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❥Combinación inestable❥

Notas:

Pareja: 

Rob x Julius 

Darwin x Julius

Advertencia: Relaciones tóxicas incoming, lenguaje vulgar, contenido +16

Pensaba levantarme a terminar un dulce y tierno one-shot, pero alguien ya me metió otra idea (?

✏✏✏✏✏

Ya hace tiempo, Rob, un chico sin hogar y que vagaba por la ciudad de Elmore, había conseguido un compañero con el cual raramente coincidía, no muchos estarían de acuerdo en que era la mejor opción. Julius Oppenheimer Jr., un delincuente juvenil que hace poco también se había independizado de sus padres. 

¿Cómo es que estos dos se juntaron para entablar una amistad? Fácil, el chico de orbes lila, en uno de sus intentos por acabar con su némesis se topó con que alguien más localizaba al gato con la intención de hacerle daño. Un día, Julius estaba dispuesto a golpear al azulado por un asuntito pendiente, nunca dio detalles del caso. A final de cuentas, vio que el chico gato resbaló con una tabla de patinar que oportunamente apareció cuando tomó un paso equivocado, aquello llevó a una serie de desastres que dejaron muy mal herido a la víctima.

El azabache sabía que eso no pudo ser simple casualidad, se término de convencer cuando visualizó a la lejanía un sujeto de pelo castaño con un parche y demasiados vendajes. Tenía algo de conocimiento sobre él por cierto pecesito. Percibió una gran oportunidad de causarle daño al de suéter beige sin estar realmente involucrado, eso le beneficiaba si no quería que el naranja se molestara. Y así fue, raro en él, se acercó para dialogar algo que no fueran insultos hacia la otra persona. Le explicó lo que estaba dispuesto a hacer, lo sorprendido y agradecido que se encontraba con Rob por aligerarle la carga. Podría decirse que Gumball fue su medio de unión para estrechar amistad entre estos dos.

-¿Entonces?, ¿qué opinas?- cuestionó el azabache. 

-No creo que podamos pagar algo así- 

-Esa es la mejor parte, no tenemos que hacerlo, al menos por dos meses, mi amigo lo tiene resuelto, eso nos da chance de conseguir algún tipo de empleo o algo así, tal vez robemos un banco para entonces- soltó una risa. 

-No digas tonterías, quédate en delitos menores y no me arrastres a ello- rodó la mirada.

-Que aburrido eres- pasó sus brazos atrás de su cabeza.- Pero volviendo al tema, ¿te mudarías conmigo o no?- 

-Solo si no robamos un banco- se escuchó serio.  

-Era broma, idiota- le miró divertido mientras golpeaba ligeramente su hombro.

-Entonces acepto- sonrió de lado. 

*

-¿Es aquí?- 

Ahora tenía sentido el porqué de tanta amabilidad al rentarles gratis por dos meses. 

-Lo sé, da para la muerte, pero piénsalo así, tenemos cierta inmunidad por ser amigos del dueño, lo que sí es que tendremos que andarnos con cuidado en los alrededores- le dijo subiendo escaleras arriba. 

-Esta cosa se va a caer un día de estos- parte de la estructura temblaba con sus pasos. 

-Mira, si esto se derrumba será culpa de algún maldito gordo, con nosotros no hay problema- 

-Si tú lo dices- continuó siguiéndole el paso. 

-Otro detalle, él me dijo que necesitamos llave para la reja, el pasillo da a los cuartos, no pierdas esto- le entregó una copia. 

Pasaron unas cuantas puertas, había luces apagadas y pocas encendidas que iluminaban el corredor oscuro. Cuando estuvieron en frente de lo que parecía ser la respectiva propiedad, Julius empujó con ligereza para dejar ver dentro. 

-Momento, ¿esto no tiene cerradura?- Rob analizaba un extremo de la estructura rectangular, había un espacio donde claramente faltaba algo. 

-No, eso es lo único malo- 

-¿Y si alguien entra en la noche o cuando no estemos?-

-No lo harán, solo podrían ser los mismos vecinos y además, Rob, no tenemos nada que nos puedan robar, estarían más jodidos que nosotros si es el caso-

-No creo poder dormir así- se cruzó de brazos con indignación.

-Tranquilo, me aseguraré que nadie te viole mientras duermes- comenzó a reír y se dejó caer en la cama que por "cortesía" tenía unas cuantas mantas. 

-Muy gracioso, Julius- le lanzó la llave de forma agresiva, tan bueno fue su tino que dio en la frente del otro.

-¡Eres un hijo de!-- se achicó en el colchón mientras se sobaba la zona afectada. Ahora era el turno de reír del castaño.

*

-¿En que podríamos conseguir trabajo?- 

Ambos habían salido a caminar un rato. 

