Capítulo 17: Can you hold me in your arms?
La tormenta golpeaba el pavimento, parte de la lluvia me mojaba los tobillos.
—. No creo que pare ahora.—mascullo Suho
Hice una mueca, mire a mi al rededor, la mayoría de tiendas estaban cerradas y por lo que sabía, en la zona donde nos encontrabamos no existía alguna que rentarse sombrillas.
—. El clima siempre falla... Bendita suerte.—comente asomando mi mano
Fue entonces que Suho la agarro abruptamente, jalandome hacia el; mi rostro golpeó contra su pecho cuando un auto pasó, a pesar del intento de Suho por cubrirme de aquel accidente, ambos terminamos mojados.
Lo escuché maldecir en voz baja, mi corazón se aceleró al tener a este chico tan cerca mío; «Controlate, _______, solo son amigos, más compañeros pero son amigos» pensé
—¿Estás bien?—me preguntó Suho
—. Si, bueno...—ambos nos miramos
El más perjudicado era Suho.
—. Mi casa está cerca, podríamos pasar en lo que esperas a que se calme la lluvia.—dijo, desviando la vista al instante
Tarde en percatarme de lo sonrojado que se encontraba.
—¡A-ah si, está bien!—respondí cuando me pase la vista a mi cuerpo
La playera se me cernía al cuerpo y estaba por demás decir que se marcaba mi sostén; me cruce de brazos dando media vuelta, cuando sentí como algo cayó sobre mi cabeza, antes de que pidiera una explicación, Suho ya había cerrado todo su suéter hasta mi mentón. A mi parecer no era tan largo dicho suéter hasta que estuvo en mi cuerpo.
—. Listo.—hablo caminando
—. Me veo pequeña —apunte
—. Eso es lo de menos.—afirmó
No pude evitar sonreír, entonces me puse a su lado, ambos buscamos un lugar para refugiarnos y llegar a la casa de Suho.
—. Mira, ahí, en esa tienda.—señale estaba lejos pero nos daría algo de tiempo
—¿Que tienda?—el se asomó hasta mi altura
—¿Estás burlándose acaso?—reproche a lo que el sonrió apenas—. Esa de ahí.—señale
Estaba completamente de negro, sujetó mi muñeca y corrimos bajo la lluvia hasta dicha tienda; estaba por gritar gloria cuando la punta de mi pie golpeó directamente contra el pavimento causando un rebote del mismo. Choque contra Suho y el contra la entrada de la tienda.
—¡Ay dios mío! ¡Discúlpame!—exclame
Tarde en percatarme que parecía que lo había acorralado contra la persiana del local, mi pierna derecha estaba entre las suyas y había nulo espacio entre nuestros cuerpos, iba alejarme cuando apretó mi muñeca acercándome a el de golpe. Fue entonces que la puerta se abrió.
—¿Pero que es esto?—ers un señor gordito y de barbilla partida—¿Pensáis en muchas cosas frente a mi tienda? ¿No tienen otra forma de darse a notar?
—¿P-perdona?—contestamos al mismo tiempo
—. Venga, pasen antes de que cambien de idea o pescaran un resfriado.
Suho y yo intercambiamos miradas, inseguros.
—. Tengo paraguas.—añadió
Entramos al instante. El hombre cerró la puerta detrás de nosotros, fue entonces que la mayoría de cosas estaban cubiertas de bolsas negras.
—¿Que clase de tienda taparía todo?—susurre
—¿Y si mejor nos vamos ...?—insistió Suho
Estaba por responder cuando el mismo hombre hablo con voz rasposa.
—¡Aigoo! Los jóvenes de ahora.—se acercó hasta la caja—¿Pero que clase de fantasías tendrían para venir aquí?
—¿Que?—Suho volteo la cabeza
—¿"Fantas..."?—Suho me pegó a su pecho, demasiado tarde
Había logrado leer en letras rojas "sex-shop" y justo antes de que Suho me plantase su pecho en la cara ví un apartado de condones muy mal cubiertos por bolsas.
