🌸Capitulo Unico🌸
Desde su niñez, idealizo el romance perfecto, los príncipes y todo aquello que suponía tener un amor real.
Siempre fue un niño soñador, llevando sus credencias a lo largo de su vida y logrando que cada una de ellas se cumpliera a la perfección, al menos hasta que Dereck llego a su vida.
El primer día de instituto fue crucial para el pequeño doncel que estaba emprendiendo una nueva aventura.
Una que le hizo ilusión tantos años, le hizo sentirse ansioso por vivir este momento.
Estaba indeciso frente a los grandes portones del lugar, dudando si dar un paso más y rogando a dios tener, aunque fuese un solo amigo para qué le ayudara en este camino.
Eres mi alma gemela
Por toda la eternidad, quédate.
Eres mi alma gemela
Más que siete largos veranos y fríos inviernos
Más que numerosas promesas y recuerdos.
—El primer paso es importante—escucho a su costado—
—El primer paso define el resto de tu camino, cualquier paso en falso supone comenzar otra vez desde cero —hablo sin ver a la persona que estaba junto a él—
—Lo bueno es que siempre puedes comenzar de cero —agrego—
—Pero asusta, siempre asusta volver a iniciar.
Cualquiera que los escuchara se reiria de la conversación que tenían esos dos en ese momento.
Estaban tan inmersos en su profunda y bastante importante conversacion que incluso el timbre ya había sonado y ellos seguían en su lugar.
—Asusta en un principio, luego te das cuenta de que todo tiene un sentido, y cada cosa que pasa era necesaria para llevarte dónde debes estar.
Hubo un silencio entre los dos por unos minutos, analizando cada palabra.
—Wow, eso fue intenso —rio con ganas— Soy Taehyung, por cierto— perdón por abordarte así, solo te ví indeciso y una conversación siempre calma.
El más bajito sonrió feliz por el chico que se había acercado a él, se sintió a gusto y la sonrisa de este le daba paz, una que nunca había sentido a tal grado.
—Mi nombre es Jimin —extendió su mano— Soy nuevo por aquí y estoy nervioso —aclaro—
—No deberías, la gente aquí es igual de idiota que en cualquier lugar —rio — vamos, creo que tu primera parada será con el director porque el timbre ya toco hace un rato —se reía como si nada importase—
Jimin estaba nervioso, era su primer día y ya había cometido su primer error, aun así no pudo evitar contagiarse la risa del contrario.
El chico de sonrisa cuadrada era como un respiro, como si solo con verlo supiera que todo estaría bien.
—Ven Jimin, te llevaré con Seojoon, si tenemos suerte, él no va a molestarnos y nos dejará ir a clases sin problema.
—¿Cómo estás seguro de eso?
—Pues porque es mi padrastro y no querrá que lo acuse a mamá.
Ambos chicos continuaron su camino entre risas y conversación sin sentido, habían descubierto que podían hablar cualquier tema y que le darían un sentido, aunque lo más curioso era que hablaban al mismo tiempo, como si sus pensamientos estuviesen coordinados con cada cosa que dirían.
Lo que era ilógico, se conocían desde nada, pero la química y la conexión estaba innegablemente entre ellos.
Había pasado un mes, desde que Jimin se encontraba en el instituto y se habia vuelto inseparable con Tae, hacían todos juntos, sin contar lo cariñosos y melosos que eran entre sí.
La mayoría pensaba que ambos chicos eran pareja, no había otra explicación a la forma en que se cuidaban y se querían, aunque ellos sabían que lo que tenían ahí era la más pura y genuina amistad.
—Tae... cuando mueras y reencarnes, ¿qué te gustaría ser? — preguntó mientras llevaba una galleta a su boca—
—Un perro —respondió simple—
—Entiendo, ¿entonces si crees en la reencarnación?
—Por su puesto, sé que hay algo más, no puede terminar todo aquí, imagina alguien que tiene una vida desastrosa, ¿no sería injusto que no le dieran otra oportunidad? Creo absolutamente en que si es posible, aunque no tengo como comprobar mi teoría —rio—
—Tiene sentido, yo también creo —afirmo— me gustaría ser un hombre famoso en mi próxima vida —aclaro—
—Entonces yo seré tu perro, no hay opción de que nos separemos, solo no olvides darme comida —dijo— como ahora, ni una galletita me convidas —hablo con un puchero—
Mientras reían no se habían percatado del chico que estaba frente a ellos, el cual habia hecho notar su presencia al hacer que su sombra les nublara la claridad del día.
Jimin abrió sus ojos al verlo ahí, era Dereck, lo observaba en ocasiones sin que él lo notara.
El chico más popular del instituto y el que todos los donceles y las chicas querían cazar.
Un completo imposible para él, según el mismo doncel, ya que su falta de popularidad era algo que le jugaría en contra.
¿Pero por qué razón se encontraba frente a ellos? Eso era bastante extraño.
Era bien sabido que Dereck no se relacionaba con gente como ellos, no se molestaba en dirigirle la palabra a cualquier chico en el lugar, no a uno que no tuviera relevancia en temas de popularidad.
—¿Qué quieres?—sé ánimo Tae a preguntar, el tipo le daba mala espina y ver a su pequeño amigo embobado no le causaba ninguna gracia.
—Hablar con Jimin—dijo seguro— ¿podemos? —se dirigió al menor.
Jimin asintió efusivamente, poniéndose de pie y siguiendo al chico que solo había tenido la oportunidad de conocer en sus sueños.
Tae solo bufó y los vio desaparecer de su campo de visión.
Una vez fuera de la vista de los curiosos, Dereck tomo la mano de Jimin y lo apartó hacia un rincón del lugar, dónde pudieran estar a solas y conversar sin problemas.
