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Su mirada estaba fija en las letras delante suyo. Entrecerró los ojos acercándose a la pantalla tal vez demasiado. Su cabeza iba a explotar. Había llegado hasta aquella línea pero no sabía como continuar. Su mente estaba más en blanco que el fondo sobre el que escribía.

Suspiró agotado mientras se recostaba en la silla, rindiéndose al final. Había llegado a lo que llaman "el bloqueo del escritor" y sabía que no saldría de él con solo desearlo, debía esperar a que se le viniera la inspiración. Tal vez debería hacer algo que le pudiera inspirar.

Tomó su teléfono y abrió la aplicación con la que se entretenía últimamente. Le sorprendió encontrarse con más notificaciones que el día anterior. Cada vez más gente leía sus historias y; aunque no era su objetivo, se sentía realizado. Le alegraba saber que lo que escribía le gustaba a la gente.

Leyó cada una de las notificaciones con una sonrisa en su rostro, hasta que se encontró con una que llamó su atención más que cualquier otra. Se sentó apoyando sus codos sobre sus rodillas dispuesto a leer un nuevo capítulo de una de sus historias preferidas. Y; como siempre, le había vuelto a sorprender. Aunque eran historias demasiado dulces y felices, siempre te sorprendían. Estaban, por supuesto, fuera de cualquier cliché. Era sorprendente.

Se pasó por el perfil de su usuario favorito en Wattpad. Tenía muchos seguidores, no era de extrañar. Había mensajes allí y allá en su tablero de amor y apoyo por sus historias. @Pinki_Minki siempre les respondía a todos. Miró los mensajes que el mismo había publicado. Siempre usaba palabras tan dulces y alegres. No sabía su rostro; pues en el perfil tenía fotos aesthetic de cosas rosas, pero podía imaginarse a un ser lleno de luz y sonriente al otro lado de la pantalla.

- Sonrisa tonta mirando la pantalla... Me da a mí que alguien aquí está enamorado... - dijo una voz a sus espaldas haciendo que saltara sobre su sitio y se girara rápidamente a ver quien era. Su hermana pequeña le miraba con una sonrisa de suficiencia; como si hubiera descubierto la pólvora, y los brazos en jarras.

- Pedazo susto me has dado. Deberías llamar antes de entrar. Las puertas existen por una razón. - la dijo él intentando no sonar muy duro. No le gustaba ser duro con sus hermanos pequeños, la imagen de hermano mayor serio y amenazante no era la suya, desde luego. Además, se llevaba solo un año con su hermana menor y dos con el más pequeño. Eran casi de la misma edad por lo que se comprendían mutuamente mejor que cualquier otro trío de hermanos.

- Ya, lo siento, pero es que parecías tan absorto con el teléfono... - se acercó a él para intentar mirar lo que había estado entreteniendo tanto a su hermano en ese aparato. Estaba segura de que tenía que ver con algo que trajese a su hermano loco de amor por la mirada que había estado poniendo sobre él. Era muy raro ver a su hermano así, por lo tanto tenía que ser que por fin hubiera encontrado a alguien especial.

El mayor apagó la pantalla y guardó su móvil en el bolsillo de su pantalón, mirándola con una ceja alzada. - ¿Qué se supone que haces?

La menor hizo pucheros mirándole como un cachorro - Vamos Oppa... Muestre a tu hermanita lo que hacías... Quiero saber quien ha conseguido robar su corazón.

- Nadie ha hecho eso, Atiny. No sé de que hablas - Hongjoong la miraba con el ceño fruncido sin entender de lo que hablaba su hermana. La chica se puso derecha de nuevo mirándole con una ceja alzada.

- Ahora no te hagas el sueco. Te he visto mirando el teléfono como loco enamorado con una sonrisa que solo se ve en las películas en una persona que mira a quien ama. No me vengas con que no sabes de que te hablo.

- Yo no he hecho eso. No me gusta nadie, en serio. Solo estaba leyendo una historia, nada más.

