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«𝕻𝐨𝐫𝐧𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬» ─ 𝐊𝐧𝐣

─ Este fin de semana será el más horrendo, bebé─ comentaste, merodeando en el Instagram de tu celular.

Estabas cansada. Llevabas trabajando toda la semana sin espacios de reposo, donde incluso las horas se extendían en contra turno. Sentías los párpados de plomo e hiciste a lado la pantalla brillante que te desgastaba la vista.
Un cuerpo pesado dejó caerse sobre ti, y pronto, los labios de NamJoon sellaron los tuyos. Eran suaves y esponjosos. Permitiste el contacto entre las lenguas y un cosquilleo recorrió tu columna cuando sus brazos te rodearon la cintura con fuerza.

─ Tranquila, amor─ susurró, cortando el beso─. Por lo menos estaremos descansados.

El cansancio y estrés de NamJoon se percibían a kilómetros. Sentiste mucha lástima por él, no debía de ser así. Trabajaba tantas horas como tú y a veces más. Su labor dependía de su fuerza, y por lo general, NamJoon llegaba como un zombie a la casa.

Ese fin de semana era el único en el calendario en donde ambos coincidieron, pero estaban más vivos que muertos y sus deseos de pasar este fin de semana como el mejor, se vieron arruinados.
Puto trabajo. Puta condición financiera.

Te arrimaste más a él y te sacaste una selfie para luego publicarla en Instagram, bajo la leyenda: cansados y pobres, pero juntos. Varios comentarios comenzaron a llegar bajo la foto, y con una sonrisa, los leíste. Todos reflejaban apoyo, incentivo y consolación. Al cabo de media hora recostados, casi conciliabas el sueño cuando la voz de Joonnie te alertó.

─ Bebé─ susurraba─... Preciosa, lamento despertarte. Pero mira esto.

NamJoon colocó la pantalla cerca de tus ojos y lo separaste, leyendo un comentario en particular.

─ ¿De qué...?

MinHee: ¿y si se vuelven pornstars? Los dos están bien buenos y WetGuys es un gran sitio para eso.

JiHyung: Same, tienen mi apoyo.

Hyeon: El mío también, babys.

Los mensajes continuaban, apoyando la iniciativa de MinHee como si la idea fuera un gran escándalo emocional en la opinión pública y... alto, sí lo era.

─ ¿Y? Están de verga─ ronroneaste, volviendo al sueño.

─ ¿Acaso...─ comenzó Nam, y no creíste que dijera lo que estaba al borde─, no es una buena idea?

Abriste los ojos perpleja; era cierto, las condiciones económicas de ambos no era la mejor, a veces se salteaban comidas por trabajo y era poco el tiempo juntos, fuera del descanso. Era perturbador, hacían lo que podían para vivir. Pero ese extremo... a vista de todo el mundo por un video porno... era otro nivel.

─ Jonnie... ¿me estás jodiendo?

─ No, amor. Podríamos conseguir el dinero que necesitamos y continuar con nuestros estudios mejor y sin inconvenientes. Además... nos apoyan.

─ Bebé... yo te amo y mucho. Pero esto es demasiado riesgoso, todo el mundo podrá vernos. ¿Eres consciente de eso?

─ Y ¿desde cuándo te importa la opinión pública?─ recriminó, besando tus labios─. Además, es un trabajo. Y uno que me encantaría ejercerlo con mi reina.

Sus labios atraparon los tuyos de nuevo y ronroneaba gravemente, y eso te superaba. Y te enloquecía. No bastó ninguna otra palabra para convencerte y ambos ya se encontraban buscando dicha página.

Debían aportar unos cuantos dólares, nada comparado a la renta o la comida. Si todo salía tal cual el plan, el pago los llenaría de dinero dependiendo de las visitas al cabo de una semana. Luego de ingresar el CBU, debían llenar algunos formularios de bases y condiciones, más algunas fotos, lo cual no fue problema.
Eras latina y eso llamó la atención. Y NamJoon era muy sexy, hasta el punto de querer traspasar la pantalla para lamerle el abdomen.

