
55. Inolvidable
Sarah respiró profundo y sintió sus pulmones expandirse al llenarse de aire fresco. El cielo estaba cubierto de nubes blancas pero todo parecía extrañamente brillante. Acostada sobre su espalda, pasó los dedos de sus manos por el verde césped y se detuvo al chocar con algo. Giró la cabeza y vio a Hamdan a su lado. Él la tomó de la mano y sonrió. Su kandura hacía juego con los alrededores blancos, haciendo que su oscura barba destacara. Aquellos ojos penetrantes la miraban de vuelta, desbordando amor, asegurándole que siempre estaría a su lado.
"Amo venir a casa para encontrarte." Dijo ella.
Todo empezó a oscurecerse y la imagen de Hamdan rescostado en el césped se desvaneció poco a poco, la cabeza de Sarah palpitaba de dolor y le costa trabajo abrir los ojos. Cuando al fin logró hacerlo, su vista era borrosa y brillantes luces la hicieron cerrar los párpados nuevamente.
"¿Sarah?"
La voz de su madre parecía venir desde muy lejos. Sarah tragó para intentar hablar e hizo una mueca de dolor al sentir lo irritado de su garganta.
"Estamos aquí, muñeca."
El tono tranquilizador de su padre la hizo abrir los ojos otra vez, parpadeó en varias ocasiones para poder enfocar hasta que tuvo una imagen clara del rostro de Pat. Miró hacia el otro lado y vio a Bri con lágrimas en los ojos.
¿Por qué llora? ¿Por qué están aquí? ¿Qué es esto?
El dolor en su cabeza se incrementó cuando se miró a sí misma y se dio cuenta de que estaba en una cama de hospital, tapada con una frazada azul, una línea intravenosa en su mano izquierda y un brazalete de hospital en la derecha.
"Todo está bien, cariño." Alivió su madre. "Tuviste un accidente."
¡¿Qué?! ¿Estaba Hamdan conmigo? ¿Dónde está él?
La frustración hacía que le costara trabajo respirar y reunió toda la poca fuerza que tenía para poder hablar.
"Hamdan." El nombre se ahogó en la garganta de Sarah.
Pat frunció el ceño y se enderezó. "¿Qué?"
Sarah se acomodó en la cama e inhaló para lograr que las palabras salieran.
"¿Dónde está Hamdan?"
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Hamdan recorrió el largo pasillo por centésima ocasión desde que llegó al hospital aquella tarde después de asistir a unos compromisos de trabajo. A Sarah le habían sido retirados los medicamentos desde temprano en la mañana y aún no había despertado. Sus padres se rehusaban a dejarla, ni siquiera para comer, así que él no había podido verla, haciendo que el tiempo transcurriera aún más despacio.
Hamdan tomó asiento junto a Tom con un suspiro. Los 3 amigos de Sarah estaban allí, entretenidos con sus teléfonos, matando tiempo. Hamdan recargó la cabeza en la pared y cerró los ojos, su mente divagó a los recuerdos de Sarah, en particular hacia aquella vez que regresó a casa para encontrarla acostada en el césped, leyendo en el teléfono y lanzando una pelota para que Rooster se la trajera. Cuánto deseaba haber tomado una fotografía de esa ocasión. Al recordar la conversación de ese día, una idea se le vino a la cabeza y repentinamente abrió los ojos.
La puerta de la UCI se abrió de pronto, haciendo que todos se enderezaran y dirigieran sus miradas.
"¡Gracias a Dios que está aquí!" Le dijo la doctora Gouher a Hamdan. "Está despierta y quiere verlo."
Hamdan se apuró a la puerta conforme los amigos de Sarah se pusieron de pie, respirando aliviados. Hamdan le hubiera pasado por encima a la doctora Gouher si ella no se hubiera movido. Un río de emociones abrumadoras lo invadía, era más de lo que podía manejar al mismo tiempo. No solo estaba despierta, había preguntado por él.
Hamdan abrió la segunda puerta, listo para correr hacia Sarah, cuando la doctora Gouher lo hizo detenerse en seco.
"¡Manos, por favor!"
Hamdan echó la cabeza hacia atrás sintiéndose molesto y giró para lavarse las manos lo más rápido que pudo, pero lo suficientemente bien como para que la doctora no lo hicieran repetirlo.
"Está un poco molesta. Es normal, está confundida y usted necesita tranquilizarla."
Hamdan asintió, secándose las manos con una toalla de papel. La doctora abrió la puerta y él se fue trotando al final del pasillo, absteniéndose de echarse a correr.