- ¿A sí? Pues demuéstramelo.

- No tengo porque hacerlo, soy tu hermano mayor. No tengo que andar dándote explicaciones - se levantó de la silla mirándole de forma orgullosa. Si la enseñaba su móvil, vería el perfil de su escritor favorito de aquella aplicación y comenzaría a hacer suposiciones de que le gustaba ese chico cuando no era así. Solo le gustaba como escribía, nada más.

- Solo eres un año mayor.

- Un año más de experiencia - la tocó la frente empujándola levemente hacia atrás.

- Eso no es justo, eres malvado.

- ¿Yo? ¿Malvado? Ahora verás. - el mayor cogió uno de los cojines de su cama y comenzó a golpearla con él mientras ella intentaba defenderse con sus manos y reía. Al final terminaron los dos riendo, tumbados sobre la cama.

- Jongho está con Yeosang aprovechando el último día de vacaciones. Yo me iré a casa de Mingi. Puedes llamar a San y pasar el rato juntos. Volveremos para cuando appa y omma hayan vuelto de su viaje. Lo prometo - suplicó Atiny sobre la cama, queriendo aprovechar que se acabarían las vacaciones y tendrían que volver a clases al día siguiente pasando el día viendo películas y comiendo comida basura con su mejor amigo.

- Está bien. Pásalo bien. - se despidió de ella su hermano mientras esta se levantaba y se marchaba de la habitación despidiéndose con la mano.

Entonces una luz se encendió en la cabeza de Hongjoong. Le dijo hola a la inspiración y se puso manos a la obra en su portátil. Por fin, ese fondo blanco se llenaba de letras.

Sonrió cuando concluyó su trabajo. Justo en ese instante alguien llamó a la puerta de su casa. Pulsó en publicar y se dirigió a abrir la puerta de la casa.

San le miraba al otro lado con una ceja alzada y golpeando el suelo con su pie, como si esperara una respuesta algo.

- ¿Qué pasa? - preguntó el mayor mirándole extrañado, a lo que se ganó un golpe en la cabeza con un cojín que se había traído de su propia casa el menor.

- ¿Cómo que qué pasa? Te he llamado treinta veces al móvil para quedar ya que es el último día del verano. Me he encontrado a tu hermano en el parque con su mejor amigo y le pregunté por ti todo preocupado y... ¿Qué se supone que estabas haciendo ignorando a tu mejor amigo?

- ¡Au! - se quejó con retardo por el golpe Hongjoong, tapándose con las manos la zona golpeada - Encima... Es tu culpa que estuviera entretenido ahora.

- ¿Cómo que mi culpa?

- Te dije que no era buena idea que tuviera esa aplicación.

- ¿Has actualizado? - San le tomó de los hombros sorprendido, olvidándose de su enfado como si Wattpad fuera justificación para todo.

- Eh... Sí, lo acabo de hacer - Hongjoong se rascó la nuca nervioso. Su mejor amigo le apartó de la puerta y entró en la casa corriendo, sin ningún respeto ni autorización. De no ser por la confianza que se tenían, le habría denunciado por allanamiento de morada.

Le siguió escaleras arriba hasta su propia habitación. Él había subido tan rápido que ya estaba en el portátil leyendo lo último escrito por Hongjoong.

Este se sentó en el suelo; tras de él, esperando a que acabara de leer. Él ya se conocía la historia, no le hacía falta volver a leerla. Solo quería; como siempre que San leía lo que escribía, que le diera su opinión y le aconsejara sobre lo que debía mejorar.

Eran una especie de equipo. Hongjoong ponía las ideas, las letras y la forma de organizarlas. San le aconsejaba sobre que mejorar para el próximo capítulo. Eso les hacía ser uno y que la historia fuera perfecta y ascendiera tan rápido en las listas de Wattpad.

Aunque San dijera que no era así, @Dark__Minion__  no era nada sin él. Solo un escritor medio tras una pantalla.

