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~ Capítulo 6 ~

 — Mañana vendrán algunas compañeras de la universidad—comentó Rose mientras se servía más en su plato. Todos estaban cenando en aquel comedor, HyeLin se sentía algo cansada por haber ayudado todo el día a la señora Park con los cupcakes, habían hecho cincuenta ese día y mañana debían hacer la otra mitad para finalmente entregarlos.

— ¿Vendrán por la tarde? —preguntó la mujer.

Jimin se sentía mucho mejor al ver como Hye tenía apetito esa noche sirviéndose un poco más de lo usual, su cabello estaba húmedo por el baño que había tomado hace minutos, el de Jimin también estaba igual, luego de acabar con los cupcakes, su madre los había mandado a darse un baño para quitarse la harina y el glaseado de sus ropas.

— Tal vez, todo depende de a qué hora salgamos.

— Avísame para poder tenerles algo preparado de la cocina.

֎֎֎

— Fue agotador, ¿No es cierto? —Jimin estaba acostado en su colchoneta junto a la cama, Hye sentía sus párpados pesados, pero desde aquella cama veía al chico a pesar de tener la habitación a oscuras.

— Tu madre parecía contenta con el resultado.

— Creo que estaba feliz por lo mucho que la ayudaste—volteó a verla. Ambos chicos compartieron una mirada, Jimin sonrió con esa picardía que siempre poseía colocándola algo nerviosa—Fuiste muy buena decorándolos.

— Y tú también—por unos minutos se calló hasta que se atrevió a preguntar— ¿Jimin?

— ¿Sí?

— ¿Tu madre no volvió a escribir cuentos?

— No, desde que supo que estaba embarazada de nuevo—contestó.

— ¿Puedo saber por qué? —tuvo cierta curiosidad—Ella realmente es muy buena, me gustó el cuento que escribió inspirado en ti, es muy lindo.

Jimin sonrió con cierta tristeza, suspiró en medio de la oscuridad con la vista perdida, Hye pensó que se había quedado dormido por lo cual no quiso preguntar más.

— Mi padre...no era muy bueno con ella, ¿Sabes? —HyeLin lo miró cubriéndose más con las sábanas—Él siempre quiso que ella sólo se dedicara a su familia, mamá...quería ser escritora, los cuentos salían naturalmente de ella, siempre me leía uno diferente cuando niño y por supuesto, mi padre odiaba eso, decía que era llenarme la cabeza de mentiras y fantasías.

— Lo siento.

— ¿Puedo preguntarte algo, Hye?

— ¿Sí?

— ¿Qué pasó en esa casa para que todo terminara así?

De nuevo el silencio invadió aquella habitación, HyeLin tuvo pequeños recuerdos rápidos en su cabeza y cerró sus ojos queriendo apartarlos. Tal como Jimin esperaba, no tuvo respuesta esa noche.

֎֎֎

— Hye, saldré un momento a comprar más azúcar—comentó la señora Park. Hye asintió haciendo más estrellas con aquella masa delgada y comestible— ¿Necesitas algo?

— Creo que la harina no aguantará mucho para los cupcakes que faltan—señaló.

— Bien, compraré más, ya regreso.

La chica se quedó a solas pensando en la pregunta de anoche que Jimin le había hecho, se detuvo un momento suspirando, ¿Valía la pena contar la verdad? ¿Y si no le creían? Sabía que esa familia la había estado apoyando, pero... ¿Y si dejaban de hacerlo? De nuevo el temor de acabar en un psiquiátrico se apoderaba de ella, Hye miró el refrigerador recordando tomar una de sus píldoras para sus nervios, mientras bebía una de ellas escuchó la puerta seguido de voces.

— ¡Mamá! —esa era Rose. HyeLin vio cuando apareció seguido de otras dos chicas—Oh, Hye, ¿Y mi madre?

— Fue a comprar algunas cosas que necesitaba—contestó—Vendrá en unos minutos.

— Entiendo—asintió— ¿Y mi hermano?

— Fue a verse con sus amigos, dijo que volvería para el almuerzo.

— Creí que irías con él—frunció el ceño. Hye se sintió algo incómoda, una de las amigas de Rose notó la venda que sobresalía debajo de las mangas de la muchacha mientras que la otra notó la medicina que estaba tomando—Cierto, lo olvidé, lo siento, estaremos en mi cuarto, si mi madre llega avísame.

— Sí—asintió. HyeLin escuchó lo que dijo una de ellas cuando salían de la cocina.

— ¿Ella es la chica loca que vive con ustedes?

Casi una hora había pasado y Hye algo inquieta esperaba a la señora Park. ¿Por qué no había llegado aún? En ese tiempo, había sacado otra bandeja de cupcakes del horno, iba a preparar más glaseado, pero Rose apareció en la cocina asustándola.

— Necesito que me ayudes con algo—sonrió.

— Estoy algo ocu...

— Será rápido—tomó su mano sacándola de allí y en un abrir y cerrar de ojos, Hye estaba en la habitación de Rose con las otras dos muchachas. Incómoda por completo notó la cantidad de maquillaje que había en aquella cama, cosas que ni ella misma conocía ya que jamás había usado maquillaje.

— Tiene un rostro bonito—comentó la de cabello platinado con mechas azules.

— Pero es algo opaco—la otra de cabello oscuro chasqueó la lengua—Lástima que las voces de su cabeza la vuelven loca.

A Hye no le gustó ese comentario.