"¿Dónde está él?"
El corazón de Hamdan dio un vuelco. Era ella, esa era su voz, la reconoció de inmediato a pesar de que sonaba ronca y angustiada. Abrió las cortinas y se quedó sin respiración al verla. La mujer más hermosa del mundo, el amor de su vida, despierta, hablando y mirándolo de vuelta. La cama había sido colocada de forma que Sarah estaba casi sentada y una vez que los ojos avellanados terminaron de inspeccionarlo de pies a cabeza, ella sonrió.
Hamdan dio dos largos pasos y la abrazó, sintiéndose por fin en calma desde que supo del accidente. Todas sus emociones se transformaron en una paz que solamente experimentaba al estar con Sarah. Su corazón y su alma, ambos serenos.
"Estás bien. Todo está bien." Susurró Hamdan.
Hamdan podía sentir a los padres de Sarah mirando fijamente la escena, pero no podía importarle menos el quién estuviera allí o lo que estuvieran pensando.
"¿Quizás podríamos darles un minuto?" Sugirió la doctora Gougher.
Cuando las cortinas se cerraron nuevamente y estuvieron solos, Sarah comenzó a temblar en sus brazos. Hamdan se hizo hacia atrás para ver lo que ocurría y ella comenzó a sollozar con las mejillas cubiertas de lágrimas.
"Estaba tan asustada." Lloró Sarah, tocando el rostro de Hamdan. "Mamá dijo que tuve un accidente y pensé que no estabas aquí porque algo te había ocurrido también."
Hamdan se sentó a la orilla de la cama y la abrazó de nuevo. "No, estoy bien." Su mano subía y bajaba por la espalda de Sarah para calmarla.
"No quiero estar aquí, llévame a casa, por favor." Le suplicó ella, aferrándose a la camiseta de Hamdan.
Él la tomó aún más fuerte y cerró los ojos, deseando simplemente poder sacarla del hospital en sus brazos y cuidar de ella él mismo.
Hamdan le besó la sien y sostuvo su cara con ambas manos. "Sarah, escúchame, necesitas tranquilizarte, ¿de acuerdo? ¿Quieres un poco de agua?"
Ella asintió con la respiración entrecortada.
Hamdan se levantó para servirle agua de la botella en la mesa junto a la cama.
Ella tomó el vaso con ambas manos y comenzó a beber. Era tranquilizador verla sin todas aquellas cosas pegadas a su cuerpo.
"Respira." Le aconsejó Hamdan.
"¿Mamá dijo que me caí de un caballo?" Preguntó Sarah.
"¿No te acuerdas de eso?"
"No."
"¿Qué es lo que recuerdas?" Hamdan temía la respuesta a la pregunta, pero al menos estaba seguro de que sí lo recordaba a él.
Sarah entrecerró los ojos y luego volvió a mirarlo con los ojos bien abiertos. "¡Vamos a casarnos!"
Hamdan no pudo contener su alegría y se rió. "Si, así es."
"¡Me lo preguntaste y yo dije que sí!" Sonrió Sarah. "Y después..." Apretó los labios. "Tuvimos sexo." Dijo en un susurró.
Hamdan rió de nuevo, ella estaba de vuelta, completamente de vuelta. "Por supuesto que recuerdas eso, estoy seguro de que soy bastante inolvidable." Le dijo él, encogiendo los hombros.
Sarah le pegó en el brazo y continuó. "A la mañana siguiente, seguimos hablando de la boda y tú no querías que me fuera..." Su expresión cayó. "Debí haberte escuchado, lo siento."
"¿De qué hablas? No hay nada por lo que deberías disculparte."
"Siento como si lo hubiera arruinado todo."
Hamdan le quitó el vaso vacío, lo puso de vuelta en la mesa y tomó a Sarah de las manos. "No lo hiciste. Han pasado muchas cosas, tenemos que hablar pero todo son buenas noticias, te lo prometo."
"¿Cuánto tiempo llevo aquí?"
"Seis días."
"Ay, por Dios, Hamdan... ¡mis padres!" La mano de Sarah subió a tapar su boca.
"Tú mamá sabe todo."
La mano de Sarah bajó junto con su quijada. "¿Qué?"
"No se lo dije. Ella lo descubrió sola y tu papá, él no sabía nada, hasta ahora." Dijo Hamdan con una mueca.