—Queria invitarte a salir —dijo coqueto—
— A- a mí, estás seguro? —hablaba con dificultad—
—¿Te observo desde que llegaste nene, quiero conocerte, tú me gustas —aclaró de forma sincera— saldrías conmigo?
El menor, sin dudarlo, se vio asintiendo hacia el rubio, que se sentía victorioso al haber conseguido una cita, la primera de muchas con el Adonis, del cual se había prendado hace mucho tiempo.
Desde ese día ambos se volvieron inseparables.
El mayor era el príncipe que por tantos años Jimin estuvo esperando y sin darse cuenta lo había enamorado por completo.
Eran la pareja más envidiada del instituto.
El trato que tenía Dereck hacia él, sacaba a relucir los celos de los ojos curiosos que siempre estaban al pendiente de ellos.
Lo llevaba a su salón todos los días, besaba su mano y le profesaba palabras de amor a vista y paciencia de todos, hasta de Tae, quien en un principio estaba reacio a aceptar esa relación, pero vio tan feliz a Jimin que sin problemas lo apoyo, lo apoyaría en cada una de sus decisiones, aunque estás fuesen desaciertos.
No era una novedad para todos, que su relación con el novio de su amigo era un fiasco, lo que nadie sabía en realidad era que el peligrís, había conocido la verdadera cara del príncipe, una que sin dudarlo le quiso mostrar a su amigo, pero termino ganándose la molestia de este y una clara amenaza de que ya no sería su amigo si no se llevaba bien con su novio.
Entonces, desde ese día se dedicó solo a cuidar a Jimin en silencio y atento a cada mal movimiento que pudiera hacer Dereck.
Tres años después.
El tiempo habían pasado implacable, los dos amigos ya estaban en la universidad y su amistad se había fortalecido cada vez más con el paso del tiempo, aunque no podían decir lo mismo de la relación de Jimin y Dereck.
Hace un año le había pedido matrimonio, estaban comprometidos y se habían ido a vivir juntos, el cuento perfecto hasta dos semanas después de la propuesta, asunto que estaba oculto ante los ojos de su amigo y del mundo, nadie sabía la pesadilla que Jimin vivía dentro de su propia casa.
Tenía que soportar las palabras hirientes de su prometido y alguno que otro amante casual que llevaba a su propia casa para serle infiel.
Escuchaba aquellas noches a las mujeres y hombres gemir en su habitación mientras él, por orden de su novio, debía esperar en la sala.
Cuando todo terminaba y los amantes abandonaban la casa, era el turno de Dereck para manipular la cabecita de su chico y hacerle creer que todo lo que ocurría era por su culpa, que nadie más podría tener interés en el de forma romántica y que solo se tenían a ellos dos.
Jimin estaba seguro de que ya no lo amaba, pero tenía miedo de lo que Dereck podría hacer si lo dejaba.
Ya lo había amenazado en reiteradas ocasiones con dañar a Tae y encargarse de que él jamás volviera a poder conquistar a alguien.
Dichas palabras siempre eran pronunciadas mientras sostenía en sus manos algún cuchillo o alguna pistola, cualquier cosa para generar el máximo terror en el menor.
—No llores Jimin, sabes que te amo y que siempre serás tú el elegido por mí
No importa cuánta gente traiga a casa, tú siempre serás quien lleva el anillo en el dedo.
—No podemos seguir con esto —se atrevió a decir— Nuestra relación ya no existe —lloraba mientras recitaba sus palabras— solo quiero irme de este lugar Dereck… por favor —suplicaba— será lo mejor para ambos, tú podrás tener tu libertad y estar con quién te plazca y yo intentaré volver a armarme —su llanto se intensificaba— si alguna vez me amaste no me hagas esto, déjame salir de esta relación.
Las risas del contrario resonaban por todo el lugar, como si lo que Jimin había dicho fuera el mejor de los chistes y la cosa más increíble que había escuchado.
—El asunto es que me perteneces — hablo calmado— no puedes irte de aquí, porque eres mi pequeña obsesión y aunque no esté 100% contigo, tampoco te dejaré estar con alguien más, no se me da la gana que me dejes —recalco —
—Prometiste cuidar de mí y no lastimarme jamás —lloraba desconsolado—
—Las promesas son solo eso Jimin, no estamos en la obligación de cumplirlas.
Ahora basta de esto, ve a darte un baño, se me antoja que quiero estar con mi hermoso prometido — demandó —
La orden fue acarada de inmediato, la última vez que desobedeció, no fue bueno para él y tuvo que ocultarse de Tae por un largo tiempo, inventando excusas para que ambos no se encontraran y pidiendo al cielo que su cuerpo sanara rápido, si había algo que jamás se perdonaría era que su mejor amigo saliera lastimado por su causa.
Esa noche, como tantas otras, se sintió miserable.
Cómo pasaba cada vez que su cuerpo era tomado por aquel que decía amarlo y que solo estaba obsesionado con él, al punto de lastimarlo y de dañarlo tan profundamente que ni el mismo se reconocía.
Esa misma noche tomo una decisión, huiría, pero no buscaría a Tae, se iría lejos donde nadie pudiera encontrarlo y dónde las personas no pudieran manipularlo de ninguna forma, pero sobre todas las cosas donde mantuviste a salvo a quienes amaba.
Tomó sus cosas mientras Dereck dormía y salió de esa casa para no volver jamás, pero sus pasos quedaron estancados al ver a su Tae frente a él.
—¿Por qué no contestas mis mensajes? —hablo preocupado, mientras observaba el bolso en manos de su amigo— ¿dónde vas?
