Capítulo 10: Blanco y negro.
El viento golpeó ligeramente mi rostro, la vista era perfecta, Tokio era iluminado con con las luces de los rascacielos y toda su urbanización creaba un festín de iluminación en la noche.
—. Si te vuelvo a ver, me gustaría que fuera en un lugar similar a este—dije—¿Lo prometes?
Abrí lentamente mis ojos, el techo blanco me mareo ligeramente.
—¿Dónde...?—susurre
Me reincorporé cuando Jungyeon corrió la cortina celeste de golpe.
—¡__________!—exclamó—¡Me asustaste demasiado!—añadió y se abalanzó sobre mi
Correspondí al abrazo de mi amiga, está comenzó a sollozar mientras balbuceaba millones de cosas...
—. Tranquila, estoy bien...—susurre
Está era mi mejor amiga, Jungyeon, cálida y empática, incluso su abrazo me reconfortaba lo más de lo suficiente.
—¡No!—dijo y me tomo de los hombros—¡Eres mi única amiga! ¡La única que aún conociéndome...!—sollozó—¡... Y tú! ¡Es mi culpa! ¡No debí irme! ¡Me alegro de que Suho haya estado junto a ti en todo momento!—añadió mientras se limpiaba las lágrimas con el dorso de su brazo
Me sentí culpable de que Jungyeon estuviera así, la atraje hacia mi, está se recargó en mi pecho; le prometí una y otra vez que me cuidaría más, además de que no olvidaría tomar mis pastillas «Agh... La pastilla» pensé.
—. Anda, no llores, el maquillaje se te correrá—le hablé acariciándole la coronilla
—¡Es anti-agua!—contestó
Reí ligeramente ante la situación, entonces pase mi vista hacia la orilla inferior de la cortina y note unos tenis negros «Debe ser visita de otro paciente» pensé. A los 15 minutos llegaron mis abuelos.
—¡Te dije que te tomarás la pastilla!—me hablo Hona que no tardó en brotar en llanto
—. No pensé que te afectaría el regreso a Corea—musitó mi abuelo
Inhale y sujete la mano de mi abuelo.
—. No se me volverá a olvidar, lo prometo.—mi abuelo asintió y sonrió apenas
—¿Señorita Amato?—se asomó el doctor
—. Si, soy yo.—respondí
—. Podrá ser dada de alta en un par de horas, solo necesito los datos de....—el doctor pasó la vista a mis abuelos y pareció buscar a alguien con la vista
—¿Ocurre algo, doctor?—preguntó mi abuela
—. Es que... Anteriormente habían dos estudiantes que trajeron a...—pasó la vista hacia Jungyeon
—. Tuvo que irse, pero en cualquier caso puede contar conmigo, somos compañeros de clase—se apresuro a decir Jungyeon
Pase mi vista hacia la castaña sentada a mi lado, luego hacia mis abuelos que parecieron tensarse ligeramente.
—. Ah está bien, no importa, solo era para detalles de seguridad pero, ¿Ustedes son los tutores de _________ Amato?—se dirigió ahora el doctor a mis abuelos, estos asintieron—. Por aquí por favor.
—. Iré al tocador y de paso voy a comprar unos jugos, ¿Quieres?—ofreció Jungyeon sonriendo
—. Si, gracias—respondí
Recibí un apretón de mano, ella se alejó y al poco rato ya no escuché sus pasos; solté un suspiro largo y pesado, vaya forma de iniciar la semana.
—¿Cómo te sientes?—alce la cara y me encontré con Seojun—. No te vayas a desmayar con mi belleza—bromeo
—¿Quieres morir?—lo amenace en broma
Ambos reímos, se sentó cerca de mi, me sorprendía que de todas las personas el estuviera aquí y además de que, nadie más me había cuestionado sobre cómo me encontraba...
Seojun miraba fijamente el suelo, parecía cansado, no, decaído quizá o mejor dicho confundido.
—¿Te gusta verme en mis peores momentos eh?—le dije—¡Pero mira! ¡Estoy más que bien!
El paso la vista hacia mi y sus labios se curvearon.
—. Ya lo veo—susurró y senti como me acariciaba la nuca—. Debes de dejar de ser tan descuidada—replico—. La vez anterior casi paramos en un hospital.
—. P-perdona—respondí haciendo una mueca—. Tendré más cuidado... Preocupe a mi mejor amiga, a mis abuelos y...—lo mire pero no sabía si decir que el también estaba preocupado
—. Si bueno...—se sonrojo ligeramente, se rascó la mejilla algo incómodo—¡Es porque eres mi compañera!—exclamó
Arquee una ceja ante su respuesta, le tome la mano.
—¡Gran trabajo entonces!—conteste
No me había percatado de la poca distancia que había entre nosotros y sobre todo, de que esto ya lo había vivido antes, en algún lugar.
*. *. *.
—. No sabía que ustedes se conocieran.—comentó Jungyeon mientras caminabamos
—. Algo así...—respondimos al mismo tiempo
Jungyeon se mostraba algo incómoda por el ambiente tan tenso, a pesar de que éramos solo Seojun, ella y yo.
—. Mi casa queda por allá—señaló Seojun el cruce de la calle
—. Espera, ¿Y si vienes con nosotras a comer Kimchi?—mire a Jungyeon que pareció que se le acababa de ir el alma
—¿"Kimchi"?—repitió Seojun
Asentí repetidas veces.
—. Acabas de salir del hospital y lo primero que quieres es comer Kimchi, ¿En serio?—arqueo una ceja Seojun
—. Viéndolo así no es mala idea...—terció Jungyeon
—¿Entonces...?—me mordí el labio nerviosa
—. Vale, vamos, ¡Pero solo un poco!—advirtió Seojun
—¡Si!—exclamamos Jungyeon y yo
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