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Capítulo 6: Un cómic y dos misterios.

El corazón lo tenía acelerado, aún me temblaban las piernas.

—. Baje la velocidad y sigues temblando cuál Chihuahua—apuntó Seojun—¡Mi abuela iría más rápido!—se quejo nuevamente

—¡No me arrepentiría si fuera al menos en un juego mecánico! ¡Pero tú eres un homicida!—grité mientras el aire me golpeaba

Iba sosteniendome del asiento de la moto de Seojun, quien insistía en ir más rápido.

—¡Eso me lo dijiste también la primera vez, no has cambiado!—exclamó

—¡No te escucho Seojun!—brame

Pero la verdad es que era lo contrario, lo había escuchado perfectamente,sin embargo, no estaba lista para otro ataque ...

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—. Muchas gracias—le dije mientras bajaba de aquella moto mortal para mí

—. No es nada, veo que te sientes mejor—apuntó

—. Si, estoy mucho mejor, gracias en serio.—suspiré con una mano en el pecho tratando de calmar mi corazón, ¡¿Es que acaso quería matarme de un susto o que?!—. Me están esperando así que...

Entonces ví que se quedó viendo detrás de mi, mire sobre mi hombro, por el cristal se veía a Suho, sentado al lado de Soo Ah y con una silla vacía, Jungyeon guardando distancia, supongo.

—. Estamos aquí para estudiar, ¿Quie..?—pero antes de que terminara el ya se estaba poniendo el casco

—. Que te diviertas—fue lo último que dijo antes de arrancar

Vi como se fue alejando poco a poco.

—. Que extraño...—musité para mí

Solté un suspiro de resignación y me voltee para avanzar, alcé la cara y Suho me estaba observando fijamente, mire a los lados, dándome cuenta de que no había nadie mas conmigo, entonces alcé la mano saludandolo.

Pensé que me regresaría el saludo por un momento, pero lo que hizo fue volver la vista rápidamente a su libro. Seojun era más extrovertido, mientras que Suho era la perfecta contraparte de Seojun. Inhale, y camine hacia ellos. Sabiendo que si me bajaba el cubrebocas o mostraba más de mi cara, se asustarían. Claro que pasaría.

—¡Hasta que por fin llegas!—exclamó el novio de Soo Ah

—. Disculpen tuve un pequeño contratiempo.—dije

—¡Me alegra que estés aquí!—dijo Jungyeon y señaló el lugar entre ella y Suho—¿Estás bien? Te ves palida

—. Debe ser la luz del lugar—bromee

—¿Y también el cabello?—apuntó Soo Ah y la mayoría reimos ligeramente—. Estamos en matemáticas, ¿Traes tus libretas, cierto?

Asentí mientras me acomodaba en mi lugar, después de un amor de palabras, el silencio se hizo más que presente, cada uno a lo suyo; matemáticas, benditas sean... «Sarcasmo 100%», no era mala pero tampoco es que fuera mi fuerte. Borre por cuarta vez mi resultado.

—¿Por qué...?—susurré

Mire a mi lado, hacia Jungyeon y ella estaba más perdida que yo. Paso media hora, evite a Suho, ¿Por qué Seojun habrá reaccionado así al verlo aquí?

Por las 5, todos comenzamos a retirarnos, cada quien a su respectiva casa, aunque mi caso no fue así. Aún estaba lo suficiente molesta con la actitud de mi abuela, así que como mi último escape fue ir a la tienda de historietas. Por suerte traía mi tomo favorito de terror, podría incluso buscar... No sé, algo también de acción, que se yo.

El hombre de la recepción estaba a punto de dormirse, hasta que me miro.

—¡Creí que no vendrías!—exclamó

—¿Que dices?—fruncí el ceño

El saco una bolsa de regalo.

—. El chico de cabello café... Ese que viene muy seguido aquí, dejo esto para ti.—puso la bolsa en la recepción

—¿Suho?—grite casi al ver el nombre en la bolsa

Tome la bolsa dándole las gracias al hombre, me adentre a la tienda, camine entre los estantes y me dirige a la pequeña sala que había en el lugar.

«¿De verdad Suho había hecho esto?» «¿Por qué?» «¿Será una broma?»

Hice una mueca ante todas mis preguntas, ¿Por qué siempre tenía tan mala suerte para ver un lado bueno a todo esto? Suspiré y preferí enterrar mis pensamientos en calculo, álgebra y todo lo que me daba dolor de cabeza, pero mínimo me concentraba.

Sabrá Dios cuánto tiempo transcurrió, pero mi hoja ya estaba más que delgada debido a la goma.

—¿¡Pero que estoy haciendo mal?!—exclame

—¡Ssssh!—escuché hasta el fondo

Me mordí el labio apenada, volví a fijarme en mi operación.