Lo había atrapado, y mentirle a Tae en su cara era algo que sabía no podría hacer.
—Me voy.... debo irme lejos —hablo triste—
El viento movió suavemente la fina camisa que llevaba y algunos moretones quedaron a la luz, a completa vista de su amigo, quien comenzaba a fruncir su ceño y apretar sus puños, al darse cuenta de todo solo con ver su piel lastimada.
—Voy a matarlo — gritó mientras corría hacia el departamento—
A paso apresurado llegó al lugar y de una fuerte patada a la puerta hizo que esta se abriera, momento en el que entró directo hacia la habitación donde un muy asustado Dereck limpiaba sus ojos.
—Estás jodido — dijo—
Se abalanzó sobre él y comenzó a golpearlo, un golpe tras otro, sin detenerse y asegurándose de destrozar esa cara que le recordaba que Jimin estaba sufriendo por su causa.
El antes mencionado llegó al lugar y vio a su amigo sobre su prometido, se apresuró a tratar de separarlo, no quería que Tae se metiera en problemas, menos por su culpa.
—Tae ya —dijo abrazando su espalda— no lo vale, no quiero verte en la cárcel —suplico—
Las palabras de su amigo lo trajeron en si otra vez y se levantó del lugar aún con su rostro furioso.
—Te vuelves a acercar a Jimin y te mataré, no me importa ir a la cárcel, haré que desaparescas — gritó en su cara—
Tomó la mano del contrario y salió con el del lugar dejando atrás por fin todo eso que lo había lastimado y que había ocultado por tanto tiempo.
El camino en taxi fue silencioso, en ningún momento separaron sus manos, estás estuvieron entrelazadas en todo momento dando esa calidez que siempre existía cuando se encontraban juntos.
Se podían ver pequeñas heridas en las manos de Taehyung producto de la fuerza con que golpeó a Dereck.
Estás eran acariciadas con ternura por Jimin, solo dejaba caer lágrimas al verlo lastimado.
Llegaron media hora después al hogar del castaño, una hermosa casa donde vivía solo y muchas veces habían llevado a cabo ahí sus tardes de películas.
—Ven Jimin, te daré ropa cómoda, tomarás un baño y luego tú yo vamos a tener una plática— le dijo de forma dulce—
El pequeño rubio se dejó hacer y cuidar por su amigo, el único que siempre había estado ahí, haciendo cálida la promesa que hizo hace mucho de cuidarlo y de quererlo sin importar que, el único que le demostraba que si existian, que si debías cumplir cada cosa que prometias con el corazon.
Media hora después Jimin se encontraba sentado en la orilla de la cama de su amigo, mientras le contaba cada cosa que vivió junto a Dereck y cada cosa que oculto ante el mundo.
Se dejó mimar, mientras su corazón buscaba consuelo en los brazos de la única persona que lo había querido verdaderamente.
—No debí confiar en él —se lamentaba mientras sus lágrimas caían —
—Eres una persona buena, no ves la maldad en la gente... el supo cómo hacer que confiaras —su ceño se frunció— El maldito fue un buen actor, deberías haberme dejado golpearlo un poco más — estaba molesto—
—No! —apreto las manos de su amigo— no quiero que tengas problemas... el es violento y no quiero que te lastime, no me lo podría perdonar jamás, debería irme, debo salir de aquí, no puede saber que estoy contigo, Tae, te hará daño, vendrá por nosotros, y no quiero, no quiero que te dañe, no quiero que cumpla las amenazas contra tí —respiraba agitado, gritando con desespero, su rostro enrojecido, sus lágrimas violentas y el temblor en su cuerpo—
—Tranquilo Mimi, no me hará nada, no dejaré que se acerque a ti y tampoco a mi, no te preocupes, él ya no estará más en tu vida—afirmo con tranquilidad escondiendo la preocupación—
La respiración de Jimin se hacía cada vez más rápida, no lograba detener los temblores en su cuerpo y su piel se veía pálida, no estaba bien, la ansiedad lo estaba abordando rápidamente.
—¿Que le diré a mis padres? —pregunto de repente hiperventilando— Ellos, ellos me culparán por esto, no creerán en todo lo que hizo, también supo cómo enredarlos, es un profesional en eso —hipeaba, sus lágrimas caían fuertemente y no lograba contener sus sollozos— No puedo respirar Tae — llevo su mano hacia su pecho— Duele — se quejó — Ayúdame siento que, yo siento, me muero.
La crisis de pánico se adueñó completamente de su cuerpo, estaba claro, se sentía morir y no podía controlarse, lo sentía pesado, sin fuerzas.
No hacía más que sostener su pecho y pedir ayuda en un hilo de voz, jadeante, apretando sus puños, con la mirada nublada creyendo que en cualquier momento se desvaneceria, el hormigueo era la única sensación en sus extremidades y creyó que sería mejor dejarse llevar por una muerte temprana.
Taehyung se levantó rápidamente de su lugar y se puso de rodillas entre su piernas.
Sostuvo sus mejillas y poso sus labios sobre los de Jimin, logrando que los receptores de Jimin solo se enfocarán en esa acción.
No era un beso, solo cubrió los belfos contrarios con los propios para detener la crisis que estaba sufriendo su amigo, el cuál, se veía sorprendido ahora mismo, con sus ojos abiertos de par en par y su cuerpo completamente estático, reseteado su cerebro y tomando el control con lentitud pero logrando que nada más existiera en su cabeza que ese instante.
Su respiración se había calmado, de hecho había dejado de respirar en el momento que su mejor amigo juntó sus labios, las lágrimas se detuvieron, el temblor y el miedo, los malos momentos, y recordó la primera vez que vio a Tae, recuerdos riendo, recuerdos jugando, recuerdos que le demostraron lo importante que era para su mejor amigo.
