
48. Nostalgia
"Seríamos los más felices, Sarah. O al menos yo lo sería. Pero te prometo que pasaría cada minuto tratando de hacerte sentir de la misma forma."
Sarah se encontraba perdida en el recuerdo. Cuando no estaba pensando en lo mucho que lo extrañaba, estaba repasando los tiempos felices, todas las dulces cosas que él le dijo y como ella lo arruinó todo.
Dejó de soñar despierta y miró en el espejo el cabello mojado sobre su cara. Ni siquiera entrenar con Princesa le estaba ayudando a aliviar el sufrimiento, sin mencionar que el hecho de estar en sus establos era casi insufrible. Aplicó algo de producto para el cabello a sus rizos y juntó todas sus pertenencias es una bolsa de gimnasio. Su teléfono comenzó a vibrar en la encimera de los baños del vestidor.
Tom
Cómo estás hoy?
Sarah se sentó en una banca para contestar.
Sarah
Es gracioso como cada día que pasa pienso que las cosas no podrían ponerse peor y al día siguiente... Sorpresa! Sí pueden!
Sarah
Quiero arrastrarme a un hoyo y morir...
Tom
Aún no sabes nada de él?
Sarah
Nada! Le he mandado mensajes e intenté llamarlo y nada :(
Tom
Has probado tu propia medicina y vaya que es amarga!
Sarah
Cállate! No estás ayudando en nada!
Tom
Lo siento... Estoy tan deprimido con este rompimiento... Acabo de pesarme y subí 3 kilos por todo el helado y las galletas que he estado comiendo! No puedo seguir con esto! Está arruinando mi cuerpo D:
Sarah
Cuál rompimiento? No hemos terminado!
Tom
Esto me recuerda a Ross y Rachel...
Sarah
No se ha terminado! No es posible! Solo necesito una oportunidad... Crees que me eche si voy a su casa?
Tom
Es difícil de predecir... Nunca pensé que pudiera ignorar tus mensajes y llamadas!
Tom
Debiste haberle dicho lo que hizo su papá.
Sarah
Dijo que nada justificaba que me fuera como lo hice... Solo hubiera empeorado las cosas, estoy segura.
Tom
Me pregunto si contestaría a MIS mensajes...
Sarah
No te atrevas!!! No te metas!
Tom
Necesito que ustedes 2 regresen! Esto me está trayendo recuerdos del divorcio de mis padres. Debería hacer una cita con mi terapeuta.
"¿Estás lista?" Preguntó Uma, haciendo que Sarah le quitara los ojos a la pantalla.
"Si." Le contestó.
Uma recogió su cabello frente al espejo. "Yo también. Vamos."
Sarah
Me voy, tengo una junta. Facetime hoy en la noche?
Sarah metió su bolsa en el locker y puso el teléfono en su bolsillo sin leer la respuesta de Tom, ya sabía cuál sería ésta.
Las chicas se encontraron con Hassan y Ghanim camino a la sala de juntas. A pesar de sus esfuerzos, era evidente que algo le pasaba a Sarah y sus amigos habían intentado desesperadamente reanimarla. Ella culpó todo en su emergencia familiar pero Hassan en particular no estaba convencido, él aseguraba que se trataba de un chico.
"¿Me pregunto cómo le va a Texas sin su estrella solitaria?" Bromeó Hassan mientras cruzaban los jardines.
Sarah resopló y volteó los ojos.
"¿Fue eso una media sonrisa lo que acabo de ver? ¿Ustedes también lo vieron, verdad?" Preguntó Hassan, mirando a Uma y Ghanim.
"Para." Rogó Sarah.
Sus amigos rieron y cuando entraron a las oficinas, Ghanim y Uma se adelantaron, dejando atrás a Sarah y Hassan.
"De verdad, Sarah." Insistió Hassan en voz baja. "Solo dime su nombre y los chicos y yo iremos a patearle el-- oh! Buenos días, jefe." Hassan se interrumpió a sí mismo para saludar a Hamdan conforme entraban a la sala de juntas.
Sarah se quedó congelada por dos segundos cuando lo vio. Con el corazón que le golpeteaba en el pecho, continuó caminando y jaló una de las sillas de oficina en piel negra para sentarse junto a Uma. Puso su teléfono boca abajo sobre la mesa e intentó tranquilizarse. Salem fue el último en entrar a la habitación, él cerró la puerta y la reunión dio inicio.
Toda la temporada entera jamás se apareció para una junta, ¿y ahora es cuando decide venir? ¡¿Ahora?!
Sarah de verdad quería verlo, pero en algún sitio en el que pudieran hablar. Bajo aquellas circunstancias, era pura tortura estar en el mismo lugar. Sarah mantuvo los ojos lejos de él todo el tiempo, Salem comenzó a hablar y a Sarah le resultó imposible poner algo de atención. De cualquier modo no le importaba mucho, no era como que Princesa y ella fueran a participar en alguna de las carreras de verano en el Reino Unido.
