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Sin duda alguna para DaSom, JungKook había llegado como una curita, extrañaba mucho a su amigo, pero no sabía la magnitud de esto hasta que lo vio de nuevo.

En la cena su madre le preguntó muchas cosas y JungKook estaba encantado en responderlas mientras comía de las costillas que había preparado la Señora Park. Obviamente DaSom lo veía lindo y tierno por eso.

JungKook sin duda había crecido mucho y eso ella lo habia notado.

Al pasar unas semanas se hizo un mes de aquel primer encuentro, el padre de los mellizos había ido a visitarlos y pasar unas dos semanas con ellos, así que a sus amigos los veía solamente en clase entre semana. Monique le contaba siempre que JungKook era un chico fastidioso y que no sabía como ella lo había aguantado en su infancia; pero según JungKook, luego de haberle preguntado ella misma, este le dijo que sólo quería saber más de Monique para saber si en verdad era buena amiga.

Rio un poco con ello, al parecer JungKook era muy posesivo. Siempre lo fue desde pequeño, pero al crecer parecía que ese sentimiento creció también. Le hacía recordar cuando de niños no le gustaba que otros niños se acercaran a ella porque pensaba que la lastimarían, incluso antes de irse lloró demasiado y pataleó mucho al enterarse de la mudanza; pero con la ayuda de DaSom lo superó.

— Deja de sonreirle al teléfono, pareces estúpida. — murmuró Jimin con seriedad hacia su hermana, esta lo miró con seriedad y luego le rodó los ojos.— No me hagas esos ojos, mocosa, respétame que soy tu hermano mayor. — le apuntó con su dedo y DaSom solo rio un poco mientras escribía un mensaje para JungKook en respuesta a lo último que le envió.

— Jimin, deja de molestar a tu hermana y no la trates así. — su padre apareció en la sala y DaSom corrió hacia él para abrazarlo de la cintura. Le sacó la lengua a su hermano y este la miró mal para seguir viendo a la pantalla.— Mi nena hermosa ¿No has visto a tus amigos? — ella negó contra su pecho.— no deberías dejar de verlos porque yo esté aquí... — ella lo miró con sorpresa y él le sonrió amplio.— ¿Por qué no le escribes a Monique y van a ver una película? Estoy seguro de que ya te extraña.

— ¡Sí! — se colgó del cuello de su padre y le dio un sonoro beso en su mejilla.— ¡Gracias papá! — sonrió feliz y se despegó de él para correr hacia las escaleras. Aunque se detuvo allí por la maldita voz de su hermano.

— Papá, son las siete y media, casi ocho de la noche... ¿en serio saldrá sola a la calle? — preguntó con falso rostro y tono de voz preocupado. DaSom lo vio con ganas de asesinarlo y este le sonrió de lado con malicia una vez su padre no lo miraba.

El mayor lo pensó unos segundos y asintió.

— Cierto, no me había percatado de la hora. — DaSom lo miró con súplica, pues su padre nunca se resistía a los encantos de su hija pequeña. La amaba.— entonces tú la acompañas, Jimin.

— ¿¡Qué!? — exclamaron con sorpresa al unísono y el mayor asintió.

— Claro, será bueno para ustedes... desde que llegué he notado que se llevan peor que antes. Necesitan pasar más tiempo de calidad como hermanos. — ambos chicos se vieron mal y su padre continuó.— Jimin, como es muy tarde, toma. — le mostró unas llaves y el chico sonrió ampliamente.— llévate mi auto pero conduce con cuidado. — el chico asintió contento y miró a su hermanita con victoria. Un rostro que ella odiaba.

— Engendro. — murmuró y su padre le sonrió.— ¿Cómo por qué no lo dieron en adopción? Esa pregunta me la hago desde siempre, se nota que desde su nacimiento viene con esas fallas. — se quejó con tono infantil para su hermano, quien rodó los ojos.

— Ya vámonos, hermanita querida. — murmuró cansado y con falso tono de amor. Ella rodó los ojos y ambos subieron las escaleras para ir a cambiarse.