Taehyung se separó con cuidado, observando el rostro de Jimin con atención, no se arrepentía, había resultado y solo por eso agradecía su acto, aunque esperaba que la relación no se quebrara con aquello.
—Me- me besaste —Hablo bajito—
—No cariño, no te bese, pero puedo hacerlo si quieres —le respondió coqueto— un viejo truco para controlar la ansiedad, no te molestes, quería ayudarte y solo se me ocurrió eso —Rasco su nuca—
Jimin al fin pudo respirar normalmente y sonrió hacia Tae, agradecido y algo nervioso y sonrojado por lo sucedido.
Jamás había pensado en besar a su mejor amigo, y aunque ese no fuera un beso real, fue suficiente para sentirlo así.
No le desagradaba en lo absoluto, fue tan delicado que se sintio bien, aunque no correcto, el seguía siendo como su hermano.
—¿Esto cuenta como incesto? —hablo al fin—
— Si, acabamos de convertirnos en los hermanos incestuosos — respondió riendo abiertamente—
Mientras estaban en su mundo y las cosas habían vuelto a la normalidad por ahora, llamaron a la puerta.
Taehyung se levantó de su lugar para ir hacia allá, dejando a su amigo en la habitación mientras lo esperaba.
Al abrir la puerta la sorpresa lo invadió.
—Yoon! —grito mientras lo abrazaba y sonreía— Estás aquí —decia emocionado—
—Hasta que me abres la puerta mocoso, llevo rato ahí fuera —dijo divertido—
Quiero que seas tu propia luz, amor
Deberías ser tu luz
Para que así no te hagas más daño
Para que así puedas sonreír
Quiero que seas tu noche, amor
Podrías ser tu noche
Para que pueda ser honesto contigo esta
noche
Una tercera presencia se hizo presente en lugar, un muy confundido Jimin se dejó ver y los ojos de los contrarios se posaron sobre el.
Había escuchado a Tae gritar y decidió ver qué pasaba.
No espero verlo abrazando a un chico de esa forma y que ambos sonrieran tan felices.
— Perdón — dijo— no quería interrumpir —hablaba avergonzado —
Taehyung se acercó rápido a su amigo y lo abrazo por los hombros con cariño.
—Tu nunca interrumpes Mimi — aclaró antes de besar su mejilla— ven —dijo llevandolo hacia el desconocido— Este pálido que ves aquí, es mi hermano Yoongi — presentó —
Jimin quedó sorprendido, había escuchado hablar en ocaciones del hermano de su amigo, pero jamás pensó que se vería así, un perfecto chico de ojos negros, muy distinto a Tae, pero iguales en hermosura, los genes habían hecho un buen trabajo en ellos dos, pensaba.
El mayor lo observaba con atención mientras se encontraba perdido en sus pensamientos, lo cual le hizo sonrojar y sentirse avergonzado.
—Lo siento, me distraje —hablo sin pensar y ganandose una risita por parte de los contrarios, que se habían dado cuenta que su distraccion fue Yoongi.
— ¿Como se llama este bello distraído?— pregunto con su mirada fija en el contrario—
Taehyung advirtió que su hermano se había descompuesto al parecer, porque no podía quitar sus ojos de su pequeño amigo, su atención estaba puesta por completo en el y le parecía muy tierno.
—Me llamo Jimin, soy amigo de Tae.
—El mejor amigo— interrumpio— Como le toques un pelo sin su permiso haré que te quedes sin decendencia— amenazó—
Una amenaza que no tenía ningún sentido pero se le hacía gracioso, ya que Yoongi era sin duda uno de los mejores hombres que conocía, por no decir el mejor.
Era atento, respetuoso y muy amable.
Si decidiera fijar sus ojos en su amigo, el mismo le ayudaría sin dudarlo.
—Ya déjame pasar Tae y deja de amenazarme —dijo— se giró hacia Jimin, extendiendo su mano— un gusto bonito, espero que nos veamos seguido.
—¿Eso quiere decir que te quedas? —pregunto ansioso su hermano—
— Si, está vez me quedaré, planeo trabajar aquí, de hecho ya conseguí un trabajo —sonrio— y si te soy sincero, las cosas por acá están más que interesantes —hablo sin apartar la mirada de Jimin —
Otra vez el sonrojo se apoderó de las mejillas de Jimin y en se momento se sintió asustado.
De la misma forma había caído por Dereck sin contar que hace solo un par de horas recién habia logrado salir de esa relación y su corazón estaba muy dañado.
Dió dos pasos atrás y apegó su espalda en una pared.
Su amigo se acercó a él de inmediato, lo vio asustado y eso no le gustaba para nada, no cuando hace nada lo había logrado calmar.
— Tranquilo Mimi, no pasa nada, estoy contigo, lo sabes —afirmo—
Yoongi pensó que sería bueno darles su espacio, no entendía que pasaba ahí pero si era capaz de entender que ellos necesitaban su espacio.
—Ire a casa de papá —hablo tranquilo— Estaré unos días con el y luego tú podrías darle una habitación a tu querido hermano para que viva aquí — sonrió dejando ver sus dientes de forma inocente —
—Esta bien, ahora largo — le respondió —
El mayor sonrió, antes de despedirse con un movimiento de mano y salir del lugar, no sin antes prometerse a él mismo que haría lo que fuera por acercarse a ese pequeño chico asustadizo que le había robado el corazón a primera vista.
Una vez quedaron solos Taehyung hizo lo posible por distraer a Jimin para que dejara de temblar.