Pero daba igual lo que Hongjoong dijera. San siempre le respondía que él era su fan y no hacía tanto como para ser parte de ese usuario. Él; prácticamente, no hacía nada.

El menor se separó del portátil totalmente en shock una vez terminó de leer. Lentamente, se giró hacia su mejor amigo sin abandonar esa mueca de asombro e incredulidad en su rostro.

- ¿Por qué...? - preguntó casi sin voz. Entonces se abalanzó sobre Hongjoong; sorprendiéndole, y le sacudió tomándole de los hombros - ¿Por qué tenía que morir él? Había treinta personajes más. ¿Por qué él? Con su voz adorable, tan joven, con ese deseo de volver a ver a su madre... Pero jamás lo hizo. Ni lo hará. ¿Por qué le mataste? Y encima la forma en que lo describes... ¡Arde! ¡Quema! - se tiró al suelo llevándose las manos al pecho como si le doliera demasiado esa zona como para soportarlo. Hongjoong lo pudo ver. Su amigo había llorado con ese capítulo. Como con tantos otros que él escribía.

El mayor se levantó con una sonrisa, sintiéndose orgulloso de sí mismo por poder llegar a las personas de esa manera. - Y bueno... ¿Consejos?

- ¡¿Consejos?! - San se levantó de golpe como si le hubiera preguntado por algo obvio o le hubiera dicho algo incluso ofensivo - Es el mejor capítulo que he leído en mi vida. Has utilizado bien los consejos que te he ido dando hasta ahora para llegar a esta obra de arte. No tengo nada que decir. Está perfecto. Solo que en el próximo capítulo, por favor, no mates a nadie ni hagas desgracias. Déjanos respirar.

- Esta bien - rió el mayor. Mientras hablaba, se zafaba de su agarre y volvía al portátil para apagarlo- Intentaré que el siguiente capítulo sea más ligth. Aunque será complicado... Siempre que intento escribir algo más alegre acabo transformándolo en tragedia.

- Tío - le miró seriamente, como si fuera a decirle lo más importante de toda su vida dándole la vuelta en la silla giratoria para que le mirara y tomándole de nuevo de los hombros - Eres un dramas. Vivirás siempre entre calaveras y oscuridad teniendo una vida llena de desgracias que tu mismo quieres.

[...]

Un cojín se estampó contra la cabeza de San, haciendo que este tuviera que retroceder con las manos en el lugar afectado. Mientras su mejor amigo le lanzaba cojines que había acumulado entre sus brazos y le gritaba insultos y reprimendas sobre el trato a personas más mayores que él, el menor corría por toda la casa intentando huir.

Una vez llegaron a la puerta, San tuvo que frenar de golpe para no chocarse con las dos personas que entraban en ese instante por la puerta. Estaba acorralado; pues en cuanto Hongjoon vio la oportunidad sin darse cuenta de que les observaban, se lanzó encima suyo para hacerle cosquillas. San se revolvía en el suelo suplicando que se detuviera mientras dos chicos les observaban con el ceño fruncido.

- ¿Hyung? - preguntó el menor de estos. El apelado se giró de golpe, llevándose un susto por oír la voz de su hermano menor llamándole cuando ni se había percatado de que ya había llegado a casa. Sentado en el suelo; con los brazos estirados tras su espalda, observó a los dos chicos que le miraban desde la puerta de uno en uno.

- Jongho, Yeosang... No sabía que estábais aquí.

- No, ya se nota - intentaba permanecer serio el mejor amigo de su hermano. La risa estaba poniéndoselo difícil, pero era un buen actor y su semblante permanecía escéptico.

- Pero luego ellos no son gays, ¿sabes? - susurró el menor de los cuatro en el oído de Yeosang. Y esto fue lo último que él necesitaba para comenzar a reírse sin poder evitarlo, mirando a otro lado.

- Maldito crío desagradecido - Hongjoong se levantó de golpe cogiendo uno de los cojines del suelo para golpearle con él, recriminándole que no tuviera más respeto por su hermano mayor. De alguna forma u otra, los cuatro chicos acabaron enzarzados en medio de una pelea de cojines en medio del vestíbulo. Para mayor comodidad, Yeosang y Jongho se habían quitado sus abrigos.

