
13. Exactamente
Sarah detuvo su auto en la primera gasolinera que encontró. Completamente sin aliento, tomó con fuerza el volante.
¿Cómo permití que pasara eso? ¿Cómo?
Hamdan la había dejado desasosegada, él parecía tener las cosas muy claras y sonaba tan confiado en sus palabras. ¿Cómo era posible que no estuviera igual de asustado que ella? Era como si no pensara en las consecuencias, como si lo único que le importara era lo que sentía e intentaba desesperadamente descubrir cómo se sentía ella. Aunque evidentemente, ya tenía una idea muy clara.
Se recargó en su asiento y cerró los ojos, el fresco aroma cítrico de Hamdan llegó a su nariz. Miró hacia abajo y se dio cuenta de que aún tenía su sudadera puesta. La tomó del cuello con ambas manos y le dio un tirón hacia abajo, acompañado de un agudo quejido. La situación se había convertido en más de lo que podía manejar por si sola. Con manos temblorosas, tomó su teléfono y comenzó a escribirle un mensaje a Tom, quien afortunadamente estaba en línea.
Sarah
Estás ocupado?
Tom
Nop! Acabo de llegar a casa.
Sarah exhaló aliviada y echó un vistazo al reloj en la parte superior de la pantalla.
Sarah
Skype en 30 minutos. Trae el helado. ESTO NO ES UN SIMULACRO!!
Cuando Sarah terminó de contar su historia, estaba sentada en la alfombra de la sala de su departamento con Rooster y su plato a un lado. La cara de Tom parecía estar congelada en la pantalla de la laptop frente a ella después de compartirle todos los detalles de lo que había pasado desde que conoció a Hamdan. Antes de comenzar, le pidió a Tom cero interrupciones dada la imperante necesidad de desahogarse con su mejor amigo.
"¿Tom?"
Los ojos verdes de Tom no podían ponerse más grandes. "Estás. Metida. En. Graves. Problemas."
"¿En serio? ¡No tenía idea!" Sarah volteó los ojos.
"¿Estás bromeando? No necesitaba helado para esto, ¡necesitaba una maldita botella de vodka!"
Rooster enterró la nariz en el envase de helado que Sarah tenía entre las piernas. "¡Rooster! ¡Es en serio! ¡Esta es la última!" Lo regañó, poniendo dos cucharadas llenas de helado en el plato de su mascota.
"Sarah..." El tono de Tom se puso serio. "¿Por qué no dijiste algo?"
Ella dejó caer los hombros. "Porque pensé que podía manejarlo, que no era nada."
Tom la miró compasivamente. "Está bien. Primero que nada, no lo vuelvas a hacer, ocultarme cosas, no somos así, ¿de acuerdo?"
"De acuerdo." Sarah accedió con un puchero.
"Segundo, y esto es muy importante, ¿cómo te sentiste con todas las cosas que te dijo?"
Ella dejó la cuchara sobre el helado y se cubrió los ojos con las manos. "No tienes idea." Miró a Tom de nuevo. "Mi cerebro se volvió papilla, no podía pensar, no podía hablar--"
Tom levantó una ceja. "¿Tú no podías hablar?"
"¡Lo sé! Y sus ojos, por Dios... cuando me mira yo simplemente no funciono." Suspiró profundamente. "Hamdan podría desmantelar una bomba atómica con una mirada."
"Estás totalmente perdida..." Tom señaló sacudiendo la cabeza.
Sarah de enderezó. "Pero fue muy impositivo y no me gustó."
"¡No te gustó porque te encanta tener el control y al parecer has encontrado a tu igual!" Dijo Tom con un dedo índice acusatorio que apuntaba a Sarah. "Y además... ¿qué esperabas con ese comportamiento bipolar tuyo?"
"¿Por qué estás en el equipo Hamdan?"
Tom continuó como si no hubiera escuchado la pregunta. "Sarah, en serio no puedo creerlo, nunca te había visto así por un hombre, pero ¿por qué no estás feliz?"
"¡Dah! ¡Porque no se trata de cualquier hombre! ¡Trabajo para él! ¿Okey? Es el futuro Emir de Dubái, ¡es realeza! Y yo no."
"¿Y qué? Quiero decir, mira a la nueva novia del príncipe Harry; es actriz, es americana, no es blanca y ¡está divorciada!"
Las cejas de Sarah se juntaron aún más. "¿Qué? Primero, no sé de qué me estás hablando... y segundo, ¡pensé que no seguías a la realeza!"
"¡Ay, bueno!" Tom sacudió la mano despreocupadamente. "Es que el Reino Unido no es como en los EAU. Aquí, las revistas y paparazzi hacen imposible que no esté al tanto."