No tubo que preguntar lo que pasaba, entendío de inmediato y también sabía que poco a poco haría que Jimin confiase en Yoongi, y pudieran ser amigos.
Dos meses después:
Yoongi había comenzado a vivir en casa de su hermano, por lo mismo la convivencia entre los tres era frecuente y bastante amena, sabían sobrellevar el día a día y el ambiente se sentía relajado y hogareño.
Había comenzado a tener detalles con Jimin, en ocasiones le llevaba flores o le invitaba a pasear por el parque.
Cuando dichas invitaciones comenzaron, Jimin fue un tanto arisco, no quería involucrarse con nadie, aun su corazón sanaba y aunque el chico de ojos gatunos hacia latir como loco, esta vez no sería descuidado.
Dereck había estado rondándolo durante un mes, prometiendo que había cambiado y tratando de convencerlo de que volvieran a tener la relación de antes, que sería un buen hombre y que lo amaba más que a nada en su vida.
Puede jurar que en un principio pensó que tal vez podría ser así, él podría haber cambiado, pero eso quedó claro casi de inmediato, era solo su lastimado corazón pensando que tal vez eso le haría cesar el malestar de todo lo vivido junto al que suponía era el amor de su vida.
En ese mismo momento decidió contarle a Taehyung lo que pasaba y su amigo se encargó de buscarlo y hablar con él, no permitiría que se volviera a acercar a Jimin, no después de todo el daño que le había hecho.
Ahora estaba desaparecido, al menos por el último mes no había vuelto a insistir y cada día podían ver cómo la sonrisa en Jimin volvía a hacerse presente, y la Luz que siempre lo había rodeado volvía a iluminar de forma más intensa y con mayor fuerza que antes.
— Me gustaría ir a la luna —dijo de repente Taehyung mientras se encontraban boca abajo en la alfombra comiendo golosinas—
—Yo también lo quisiera —respondió— a demás me gustaría conocer a tu familia — río tiernamente— la familia de mi alien — remató —
Taehyung solo lo observó con una sonrisa dulce, siempre lo observaba así, Jimin era su mejor amigo, su alma gemela, nadie le quitaría ese lugar.
— Yo también quisiera ir —interrumpió una tercera voz— si van, me llevan, así puedo cuidar de ustedes —finalizo—
—Un gato en la luna sería interesante.
Jimin soltó carcajadas al escuchar las palabras de Tae, esos dos siempre bromeaban, pero sabía que se amaban, eran los hermanos más unidos que había conocido.
—Si puede ir el oso alien, yo también puedo — respondió poniéndose junto a Jimin y acercándose a su oído— ¿Vamos a la heladería? — susurró solo para él—
Las mejillas de Jimin enrojecieron de inmediato, y una risita escapó de sus labios.
Se había resistido tanto, pero cada vez era más difícil negarse a todos los detalles que tenía el mayor hacía él.
—Bien, ya que no me invitaron, iré a acostar al vecino nuevo —dijo Tae— un lindo pelinegro bien tatuado que estoy seguro será mi próximo novio —dijo mientras se levantaba y dejaba a los dos a solas—
Ambos sonreían hacia el mientras lo veían abandonar el lugar.
—¿Vamos?
—Está bien —respondió tímidamente poniéndose de pie—
Caminaron en silencio hasta la salida de la casa para luego subir al auto de Yoongi e ir al lugar antes acordado.
Una hermosa heladería en tonos pastel se dejó ver, estaba claro que lo había rebuscado, se encontraba un tanto alejado del área donde vivían y a simple vista se veía costoso.
Se quedaron dentro del auto unos minutos más.
—No debes hacer esto —dijo el menor— no deberías hacer tantas cosas por mí, no lo valgo — dijo cabizbajo—
Yoongi se atrevió a tomar sus manos, y acariciar el dorso de estas con el pulgar.
—Vales cada detalle que pueda darte, cada muestra de cariño y cada segundo que me la estoy jugando por conquistar tu corazón Jimin —dijo con voz dulce—
Las palabra lo hicieron sorprender y lograron sacarle una suave sonrisa de la cual no era consciente en ese momento.
—Estás loco Yoongi
—Puede ser, pero estoy loco por ti Jimin, por ganar tu corazón y por hacerte mi novio
—Deberías pensar mejor las cosas —respondió interrumpiendo las palabras del mayor—
— No hay mucho que pensar, se trata de sentir y desde que te ví por primera vez yo siento que te necesito conmigo, que tengo que amarte y protegerte como nadie lo ha hecho.
El corazón de Jimin latía desbocado, las ansias de lanzarse hacia los brazos de Yoongi lo invadían, pero el miedo siempre era más fuerte y se anteponía a cualquier sentimiento.
—¿Bajamos?—dijo cambiando el tema—
—Está bien, te dejaré huir, pero seguiré intentando conquistarte —aclaró mientras bajaba de su auto y rodeaba este para abrir la puerta del menor mientras extendía su mano, cuál si fuera un príncipe al que estaba ayudando a bajar —
—Deja de ser tan perfecto— reclamó aceptando la mano contraria y saliendo del auto— haces que sea difícil, por favor — suplicó — has algo que me haga alejarme, de lo contrario terminaré por caer y sé que aunque me prometas la luna, tarde o temprano las promesas se rompen —dijo triste—
Yoongi se acercó a él, haciéndolo retroceder hasta apoyar su espalda en el auto y se acercó, dejando una distancia mínima entre ellos.
—Mis promesas jamás se rompen, jamás prometo algo que no podré cumplir, es de familia, creo —dijo— sé que mi hermano jamás ha roto una de las que te hizo— hablo calmado—
No podía discutir a eso, solo era la verdad.