Era obvio quien sería el ganador, pues era el que mayor fuerza tenía a pesar de ser el de menor edad. Era el único que había provocado que las plumas salieran de su cojín por la fuerza que estaba usando. Pero ninguno se dio cuenta realmente ni de las consecuencias que eso podría tener.

Cuando Atiny llegó a casa y se encontró con esa escena, se encogió de hombros y dejó sus cosas para coger un cojín del sofá del salón y unirse a la pelea. En un principio, San estaba allí para pasar su último día de verano jugando a videojuegos con Hongjoong. Yeosang y Jongho habían vuelto para coger comida y volver al parque. Y Atiny había vuelto porque sus padres no tardarían en volver de su viaje a Europa que los tres hermanos les habían regalado para que se tomaran unas vacaciones ellos dos solos, pues habían pasado un año muy estresante.

Marido y mujer, padre y madre, no se esperaban que fuera aquella escena la que les recibiera después de las horas de vuelo que les habían dejado exhaustos. Sus hijos estaban en medio de una lucha de cojines en medio del vestíbulo con dos amigos suyos y uno de los cojines roto, echando plumas.

La señora Kim carraspeó para hacerse notar. Los cinco adolescentes pararon al instante y se giraron lentamente hacia los dos adultos cargados de maletas y bolsas que les miraban con la puerta abierta a sus espaldas. Un escalofrío les recorrió, asustados por el castigo que podría llevarles aquello.

El señor y la señora Kim pasaron entre ellos; ignorando las plumas en el suelo, y dejaron sus cosas en el salón. Sus rostros eran serios y orgullosos, parecían estar conteniéndose. Tras quitarse la ropa de abrigo y colgarla en el perchero, se giraron hacia los jóvenes que observaba todos sus movimientos. Los dos adultos estaban tan sincronizados que parecían autómatas.

- Por favor, Jongho, puedes hacer el favor de cerrar la puerta - dijo el padre sin sentimiento en la voz y de forma totalmente educada, como si fuera un gran empresario. Su hijo obedeció al instante, dándose la mayor prisa que pudo.

Tal vez si hubieran sido otros padres; otras dos personas que se hubieran encontrado con esa escena al entrar a casa, no habrían actuado como lo hicieron. Pero eran el señor y la señora Kim. Ellos eran los dos adultos más diferentes al resto de los de su edad... y los más inmaduros.

Con la velocidad de un rayo, cogieron dos cojines del sofá y los lanzaron sin mirar a donde se dirigirían. De nuevo, estalló la guerra de cojines. Ya comprarían unos nuevos al día siguiente, ahora solo querían divertirse con sus hijos que hacía tanto tiempo que no veían. 

Acabaron todos sentados en el suelo entre risas. Se miraron unos a otros mientras reían y se quitaban las plumas del pelo. Los tres hermanos se sincronizaron para abrazar a sus padres. Les habían echado mucho de menos y el sentimiento era mutuo. Se dieron besos y miradas con las que se entendieron sin necesidad de palabras. Esa si que era una buena bienvenida.

- Me alegra que volvieran, señor y señora Kim. Se notaba su ausencia y era muy triste ¿saben? Además, deberían recordar que nadie hace caso a su hijo mayor como para que le pongan a cargo de la casa - dijo San divertido por la situación.

- ¡San! - exclamó el apelado, ofendido.

- Tienes razón, deberíamos de haberlo pensado más antes de irnos - respondió el hombre.

- ¡Appa! - volvió a exclamar Hongjoong, esta vez mirando a su progenitor.

La mujer de la casa se levantó sacudiéndose la ropa y miró a los dos amigos de sus hijos con una dulce sonrisa - ¿Se quedarán a cenar?

- Yo no, le prometí a mi madre volver para la hora de la cena. Ha preparado algo especial porque es el último día de verano para mí - respondió Yeosang levantándose y quitándose la plumas también.