Primero, se descubrió a sí misma golpeteando la mesa con los dedos, así que cruzó los brazos para no hacerlo más. Después no podía de dejar de mover la pierna nerviosamente, así que igual las cruzó. Aún sintiéndose incómoda, empezó a acomodarse en la silla.
Y justo como sus días, cuando pensaba que las cosas no podían ponerse peor, lo hicieron. Hamdan tomó la palabra y ella dejó de moverse, en lugar de eso, se quedó muy quieta escuchando la grave voz haciendo eco en la habitación. Recordó la última noche que estuvieron juntos, cuando él le recitó el poema.
Y eres tú el primer amor,
No existe nadie antes de ti
Y no hay nadie después de ti...
Una lágrima apunto de caer la trajo de vuelta a la realidad. Parpadeó para secarse los ojos, pero todos los momentos felices que pasaron juntos seguían dándole vueltas en la cabeza y luego su mente se fue hacia la última vez que él fue a su apartamento. Silenciosamente, comenzó a respirar profundo pero la situación era más de lo que podía manejar.
Uma se le acercó y le susurró. "¿Estás bien?"
"Ya vuelvo." Sarah le susurró de vuelta y se levantó, llevándose el teléfono con ella. "Con permiso." Dijo en su voz normal al abrir la puerta para salir de la sala.
Sarah corrió de vuelta a los vestidores y se encerró en uno compartimentos de los sanitarios. Todas las lágrimas contenidas comenzaron a fluir. No pasaría un solo día sin que ella llorara si no recuperaba a Hamdan. Con los antebrazos en una de las paredes, descansó la frente sobre ellos mientras el llanto continuaba.
Una vez que logró tranquilizarse, sacó el teléfono del su bolsillo trasero. Habían pasado quince minutos. Era probable que la junta hubiese terminado, nunca se llevaban demasiado tiempo. Salió para lavarse la cara y esperó un par de minutos más a que el enrojecimiento en sus ojos y nariz desapareciera.
Cautelosamente, salió de los vestidores cuando Hammed apareció corriendo hacia ella y llamándola por su nombre.
Ay, no...
El pequeño niño envolvió la piernas de Sarah con sus brazos. "¡Sarah! ¡Te estaba buscando!"
"¿Cómo estás? Ha pasado mucho tiempo..." Sarah gentilmente le sacudió el cabello.
"¡Fuimos a visitar a Princesa!" Contestó Hammed, apuntando hacia su padre y Saeed Hilal.
Ambos hombres la saludaron a la distancia, recargados en una cerca.
"¿Podemos ir a dar una vuelta en ella?" Sonrió Hammed.
"Hammed, no puedo. Yo--"
"¡Quiero montar caballos grandes! ¡Estoy harto de los caballos pequeños!" Protestó el niño, haciendo un puchero y zapateando el suelo. "¡Ya tengo cinco y medio, ya puedo montar a los grandes!"
Sarah dejó escapar la primera risa honesta en días. "¿Sabes? A tú edad yo ya montaba caballos grandes." Le confesó con un guiñó.
Hammed la tomó de la camiseta y comenzó a jalarla. "¡Vamos!"
"¡No! ¡Espera!" Sarah empezó a caminar contra su voluntad. Miró hacia Saeed y AJ y ambos estaba entretenidos con sus teléfonos, sin darse cuenta del intento de secuestro por parte de Hammed.
El niño continuaba jalándola mientras Sarah miraba hacia atrás, buscando cualquier señal de que la junta hubiera terminado o de dónde estaba Hamdan. Los establos parecían desiertos, así que asumió que todos seguían en la sala de juntas.
Cuando Sarah miró de nuevo al frente, estaban girando rápidamente una esquina y chocaron con alguien más, haciéndola tropezar hacia atrás un par de pasos. Ella reconoció su olor inmediatamente.
"¿Estás bien?" Preguntó Hamdan mirando a Hammed.
O estaba Hamdan ignorándola o era incapaz de verla a la cara. Ambas posibilidades igual de irritantes.
"¡Vamos a montar!" Exclamó Hammed.
"No, no vamos a montar." Corrigió Sarah. "Hammed, no puedo, tengo que regresar a mi junta." Le explicó al pequeño en tono amoroso.
"Yo te llevo en un rato más." Ofreció Hamdan.
Hammed sonrió de nuevo, tomó la mano de Sarah y de Hamdan y comenzó a balancearse, levantado sus pies del suelo. Quizás era la nostalgia, pero Hamdan nunca se había visto más encantador en su kandura blanca y kufiyya del mismo color.
Sarah miró a su alrededor, nadie excepto AJ y Saeed estaban a la vista. Seguramente atestiguaron el pequeño encontronazo, pero no les estaban prestando atención en ese momento.
"¿Cuánto tiempo más vas a seguir ignorándome?" Preguntó ella en voz baja.