Sarah exhaló, intentando no perder la paciencia con su disperso confidente. "Como sea... ¿podemos concentrarnos en mi vida?"
"Está bien, está bien... todo lo que quiero decir es que estamos en el año 2017 y los tiempos cambian. Quizás este es el momento correcto para que el príncipe heredero sacuda un poco las cosas en Dubái." Tom guiñó un ojo con una sonrisa traviesa.
"¡Precisamente ese es el asunto! ¿Ves? El príncipe Harry--"
"Pensé que ya habíamos terminado de hablar de él."
"¡Déjame terminar!" Sarah demandó con los ojos bien abiertos. "El príncipe Harry tiene permitido tener una novia. ¡Hamdan no! ¡Ni siquiera se supone que esté a solas con la futura Sra. Al Maktoum hasta que se casen! Supongamos que empezamos a... ¿qué? ¿Salir juntos? Esa es otra cosa que no tengo idea de cómo funcionaría. Si todo va bien, ¿podría ser yo algún día su novia? ¡No! Entonces, ¿en qué me convertiría? ¿Podría decir que es mi novio? ¿Presentárselo a mis padres? ¡NO! Es demasiado complicado."
Tom la miraba fijamente, muy poco impresionado por lo que había dicho. "Piensas demasiado. ¿Qué dice Pat todo el tiempo? Querer es..."
"Poder." Finalizó Sarah fastidiada.
¡Oh, por Dios! ¡Papá! Se moriría si supiera...
"¿Y qué hay del beso? ¿Lo besaste tú también?"
"Uh, un poco..."
"Ja!" Se burló Tom y comenzó a cantar. "¡Son novios! ¡Se gustan! ¡Se besan!"
Sarah puso los codos sobre la mesa y sostuvo su cabeza con las dos manos. "Ni siquiera sé por qué estoy hablando contigo."
"¡Porque somos almas gemelas! Está bien, ¡escúchame!" Tom ordenó chasqueando los dedos. "Estás increíblemente asustada y lo entiendo, créeme que lo entiendo... Pero como ya lo dije, creo que nunca, nunca te habías sentido así antes. Entonces, ¿por qué no le das una oportunidad?"
"Es demasiado." Respondió Sarah negando con la cabeza.
"Piénsalo. No quisiera que pasaras el resto de tu vida preguntándote en lo que hubiera pasado si..."
¿Pensarlo? Todo lo que he hecho es pensar al respecto y entre más lo pienso, más razones encuentro para convencerme de que esto es una absoluta locura.
"Este hombre podría ser el amor de tu vida." Agregó Tom.
"¡No es el amor de mi vida!" Protestó Sarah haciéndole una mueca a la laptop.
Tomo acercó su rostro a la pantalla. "¿Cómo lo sabes?" Desafió.
Sarah empezó a buscar respuestas en su mente y no pudo encontrar ninguna. Odiaba haberse quedado sin palabras por segunda ocasión en un periodo de tiempo tan corto.
"¡Exactamente!" Se jactó Tom. "No lo sabes y solo hay una manera de averiguarlo."
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Después de una noche sin dormir, Sarah no podía esperar a que saliera el sol. Visitó el gimnasio temprano en la mañana, se bañó y estaba lavando los platos del desayuno, pensando cuál sería un buen momento para ir a ver a Princesa sin encontrarse con Hamdan.
Había estado sintiéndose culpable por cómo lo había tratado. Hamdan había sido siempre amable con ella, bueno, no fue precisamente amable la noche anterior, pero ella entendía de dónde venía eso. Odiaba admitirlo, pero Tom estaba en lo correcto. Y ese beso, no podía dejar de pensar en ese beso, el cosquilleo que los labios de él dejaron en los de ella. Aún se preguntaba de dónde había tomado el valor para empujarlo porque en realidad lo que ella quería era besarlo de vuelta completamente.
Un golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos. La pareció extraño que sonara como si viniera de la parte inferior. Corrió a abrirla y se sorprendió al encontrarse con un montón de rosas y orquídeas blancas. Ali, el portero, se asomó por encima del arreglo floral que sostenía con sus manos y la saludó.
"¡Estas llegaron para usted!"
Sarah sonrió y se movió para que Ali pudiera pasar, quien tuvo que hacerlo de lado para que cupiera el arreglo.
"Por favor, ponlas aquí." Le indicó Sarah, despejando la mesa negra donde usualmente dejaba su bolso y llaves.
Le dio las gracias a Ali mientras él cerraba la puerta al salir.
La base plateada del arreglo contenía que lo ella estimaba eran al menos diez docenas de rosas blancas, formando un óvalo con ramas de orquídeas blancas que acentuaban la parte superior.