- Otra vez será. ¿Y tú, San?

Todos fueron levantándose y quitándose las plumas también mientras la conversación continuaba. El apelado dejó de hacerlo para sonreír a la mujer y asentir - Le dije a mi madre que volvían hoy a casa y ha preparado la cena para todos nosotros. Me pidió que insistiera en que fueran a mi casa hasta que aceptaran ir, no les recomiendo que rechacen la propuesta si no quieren que ella misma se presente aquí y les arrastre por las orejas.

- Entonces será mejor no hacerla esperar. Recogeremos este pequeño desastre, dejaremos las maletas en nuestra habitación, nos vestiremos todos con mejores ropas e iremos para allá - sentenció el hombre de la casa. Todos asintieron sin pensar ni un momento en contradecirle; no por miedo ya que no serían capaz de tenerle miedo a ese hombre alegre e infantil, si no por respeto y que concordaban con él.

Se despidieron de Yeosang y ayudaron a los mayores de la casa a subir las maletas. Luego se fueron cada uno a su habitación a vestirse y San fue a la de su mejor amigo.

Se sentó en la cama mientras este se cambiaba tras la puerta de su armario, escogiendo la ropa. El armario estaba en la pared contigua a la pared en la que se apoyaba la cama, por lo que desde la posición de San, no podría verle.

- Recuerdas que nos cambiamos en el mismo vestuario en educación física ¿verdad? - dijo el menor - Y que ya he visto todo de ti ¿verdad? No te pongas vergonzoso ahora.

- ¡Cállate! Es diferente, estamos en mi casa. No es por vergüenza... Es más... Por ética - contestó Hongjoong mientras se cambiaba. Su ropa ahora era más elegante sin llegar a ser lo que se diría formal.

Un pantalón vaquero roto con una cadena en el lado derecho y una camiseta negra de manga corta de Darth Vader.

Se peinó la única zona de pelo donde lo tenía largo, aquella especie de cresta castaña que era su cabello; pues tenía los lados de su cabeza rapados. Aunque fuera poco común, se maquilló. Pero de forma más sutil, no como si fuera una chica. Se hecho base y sombra de ojos marrón clara que casi no se diferenciaba de su piel. También utilizó delineador. Como si fuera un idol.

San le observó mientras hacía todo aquello; aburrido, pues no tenía otra cosa que hacer. Ya se había "arreglado" antes de salir de casa y creía que no era necesario prepararse tanto para una cena entre amigos. Pero Hongjoong siempre quería estar "presentable" ante su madre, por lo que no podía hacer nada. Si es verdad que a pesar de ser el mayor, era el que menos en serio era tomado; también lo es que si se le metía una idea en la cabeza, nadie sería capaz de quitársela o bien era demasiado difícil hacerlo.

Una vez terminó, los dos amigos salieron de la habitación y bajaron las escaleras para reunirse con el resto de la familia Kim. Tomaron sus abrigos y salieron a la calle en  dirección a la casa de San.

Se encontraron con un gran abrazo de parte de la madre de este y montones de besos en las mejillas de los jóvenes (incluido su propio hijo), cuando llegaron. En el jardín, la señora Choi había preparado una mesa con un mantel, vasos, platos, cubiertos, servilletas y un montón de comida servida en más platos en el centro. Definitivamente, no podían haber rechazado aquello. Habría sido; no solo un desperdicio, si no un acto de mala educación sumamente elevado, pues no estarían valorando todo el esfuerzo que le habría supuesto hacer aquello a la pobre viuda.

Se sentaron y; tras agradecer la comida, comenzaron a comer y a charlar entre todos. Fue una velada entretenida y divertida cargada de bromas y risas. Pero al día siguiente los menores tenían instituto y debían irse pronto a la cama.

La familia Kim agradeció a la señora Choi por la cena una vez más antes de irse y despedirse de ella y de su hijo. En el camino a casa, una voz llamó a Atiny mientras conversaban sobre la cena y caminaban de vuelta a casa.