Taehyung sin duda alguna era la única persona que siempre había Sido leal a sus promesas y que le había hecho confiar a ciegas.
Pero ¿Por qué esa misma sensación se la provocaba Yoongi? Es misma forma de confiar a ojos cerrados como lo hacia con su amigo, esa paz de saber que estaría bien y a salvo si lo tenía tan cerca como fuese posible.
— Me confundes —dijo al fin—
El mayor sonrió mientras llevaba una de sus manos a la suave mejilla de Jimin y acariciaba con parsimonia el lugar.
—Te confundo porque te gusto— dijo confiado— y porque muy en el fondo de tu corazón sabes que podrías enamorarte tanto de mí que te asusta —se acercó unos centímetros a su rostro— Solo hazlo, ámame tanto como sea posible y no dejes que mi corazón esté sufriendo solo por tener un amor unilateral — suplico—
Sus rostros están tan cerca mientras pronunciaba esas palabras que Jimin sentía que su corazón saldría de su pecho y que sus labios se secaban con la sola idea de probar los contrarios.
—¿Puedes besarme? —dijo en tono suplicante y sin poder detener sus palabras—
Yoongi no lo pensó ni medio segundo antes de posar sus labios sobre los ajenos y comenzar una danza suave y delicada, disfrutando de la textura y el sabor tan embriagante que estos poseían.
Los brazos de Jimin rodearon el cuello contrario mientras ladeaba su cabeza para dar más acceso y dejar que el mayor lo besara a su antojo.
Estaban tan sumergidos en los sentimientos y en la calidez que se hacía presente solo con lo que hacían, que no pudieron prevenir que el cuerpo del menor fuese alejado de Yoongi de un tirón, haciendolo caer de rodillas al piso, mientras quien lo había hecho se acercaba de forma violenta hacia el pálido con intensiones de golpearlo.
El acto no pudo llevarse a cabo, ya que Yoongi fue más rápido y esquivo el golpe empujándolo con fuerza para ir en ayuda de Jimin quien se veía asustado, aún en el piso con sus mejillas húmedas por las lágrimas.
—¿Estás bien, te lastimaste en algún lugar? — hablo preocupado—
—No —dijo con voz temblorosa mientras veía que Dereck se ponía de pie completamente furioso— No quiero que te lastime — suplicó —
Yoongi entendió el pánico que Jimin sentía solo con la presencia de ese sujeto y la rabia contra aquel se hizo presente.
Sabía a grandes rasgos que había pasado por una relación tormentosa, pero ver lo que le había hecho frente a él le hizo entender cada cosa y saber por fin el temor de Jimin de aceptarlo al cómo su pareja, lo ayudó a levantarse y lo escaneo por completo para saber si tenía algún rasguño.
—Sube al auto bebé —le pidió acariciando su rostro—
Jimin no dudo ni siquiera un segundo en acatar la petición y cumplirla, sabía que Yoongi quería protegerlo y no se lo iba a impedir, no ahora después de lo que paso y de que por fin había comenzado a aceptar lo que sentía por él.
Una vez vio al menor seguro dentro del automóvil, se giró hacia Dereck con ojos furiosos, su rostro enrojecido emanando ira por cada poro.
—No vuelvas a acercarte a él, lo haces y te mataré —hablo con voz grave que quemaba su garganta—
La risa burlesca de Dereck solo lograba cabrearlo más y hacer que sus ganas de golpearlo crecieran de formas inimaginables.
—Es un maldito inservible, solo yo fui capaz de aguantarlo tanto —golpeo su pecho con orgullo— ¿Y sabes qué? Me pertenece, jamás podrá librarse de mí porqué me ama y sabe que jamás nadie va a aceptarlo con todos sus fallos como yo, Jimin es mío —recalco en un grito— lo marque como una perra —sonrió con alevosía
Jimin escuchaba las palabras y no podía evitar llorar ante ellas, como había sido capaz de vivir tanto tiempo junto a ese demonio que no lo valoraba, no lo quería como se merecía, que lo veía y despreciaba de esa manera.
Yoongi alterado tomo del cuello de la camisa a Dereck Sosteniéndolo con fuerzas para darle un escarmiento, no permitiría que hablara así del chico que se enamoró, lo había dañado lo suficiente como que lo marcará por el resto de su vida con esas asquerosas palabras.
Pero antes de plantar el puño en su rostro, escucho abrir el auto, y un Jimin decepcionado bajo de él con pequeños temblores en su cuerpo.
— Bebé —susurro ante él.
— Te lo dije —advirtió— esa perra me pertenece —rio con orgullo asegurándose que el doncel volvería a sus brazos, tomo el puño de Yoongi en su pecho y lo quito a duras penas por la fuerza que lo sostenía.
Una vez libre, decidió ir con el chico hermosamente afectado, podía ver el miedo en sus ojos y su orgullo Crescencia a cada paso que daba.
Park levantó una mano plantándola directo en su rostro, descolocando a ambos seres que le acompañaban, y sintiendo como con eso, las sogas imaginarias en su cuerpo se liberaba de lo que fuera que le hizo Dereck.
El contrario lo observó totalmente sorprendido, el pequeño niño manipulable a su parecer acaba de golpearlo y por primera vez no veía ningún rastro de temor en su semblante.
—Ya no más Dereck, se acabó —hablo firme— Me hiciste el daño suficiente para lograr que te odie con toda mi alma y entienda que no te temo, ya nunca más tendré miedo de ti porque no estoy solo —hablaba frente a él— Todas esas veces que me dijiste que lo estaba, mentías.
Siempre tuve a Tae conmigo y ahora también tengo a Yoongi.
