desinterés mutuo. Ya ni sabía porque pasaban tiempo juntos, era tan forzado... Tan inútil...

Pero por alguna razón se seguían llamando el "mejor amigo" del otro.

...

"Mejor amigo".

Solo podía haber un mejor amigo.

"Fuzzy, siempre serás mi mejor amigo"

Desde el momento que salió de la caja, él fue el primer rostro que vio. Las primeras semanas ni lo soltó. Un infante que parecía tener energía inagotable y con quién pasaba todo el día.

—Espera, ¿cuándo fue que esa cosa consiguió una casa propia, y en nuestro cobertizo? —preguntó la madre del gato azul con confusión.

—¡Vamos, mamá! ¿Puedo visitar a Fuzzy? —siempre hiperactivo, ese pequeño niño jalaba con impaciencia el pantalón de su progenitora.

...

"¡Wow, Fuzzy, tu cuarto es genial!"

Por alguna razón, de nueva cuenta trataba de revivir ese momento. Tal vez si recreaba su viejo lugar de juegos se sentiría más tranquilo.

Detalle por detalle, con memoria fotográfica. Todo era igual que antes. Solo faltaba algo, alguien.

Con dulces memorias y una motivación sorprendente, se encargó de dejar a Hank congelado para que nadie se interpusiera en su rumbo.

—Vamos, Darwin, ¡tú sabes que necesito tu apoyo en esto!

—¡No! No puedo creer que le hagas creer a ese chico una mentira tan cruel.

—Solo le dije que era como mi hermano por un buen descuento —comentó con simpleza.

—¿Si viste sus ojitos de emoción cuando le dijiste eso? —se mostró enfadado.

—Vamos, tú sabes que igual es mentira.

—¿Pero él? —se cruzó de brazos y le miró con reproche.

—Pff, en cuanto termine este negocio no habrá necesidad de seguir fingiendo.

—¿Y si se molesta contigo? O peor aún, ¿qué tal si te busca para seguir con esa farsa?

—Tú tranquilo, en ese caso solo tendré que fingir —le restó importancia.

—¿Hasta cuándo? —le miró arqueando una ceja.

—Lo que sea necesario —contestó sin remordimiento y tranquilidad.

—No pienso ayudarte a hacerle creer esa mentira —se dio la vuelta.

—No te pongas celoso —le abrazó con intenciones de convercerlo.

—No estoy celoso, solo estoy a favor de lo correcto.

—Darwin, ¿sabes cuánto te amo? —trató de persuadirlo con cariño y ojos brillosos.

—No empieces.

—Tú eres mi único hermano y mi mejor amigo y lo sabes —apretó más su agarré mientras restregaba su mejilla en el hombro ajeno.

—Agh, esta bien...

—Te amo —dijo y lo soltó. Victoria de nuevo.

—Y para que lo sepas, aprendí a controlar mis celos desde lo de Penny.

Desde una distancia prudente y sin que lo notasen, Fuzzy se hallaba escondido y atento a la conversación entre esos dos individuos.

Una emoción diferente comenzaba a hacerse presente. La primera impresión fue algo parecido al dolor físico; la segunda venia acompañada del enojo y malos pensamientos; y el tercero, ese era el peor, la envidia.

Para él fue fácil cambiarlo. Romper su promesa. 

"Siempre serás mi mejor amigo"

No, él era su mejor amigo. Volverían a jugar juntos, lo quisiera o no. Lo haría pagar todos esos años de ausencia.

Porque mejor amigo, solo puede haber uno.