-No lo sé, pero debemos pensar pronto y ponernos en marcha-

-Ja... Es raro escucharte decir algo así- 

-Hablo en serio, no quiero cargar con tu trasero por diferentes basureros- 

-No tienes por qué hacerlo, he vivido en las calles desde que recuerdo, literalmente, es un terreno que ya conozco- 

-Hey, si te saqué de ese estilo de vida es por algo. No es lo mejor, pero al menos quiero que duermas esta vez en una cama- 

La naturaleza de Julius no era ser amable, pero a veces sus palabras escondían significados ocultos, y en este momento Rob lo interpretó así. Se estremeció ante lo dicho, su corazón dio un fuerte brinco y sus mejillas se sintieron arder. 

-¡Julius!- una voz se hizo escuchar a la lejanía, adquiría más fuerza al acortar distancia. Un chico de ojos esmeralda y tez morena corría hacia el par. 

-¿Qué diablos quieres, enano?- le preguntó con algo de hostilidad. 

-¿Por qué no contestas mis mensajes?- su voz era débil por la recuperación de aire. 

-Me los mandas cada puto minuto, tuve que quitarle el sonido porqué casi me lo decomisan en clase, luego, parece que traigo un maldito vibrador en el bolsillo- Rob soltó una leve carcajada por lo último, como respuesta, su compañero le miró mal. 

-Lo hago porqué ni siquiera me marcas el visto, me preocupa- 

-¿Qué putas te preocupa?, ¿qué me atore en la taza del baño?, estoy ocupado haciendo otras cosas- 

-¡Julius!, deja de ser tan vulgar, te escuchas muy mal- le reclamó el más bajo. 

-Hablo como se me dé la maldita gana, niño- 

-Dijiste que tratarías de minimizar tu lenguaje grosero, por lo menos conmigo, ¡estas rompiendo tu promesa!- algunos transeúntes empezaban a verlos con curiosidad por el espectáculo en medio de la calle. 

Julius comenzó a entrar en pánico, el idiota pez estaba soltando la boca en el lugar menos indicado, y Rob comenzaba a notarlo. Se aproximó amenazante hasta quedar delante del menor, el castaño temía ligeramente porqué su amigo le hiciera daño, sin embargo, el azabache se inclinó para susurrar algo al oído ajeno, no pudo saber que fue, solo pudo ver como lo dicho causó un enorme sonrojo en el moreno. Poco después, Darwin se marchó del sitio y Julius regresó al lado de su compañero. 

-Wow, ¿qué fue lo que le dijiste?- 

-Una amenaza a largo plazo- mencionó pasando de largo, una clara señal de que no quería tratar el tema. 

*

Los días pasaban, poco a poco, ambos chicos se las arreglaban para superar las carencias, después de todo, podían vivir con lo menos, en especial Rob.

Se hallaba de regreso, había asistido a varias entrevistas de trabajo. Con ropa que Julius le dio, una de las pocas prendas decentes que conservaba, salió en busca de oportunidades. Sabía que no estaba lo mejor preparado pero, estaba dispuesto a prestarse para lo que fuera, ganas de laborar no le faltaban. 

En dirección opuesta, un chico conocido avanzaba hacia él, inevitablemente se cruzarían, lo que no esperaba Rob era que cuando este lo visualizó se apuro más hasta tratar de bloquear su paso. 

-¡Dile a tu estúpido amigo que deje en paz a mi hermano!- le detuvo en su caminata. 

-¿Qué?- 

-Nada de qué, solo dale mi recado, ya que parece que ahora es un buen amigo tuyo, ¿no?- 

-No soy ningún mensajero, si quieres decirle algo hazlo de frente- no estaba dispuesto a seguir escuchando, dos pasos y retomó el trayecto.

-¡Alto ahí, hazme caso cuando te hablo, Ricardo!- 

-¡Rob, maldita sea! ¡Mi nombre es Rob!- 

-Eso ya lo sé, pero es la única forma de que prestes atención- 

-Eres odioso, ¿lo sabías?- 

-Solo dile a tu gran amigo Julius que se busque a alguien más para su sucio juego, mi hermano no tiene porque soportar algo tan cruel- se volteó para tomar un rumbo contrario. 

Rob se quedó pensando en lo mencionado por el celeste, "sucio juego", eso había dicho. Tenía la amarga sensación de que su colega se traía algo entre manos, y lo peor de todo es que no hablaba de alguna de sus costumbres, era algo más. Caminó al departamento, ya pensaría como sacarle la sopa después. 

