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«𝕽𝐞𝐭𝐨𝐬» ─ 𝐉𝐡𝐬 + 𝐏𝐣𝐦

Dedicado a Sugarfree_11

Para aceptar una ronda en Verdad o Reto con Park y Jung (sobretodo con esos) debías tener un estómago profundo y la vagina bien abierta. El consejo, por supuesto, era para todo el universo que pretendiera intenciones más específicas, lo cual no era tu caso, porque habías sido mejor amiga de ambos holgazanes desde que saltabas de un testículo a otro, mientras el pequeño Hope golpeaba los huevos de tu padre en el juego de Star Wars y Jiminnie lo acompañaba.

Sin embargo, y acorde al tiempo, aprendiste a no involucrarte en asuntos de Park&Jung, como solían hacerse llamar. Ellos lucraban en el Verdad o Reto y la humillación era el menor de los problemas.

Todo se había ido al carajo cuando el año pasado Hoseok y Jimin se tranzaron con Hyeon, tu mejor amiga, en un morboso trío que terminó con pruebas de embarazo y pastillas abortivas, y tú, con una cachetada de su parte porque seguías relacionándote con ellos dos.

Todo estaba bien hasta un cierto punto; ellos eran tus mejores amigos, sí. Pero que invadieran tu círculo personal de tal manera era otra discusión. Entonces, la amistad construída durante hermosos dieciséis años se desplomó, y ha pasado un año desde que les dirigiste la última palabra. Ellos tampoco habían reparado en pedir disculpas siquiera, pero un año después, te invitaban como si nada a una fiesta anual que organizaba el equipo de fútbol femenino y masculino de la escuela, del cual ellos eran partícipes.

Aceptaste ir porque creíste en la idea de un cierre final a tantos años de amistad y momentos extraordinarios. De un sello final, de una despedida auténtica y no una simple huida sin razón. De todas formas, tu novio JongIn pertenecía al equipo y había insistido con que lo acompañaras.

─ Entonces, decides venir con jogging y buzo a una fiesta para no llamar la atención, y resulta que eres la única vestida así. ¿Qué crees?─ dijo tu novio sonriente.

─ ¿Mi lógica no funcionó y ahora todos me miran?

El living estaba poblado de adolescentes y universitarios que te otorgaban segundas miradas.

─ Tal vez no te funcionó...─ sonrió él, para luego atrapar tus labios─. Pero estás tan sexy que me resulta imposible no besarte todo el tiempo.

No te gustaban los besos en público, pero lo querías mucho y su presencia te ayudaba a atenuar los nervios por tan solo pensar en tus ex-mejores amigos que habían osado de echar todo por la borda.

─ Ya, Kim─ gemiste en sus labios, intentando frenar algo en lo que tú misma comenzabas a caer; besarlo era encantador.

¡Ey, Kim!─ bramó una voz masculina que reconociste en una milésima de segundos. Sentías una pesadez vacía en el estómago y te odiaste a ti misma por aparentar sufrir una catarsis.─ ¿Qué tal?─ sonrió Jung HoSeok, con lentes de sol y un vaso rojo.

La respiración te falló cuando su mirada cayó en la tuya. Kim JongIn era el nuevo del secundario y ustedes tenían una relación de apenas dos meses. Por supuesto, jamás le contaste acerca de Park o Jung.

─ Qué tal, Jung─ sonrió tu novio─. Te presento a mi novia, amor, él es HoSeok, el capitán y el dueño de esta casa.

«Sí, amor, olvidé mencionarte la parte en la que HoSeok y Jimin fueron los mejores amigos que pude tener, pero tan solo es un detalle menor, ¿no es así?»

Y si lo era, ¿por qué no simplemente le contaste en ese instante acerca de ambos? HoSeok te observó jovialmente, casi podía reír. Aunque también percibiste una pizca de enojo ante la situación.

─ Eh... sí... hola, HoSeok. Un gusto─ dijiste en reverencia.

Él siguió tu juego y fingió con desagrado reiterar tu acto.

