Esa noche no ocurrió nada más allá de una breve plática de presentación, no profundizaron demasiado en sus vidas personales, más bien hablaron de cosas triviales y cuando el reloj marcó las 11:00 de la noche, Kang se retiró de la habitación del príncipe.

Taehyun por un momento no comprendió el afán de los reyes de ocultar a Beomgyu del mundo exterior. Pero luego de pensarlo varias veces, los posibles motivos se mostraron ante él claramente: Beomgyu era demasiado peculiar, lo que podría traer tanto admiración como odio. No todas las personas estaban dispuestas a aceptar lo "diferente", así que el príncipe de blancos cabellos correría demasiado peligro si andase libremente por ahí.

Taehyun suspiró, hace un rato pudo notar tristeza y soledad en los orbes de tonos violetas de Beomgyu. Es muy deprimente ver como tanta belleza puede traer tragedias consigo.

Sacudió la cabeza en un vago intento de disipar el rumbo que estaban tomando sus pensamientos. Una de las chicas del servicio le mostró amablemente la habitación y antes de perderse en los pasillos, le hizo saber al príncipe Kang que la reina lo estaría esperando para desayunar a las ocho de la mañana.

Una vez estuvo completamente solo en la habitación se deshizo del molesto atuendo que llevaba y luego de tomar una ducha corta, vistió una de las pijamas de seda que había traído consigo, teniendo ahora un aspecto más informal por llevar prendas simples y el cabello despeinado y húmedo.

Para cuando se dejó caer en la cama ya era cerca de medianoche, parpadeó un par de veces mirando el techo y solo minutos más tarde cayó en un sueño ligero, permitiéndole descansar de su ajetreado día.

Viajar no era de sus cosas favoritas, pero debía admitir que había valido la pena venir a Thinwell.

Pensó que dormiría hasta el amanecer, pero una fría brisa lo hizo despertar, ahí se percató de que había dejado la puerta al balcón semi abierta. Se sentó en el borde de la cama y debió pestañar varias veces para ser un poco más consiente de su alrededor.

Soltando un largo bostezo se puso en pie, frotándose con el dorso de su diestra ambos ojos para aclarar su borrosa visión antes de tomar camino al balcón.

La habitación era iluminada por la tenue y pálida luz de luna que se colaba a través de la apertura, Kang estuvo a punto de cerrar las puertas cristalizadas, mas todo su cuerpo se detuvo al escuchar una suave y melodiosa voz entonar una bonita canción. Por pura curiosidad salió al balcón, observando a la ventana de arriba al reconocer que de allí provenía el sonido.

La tenue voz era acompañada por unas notas de guitarra qué iban justo al tiempo de la canción, Taehyun se recostó al barandal suspirando mientras disfrutaba del suave canto que parecía acariciar sus oídos. Si no estaba en un error, esa era justamente la habitación de Beomgyu.

Canta demasiado hermoso.

Esa madrugada, Taehyun permaneció en el balcón hasta que Beomgyu terminó de cantar, lo que no ocurrió hasta que el amanecer comenzó a notarse en el horizonte.

Beomgyu, por su parte, ya estaba bastante cansado. Su garganta se sentía algo reseca y sus dedos dolían por tocar durante tanto tiempo las cuerdas de su guitarra. Sabía que estaba amaneciendo, y él de vez en cuando abría su ventana a escondidas para observar el cambio de colores en el cielo al menos por un segundo, lo cual a pesar de verse borroso le seguía pareciendo bonito.

Esa mañana decidió hacer lo mismo, así que dejando de lado su guitarra se puso de pie y corrió las oscuras cortinas que cubrían la ventana de cristal, abriéndola segundos más tarde.

Al asomarse lo primero que pudo notar fue el fresco ambiente del exterior, todo lo contrario a su oscura y fría habitación. Observó unos efímeros momentos el firmamento y al bajar la vista se asustó mucho. Había una figura justo en el balcón de la habitación de abajo, por un momento pensó que podría ser su madre y que ahora se llevaría una fuerte reprimenda, pero se calmó un poco al reconocer que la persona que sus ojos veían era el príncipe Kang.

Obviamente, veía al chico algo borroso, pero lo suficientemente nítido como para reconocer que se trataba del príncipe de rasgos apuestos. Inmediatamente se sonrojó al imaginar que seguramente Kang lo había estado escuchando cantar, y sus palabras lo confirmaron:

—Canta muy bonito, príncipe Choi.

Sintiendo sus mejillas arder por la vergüenza cerró su ventana y la cubrió con las cortinas gruesas que impedían el paso de la luz del sol, regresando al interior de su habitación. Ahora se sentía ridículo.

Mientras que Kang solo podía sonreír, enternecido por lo tierno que era Beomgyu sin siquiera proponérselo.

...

Durante el desayuno, Taehyun volvió a notar la ausencia de Beomgyu en la gran mesa, pero esta vez no fue algo sorprendente para él. Escuchó al príncipe Soobin murmurar una disculpa antes de levantarse de la mesa, tomando la mano de su prometido y desapareciendo del comedor casi de inmediato.

