El piano sonaba, era una melodía tranquila, suave y al mismo tiempo, caótica.

En un cuarto blanco dónde apenas y se logra hacer la diferencia entre las ventanas debido a la luz que pasa por ellas.

—¿Dónde estoy...?—susurro

—¡__________!

Mi abuela Hona dejo el café frente a mi.

—. Pero mira esas ojeras, ¡Te dije que no te desvelaras!—señaló—¿Ya te tomaste tu medicamento?

—. Buenos días abuela—salude apenas—. El medicamento va después del desayuno.

No había logrado conciliar el sueño, el mismo sueño se repetía una y otra vez, me era imposible ver quién era la persona que me llamaba.

—¡Oh! ¡Aquí estás linda!—escuché

—¡Jungyeon! ¿Cuánto tiempo?—saludo mi abuelo

Alcé la vista, Jungyeon desde que tenía memoria, pocas veces se había cruzado con mis abuelos; ¿Por qué....?

—¡_______! ¡Vámonos, llegaremos tarde!—me dijo mi amiga

—¡Si, voy!—conteste

Me dirigí a las escaleras, me cepille los dientes, tome mi mochila y baje para reunirme con Jungyeon.

—¡Nos vemos!—dijimos al mismo tiempo

Mientras caminabamos hablábamos de cosas triviales, Jungyeon me platicaba sobre el nuevo post de Selena, la maquillista que tanto adora.

—¡Hey! ¡Ya llegamos!—alzó la mano Jungyeon

Busque con la mirada a lo que saludaba, entonces, mis ojos chocaron con los de Suho, una punzada en la cabeza me hizo parar en seco. ¿Por qué sentía que esto ya lo había vivido antes?

—¿_________?—la voz de Jungyeon se fue perdiendo

Me quedé mirando el suelo, estática, como un maniquí, pero en mi interior estaba por crecer una catástrofe.

—¡________!—la mano de Jungyeon me sorprendió—¿Estás bien? Parecer seguir dormida, vámonos antes de que se haga más tarde

Asentí y camine a su lado, Suho me miro de pies a cabeza.

—. Hola—me saludé

El hizo un gesto con la cabeza, «Venga, la mañana puede mejorar»

*.        *.       *.  

Una vez nos encontrábamos en los pasillos, Jungyeon se fue con Kang Soo Jin, la cual no pasó en alto en fulminarme con la mirada, me sentí vagamente mareada.

—¿Te encuentras bien?—me dirigió la palabra Suho

—. Si.—respondí tajante

Pero apenas dimos medio paso cuando la cabeza me punzo peor; gruñir ante el dolor llevándome las manos a los costados de mi cabeza.

—¡Hey! ¡_________!—me habló Suho

Sentí sus manos sobre las mías.

—. Estoy bien, solo...—alce el rostro

—. Vamos a la enfermería.—me dijo—. No es normal en ti.

Mientras caminabamos, el sostenía mi muñeca. Habían un montón de cosas que quería preguntarle, pero en ese instante fue lo que menos me importó, sentía como si me hubiera estado ahogando hace unos instantes y ahora...

—. Al parecer está cerrada la enfermería de aquí, ¿Puedes soportar un poco más? Tendremos que...—se quedo en silencio cuando con mi otra mano, sostuve su mano que sostenía mi muñeca

No me explicaba tampoco el impulso de tocarle.

—. Estoy bien, Suho.—respondí y forcé una sonrisa

En sus ojos me ví reflejada, «sigue prepcupado» pensé, pero sonó más como las voz que escuchas antes de irte a dormir o estás a punto de soñar. Abrí mis ojos de par en par soltando a Suho, ¿Cómo sabía eso?

—. Vas a estar bien.—me dijo—. Porque tenemos que estudiar para ese examen y tienes que recibir una recompensa por ello, ¿No?

¿Quien era este Suho? Normalmente era frío y parecía odiar al mundo, inhale y asentí.

—. Espera, ¿De que recompensa estamos hablando?—pregunte

—. N-no me malinterpretes—contesto con los pómulos sonrojados

Caminabamos hacia el segundo piso, el iba a mi lado.

—¡Espérame!—gritó una chica—¡No vayas tu solo!—añadió riendo

—¡Sssh! ¡Podrían escucharnos!—respondió un chico

Pasos.
Fue lo último que había escuchado, antes de descifrar si fue mi mente o la realidad.

—¡___________!