*

Subió las escaleras oxidadas e inestables, pesé al aspecto de mala muerte del edificio ya comenzaba a familiarizarse con el entorno, después de todo, no sabía si era mejor o peor a comparación de su antiguo "hogar". Se adentró con facilidad debido a que la rejilla estaba abierta, era preocupante, sí, pero muy útil en el momento, pues se percató de que había olvidado la llave. Caminó hacia la puerta de su correspondiente apartamento, se sorprendió de que la luz estuviera prendida, quería decir que su amigo ya había llegado. Empujó con la intención de pasar al cuarto, una escena claramente inesperada fue su bienvenida. 

Darwin, el conocido hermano del gato azul, estaba sentado encima de su compañero de cuarto, la situación era bastante comprometedora: Las manos del azabache se aventuraban más allá del short verde que llevaba puesto el menor, era claro que estaba manoseando su trasero por debajo de la ropa. El de sudadera naranja tampoco era tan cohibido al parecer, se hallaba acariciando el miembro de su cómplice por sobre la prenda grisácea, la camisa del de tez pálida estaba ligeramente alzada por la intromisión de una palma morena que tocaba el pecho ajeno. Cabe decir que los interrumpió en medio de un beso poco decente, cuando se separaron por la abrupta llegada del castaño dejaron ver un hilo de saliva que los enlazaba en aquel acto pecaminoso. 

-Debo irme, Gumball me está buscando- el de orbes esmeralda se levantó del regazo de Julius haciéndolo gruñir molesto. Acomodó su prenda inferior y se paso el dorso de la mano en la boca, luego tomó su mochila del piso, desapareció del lugar lo más rápido que pudo.

-¡Pero qué diablos sucede contigo!- la demanda del chico con vendas no se hizo esperar. Estaba rojo hasta las orejas.

-¿Conmigo?, ¡toca la puta puerta antes de entrar!- 

-¿¡Es en serio!? ¡Sabías que podía llegar en cualquier momento! Ademas ¡yo también vivo aquí pedazo de idiota!- 

Julius no sabía si era por el aturdimiento de hace poco, la excitación o el griterío, pero la situación le divertía. Rob no era mucho de decir palabras subidas de tono, escucharlo le causaba gracia. 

-Pero que mierda de...- musitó bajo y con enfado el aún irritado castaño. 

-Ya, ya, relájate, ni que me lo hubiera cogido delante tuyo- el cómo lo decía, ya no entendía si le causaba más vergüenza o enojo. 

-Poco te faltaba para ello- 

-¿Vas a seguir reclamando, nenita?- 

-Eres un imbécil- se propuso a salir del sitio. 

-¡Ya, Rob!, no te pongas así- estaba dispuesto a tocarle el hombro para calmarlo. 

-¿Qué te traes con el chico?- apartó al otro con brusquedad. 

-Solo es un gustito personal, nada serio- 

-¿Si sabes que su hermano no esta de acuerdo con eso?- 

-Poco me importa lo que piense ese idiota- 

-Claro, para ti es fácil decirlo porque no vas a ser tú al que lo estén fastidiando- le dio la espalda.

-Amigo, tranquilízate, si te vuelve a molestar yo me encargaré de joderlo a él- nuevamente su latir se aceleraba. Agradeció evitar el contacto visual a toda costa, permaneció callado.- Por cierto, esa ropa te hace ver como un viejo gruñón, deberías... Quitártela- sus manos se colocaron sobre los hombros ajenos y empezaron a deslizarse lentamente a los extremos.

-Hoy tuve varias entrevistas, ¿tú has conseguido algo?-trató de ignorar el toqueteo de su compañero. 

-Vamos, relájate un poco, te cargas mucho estrés, necesitas deshacerte de ello- su voz adoptó un matiz sugestivo al compás de sus dígitos que tentaban a incrementar la tensión a su alrededor. 

El castaño se sentía envuelto en una situación extraña, no era capaz de moverse. Con cada segundo transcurrido el contrario se tomaba la confianza de tocar más áreas y cercar su cuerpo con el suyo. No sabía que estaba pasando, era muy ignorante al tema, su educación llegó a muy poco, desde temprano y por sucesos pasados. Era algo triste teniendo en cuenta que él siempre fue gustoso de aprender nuevas cosas, sin embargo, ¿cómo continuaría?, no poseía dinero, casa, amigos, familia... Por ahora, Julius era todo lo que tenía. 

El azabache sabía que se estaba aprovechando de la situación, aún seguía caliente de lo sucedido, se le hacía justo que Rob le ayudara con su problema, pues no se pensaba quedar así. Aunque, si fue sincero con lo de que tenía que relajarse, nuevamente, era la oportunidad perfecta. 

Esa noche, Julius instruyó al de ojos lila en otro de sus juegos, la primera vez del castaño... No la de él, ya que, solo estaba aplicando lo aprendido del pasado con Debbie. Su anterior novia fue quien le enseñó todo lo que hoy sabía sobre el ámbito sexual, a este punto, era claro que las apariencias engañaban. 


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