Sarah estaba mordiéndose el labio inferior con los ojos fijos en la pequeño sobre color crema que se asomaba por encima de las flores. Lo abrió y leyó el dulce y corto mensaje.
Lo siento,
H.
Su estómago dio un vuelco de emoción pero al mismo tiempo se sintió peor que antes, ella debería estar diciendo también que lo sentía.
Continuó admirando las flores cuando el sonido de su teléfono la hizo apresurarse a su habitación. Su respiración se cortó al ver la pantalla; era un número privado el que llamaba, justo como la noche anterior cuando él la llamó. Deslizó el botón verde para contestar y cerró los ojos.
Por favor que sea él, por favor que sea él.
"¿Hola?" Contestó Sarah.
Sus ojos se abrieron de nuevo cuando escuchó su profunda voz al otro lado de la línea. "Hola."
"Hola."
"¿No me vas colgar?"
"No."
"Okey, eso es un alivio."
Sarah miró al piso y rió. "Gracias, Hamdan. Por las flores, acabo de recibirlas."
"Ya no suenas molesta, así que funcionaron."
"Tienes suerte de que me encanten las flores." Ella bromeó.
La risa de Hamdan hizo eco en el teléfono.
"No, en serio..." Continuó Sarah. "Yo también lo siento. Mi actitud hacia ti ha sido bastante errática."
"Está bien. Creo saber por qué ha sido así... pero de cualquier forma, no estoy orgulloso de la forma en la que te traté y quiero recompensarte por ello."
Sarah miró hacia el frente de nuevo. "¿Cómo?"
"Cena conmigo el viernes. Por favor."
Nunca lo vio venir, los ojos de Sarah querían salírsele de las órbitas. "¿Cenar? ¿Cómo? ¿Dónde?"
"Mi casa. Es al único lugar seguro al que puedo invitarte."
¿Cenar en su casa? No podemos... no deberíamos.
Pero recordó las palabras de Tom. Tal vez podría darle una oportunidad, tal vez solo una cena. Quería decir que si, pero el miedo y las dudas la estaban deteniendo.
"Por favor, Sarah. No me hagas rogar... porque lo haría." Su tono se volvió aún más grave, haciéndolo irresistible.
Sarah se frotó la frente. "Okey."
"Perfecto." La emoción en su voz era obvia. "Enviaré un auto por ti. No es como me gustaría que fueran las cosas pe--"
Ella no lo dejó terminar. "Está bien. Lo entiendo."
"¿A las 8 está bien?"
"Si."
"Te veo el viernes, entonces."
"¿Hamdan?"
"¿Si?"
"¿Cómo es que sabes mi dirección?"
"Este... si, yo--" Hamdan titubeó y aclaró la garganta. "Puede ser que ayer me haya robado alguna información tuya de los archivos de los establos."
Sarah entrecerró los ojos. "¡Jum! ¿Entonces también eres un ladrón? Te estás pareciendo cada vez más y más a Aladino."
Hamdan rió. "Bueno, no quisiera decepcionarte pero no tengo una alfombra mágica voladora."
Los labios de Sarah se transformaron en una gran sonrisa. "¡Ay! ¡Apenas estaba empezando a ilusionarme."
"El viernes sabrás donde vivo y te mandaré un mensaje con mi número de teléfono para que lo guardes. Estaremos a mano."
"Bien. Así me gusta. Te veo el viernes."
Todas las preocupaciones seguían rondando su mente cuando colgó, pero decidió ser feliz y estar emocionada. Quería disfrutar lo que estaba pasando y enfocarse en vivir el momento.
Recibió un mensaje con el número de Hamdan y procedió a guardarlo. Recordando la nota de las flores, escribió simplemente H en el nombre del contacto. Con una risita como la de una niña pequeña, le escribió a Tom
Sarah
Entonces... que se pone una chica para ir a cenar con un príncipe?
Se tiró en la cama, esperando la respuesta de Tom.
En serio... ¿Qué me voy a poner? ¿Qué se pondrá él? ¿Una kandura? Solo lo he visto con kanduras y pantalones deportivos. ¿Alguna vez usa jeans? Creo que tendrá que ser un vestido, pero no corto...
Estaba levantándose para revisar el clóset cuando sintió vibrar su teléfono.
Tom
OMG!!!! SI SI SI!!!!!!!! Te llamo en 5 min!!
Sarah sonrió a la pantalla.
Iba a ser una larga espera hasta el viernes.
***
Esperemos que la espera para el próximo capítulo no sea igual de larga que la de Sarah (:
Gracias por su apoyo! Por favor, voten y comenten si están disfrutando mi historia.
XOXO,
Sophie.
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