No te necesito, jamás lo hice —sentencio— Pero tú… si me necesitabas, nadie jamás te volverá a amar como yo lo hice y tendrás que lidiar por el resto de tu vida con la culpa de que tú mataste el amor que yo sentía.
Yoongi lo observaba con ojos iluminados, totalmente embobado con lo valiente y hermoso que se veía su precioso chico al enfrentar el mayor de sus miedos.
Dereck no dudo en acercarse furioso hasta Jimin con el afán de hacerle entender que las cosas terminaban cuando él lo decidía.
No fue capaz de dar mi dos pasos cuando una fuerte parada en su entrepierna lo hizo caer al suelo del dolor, observando hacia arriba mientras Jimin se acomodaba el zapato de forma tierna y Yoongi reía por la situación.
—No vuelvas a acercarte, ya no causas nada más que rechazo en mí —dijo con voz firme—
Tomo de la mano a Yoongi, entrelazando sus dedos y los guío hacia el auto, dónde ambos subieron, dejando a Dereck tirado en el piso, totalmente humillado.
YoonGI sin dudarlo comenzó a conducir sin detenerse hasta llevar a un mirador en dónde estacionó y respiro profundamente en silencio, esperando que Jimin fuese quien quisiera decir la primera palabra, la cual nunca llego, ya que él menor desató su cinturón de seguridad y se subió con rapidez sobre su regazo para besarlo de forma eufórica debido a la adrenalina de todo lo sucedido.
Recibió todo lo que el menor quería darle, lo sostuvo fuerte de sus caderas y lo apegó a su cuerpo lo máximo posible, no dejando escapatoria en ningún momento.
Él lo había iniciado y debía hacerse cargo del fuego que comenzaba a avivarse en su interior.
Acarició su cadera mientras lo sentía moverse delicadamente sobre él, rozándose mínimamente, pero lo suficientemente para hacer que ambos cuerpos temblaran.
—Hay que detenernos —dijo con voz agitada mientras Jimin hacía oídos sordos a su petición— Por favor bebé, no voy a tomarte aquí —aclaro—
Jimin freno de inmediato sus movimientos y lo observó triste, pensando en las palabras de dereck, tal vez si tenía razón y nadie lo vería bonito o podría hacer a alguien sentir deseo hacia él.
Llevo sus manos a su cara para evitar que Yoongi lo viera llorar.
El mayor entendió de inmediato.
Los sostuvo de sus mejillas, apartando las manos de esta para qué lo observara cuando le dijera las siguientes palabras.
—No voy a tomarte aquí bebé —repitió— te haré el amor en un lugar digno para ti, no te mereces solo sexo rápido en un automóvil, mereces que cuiden de ti —aclaro—
—Tú… quieres? —pregunto tembloroso—
— ¡Dios! Claro que quiero, me muero de ganas y que tu también lo desees así me hace amarte tantísimo más de lo que hago —beso rápidamente los labios de Jimin, mientras limpiaba las mejillas humedecidas por las lágrimas— déjame llevarte a un lugar especial ¿Quieres?
Le hablaba de forma delicada y dulce, jamás había Sido así con alguien, pero con Jimin salía de forma espontánea, solo lo hacía.
El menor asintió con sus mejillas enrojecida y se bajó con cuidado del regazo de Yoongi, tomando su posición en el asiento del lado mientras acomodaba en silencio el cinturón de seguridad, haciendo que una pequeña risita saliera de los labios del mayor, quien estaba completamente embelesado con su chico, porque aunque aún no formalizaban, él era su chico, Park Jimin sería su novio.
Condujo su automóvil hasta salir de la cuidad viendo poco a poco como los edificios desaparecían tras ellos, llegando hasta un camino que se adentraba entre el bosque, un sendero hermoso que tenía a Jimin completamente embobado observando.
Al final de este, una hermosa cabaña se hacía presente en todo su esplendor y se veía hermosa bajo los rayos del sol que la iluminaban, haciéndola parecer como algo irreal.
Yoongi detuvo el auto y observó a Jimin.
—Construí este lugar hace mucho —reconoció— hace unos años lo tengo, es mi refugio, mi escape de la ciudad y mi lugar seguro
—Pero le dijiste a Tae que no tenías dónde vivir —dijo confundido—
—Estuve a punto de venir aquí ese día… hasta que te Vi, me quedé allí para estar cerca de ti, desde el primer momento en que te vi supe que serías mi persona especial, la persona con la quería compartir mi vida y a quien traería aquí, a mi hogar —reconoció—
Jimin lo observaba sorprendido.
—¿Te quedaste por mí?— guardo silencio unos segundos— ¿por qué harías eso? No me conocías —hablo intrigado—
Yoongi bajo del auto y rodeo este para llegar hasta Jimin, abrir su puerta y extenderle la mano para llevarlo hacia dentro.
Caminaron en silencio, uno para nada incómodo y que hacía sentir tranquilidad al menor luego de todo lo que había pasado.
Una vez dentro del lugar, Yoongi se puso frente a él y acaricio sus mejillas con cariño y delicadeza.
—¿Crees en el amor a primera vista? —pregunto tranquilo—
Jimin quedó mudo ante esa pregunta ¿Creía? Claro que lo hacía, desde niño pensó que eso podía pasar, vivió con la ilusión de encontrar a la persona que lo hiciera suspirar desde el primer momento.
Creyó inocentemente que Dereck era eso, su gran amor a primera vista, pero la desilusión reemplazo ese sentimiento
tan rápido que tal vez ahora su respuesta sería distinta.
Sabe que hay algo con Yoon, sintió ese tirón en su corazón cuando lo vio por primera vez, pero no aseguraba que fuese amor a primera vista, no podía luego de todo lo que vivió.