─ Sí, un gusto─ murmuró; sabías que detrás de los lentes de sol estaba perforándote con su mirada gris y eso podía significar una sola cosa: no te saldrás con la tuya.

─ Oye, beba, iré a saludar al nuevo equipo de porristas masculino─ sonrió JongIn, besando tu mejilla y desapareciendo entre la multitud.

Mierda.
Te encontrabas sólida como la roca, petrificada ante su presencia que rogaba explicaciones. Unas que no podías darle.

─ Así que... la novia del nuevo, ¿ah?─ comentó, apoyándose en la pared.

─ Ya lo sabías─ respondiste con obviedad, ya que en varias ocasiones Jimin y HoSeok habían puesto el ojo en ambos.

─ ¿Acaso debería saberlo? Lo siento, no nos conocemos, linda. ¿O sí?

Auch.
Sentiste una aguja clavada en medio del pecho. Aún luego de todo ese tiempo, pretendía jugar así. Sabías que estaba mal no haberle contado a JongIn, pero necesitabas tu espacio. Aún seguías dolida.

─ Ya comprendo─ asentiste, mientras dabas la vuelta para irte; no te sorprendió que HoSeok frenara tu camino.

─ No te vayas, por favor─ murmuró suplicante, sabiendo que eso no era suficiente, porque esperabas oír dos palabras y solo eso─: lo siento. Disculpas, discúlpame. Por todo.

El golpe de calor chocó contra tu cuerpo y, en los próximos dos segundos, te verías abrazando a Jung HoSeok con toda tu fuerza.

─ También discúlpame, Hobby─ susurraste─. Llévame con Jimin, quiero hablar con ese cerdo. Y dame tu vaso.

Oíste una risilla de su parte. Te entregó el vaso de alcohol que bebiste sin dificultad y se encaminaron hacia afuera, al predio, donde había una pileta extensa casi en el centro. El lugar estaba despoblado, excepto por una silueta viril y formida que nadaba allí.

─ ¿Y tu novio?─ advirtió HoSeok.

─ Me encontrará─ aseguraste, sin darle mayor importancia.

La silueta de Jimin se hizo presente en el borde de la pileta. Sacudió levemente la cabeza y corrió su cabello castaño hacia atrás, mientras subía los escalones dando vista su abdomen bañado.

Una punzada bajo el vientre se proliferó al verlo de esa manera, con ojos diferentes a los de años atrás. Vaya, ¿qué cambió?

Cuando te observó, una ráfaga de preocupación cruzó su rostro empapado. Se acercó.

─ Lo lamento, princesa. No creí que echaríamos todo por la borda─ murmuró con los ojos clavados en tu reacción.

─ También lamento haberme esfumado, Jiminnie─ sonreíste, tomándolo de la mano.

La punzada se intensificó cuando HoSeok posó una mano en la parte baja de la espalda. Tus latidos eran de mil por hora.

─ ¿Por qué no vienes a nadar con nosotros?─ preguntó HoSeok, posando sus labios en la oreja y sentiste el estremecimiento de su exhalación escurrirse en tu piel.

HoSeok se despojó de la camisa y los lentes, para escurrirse en el agua junto a Jimin. Estabas quieta en el borde. Vamos, debías animarte. Después de todo, ellos eran tus amigos.
Te quitaste el buzo quedando en musculosa, y los holgados pantalones, para meterte en el agua con un bóxer puesto de mujer. Sentiste el frigerio cubrir tu piel, sin embargo, sería cuestión de segundos para que acostumbraras.

─ Oye, preciosa, ven─ llamó HoSeok del otro lado, junto a Jimin, con el celular entre sus dedos─. Una selfie en conmemoración por ti.

Nadaste hacia ellos y tomaste el celular. Ambos se colocaron detrás de ti, tal vez sus cuerpos estaban pegados demás. Las manos de Jimin se posaron en ambos lados de tus caderas y HoSeok pasó un brazo sobre tu hombro, mientras tu trasero pegaba su parte delantera.