"Hammed, ve con tu papá." Ordenó Hamdan.
"Pero dijiste que--"
"Ve." Insistió Hamdan.
Sarah se aseguró de que Hammed estuviera lo suficientemente lejos antes de hablar de nuevo. "¿Entonces? Te he dicho que lo siento tantas veces y no sé qué más hacer. ¿Cómo se supone que arregle las cosas si ni siquiera hablas conmigo?"
Los ojos de Hamdan seguían fijos en el suelo.
"Mírame." Le pidió ella, pero él no se movió. "¡Mírame, Hamdan!" Demandó Sarah entre dientes.
Él finalmente levantó la mirada y ella respiró aliviada cuando sus ojos se encontraron. No había odio en los ojos de Hamdan, había dolor pero también amor. No se había terminado todo, no podía ser, porque ella supo con tan solo mirarlo que aún la amaba.
"Hola." Murmuró Sarah y sostuvo la respiración esperando una respuesta.
Voces se acercaban. La junta había terminado, ella dio dos pasos hacia atrás para no se vista por nadie que estuviera saliendo de las oficinas.
"Tengo que irme." Ella añadió, deseando obtener algo de parte de Hamdan, lo que fuera. Lentamente, empezó a caminar hacia atrás, no queriendo darse por vencida.
Sarah aguantó lo más que pudo. Con un gran suspiro, se dio la vuelta y se fue.
---
Te extraño.
Era lo único en lo que Hamdan podía pensar mientras la miraba alejarse. No pronunció palabra alguna porque no importaba lo que intentara decir, un te extraño era lo que saldría de sus labios, estaba seguro.
Nadie le había roto el corazón como Sarah. Por más que intentaba entender y ponerse en el lugar de ella, no podía comprender la razón por la que lo había dejado sin advertencia alguna.
Aún así, él la amaba, eso nunca podría negarlo. Si algo era seguro, era que siempre la amaría. Pero le asustaba pensar que ella pudiera irse de nuevo o hacer cosas mucho peores, sabiendo que los sentimientos hacia ella permanecerían iguales. Intentaba convencerse a sí mismo de que Sarah no lo haría de nuevo, pero el ser tomado totalmente desprevenido, lo hacían sentirse inseguro acerca de qué tanto la conocía en realidad.
No dar respuesta alguna a los acercamientos de ella era lo más difícil que había hecho jamás, cuando en realidad todo su cuerpo la añoraba. Había ido a la junta por debilidad pura, necesitaba verla, pero se dio cuenta del error que había cometido cuando ella salió de la sala. Su ansiedad crecía con cada minuto que Sarah no regresaba, hasta que no pudo aguantar más y le dijo a Salem que tenía que irse, excusando que tenía que estar en otro lugar, cuando solo quería asegurarse de que ella estuviera bien.
Cuando chocaron, su mano instintivamente la tomó del codo para que no se cayera. Ese simple gesto, que tan solo duró un milisegundo, fue suficiente para hacerlo extrañarla aún más. Hamdan bajó la mirada hacia la mano que la había tocado y luego miró por sobre su hombro a la gente que había salido de la junta y se estaban acercando.
Caminó rápidamente hacia su auto. "Vamos." Le ordenó a AJ y Saeed cuando pasó a su lado.
Los hombres lo siguieron y Hammed corrió a alcanzarlo.
"¡Pero dijiste que íbamos a montar!" Exclamó Hammed, jalando de su mano.
Hamdan subió el brazo. "Ahora no, Hammed."
Tomó el asiento del conductor, AJ el del pasajero y Hammed y Saeed subieron atrás.
Hammed instantáneamente se paró entre los dos asientos de enfrente. "¿Por qué no iremos a montar? ¡Quería montar a Princesa! Tú dijiste--"
"¡Dije que no, Hammed!" Lo regañó Hamdan, levantado la voz, seguido por un silencio apabullante.
De reojo, vio como el pequeño lentamente regresó a su lugar. Hamdan raramente le decía que no y nunca antes le había gritado. Sintiéndose como un imbécil frustrado, golpeó el volante dos veces con el puño. Estar sin ella lo estaba convirtiendo en alguien que no era.
"¿Estás bien?" Se preocupó AJ.
Hamdan respiró hondo y mintió. "Si." Giró el cuerpo hacia atrás y tocó la rodilla de Hammed para llamar su atención, pero el niño continuó jugando con sus dedos. "Hammed, lo siento, ¿de acuerdo? Montaremos otro día." Le prometió.
Hammed se recorrió hacia atrás y recargó los brazos en la puerta para mirar por la ventana.
***
Hola, hola! No me olvido de ustedes! Esta semana haré lo posible por subir otro capítulo además de este porque después de eso tendré a mi mamá de visita! Vivimos en países diferentes y esto no pasa seguido, así que ustedes comprenderán que quiero aprovechar. Peeeero, les prometo que van a AMAR la siguiente actualización.
XOXO,
Sophie.
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