Al siguiente día, NamJoon y tú prepararon la habitación y un sistema de cámaras del sitio web llegó al departamento. La dispusieron en los lugares determinados para marcar más de un solo enfoque. Ésta era la prueba: si la pasaban, se publicaría. De lo contrario, había otro intento final.

Todo se encontraba preparado. Te sentías nerviosa y apenas creías que fuera real; un nuevo conjunto de sábanas decoraba el cuarto y la iluminación daba lugar a otro aspecto. El vértigo te carcomía el estómago.

─ Estás preciosísima─ susurró Jonnie, besándote la espalda, admirando tu conjunto azul de ropa interior─ ¿Qué tienes?

─ ¿Y si nos sale mal? Habremos desperdiciado único fin de semana juntos.

─ Y si nos sale bien, habremos dejado nuestros trabajos que nos oprimen y quitan el ocio, y habremos estudiado y vivido juntos sin preocupaciones por el pago de la renta.

Era cierto. Vaya, lo amabas tanto.

─ Nam, te amo y te deseo. No sabes las ganas que tengo de chup...

─ Hoy me montas─ susurró sobre tu oído─. Es la posición que más me excita de ti, linda. Esta tarde sólo seremos tú y yo. Olvida las cámaras.

Una nalgada rebotó en tu trasero y la corriente de placer te excitó. NamJoon se recostó desnudo en medio de la recámara con el celular en manos; tú iniciaste la producción de las cámaras y tu novio fingía mirar porno, mientras se masturbaba.
Mierda, era jodidamente sexy en él. Su tez bronceada, su cuerpo trabajado y la extensión de su polla... sólo imaginabas calando de él, su estructura bañada en sudor.

Gateaste a su lado, donde fingió sobresaltarse. Le arrebataste el celular de las manos y lo arrojaste por algún lado en particular de la habitación.
Su mirada observaba tus pechos que parecían asfixiarse en el corpiño. Atrapaste sus labios. Ambas bocas se abrían como cajones, las lenguas se daban lugar y pensaste en los exóticos sonidos que producían. El calor aumentaba en tu cuerpo, pues, Jonnie era un hombre que te podía.

Ambos se separaron; dejaste correr saliva por tu boca, hasta que está cayó por los pechos, donde NamJoon no resistió y besó cada rostro de piel. Sus manos te quitaron aquello y ahora mordía sutilmente tus pezones erectos, mientras masajeaba el otro. Una de tus manos tomó la polla bien rígida y tibia de Nam, para comenzar a masturbar despacio, mientras el mayor se entretenía allí en tus pechos, ensimismado en tu cuerpo.

Sus brazos te rodearon y su fuerza te recostó sobre el colchón. Parecía terriblemente embobado y fascinado contigo. O mejor dicho, lo estaba.
Sus besos descendían por tu abdomen hasta rozar con sus labios la plenitud de tu intimidad. NamJoon te besaba sobre la tela y ya sentías el placer estremecerte.

Sus dientes y su lengua lograron correr el hilo de la tanga, y una masa caliente y húmeda se incrustó en tu vagina. Sus brazos presionaron tus muslos con mayor fuerza, jalándote hacia él. NamJoon te besaba con pasión, sin despegar los labios y jugando con la lengua donde el clítoris se hallaba.
El hormigueo en tu vientre te revolvía el cuerpo.

─ Ah... Dios, Nam─ gemías.

No podías recordar que hubieran cámaras ni estrellas porno.
Solo sentías a NamJoon absorbiendo con una intensidad, consumiéndote por completo. Su lengua se encarnaba en la vagina y volvía a apretar el clítoris. Sus dientes jalaron de la piel con mucha precaución y volvía a besar allí con enormes ganas que pocas veces presenciaste.
Tu espalda se arqueó, en cualquier instante estallarías.