En la selfie parecías sufrir del catarsis. Eso era demasiado para ti, ¿o acaso estabas imaginando?

─ Hey, ¿verdad o reto?─ lanzó Jimin en una risa.

─ Ni en pedo jugaría a eso con ustedes─ negaste.

─ Oh, dale, bebé. Solo un rato─ insistió HoSeok.

─ Verdad.

Y luego de una gran inspección acerca tu mundo sexual con Kim JongIn y tu lista de ex-novios, te tocaría reto, por regla.

─ Ahora, vayamos a lo concreto─ dijo Jimin─. Te reto a que te quites el panty.

Oh, ¿qué carajos?
En lugar de objetar con las mejillas encendidas, la misma punzada de antes se acrecentó en la entrepierna y negaste varias veces. No, no podía ser. Además, un toque de diversión no venía mal, ¿verdad?

Y obedeciste. Estabas desnuda bajo el agua, sin embargo, ninguno pareció reparar en ello. Estaban en la parte menos profunda y el agua llevaba por tus costillas.
Sentiste cómo HoSeok se apegó más a ti desde atrás. Quieras o no, el juego te gustaba.

─ Te reto a que abras las piernas─ susurró HoSeok sobre tu oreja.

Obedeciste; unas manos masculinas navegaron por tus piernas y sentiste ser alzada. En definitiva, HoSeok te cargaba de las piernas separadas, un brazo para cada lugar. Quedaste descubierta y completamente abierta ante Jimin. El agua no alcanzaba esa parte y los nervios te comieron de punta.

Era una fiesta, alguien podía venir. Ese alguien podría ser JongIn. Sin embargo, antes de que pudieras pensar en otras cosas como el pudor o en la amistad resquebrajándose por una calentura, sentiste una calidez tersa chocar contra la sensibilidad del clítoris. Observaste con pánico lo que sucedía: Jimin te besaba la vagina mientras HoSeok te mantenía alzada.

Gemiste. Jimin comenzó a gesticular sus labios sobre tu clítoris, maniobrando con avidez la lengua. Hizo intromisión en la vagina, donde probablemente te encontrarías intensamente lubricada debido a la excitación. Jimin besaba con fuerza y luego retornaba al clítoris, dominando aquella zona con una paciencia inmaculada y ensimismado en ti.

Retuvo con mucha sutileza el clítoris entre sus dientes, donde una descarga sensible floreció en tu cuerpo, ensegueciéndote del placer. Jimin acompañó a sus actos el dedo anular, sin embargo, no lo introdujo. Mantuvo el extremo en la entrada de la vagina, mientras acariciaba las pliegues lubricadas y jugosas.

─ Joder, qué rico es verte así─ gruñó HoSeok sobre tu oído.

Jadeaste más fuerte. Sus gruesos labios volvieron a oprimir el clítoris. Jimin se enredaba en su saliva y tu propio flujo, besando con desesperación tu zona íntima, mientras su dedo presionaba más abajo, otorgando ese toque de vehemencia. El punto en el que querías que llegara.

Se sentía glorioso tenerlo allí abajo. La adrenalina se arremolinaba en tu vientre y una bomba amenazaba estallar en cualquier instante.

─ ¡AH! P..PARK... Me voy a... correr─ advertiste, sintiendo el desplazamiento de su lengua enredarse más en tus labios.

Te besaba con una energética paciencia, como si le fuera necesario comer de ti. Parecía un desquiciado hambriento que, a su vez, se tomaba el tiempo para obligarte a fallecer del placer en su boca.
Los sonidos exóticos de sus besos y chupetones se volvieron constantes y más audibles. La amenaza del clímax se proliferó y, segundos luego, tus caderas convulsionaron sutilmente y descargaste tu eyaculación en los labios de Jimin, quien besó con mayor fuerza aquella zona.

Cuando salió de tu vagina, sonrió, ensayando sus labios rojos y lubricados de tu flujo. Aún sentías tus paredes contraerse. HoSeok te devolvió al agua.