—. Ahí te encargo mi nariz.—le dije en inglés
Una parte de mi se alegro porque, me encantaba el aroma de Suho «y el», ¿Que? No, solo somos compañeros. Amigos. Pero incluso su piel era perfecta a mí parecer.
—. Creo que nos está malinterpretado—indicó Suho
El dueño del local hecho una carcajada.
—. Eres caballeroso hijo, quizá este mal visto ahora—quise voltear pero Suho no lo permitió—¿Eres virgen, verdad? Era de esperarse.
Las mejillas las tenía a tope y no podía imaginarme a Suho.
—. No es eso...—empezo Suho
—¿No eres virgen?—hablamos al mismo tiempo el hombre y yo
—¿Que? ¡Si, claro que lo soy!—exclamó Suho
—. Tengan, aún no están listos para estás cosas—el hombre nos dió dos condones, uno para Suho y otro para mí, los dos nos estábamos muriendo
—¿Esto...?—hable
—¿Tengo que explicarte cómo usarlo?—bramo el dueño, negué al instante—¡Tengan y vayan con cuidado! ¡Todo tiene un límite! ¡Sean responsables! ¿¡De acuerdo?!
—¡S-si!—contestamos
*. *. *.
Mientras caminabamos, el silencio era más que notorio; ¿Que había pasado? Joder el corazón me late tan fuerte que no escucho mis pasos. La lluvia se había calmado, pero en el camino era más que fuerte; mire a Suho que mantenía la vista al frente, entonces me percate de que se estaba mojando el hombro.
—¿Que?—volteo
En cuanto le ví los ojos desvíe la mirada; «Controlate, _________» me dije. Vi la parada de autobús.
—¡Mira! ¡Alcanzo el bus de las 8!—señale
Nos acercamos, Suho cerró el paraguas; nos sentamos en la banca que yacía ahí.
—¡Oh! Cierto, ten.—me acomode la mochila y saque los apuntes que me prestó—. Muchas gracias, me sirvieron mucho.—ofrecí
—. No es nada—me miro y literalmente las rechazó—. Quédatelas, te servirán para la prueba de cálculo.
—¿De verdad?—el asintió
—. Mañana...—acerco su mano a la mía y acomodo las hojas—. Vamos a estudiar los límites.
—¿Mañana? ¿A la misma hora?
—. Si, ¿Pasa algo?—cuestiono
—. Quedé con Joh Woon para estudiar nuestras líneas. Soy la peor Julieta.—musite mirando mis zapatos
—¿Y por qué no refutaste?—añadió
—. Me tomaron desprevenida.—respondí—. pero... ¿Te confieso algo?—asome mi rostro al de el—. Al mismo tiempo me parece divertido.
Un pequeño sonrojo asomó en sus mejillas, entonces su mano me pasó un mechón detrás de la oreja, las manos me temblaron y la cara me ardió, me acarició el contorno del rostro, se estaba acercando. Entonces el autobús llegó.
—. Ve.—me dijo los dos nos levantamos al instante.
—¡S-si!—entocnes antes de subir me regresé y me acerque a él lo suficiente—. No puedo tenerlo conmigo, discúlpame.—le susurré al oído
El me miro extrañado cuando metí mi mano a su bolsa, me aleje y le hice una expresión de "lo siento", una vez en el autobús, ví como Suho metió su mano al bolso de su suéter, supe que el sabía que había puesto ahí por la expresión de Suho.
—¡________!—me gritó
Me cubrió el rostro antes de brotarme en risas, antes de que se moviera el autobús, me sorprendió verlo subir al vehículo.
—¿Que estás haciendo?—murmure cuando se sentó a mi lado
—. Algunas personas te vieron, no quiero morir de vergüenza.—apunto
—. Pero... Ahí no hay...
—¡Había una mujer!—sentencio
—. Ok, si Suho lo dice, es real—finalice mostrando las palmas.
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