—. Es aquí.—escuché detrás de mi

Di un respingo con la voz de Suho. Mi celular sonó de nuevo pero dejé que se fuera al buzón, sentí una pisca de remordimiento pero no tenía nada que decir, por ahora y a quien fuera que me llamara.

—¡Suho!—susurré

El camino hacia el sillón de mi lado.

—¿No fue suficiente con la sesión de hoy?—arqueó una ceja

—. Anda, resuelvelo tu.—espete mostrando la libreta

El me fulminó con la mirada, se acercó a mi y sostuvo mi mano, me quedé sin aire al sentir la calidez de su mano sobre la mía, sosteniendo mi lápiz.

—. Sigues dándole vueltas a algo que siempre estuvo frente a ti.—me dijo mientras encerraba mi error—. Separa a "X", de su integral.

—. En tu idioma por favor.—dije

Suho me miro incrédulo, fue cuando comprendí en ese instante algo; mientras Suho me explicaba el problema de mi ecuación, de alguna u otra forma me hacía sentir bien. Sus palabras suecas y casi limitandose a todo.

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Pase de página mientras comía ramen, frente a nosotros había dos latas de refresco y en nuestras manos unos cómics. Estaba a punto de dejar mi plato cuando me percate de la mirada de Suho.

—¿Que?—dije—¿Pasa algo?

El ladeó ligeramente la cabeza.

—. Ha vibrado tu celular por más de 20 veces, ¿No piensas responder?—habló, aunque no pude decifrar si lo decía molesto o preocupado

Iba a responder cuando vibró nuevamente. Apreté los labios, era una completa infantil.

—. Deben de estar preocupados por ti, responde como mínimo.—dijo y su tono sonaba más comprensivo.

Cogí el celular y respondí.

—. Estoy por llegar.—avise—. El estudio se extendió más.—y colgué

Un silencio incómodo nos rodeo.

—¿Por qué odias tanto Corea?—cuestionó

—. No lo odio—resople—. Solo... No me gusta su doble moral, ¿Sabes?—respondí

Seguimos leyendo, aunque había algo que me carcomia de curiosidad.

—¿Y tú?—el bajo su comic—¿Te gusta Corea?

Suho se quedó un momento pensativo, soltó un largo suspiro.

—. No hay razón para que no me agrade pero tampoco es que lo ame.—respondío—. será mejor ya irnos, tus abuelos deben estar más que preocupados.

—. No exactamente.—susurré

El de estaba terminando de acomodar la mochila cuando me miró.

—¿Pasó algo?—cuestiono

Me pase la mano por la frente, en todo el tiempo que estuve con Suho me cubrí el rostro e incluso me sorprendí de habermelas ingeniado para hacerlo.

—. Nada.—me límite a decir—. Una discusión.

Salimos del lugar, tenía en mi mano la bolsa, aún no me atrevía a preguntarle si era de el.

—¿Estás enferma?—hoy si que tenía muchas preguntas, Suho

—. Algo así.—respondí—. No use maquillaje hoy.

—. No cambias mucho.—agregó

El camino fue silencioso hasta que llegamos a una esquina.

—¿Cómo estás seguro?—contraataque

Sus ojos se posaron sobre los míos, un auto pasó detrás de mi, iluminó sus pupilas.

—. Porque eres _________—respondió

El viento silbó en mis oídos y arrastro algunas hojas por nuestros tobillos.

—. Gracias por ayudarme hace un rato.—luego alcé la bolsa—¿Esto es tuyo?

—¿Creías que era alguna broma?—me sonroje al instante

Iba añadir algo cuando escuchamos el maullido de un gato.

—. Si, creía eso.—respondí

Abrí la bolsa con cierto entusiasmo.

—¡Oh dios mío! ¡No puedo creerlo!—exclamé—¡¡E-es...!! ¡El tomo original!

El tomo que tanto busque, lo tenía en mis manos, forrado de su maravilloso plástico y con el respectivo aroma a nuevo.

—¿Cómo te puedo pagar por esto?—pregunté

—. Veamos...—poso su mano en su barbilla—¿Es verdad que tienes el otro tomo?—asentí repetidas veces—¡Te lo traigo mañana mismo!

El negó, alzando su palma.

—. Mañana tenemos curso.

—¿Curso?—repetí

—. Eres la chica que se sienta a mi lado y compañera de biología, se acerca el examen y será uno por parejas, ¿Lo olvidaste?—me quedé en blanco

—¿N-no pretendes que...?

—. Mañana te veo a las 8 de la mañana.—apuntó

Otro maullido.

—. Pero...—dije

Suho me sonrió apenas, dando media vuelta, antes de girar completamente, escuché un «Da lo mejor de ti»

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