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7. Todo

La Copa de la Jequeza Fatima era de una distancia de noventa kilómetros, divididos en tres etapas de treinta kilómetros cada una. Más de cien caballos competían ese día.

Sarah y Uma terminaron la segunda vuelta juntas, llegando dentro de los primeros diez caballos. Desmontaron rápidamente y los entregaron para que los enfriaran y luego llevarlos a la inspección veterinaria, donde se determinaría si los equinos estaban en condiciones de continuar con la carrera. Los veterinarios buscaría algún indicio de deshidratación y revisarían el estado físico del caballo en general. Que los caballos fueran descalificados en estas revisiones era bastante común. Solo el terminar la carrera era muchas veces considerado una victoria.

"No sé..." Dijo Uma preocupada. "No creo que a Kim Belle le esté yendo tan bien. Esta última vuelta fue difícil para ella."

Sarah puso un brazo alrededor de su amiga. "Vamos a ver qué dicen los veterinarios, ¿okey?"

Cada jinete y caballo tenían a un grupo de personas cuidando de ellos durante toda la carrera, incluyendo veterinarios, entrenadores, dueños y otros miembros del equipo. Un auto seguía al caballo durante cada etapa en caso de que se necesitara asistencia y otro grupo estaba a cargo de enfriar a los caballos vaciando cubos de agua sobre ellos entre cada etapa. Los caballos que pasaban la inspección veterinaria, eran puestos en espera durante cuarenta minutos, para que ambos, jinete y equino, pudieran recuperarse completamente para continuar.

Las dos chicas se pararon bajo la sombra de un árbol, tomando agua y esperando. Sarah estaba perdida en un estado de admiración, observando la escena de caballos yendo y viniendo, el agua salpicando sobre los cuerpos de los animales y la pasión y determinación en el rostro de las personas. La mezcla del calor, el aroma a caballo mojado y tierra, podía sonar extraño, pero le encantaba todo.

Finalmente, Salem les hizo señas. Sus yeguas estaban listas para la inspección. Sarah miraba a Uma mientras Kim Belle era examinada. Princesa no le preocupaba, sabía que iba a pasar. Uno de los médicos le dijo algo a Uma y Sarah entrecerró los ojos tratando de descifrar lo que estaba ocurriendo. Uma la miró y meneó la cabeza, Kim Belle estaba fuera. Sarah se apresuró hacia su amiga.

"Tú tienes esto, puedes hacerlo." Uma murmuró en el oído de Sarah mientras se abrazaban.

"Lo voy a hacer. Por nosotras."

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Hamdan golpeaba sus dedos nerviosamente en el volante mientras conducía lo más rápido que podía para llegar a la Villa de Enduro en Al Wathba. Cambió de parecer acerca de venir a la carrera cuando Salem le informó sobre el desempeño de Kim Belle y Princesa.

"No creo que debamos ir. Estamos arriesgándonos a llegar tarde a la Fórmula 1." Se preocupó el tío Saeed.

Saeed Hilal se sostenía firmemente de la manija en el techo del auto.

"Esos son caballos de F3 y puede ser que ganen. Tengo que estar ahí. Regresaremos a tiempo." Aseguró Hamdan.

Llegaron a la villa e inmediatamente fueron cercados por una multitud de prensa y fotógrafos. Hamdan cortésmente les dijo que hablaría con ellos cuando la carrera terminara. Todos los reporteros tenían gran respeto por cualquiera de los miembros de las familias en el poder en los EAU y en seguida cedieron espacio a los tres hombres para que pudieran caminar.

Hamdan vio a Salem acercarse.

"¿Cómo van?" Le preguntó Hamdan mientras se daban la mano.

"Kim Belle está fuera pero Princesa está en espera, le quedan unos quince minutos."

"Okey. ¿Dónde está Sarah?"

Salem se volvió. "Está por allá." Su dedo señalando hacia una carpa con sillas y mesas con botellas de agua y snacks para los jinetes.

Dio largos pasos tratando de verla sobre las cabezas de los fotógrafos que caminaban hacia atrás, frente a él, haciendo clic con sus cámaras. Eventualmente, reconoció su cabello trenzado.

Ella estaba sentada con los codos sobre las rodillas, las manos cubriendo sus ojos mientras sus tenis negros se movían a un ritmo particular. Seguramente siguiendo la música que salía de los audífonos que traía puestos.

Hamdan puso una mano sobre su hombro para anunciar su llegada y jaló una silla para sentarse frente a ella.

Sarah levantó la cabeza. "¡Gracias a Dios que estás aquí!" Exclamó, frunciendo el entrecejo y quitándose los audífonos.

Ahí estaba ese cosquilleo en su estómago otra vez cuando las escuchó decir esas palabras, pero estaba confundido por la cara de preocupación de Sarah.

"¿Qué pasa?"

"Creo que me voy a morir."

"¿Qué?"