Gemías poderosa, sintiendo liberar el placer acumulado por la garganta.
De un momento a otro, los exóticos sonidos de besuqueos allí abajo, te obligaron a condensarte en un glorioso orgasmo, liberando tu flujo que NamJoon no dudó en saborear. Te observó con los labios brillantes y húmedos, y rieron.

Él ahora se encontraba recostado en el medio, donde te ubicaste sobre su polla, flexionando las rodillas. Estabas de espaldas a Joonnie, dándole un buen espectáculo de tu trasero. Sus dedos desprendieron la tela y, ya desnuda y abierta, te introdujiste con cautela, sintiendo el grosor separar las pliegues. Era fantástico y no evitaste gemir. Aumentaste la velocidad a un ritmo que te obligaba sentirte prodigiosa sobre tu hombre. Sentiste los dedos de él presionar tus nalgas, mientras galopabas sobre su pene.
NamJoon no solía gemir, pero sí se dedicaba a ello cuando se sentía al borde del colapso. Pero ésta vez, ambos se alocaban uniéndose como pocas veces lo hicieron.

Ambos encajaban perfecto como bloques hechos el uno para el otro; continuaste saltando sobre él, sin evitar gemir alto ante la dureza que te invadía la vagina. Jonnie jadeaba y el sudor le bañaba el abdomen. Sus músculos se contraían hasta que, finalmente, notaste que eyacularía. Te levantaste y el espécimen níveo descendió por tu entrepierna.

La sensación de calidez y extrañeza te invadió. Cambiaste de posición y decidiste montarlo de frente. Nam estaba sentado, apoyado contra la pared. Y sin perder segundos, optaste por empezar moviendo las caderas, de arriba hacia abajo una y otra vez.
Era muy y tal vez mucho más excitante que lo anterior. Lo tomabas del cuello. Sus labios te susurraron un bello te amo sobre los pechos y reíste.

Continuabas saltando, sintiendo el sudor resbalar por la frente y ambos aparatos reproductores en acción. Te abrazaba, con sus labios y dientes enganchados en los pezones. El sonido de sus pieles era el único sonido que exaltaba.
Escondiste la cabeza en su cuello, donde comenzaste a lamer y mordisquear.

─ ¿Te gusta, Jonnie?─ gemías sobre su oreja.

Él atrapó tus labios, donde las lenguas entraron en juego.
Sus manos apretaron tu trasero y sabías que volvería a llegar a su clímax.
Saliste del encuentro carnal y te inclinaste a su polla. La tomaste con dos manos y masturbaste la extensión. Metiste la boca al fin y no dudaste en lamer. Escurrías la lengua en cada centímetro de prepucio, mientras oías cómo gemía NamJoon.

Subías y bajabas la cabeza, sintiendo el colapso en la garganta, mientras con tu mano derecha masturbabas el espacio sobrante de él. Aumentaste la velocidad y escupiste un bello hilo de saliva que permitió lubricar. Volviste a comer de Jonnie, hasta que pronto, liberó el semen sobre tu rostro, como si salpicara el último detalle de una bella obra artística.

─ Qué hermosa estás, nena─ dijo, y como si te leyera la mente, agregó─... una perfecta obra de arte.

Presionaste el dispositivo de apagado de las cámaras. Ya todo se había filmado a la perfección. Le lanzaste el celular para que te tomara una foto.

─ Ay... sí, nena. Qué sexy... esto va a Instragram. Te amo, bebita.

La imagen fue publicada en dicha red, como modo de promoción del nuevo video porno disponible en WetGuys, donde fue perfectamente aceptada.
Al cabo de una semana, el video cruzó las quinientas mil visitas e iba por más. El dinero les permitió un respiro y más sexo, y la salida a una nueva profesión sexual que estaba por verse.

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