Estando listos y afuera del vehículo a punto de abordarlo, Jimin se detuvo.

— Te dejo en el cine y paso por ti al terminar la película ¿de acuerdo? — susurró hacia su hermana y ella sonrió asintiendo.

— Bien, trato hecho. — le dio la mano que el mayor le había extendido.

Jimin sonrió feliz también y los dos subieron al vehículo. Ambos no se llevaban bien de forma personal, pero seguían teniendo la típica complicidad de hermanos para beneficio propio de cada uno.

DaSom le había enviado un mensaje a Monique, quien aceptó la salida siempre y cuando pasaran por ella para que sus padres no se preocuparan. También le había escrito a JungKook, quien había mencionado que se sentía un poco indispuesto, pero que igual iría para acompañarlos.

Una vez pasaron por Monique fueron hasta el cine, pues JungKook había dicho que los alcanzaba allí. Dentro del mismo, Jimin tomó del brazo a su hermana.

— Ten cuidado ¿bien? Me llamas en lo que termine la película. Sin excepción. — le apuntó cuando ella quiso hablar por encima de él.

— Bien, te llamaré en lo que termine, baboso. — murmuró ya estando gruñona con él y este sonrió.

Al retirarse su hermano, ella volteó y suspiró mirando a Monique.

— Está muy lleno. — mencionó la chica de cabello rizado mientras observaba la cartelera.— tampoco hay películas muy buenas. — dijo al final. DaSom asintió a lo dicho y después de eso sintió que alguien tocó su hombro varias veces.

Volteó y vio a JungKook parado frente a ella con su chaqueta de cuero marrón y un suéter dentro de la misma de color blanco. Tenía su rostro un poco magullado por quizás estar enfermo como le había dicho.

— Viniste. — sonrió ella de forma tierna y él asintió lentamente, su nariz parecía estar roja pero no se notaba mucho por la luz amarillenta del cine.

— Sí, no podía decirte que no, DaSom. — sonrió levemente mientras metía las manos a sus bolsillos.— uff hace frío. — parecía temblar un poco y ella lo miró preocupada.

— No te ves bien, JungKook... ¿Crees que será buena idea que entres a la sala? Allí hace mucho más frío que aquí. — mencionó con tono preocupado y él negó restando importancia.

— Estaré bien. — mencionó con tono bajo y ella no se convenció con ello.

— Ahhh... — se quejó Monique viendo a JungKook, y este a su vez rodó los ojos mirando hacia otro lado.— ¿Por qué lo invitaste? Pensé que era noche de mejores amigas. — se quejó hacia DaSom y ella se encogió de hombros. La verdad no iría por ninguno en esa discusión tan tonta.

— Pues si es así, no entiendo qué haces aquí... — le dijo JungKook en respuesta, haciéndola abrir la boca ofendida, allí DaSom sí le dio una mirada de reproche al chico.

— Eso no estuvo bien, JungKook. — regañó con suavidad y él miró a otro lado.— Monique es mi amiga, y tú también... sé que no puedo obligarlos a llevarse bien, pero ¿podrían al menos fingir que lo hacen? ¿Al menos mientras salimos?

Ninguno de los dos dijo algo y ella lo tomó como un sí. A ambos los tomó de las muñecas y los llevó consigo a la fila de la tickera. Los dos seguían sin dirigirse la palabra pero DaSom evitaba no contagiarse de la incomodidad de ambos.

Ya dentro en la sala, se sentó en medio de ambos, JungKook a su derecha y Monique a su izquierda; pues no podían sentarse juntos esos dos si quería escuchar la película.

Habian escogido una película romántica porque Monique ganó la batalla de piedra, papel o tijera, cosa que puso furioso a JungKook por el hecho de que él hubiese ganado, pero no quiso competir contra Monique por lo mal que le caía.

Toda la proyección iba muy bien, la película no era mala, Monique a su lado tomaba de su refresco mientras que JungKook intentaba no toser tanto en la sala por miedo a ser bucheado. Le parecía gracioso pero le preocupaba mucho que él estuviera tan enfermo y pasando frío. Era una muy mala mezcla.