"Yo estaba bien. Te lo prometo que estaba perfectamente bien hasta que pusieron a Princesa en espera, y entonces caí en cuenta. Queda una sola etapa y estamos en tercer lugar." Sus manos moviéndose por todas partes. "Y ella lo está haciendo genial, de hecho tenemos buenas oportunidades de ganar esto y yo he sido jinete por... ¡Vaya! Doce años y nunca he estado tan cerca de ganar nada. Antes, yo hubiera estado feliz de tan solo terminar la carrera. Tal vez sea normal para ti, ganar todo el tiempo, pero creo que me voy a morir y ahí están esos hombres tomando fotos para documentarlo todo." Echó un rápido vistazo a los fotógrafos y sus ojos se plantaron nuevamente en Hamdan. "¿Estoy hablando demasiado? Lo siento. Hago eso cuando estoy ansiosa."

Hamdan soltó una carcajada, dejando caer su cabeza hacia atrás.

"¡No te rías, Hamdan!" Ella suplicó. "Lo digo en serio."

"Perdón." Le contestó él, tratando de ponerse serio otra vez. Después, le hizo una señal a Saeed. El guardaespaldas se acercó a los fotógrafos y les pidió privacidad.

"Está bien." Continuó Hamdan. "Respira. Vas a estar bien." Le aseguró dándole una ligera palmada en la rodilla.

Se sorprendió a si mismo con el gesto y retiró su mano velozmente. Miró a Sarah y parecía demasiado preocupada para tan sin quiera notar lo que acababa de pasar.

"¿Qué estás escuchando?" Le preguntó Hamdan, apuntando a los audífonos que Sarah sostenía entre sus manos.

"Adele."

"¿En serio?" Le contestó él, arrugando la nariz.

"Si. ¿Por qué?" Ella cuestionó confundida.

"Nada. Solo que creo es un poco aburrida."

La boca de Sarah se abrió en asombro. "Okey." Inhaló profudamente. "Voy a ignorar que dijiste eso porque ella es mi favorita. ¿Qué clase de música te gusta?"

"Para serte honesto, no escucho mucha música realmente, así que tal vez mi opinión no está bien fundamentada."

"Ah, ¿ves? Necesitas darle una oportunidad porque no puedo creer que un poeta diga que es aburrida. Sus letras son asombrosas."

"Tal vez lo haga. ¿Quién más te gusta?"

"Pues si piensas que Adele es aburrida, tal vez deberías escuchar a The Killers. Muy diferente a ella. Supongo que tengo un gusto bastante ecléctico. Son una banda increíble."

"Nunca los he escuchado."

"Te lo estás perdiendo."

"¿Quién más?"

"Me gusta la música dance y más recientemente, Justin Bieber se ha vuelto mi gusto culposo, no le digas a nadie, voy a negarlo..."

Conforme ella seguía hablando el se fue perdiendo en sus ojos color avellana, por un momento el mundo entero se quedó callado. ¿Qué tenía ella? Había tanto que quería saber. Todo, de hecho. Quería saber todo acerca de Sarah. Nada había cambiado desde la última vez que la vio. Tratar de evitarla no estaba funcionando. Entonces, los ojos de Hamdan bajaron hacia los labios rosas que se movían.

¡No te quedes viendo sus labios!

"¡... y Sia! Se me estaba olvidando ella. Es de lo más cool. ¿Cómo puede ser que no escuches música? Yo no puedo vivir sin ella."

Hamdan aclaró la garganta y reajustó su gorra con el logo F3. "¿Tocas algún instrumento?"

"No. Pero me gusta cantar, no tengo una gran voz pero eso no me detiene." Sarah se encogió de hombros. "Mi abuela es la cantante de la familia."

"¿Ella está en Texas?"

"Si, yo solía pasar veranos completos cantando en su regazo." Su mirada se perdió en el espacio y dejó salir un suspiro.

Hamdan notó que estaba relajada y su respiración había vuelto a la normalidad.

"¿Te sientes mejor?"

Ella se volvió hacia él e inclinó la cabeza a un lado. "Si, gracias. Me acabo de dar cuenta de lo que hiciste." Sarah agregó entrecerrando los ojos.

Hamdan sonrió. "A veces ayuda el dejar de pensar en la carrera."

Majid, el entrenador de Sarah, los interrumpió para saludar a Hamdan y después se dirigió a ella. "Cinco minutos, vamos."

Se pusieron de pie y siguieron a Majid.

"No la presiones más de lo necesario, no queremos arriesgarnos en la última inspección, solo lo suficiente para vencer a esos otros dos caballos. Tú la conoces, sabrás qué hacer." Hamdan aconsejó. "Iré a tu lado en el auto en los últimos kilómetros, ¿De acuerdo?"

"De acuerdo." Ella asintió.

La seguridad estaba de vuelta en el rostro de Sarah y era evidente.

Llegaron con Princesa, un juez la detenía por las riendas y miraba su reloj. Sarah le entregó su celular a Majid y se puso los guantes, casco y lentes de nuevo.

"Solo prométeme esto." Dijo Hamdan. "No te mueras. Creo que eso nos descalificaría."

Ella lo miró incrédula y luego se rió.

"Puedes irte." Anunció el juez.