—Creí por mucho tiempo —hablo suave— Pero la vida se encarga de poner tus pies sobre la tierra — Dijo triste—
—Yo si lo hago —se acercó a Jimin y tomo sus manos— Lo comencé a hacer cuando te conocí —hablo dulcemente — y está bien que no lo creas ahora, pero me encargaré de hacerte tan feliz que tal vez podrías creerlo cuando entiendas que te paso lo mismo la primera vez que me viste —hablo apresurado—
Los ojos del menor se humedecieron, no pudo evitar soltar unas pequeñas lágrimas por las emociones que le hacía sentir Yoongi.
Dereck trabajo tantos años en su mente, que lo había convencido, sé que nadie lo querría, que no tendría a nadie más que él para darle el supuesto amor de pareja que el le daba.
Se lanzó a los brazos de Yoongi besando sus labios lentamente, mientras sus brazos rodeaban su cuello y sentía como el contrario, posaba sus manos en sus caderas, acariciando con sus pulgares sobre la ropa, dejando que su calor traspasase esta y cada toque comenzara a quemar descontroladamente.
Sus labios bajaron hasta el cuello de Jimin, dónde comenzó a dejar besos húmedos y delicados, probando la piel con calma, sin apurar nada de lo que estaba pasando, tomándose el tiempo para adorarlo como él se merecía.
Lo sentía suspirar con cada beso y toque que le daba.
Cuando levantó su rostro lo vio con los ojos cerrados y las mejillas enrojecidas.
Podía jurar que era la imagen más perfecta que había visto en su vida.
Sin previo aviso lo cargo estilo princesa y beso sus labios unos segundos, antes de comenzar a caminar hacia la habitación, el lugar más íntimo que solo el había ocupado hasta el día de hoy que tenia al chico del cual estaba enamorado allí.
Lo dejo suavemente sobre la cama y se internó entre sus piernas con cuidado de no aplastarlo, o de incomodarlo.
Siendo completamente atento y dulce al momento de comenzar a tocarlo con más confianza y volver a devorar sus labios.
Los dedos temblorosos de Jimin comenzaron a quitar las ropas del mayor con urgencia, quería sentirlo así, desnudo, tocando su piel de forma libre, así como lo estaba haciendo Yoon cada vez que sus manos se atrevían como si fuera una travesura de su parte, a colarse entre las ropas y tocar con vehemencia cada porción de piel que estaba a su alcance.
Jimin podía jurar que jamás se había sentido así, con esas ansias de llorar, de felicidad por cada emoción que afloraba de su cuerpo con la sola presencia de Yoongi.
Lo amaba.
Estaba seguro de eso, ahora más que nunca.
En este momento que el mayor estaba siendo tan perfecto en cada uno de sus movimientos y tan atento de tomarse su tiempo para amarlo.
Cuando los cuerpos se desprendieron por completo de sus ropas, ambos amantes se observaron embelesados, sonriendo por la perfecta imagen que tenia frente a ellos y por qué, desde aquí, sabían que nadie los iba a separar jamás.
Yoongi se internó nuevamente entre las piernas de Jimin mientras lo acariciaba y se acercaba a besar su cuello y sus clavículas, mientras preparaba al menor delicadamente con sus dedos para evitar lastimarlo.
—No tienes que hacerlo— hablo jadeante—
—Claro que tengo que hacerlo bebé, no me perdonaría lastimarte —respondió con voz ronca y Continuó con su labor—
Los labios del menor se apretaron, reteniendo un jadeo, los temblores eran incontrolables, por lo que le estaba provocando los hábiles dedos del mayor.
Cuando lo sintió lo suficientemente listo para recibirlo, retiro sus dígitos y alineó su masculinidad en la intimidad de su chico.
—Te amo Jimin— Profeso antes de comenzar el acto de entrega más perfecto que podían soñar—
Jimin gemia suave en cada intromisión que Yoongi llevaba a cabo, haciéndole el amor de forma delicada y demostrándole cuando lo amaba, cuan enamorado se encontraba y que lo que hacían ahora mismo, era su promesa de jamás dejarlo y darle la felicidad más absoluta, darle una vida llena de amor, la vida que merecía.
Se amaron, adoraron y atesoraron durante horas, una y otra vez reafirmaron su amor y se entregaron a la pasión que sus cuerpos demandaban y sus almas necesitaban para existir.
Estaban exautos, ambos con sonrisas en sus rostros y ojos somnolientos por todo lo sucedido.
A la mañana siguiente fue el mayor quien despertó primero y comenzó a acariciar los cabellos y el rostro de su hermoso angel, que reposaba sobre su pecho durmiendo de forma pacífica, con su respiración tranquila y serena.
Un mensaje se dejó ver en el celular de Yoongi.
Sé que estás con él, cuídalo.
Ámalo como nadie Yoon, él se merece el mundo entero, es tu obligación dárselo ahora que ganaste su corazón.
De todas maneras, si haces algo mal, si lo haces llorar, siempre puedo patear tus bolas.
Te quiero hermanito.
Sonrió mientras dejaba el teléfono sobre la mesa y abrazó más a su cuerpo al hermoso chico que abría sus ojos lentamente y lo observaba con una sonrisa.
Porque ahí, justo ahí estaba su felicidad, la que tanto ansió, la que busco desde siempre, estaba frente a él, era Yoongi.
Paso por muchos obstáculos antes de llegar a él, pero todo valió la pena para estar en preciso momento que se encontraban ahora, dónde nada más importaba que ellos dos y dónde estaban convencidos se encontraría su felicidad para el resto sus vidas.
—Te amo Park Jimin, prometo hacerte feliz por el resto de tu vida.
Fin
🌸 ErLith_ 🌸
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