La reina Choi no tardó en explicarle a Kang que la pareja estaba demasiado ocupada últimamente, y si no se equivocaba justamente hoy les tomarían las medidas para confeccionar sus trajes de boda.

Taehyun se perdió en sus pensamientos por unos segundos, apuñalando su comida con un tenedor. Por su mente pasó una escena imaginaria en la que Beomgyu portaba un traje blanco con pequeños detalles en lila, un traje de bodas.

Se vería bonito.

De pronto, se encontró a sí mismo sonriendo como estúpido. Beomgyu tenía un encanto innegable que lo había atrapado con facilidad. Suspiró cambiando la dirección de sus pensamientos para ahora prestarle atención a la mujer frente a él.

—Ya que hoy es el último día de su estadía en este palacio —comenzó la reina, quien era la única que intercambiaba palabras con Kang, además de Beomgyu claro está— he decidido cambiar un poco la rutina de todos los días para que puedas pasar algo de tiempo de calidad con mi hijo. Claro, si es que a usted le apetece.

Taehyun estaba interesado en esa propuesta, así que prestó su completa atención a las palabras de la reina.

—Le he dado el día libre a la mayor parte del servicio —continuó ella, dándole una breve mirada a la señora mayor que entró para recoger los platos sucios—, dejando solamente a los que son de mi entera confianza. De igual manera, todas las puertas y ventanas del palacio permanecerán cerradas durante el día, eso les dará la libertad a usted y al príncipe Beomgyu de pasear libremente por el lugar.

El príncipe del norte debía admitir que la idea le agradaba demasiado, la breve plática de anoche no fue suficiente para saciar su curiosidad acerca de Beomgyu, y esta era una oportunidad perfecta para conocerlo mejor. Moría por saber que tantas cosas nuevas podría descubrir del príncipe Choi.

Apenas Taehyun aceptó la propuesta, la reina se encargó de reunir a todo el servicio para darle la información de que tendrían el día libre luego de cerrar todas y cada una de las ventanas y puertas del palacio. No faltó la emoción por parte del personal, quienes más que nunca anhelaban un descanso del ajetreo diario del palacio.

Y a pesar de que en la mañana ya el castillo había sido desalojado por la mayor parte del servicio, no fue hasta luego del almuerzo que Taehyun pudo ver a Beomgyu. El príncipe de tes pálida bajaba las escaleras de la mano de su madre, en su rostro una amplia sonrisa se mostraba, por alguna razón se veía demasiado emocionado y a Taehyun le pareció demasiado bonito.

Y si hablamos de bonito... Beomgyu vestía un hanbok celeste con algunos detalles en plateado, y aunque la prenda era bastante sencilla, Kang debía admitir que en el peliblanco se veía demasiado hermosa.

Cuando la reina dejó de prestarle su brazo como apoyo a Beomgyu, Taehyun se apresuró en dar dos pasos al frente y ofrecer el propio. El de cabellos blancos de inmediato aceptó, aunque le hubiera gustado decir que el podía valerse por si mismo, después de todo no era ciego por completo.

—Pueden ir a cualquier parte del palacio a excepción de la sala del trono, la habitación del príncipe Soobin y nuestra habitación. Eso sería todo, espero tengan un rato agradable —aclaró la reina antes de dejarlos a solas, yendo directamente a encontrarse con el rey, su esposo.

—Entonces... ¿vamos? —Kang dirigió su cuestión a Beomgyu, quien estaba justo a su lado sosteniendo su brazo. El de orbes color lila asintió efusivamente, elevando las comisuras de sus labios en una sonrisa tímida.

Juntos se adentraron a uno de los tantos pasillos de la gran construcción, los primeros segundos transcurrieron en silencio por parte de ambos, escuchando solamente sus pasos al caminar por el pulido y brillante suelo de la estancia.

Taehyun fue el primero en emitir palabra, pues notaba a Beomgyu algo tímido e inseguro.

—Disculpe mi osadía, pero se ve muy apuesto hoy príncipe Choi, ese atuendo le favorece —Taehyun hizo ese comentario con dos motivos. El primero: hacerle saber a Beomgyu lo bonito que era. El segundo: tener la dicha de ver las mejillas contrarias adquirir un tono rojizo demasiado adorable. Beomgyu bajó la cabeza avergonzado, manteniendo su mirada en el suelo antes de decir:

—Gracias... príncipe Kang.

Usted también se ve muy apuesto.

Eso fue lo que Beomgyu pensó decir, pero el valor necesario para realizar dicha hazaña no era algo con lo que realmente contara. Así que todo lo que pudo hacer fue agradecer.

De repente, ese silencio agradable les hizo compañía nuevamente, Taehyun perdido en sus pensamientos mientras observaba los retratos familiares colgados en las paredes, en los cuales Beomgyu no aparecía; mientras que Choi intentaba disfrutar al máximo el recorrido por el palacio, sabiendo que era poco probable que volviera a salir de su habitación luego de ese día.