─ Vamos a las gradas─ invitó Jimin.

Era cierto, en las gradas sería más sencillo continuar puesto que el agua estaba muy baja.
Ambos hombres se habían quitado los shorts. Jimin tomó asiento en una de las primeras gradas y comprendiste lo que debías hacer. Entre sus pierdas, te arrodillaste e inclinaste hacia su entrepierna, donde el agua te llegaba por los muslos. Tomaste con una mano el enorme falo que sobresalía colorada en un extremo. Mierda.

─ ¿Te gusta lo que ves?

Tus labios se amoldaron alrededor de su glande, absorbiste hasta largarlo con un pequeño chuik audible.

─ Me excita lo que veo, Jiminnie─ gemiste, hundiendo la polla sólida hasta tocar fondo en la garganta, dejando un cúmulo de saliva alrededor.

Masturbaste su contorno. En ese instante, sentiste dedos ajenos que te presionaban el clítoris, creando circunsferencias desordenadas y, cuando caíste en la cuenta, estabas nuevamente lubricada.

─ Hobby... fóllame─ gemiste, con el falo de Jimin entre tus dedos apuntándote.

Una nalgada suya calentó tu trasero y jadeaste en consecuencia.

─ Pedímelo bien y como se debe.

─ Te reto... a que me folles─ suplicaste, sobre tus rodillas y mano, esperando ansiosa la penetración.

La mano de Jimin se hundió en tu cuello y te arrimó hacia él, comprendiendo que debías retornar la placentera faena. Metiste el pene en tu boca hasta acorralarlo con tu garganta, para ascender y descender los movimientos con la cabeza continuamente. Cerraste los ojos para enfocarte ensimismada en Jimin; tus movimientos se volvían frecuentes, ayudándote con una mano para lograr una masturbación que lo abarcara por completo.

Tu saliva se deslizaba y acumulaba allí, lo cual te permitió mayor agilidad en cuanto a tus desplazamientos incoherentes y erráticos.

─ Ah... eso es, cariño. Sigue...

Por tanto atrás, sentiste a HoSeok posicionarse en la boca de tu vagina, dispuesto a penetrarte. Empujó levemente para que tus paredes se acostumbraran al grosor, gemiste audiblemente. Tenerlo allí a Jung era estupendo; lo sentías completo, como si encajara de un modo glorioso en ti, sin un solo milímetro sobrante. Moviste tus caderas invitándolo a continuar.

HoSeok posó sus manos en tu trasero, separando las nalgas y, probablemente, disfrutando de la gran vista al contacto indiscreto y carnal entre ambos. Mientras tanto, tus labios se apegaban al prepucio cálido de Jimin, en movimientos frenéticos de cabeza donde su glande crispaba continuamente con tu garganta y dolía, por lo que no duraste demasiado tiempo. Te ahogabas en tus propios gemidos, pegando unas cuantas arcadas que excitaron mayormente a Jimin por tu esmero en la mamada.

HoSeok comenzó a ganar agilidad y velocidad, introduciéndose con mayor fuerza, presionando tu trasero con sus dedos. Sentías la profundidad de esas embestidas apaciguarte, el dolor se hacía presente. HoSeok follaba rebelde pero con una dureza compacta, y aquella posición te desfavorecía al sentirlo golpeando en tu cavidad con una vehemencia desenfrenada.

Maniobraste otro rato más con la polla de Jimin en tus manos. Ahora, tomaste sus testículos entre tus dedos y comenzaste a lamer de allí, reteniéndolos en tu boca mientras tus manos seguían masturbando.

─ Mierda, tremenda boca la tuya─ gimió Jimin, mordiendo su labio─. Me voy a venir, ciela.

Por otro lado, HoSeok introdujo con cautela un dedo en el trasero, ese orificio únicamente virgen. Gemiste con demencia ante la nueva sensación vertiginosa de dicha intromisión. Sus penetraciones intensificaron el ritmo. HoSeok parecía batearte con su gran falo.