"¡No me voy a morir!" Sarah sonrió antes de subir el cubrebocas deportivo sobre su nariz y subirse al lomo de Princesa.

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A los veinte kilómetros Sarah le ordenó a Princesa que fuera un poco más rápido. Seguían en tercer lugar, pero tenía el presentimiento de que podían ganarles a los otros dos caballos fácilmente.

Sarah vio a Hamdan conduciendo a su lado, tomó una botella con agua de las manos de uno de los aguadores al lado del camino y la vació sobre la cabeza de Princesa. Sus leggings estaban empapados y llenos de lodo.

"Vamos, cariño. Puedes hacerlo." Ella susurró acercándose a la oreja de Princesa.

Princesa pasó galopando a los caballos en la delantera y con solo cinco kilómetros por recorrer, estaban en primer lugar. Miró a Hamdan y con la mano él le indicó que podía bajar el ritmo, pero ella negó con la cabeza. Princesa seguía en gran forma, podían tratar de obtener un mejor tiempo.

Como si pudiera leerle la mente, Hamdan asintió y levantó el pulgar.

Podía escuchar a la gente aplaudiendo y gritando en la línea de llegada.

Ya casi llegamos.

Sarah reflexionó sobre el camino que la había llevado hasta ese momento, después de tantos años, finalmente estaba sucediendo para ella. Nunca había estado más feliz, su corazón latía más rápido de lo que corría Princesa. Ganar una carrera como esa significaba todo para ella.

Princesa empezó a detenerse en cuanto cruzaron la meta y la gente de comenzó a rodearlas. Sarah desmontó y envolvió sus brazos alrededor del cuello de la yegua.

Entregó a Princesa a los miembros del equipo después de darle un beso en la nariz y cuando se dio la vuelta, Salem y Majid estaban ahí.

Intercambiaron grandes abrazos y ella les agradeció por el apoyo.

"Buen trabajo." Reconoció Salem. "¿Cómo crees que esté?"

Princesa todavía tenía que pasar una última inspección veterinaria antes de ser proclamada como la ganadora.

"No creo que vayamos a tener ningún problema." Ella le dijo sin aliento.

Sarah miraba a su alrededor preguntándose dónde estaba Hamdan. Todavía no podía creerlo, el sentimiento de haber terminado la carrera en primer lugar era abrumador. Las personas le daban palmadas en la espalda y la felicitaban y entonces, ahí estaba él.

Hamdan tenía una enorme sonrisa en el rostro. Bajo el cubrebocas, Sarah sonrió también y contuvo las ganas de correr hacia él para darle el más grande de los abrazos. En lugar de eso, se conformó con el rápido y cortés abrazo que él le dio.

"Bien hecho." Le susurró Hamdan en el oído.

"Gracias por todo." Le contestó ella al separarse.

Brevemente posaron uno junto al otro para las fotos. Un fotógrafo les sugirió hacer la famosa seña de los tres dedos del Jeque Mohammed que representaba victoria, amor, ganar.

"Por favor Jeque, unas palabras sobre Princesa." Un reportero solicitó.

Sarah silenciosamente dio dos pasos hacia atrás y se alejó. No era fan de las cámaras y no estaba acostumbrada a la atención. Empezó a buscar a Uma cuando una voz conocida llamando su nombre la hizo detenerse. Se dio la vuelta y ahí estaba él, haciéndose paso entre a gente.

"Nate!" Dijo asombrada. "¿Qué? ¿Qué estás haciendo aquí?"

El alto, rubio y musculoso hombre le dio un abrazo que la levantó del suelo. "¡Regresé antes para tu carrera! ¡Qué bueno que no me perdí el final! ¡Felicidades, cariño!"

"Gracias." Le contestó ella parpadeando, cuando finalmente fue puesta en el suelo.

Nate frunció el ceño. "¿Estás bien?"

"¿Qué? Si. Estoy bien, estoy bien. Solo que estoy sorprendida de que estés aquí y de... todo lo demás." Dijo Sarah negando con la cabeza.

Él orgullosamente tomó el rostro de Sarah con ambas manos. "¡Ahora eres una campeona!"

"Princesa es la campeona." Ella corrigió mirando hacia abajo.

"Solo estás siendo modesta." Las manos de Nathan se movieron hacia sus caderas. "¿Y ahora qué?"

"Este... tenemos que esperar la--" Sarah dio un vistazo a la izquierda y vio a Hamdan acercándose, seguido por Saeed Hilal y un hombre pequeño. "La, este... la inspección veterinaria."

"Así que no seguiste mi consejo, pero creo que lograron un gran tiempo." Hamdan le dijo a Sarah una vez que estaba lo suficientemente cerca.

"Lo sé. Pero estoy segura de que ella estará bien." Sarah le contestó con una sonrisa apagada.

"Está bien, la conoces mejor que yo." Hamdan suspiró y miró a Nathan. "Oh, hola." Lo saludó extendiendo su mano.

"Perdón." Sarah se disculpó. "Nate, él es el Jeque Hamdan. Hamdan, él es Nate, mi novio."

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