Sarah se mordió el labio inferior preocupada y miró hacia abajo. Hamdan quería compartirle todo, hacerle saber que sabía de lo ocurrido con el Jeque Mohammed y disculparse con ella una vez más, pero al mismo tiempo no quería abrumarla con demasiada información. Había estado despierta por unos pocos minutos y ya estaba experimentando una montaña rusa de emociones.
Hamdan le quitó el cabello de la cara con su dedo. "Te he extrañado mucho."
Sarah levantó la mirada y una sonrisa jugueteaba en sus labios. "Te amo."
"Yo también te amo." El pulgar de Hamdan acariciaba su mejilla y él se inclinó para plantarle un beso en los labios.
Cuando él regresaba a su lugar, Sarah se tapó la boca con una mano.
"¡Oh, cielos! ¡No!" Su voz apagada por la mano. "¡Estoy segura de que tengo aliento de dragón! ¡He estado dormida por seis días!"
Hamdan rió. "No me importa."
"¡No!" Protestó ella, volteando los ojos. "La respuesta correcta es; ¡no, no lo tienes!"
Rieron juntos y ella descubrió sus labios.
"¿Cómo está Rooster?" Le preguntó a Hamdan.
"Un poco triste, es increíble el cómo presiente las cosas. Estará muy feliz de verte."
La cortina fue nuevamente abierta por la doctora Gouher, quien estaba con un hombre, otro médico, dada sus batas blancas.
"¿Te sientes mejor?" Le preguntó a Sarah.
Sarah asintió.
"El doctor Nehme y yo queremos hacerte unas preguntas y realizar un par de pruebas antes de que te duermas otra vez. Vas a tener mucho sueño las próximas 24 horas." Explicó la doctora. "Si todo sale bien, entonces podrás ser transferida a una habitación regular."
"De acuerdo." Aceptó Sarah.
La doctora se volvió hacia Hamdan. "¿Le importaría? Nos tomará 5 minutos."
"Esperaré afuera." Contestó Hamdan, poniéndose de pie.
Sarah lo jaló de la mano. "No te vayas lejos." Masculló.
Cuando Hamdan regresó al área de espera, Brianna, Erin y Abby se pusieron frente a él y escucharon atentas mientras él les contaba de la condición de Sarah y lo que habían dicho los médicos. Una vez que terminó, Bri lo abrazó con lágrimas de felicidad en los ojos. Al separarse, Hamdan levantó la vista y vio a Patrick y a Tom que venían del pasillo. Tom se les acercó y por la expresión en su rostro, Hamdan supo de lo que estaba hablando con el padre de Sarah. Tom hizo como que no pasaba nada y le preguntó por su amiga. Mientras Hamdan le repetía la misma historia al mejor amigo de Sarah, sus ojos no podían dejar de echarle vistazos a los padres de Sarah. Era imposible escuchar lo que decían pero Pat estaba visiblemente molesto mientras que su esposa parecía estar tratando de calmarlo.
"No puedo esperar a verla." Suspiró Tom. "Tengo que llamar a mamá."
Hamdan le sonrió a Tom mientras éste se alejaba, marcando en su teléfono.
No era así como había planeado que los padres de Sarah supieran acerca de su relación, al menos Brianna había tomado el asunto de la mejor forma posible, pero era obvio que Patrick se sentía sumamente diferente al respecto. Hamdan sabía bien lo que debía hacer y reunió todo su valor para darle la cara al padre de Sarah. Lo haría por los dos, Sarah y él. Estaba dispuesto a explicarlo todo y responder a cualquier pregunta que él pudiera tener.
Hamdan se acercó y se paró detrás de Patrick, en aquél momento, el padre de Sarah parecía mucho más alto de lo que Hamdan recordaba. Hamdan aclaró la garganta y Pat lentamente se dio la vuelta. Penetrantes ojos azules lo miraban desde arriba.
"Señor, yo--"
Hamdan fue interrumpido por la palma de Patrick frente a él. "Por favor, quiero hablar con mi hija primero."
Hamdan lo miró alejarse hacia el baño con el corazón hecho un puño. Tenía muy claro lo mucho que Sarah amaba a su papá y la relación tan fuerte que tenían, tener la aprobación de Pat significaría mucho para él, pero supuso que era demasiado pedir que todos los cuatro padres los apoyaran.
Brianna posó su mano en el hombro de Hamdan. "Hemos pasado por mucho y esto no es fácil para él. Vamos a darle algo de tiempo."
***
Oh, felicidad! Bueno, más o menos... Esperemos que Pat ceda pronto.
Sigan votando!
XOXO,
Sophie.
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