—Entonces... ¿justo ahora eres mi guía? —Una vez más, Taehyun fue el primero en hablar luego de un prolongado momento de silencio, ganándose una mirada inquisitiva de parte de Beomgyu—. Lo decía porque estamos haciendo un recorrido por el palacio y tú me estas mostrando los lugares que hay en él.

—Oh, eso. La verdad no conozco el palacio, es demasiado grande y he salido muy pocas veces de mi habitación —admitió avergonzado el de cabellos blancos. Levantando su vista del suelo para mirara a Kang unos segundos.

Aquel dato tomó por sorpresa a Taehyun, aunque sabe que no tenía por qué. La curiosidad fue más fuerte que el y comenzó a hacer cuestiones al respecto.

—¿Cuántas veces al mes sale de su habitación? —preguntó sin apartar su vista del atractivo perfil del contrario, viendo como un par de mechones cubrían hasta sus ojos.

—¿Al mes? Si no me equivoco solo he salido solo cuatro veces de mi habitación en toda mi vida, contando esta —respondió BeomGyu, apartando un poco los cabellos que le entorpecían la visión.

A Taehyun no le gustó nada saber aquella información. Se preguntaba ¿como era posible que Beomgyu comentara aquello con tanta naturalidad? Como si simplemente estuviese hablando del clima. Suspiró y relamió sus labios antes de continuar su cuestionario improvisado.

—¿Entonces esta es una ocasión especial? —Sus pasos se desviaron a uno de los dos pasillos que se mostraban frente a ellos, teniendo como punto de llegada una gran sala repleta de libros, la biblioteca.

—Mmh, si —Beomgyu no se sentía nada incomodo con la conversación, más bien estaba feliz de poder hablar naturalmente con él príncipe Kang. Debía esforzarse para ser el elegido como esposo, de lo contrario no tendría oportunidad de dejar aquel palacio y su fría y oscura habitación.

—¿Existe algo que le gustaría hacer hoy? Alguna actividad que no pueda hacer con regularidad... —Kang formuló su pregunta mientras paseaba su vista por los libros en una de las estanterías, deteniéndose al ver una portada roja bastante conocida.

—Umh, la verdad son muchas cosas las que quiero hacer, pero creo que la más relevante sería... jugar en la nieve —habló en respuesta el peliblanco, situado a un lado del pelinegro y observando el libro en las manos ajenas.

Aquella respuesta fue algo que Kang nunca imaginó escuchar. ¿Jugar en la nieve? ¿Solo eso? ¿Tantas cosas que podría hacer y él solo deseaba jugar en la nieve? Kang suspiró algo triste por la situación de Beomgyu, realmente no culpaba a los padres del peliblanco, pero aún así sentía que estaban siendo demasiado extremistas.

—Este libro... es el único que no tengo en mi biblioteca —Taehyun dio un giro al tema de conversación, abriendo el objeto mencionado hasta dar con la página doscientos cinco—. Lo he buscado por meses.

—¿De verdad? Ese es mi libro favorito —Beomgyu, a pesar de ver borroso, reconoció el objeto de inmediato. Era el libro que solía leer hace unos años, y que ya había comenzado y terminado unas cinco veces—. Solo tengo ese ejemplar, según dijo mi madre, pertenecía a mi abuelo.

—Oh, entonces debe ser valioso para tí —Kang de inmediato regresó el libro a su lugar en la estantería—, perdone mi atrevimiento.

Beomgyu negó, restándole importancia.

Y en todo ese tiempo, Taehyun aún no olvidaba la conversación anterior y el deseo de Beomgyu. Más bien estuvo pensando una manera de hacerlo realidad, y finamente la había encontrado.

—Príncipe Choi... ¿sabe si hay algún bosque cercano? —ante su pregunta el nombrado ladeó la cabeza en confusión, pero aún así respondió.

—Si no mal recuerdo, hay uno a unos dos kilómetros al sur de aquí. Es bastante amplio y dicen que tiene árboles muy antiguos —El de orbes lila respondió desde sus conocimientos, unos que había tomado años atrás de un libro de geografía general.

—Bien, tienen caballos en el establo, ¿verdad?

A Choi se le estaban haciendo extrañas las preguntas que realizaba el príncipe del norte, mas se limitó a responder sin juzgar.

—Si, los de los guardias —Beomgyu divagó un poco antes de volver a hablar, o más bien, cuestionar —¿Puedo saber por que su interés, príncipe Kang?

—¿Aún quieres ir a jugar en la nieve?

Perdonen la tardanza 😭😭 no tengo como defenderme

Esta capítulo iba a ser más largo, pero decidí dejarlo hasta ahí para que fuera menos tedioso de leer.

Pd: creo que esta wea tendrá más de los 5 capítulos que dije al principio (siempre me pasa que termino haciendo los fanfics más largos de lo que había planeado)

Bueno ajá, adiós bonitxs ✨️🎀

R.O.D