— ¡Ya! —Rose reprochó—Si vas a quejarte no la maquilles entonces.

— Comencemos—la de mechones azules comenzó a aplicar maquillaje en el rostro de Hye, ésta quería negarse, pero Rose había dicho que querían ensayar para un próximo curso que tomaría sobre eso.

Cuando Jimin llegó le extrañó que no hubiera nadie en la cocina, había traído un regalo para Hye, subió las escaleras llamándola y escuchó risas del cuarto de su hermana. Fue hasta allí mirando el alboroto de todas, su buen humor acabó cuando notó que HyeLin estaba en el suelo intentando secar sus lágrimas con el rostro hinchado.

— ¿Qué demonios pasa aquí? —interrumpió las risas de las amigas de Rose, su hermana intentaba hacer que Hye dejara de llorar, Jimin se acercó a HyeLin quien de inmediato se aferró a él temblando—Tranquila—la ayudó a levantarse. Tomó su rostro entre sus manos notando que estaba maquillada de una manera exagerada, su rostro estaba rojo e hinchado—Hye, oye...

— Me arde—alcanzó a decir cubriendo su rostro en su pecho.

— Sólo es un poco, ya pasará.

— ¿Enserio? —Jimin miró a la de cabello oscuro y luego a su hermana— ¿Dejaste que le pintaran el rostro de esa forma?

— Oppa, sólo estábamos jugando y ella tropezó...

— Sí, no hicimos nada malo—comentó la de mechas azules.

Jimin quiso sacarlas a patadas, pero el maquillaje molestaba a Hye, la chica al parecer era alérgica a esa pintura, la llevó a su cuarto encargándose de quitarle todo eso, cuando secó su lindo rostro se aseguró de que no quedara nada de maquillaje, Hye había dejado de llorar, pero su piel seguía un poco roja aún, aunque menos hinchada.

— Mucho mejor—Jimin sonrió ladinamente secando sus mejillas—Debiste decirles que no, Hye.

— Lo siento.

— ¿Dónde está mi madre?

— Ella dijo que saldría a comprar azúcar y harina, pero no ha regresado...

— Seguramente se distrajo hablando con alguien—Jimin rodeó los ojos negando con la cabeza.

— Ellas me llamaron loca—comentó dejándolo atónito—Dijeron que era una pena que escuchara voces en mi cabeza, que era bonita pero loca.

— ¿Rose te dijo eso también?

— No—negó—Ella intentó defenderme.

— Hye—-tomó su rostro entre sus manos dejando el pañuelo de lado, HyeLin tenía ese rostro atractivo muy cerca— ¿Realmente tropezaste?

— No—no pudo apartar la vista—La que tiene cabello oscuro comenzó a reír diciendo que parecía un payaso, me hizo tropezar, dijo que era muy buena haciendo reír a la gente.

— ¿Enserio te dijo eso? —Jimin quería matarlas.

— No te enojes con Rose—se apresuró a decir—Ella intentó ayudarme...

— Ella debió poner orden y sacarlas de la casa.

— Fue mi culpa haber subido con ella, no te enojes con tu hermana, por favor.

Jimin suspiró abrazándola. Acarició su espalda por unos minutos diciéndole que volviera a la cocina y que bajaría en unos segundos, cuando Hye obedeció, fue al cuarto de su hermana cerrando detrás de sí. Las tres chicas lo miraron, al parecer Rose estaba discutiendo con la de cabello oscuro.

— Tú—Jimin la señaló— ¿Cómo te llamas? —su rostro era serio. Estaba realmente molesto.

— Jennie.

— Ya, Jennie, ¿Tienes algún problema con Hye?

— Ninguno.

— ¿Y tú? —miró a la otra chica.

— Lisa.

Jimin miró a su hermana.

— ¿Y dices que estas son tus amigas?

— Oppa...

— No me digas oppa, me mentiste sobre Hye, ella no tropezó—miró a Jennie—No sé si mi hermana te ha comentado bien, pero Hye tiene graves problemas y la gente como tú que la llamada loca porque encuentra sencillo etiquetar a los demás me enferma.

— No es mi culpa que esté loca—se encogió de hombros cruzándose de brazos.

— Déjame adivinar—Jimin se acercó—Eres la chica popular que ha estado con varios chicos y que todos mueren por estar.

— ¡Ya!

— Esa que cree que la apariencia lo es todo y que debe usar kilos de maquillaje porque teme que vean sus imperfecciones cuando es ridículo porque lo de afuera envejece mientras que lo de adentro nunca cambia—Jimin se detuvo a pocos metros de ella—Puedes ser muy atractiva por fuera, Jennie, pero eres un asco de persona—y antes de que dijera algo, ordenó—Sal de mi casa.

— No creo que esta sea la forma de...

— Rose, cállate—Jimin miró a la otra chica—Y lo mismo va para ti, lárguense, si las vuelvo a ver aquí llamaré a la policía.

Ambas chicas recogieron sus cosas, Jennie principalmente estaba furiosa. Una vez que se largaron, Jimin miró a su hermana.

— Estoy realmente decepcionado de ti, ¿Cómo pudiste dejar que dijeran todo eso sobre Hye? —Rose bajó la cabeza—Consigue mejores amigos, ¿Quieres? —se dirigió a la puerta deteniéndose en ella—Ah, ¿Y sabes qué? —con la mano en el pomo volteó a verla—Discúlpate con HyeLin.

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