— ¿No crees que deberías regresar a casa y descansar? — susurró DaSom hacia él mientras colocaba su mano por encima de la suya. JungKook miró la pantalla y negó rápidamente sin siquiera observarla ni un segundo.

— Está bien... ya casi acaba la película. — susurró de vuelta y ella lo miró con desaprobación.

— Si acaso vamos un poco más de la mitad, JungKook. Necesitas reposo. Creo que es mejor que regreses a casa y descanses... ni siquiera te hubiese dicho algo si supiera que estabas muy enfermo. — allí él la volteó a ver y parecía arrepentido por su rostro.

— Lo siento, DaSom. No quiero hacerte pasar un mal rato. — susurró y ella negó.

— Todo lo contrario. — sonrió.— me pone muy feliz el hecho de que hayas venido a pesar de todo. — al decir eso, JungKook sonrió y parecía estar sonrojado de la vergüenza, pero ella no lo podía ver.

— Gracias por invitarme. — susurró de nuevo y ella sonrió también, le tomó la mano apretándola y él apretó la suya también.

— Gracias por venir. — susurró de vuelta.

Luego de mirarse unos segundos entre sonrisas, ambos volvieron a ver la película, pero esta vez DaSom no soltó su mano para brindarle un poco de calidez.

Afuera del cine en cuanto salieron, los tres parecían estar satisfechos. Monique lo estaba por la película, mientras que JungKook lo estaba por tener a DaSom tomándole la mano durante la misma. La pelinegra de los tres sacó su teléfono y buscó el contacto de su hermano.

— Hey, troglodita, ya hemos terminado... ¿vienes? — su hermano le contestó de forma afirmativa y ella colgó.

— La película estuvo hermosa, me alegro que al final la protagonista entendiera que debía amarse a sí misma para poder amar al hombre de su vida. Fue hermoso. — DaSom le sonrió y luego la abrazó de los hombros.

— Me alegra que hayas venido. — besó su cabeza y la chica rio un poco. JungKook por su parte se volvió serio.

Jimin llegó a los pocos minutos y bajó del vehículo para acercarse a ellos.

— ¿Disfrutaron de la película? — preguntó hacia todos y luego miró a JungKook.— Oye te ves mal. — dijo Jimin volviéndose preocupado.

— Le dije que si estaba así, no debió haber venido. — mencionó DaSom detrás de JungKook mientras seguía abrazando a Monique. Jimin las miró.

— Sí no querías que viniera me lo hubieses dicho o simplemente no me hubieras invitado. — murmuró JungKook en respuesta y Jimin abrió los ojos de más.

— No te pases, mal agradecido... DaSom es una gran amiga. — le apuntó Monique.— te la pasas criticando mi amistad con ella o a mi directamente, pero por esas palabras que acabas de decir, las dudas recaen en mi en quién es su verdadero amigo.

Jimin solo vio la situación en silencio para después ver a su hermana, parecía triste mirando al piso.

— ¿Nos vamos? — dijo DaSom para calmar las aguas y todos caminaron hacia el auto.

DaSom iba a subir cuando ya todos lo habían hecho pero JungKook, quien seguía afuera, le tomó la muñeca deteniendo su paso. Se inclinó hacia la ventana de copiloto y miró a Jimin.

— ¿Puedes pasar por ella en unos minutos? — DaSom abrió sus ojos de más y negó hacia su hermano.

Pero ya conocían la relación de ambos.

— Bien, quédatela si quieres. — dijo con malicia y luego miró a Monique.— ¿Te quedas o te vas? — Monique estuvo a punto de bajarse cuando la voz de JungKook interrumpió.

— ¡No! A ella llévatela y déjala en su casa. — dijo por encima del bullicio y Jimin sonrió asintiendo para bloquear todas las puertas y evitar que Monique saliera.

— Perfecto. — rio un poco por las quejas de Monique y la miró a través del retrovisor.— ¿A casa señorita? — imitó la voz de un chófer y la chica lo miró furiosa.

El coche desapareció de la vista de ambos y luego JungKook miró a la cabizbaja chica frente a él.

— Demos un paseo.