─ Joder, Ju..Jung...

Apenas eras consciente de masturbar a Jimin. Quitaste la boca de sus testículos y volviste al contacto inicial, donde hundías su pene en tu boca. La mandíbula te ardía y amenazaba acalambrarse si seguías comiendo de algo enorme.
Jimin estaba por correrse. Notaste la tensión de sus músculos y la agudez en su voz. Segundos luego, acabó eyaculando tu rostro, como si le otorgara el toque final a la obra de arte. Sonreíste satisfecha.

─ Date la vuelta─ ordenó Jung HoSeok, saliendo de ti cuidadosamente.

Volteaste con dificultad en las piernas, quedando de espaldas a Jimin. HoSeok te tomó de los muslos para recostarte sobre la grada. Levantó una de tus piernas a su hombro y volvió a introducirse en ti con mayor fuerza. Por otro lado, Jimin se aproximó a tus labios para besarte, y manosear tus pechos aún sobre la tela de la musculosa y el corpiño.

HoSeok estaba siendo brutalmente fuerte, sin embargo, sabías que acabaría pronto. No paraba de lanzar maldiciones al aire mientras te cogía como un ebrio.

─ Ah... puta madre, te sientes... perfecta...

Gimoteó más fuerte. Jimin dirigió sus dedos a tu clítoris y comenzó a masajear justo allí, mientras besaba tus labios y mordía de ellos. Tu placer se proliferó y condensó hasta estallar en un hermoso orgasmo húmedo que compartiste dichosa junto a HoSeok. Éste salió antes de que fuera capaz de embarazarte.

─ Maldita seas─ gruñó HoSeok, para sumarse al beso tuyo con Jimin.

En arranques desenfrenados, las bocas de los tres se escurrían entre sí, donde Jimin mordía ligeramente el labio superior de HoSeok y luego, éste introduciría su lengua en tu boca.

Pero vaya, los tres estaban desnudos en la pileta en plena tarde, casi noche, despidiéndose del mejor sexo de sus vidas. Gimiendo nombres y masturbándose el uno al otro.

─ Ya...─ frenaste a Jimin, quien volvía a tu vagina para practicarte otro sexo oral y HoSeok se aventuraba bajo tu musculosa─. JongIn debe haber estado buscándome. No tardará en sospechar si nos ve...

¿Bella?─ se escuchó desde el pasillo, poco antes de llegar al predio.

Tu corazón se aceleró.
¿Qué harías si entraba y te veía de aquella forma, con dos hombres del mismo equipo que él? Por suerte, HoSeok y Jimin tomaron el recaudo y se vistieron con rapidez extraordinaria, mientras que tú te colocaste la ropa interior nuevamente. Ambos se alejaron de ti, fingiendo bromear entre ellos.

Cuando la silueta de JongIn se hizo presente, no tardó en notar la situación y su mirada (preocupada) se transformó en una que irradiaba recelo.

─ Bella, te busqué por todas partes, ¿quieres explicarme qué haces aquí y con ellos?

Jimin y HoSeok se tomaban selfies despreocupados, fabricando la mentira que debías completar. Buena o no, Kim JongIn merecía una explicación.

─ Ellos son mis amigos, amor. Lamento no haberte contado antes. Somos mejores amigos desde que tengo memoria y... hace un año nos peleamos y... hoy debíamos hablar sobre lo sucedido y nos reconciliamos... perdóname por irme.

En realidad era cierto. JongIn se inclinó de rodillas y besó tus labios desde aquella altura.

─ Está bien, hermosa. Confío en tu palabra.

─ ¡Eh, Kim!─ vociferó HoSeok.─ Ven a darte un chapuzón, viejo.

Jimin alzó una botella de whisky, como si brindara por ello. Kim JongIn accedió y ahora los cuatro hablaban estupideces en plena agua.

¿Qué se le va a hacer? Tal vez, si hablabas a fondo con él,  accedería a un cuarteto. Quizás, solo quizás, felices los cuatro... ¿no?

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