Los cinco se giraron hacia el chico que corría hacia ellos alzando la mano para llamar su atención. La apelada sonrió al verle y le abrazó del cuello en cuanto estuvo a su lado. Fue entonces cuando Hongjoong se dio cuenta de que el chico andaba acompañado.

- ¡Wooyoung! - gritó Atiny al lanzarse a sus brazos. Este la estrechó de la cintura hundiendo su nariz en su pelo para olerla y sentirla, pues amaba hacer eso.

- Hola, princesa. Te eche de menos - respondió. Ambos se separaron para mirarse con una sonrisa y medio llorando, sin soltar el abrazo. El mayor de los hermanos ya pensaba que exageraban. Además, su hermana se había olvidado de saludar incluso a la persona que acompañaba a su novio.

- Hola, Mingi - saludó él en su lugar.

- Hola, Hongjoong-hyung. Vine a traerle esto  tu hermana porque se le había olvidado en mi casa - alzó la bufanda que tenía en su mano - Me encontré con Wooyoung por el camino y decidió acompañarme. No sé porque tu hermana anda con una bufanda en verano.

- Se la regaló él - cogió la bufanda y señaló al chico que estaba junto a su hermana - No se separa de ella desde entonces.

- Ya... Bueno... Yo ya me voy. Adiós.

- Chao.

No tenían más relación que aquella. Desde niño, Mingi había sido tímido y solo se había abierto a un par de personas; entre ella, Atiny. Así que Hongjoong y él solo se conocían de vista por la relación que el menor mantenía con su hermana. Nada más.

El padre de familia rodeó los ojos y se acercó a su hija para tocarla el hombro - Llevan así media hora chicos. Debemos volver a casa, siento mucho tener que interrumpirlos.

- ¡Oh! Lo siento señor Kim - Wooyoung se separó de la chica haciendo una reverencia al hombre.

- No, no te disculpes. Hace mucho que no os veis, comprendo que os echarais de menos. Estuviste en Tailandia ¿no?

- Sí, así es. Estuve de vacaciones allí con mi familia. Siento no haber podido llevar a Atiny conmigo...

- No te disculpes. No pasa nada, me lo pasé bien aquí - respondió la chica.

- Solo estuvieron separados dos semanas y parece que pasaron dos años por como exageran - susurró el menor de la familia a su hermano mayor y ambos rieron por el comentario, recibiendo un colleja de parte de su madre que les había escuchado.

- Cuando tengan pareja harán lo mismo y entonces les diré lo mismo que están cuchicheando sobre su hermana. Ya verán.

- Lo siento omma - respondieron los dos a la vez.

- Pero tienen razón, esto parece una obra de teatro - susurró la mujer a sus dos hijos, y los tres rieron bajo.

Tras despedirse del novio de su hermana, Hongjoong y su familia siguieron su travesía a casa. Los menores estaban abatidos. En verdad no querían volver, les gustaría quedarse para siempre en ese estado de vacaciones en el que nada les estresaba ni les preocupaba. En cuanto volvieran a clase, sentirían el peso de las responsabilidades, los deberes, los trabajos y los exámenes. Volverían a sentirse adormilados y cansados todos los días. Volverían a aquella odiosa rutina que a nadie le gustaba.

Llegaron a casa, se lavaron los dientes, se quitaron la ropa para ponerse el pijama y quien llevaba maquillaje, se lo retiró. Después de darse las buenas noches y dirigirse cada uno a su habitación, se metieron entre sus cálidas sábanas hasta que el calor hizo que se las quitaran de golpe.

Atiny observó con una sonrisa como su hermano menor dormía plácidamente en la cama de al lado. Es verdad, era una chica y en aquel país estaba mal considerado que compartieran habitación dos personas de diferente sexo a no ser que fueran pareja; pero cuando se cambiaron a aquella casa, el menor no paraba de insistir en dormir con su hermana en vez de con su hermano nadie sabe por qué, y así se habían quedado hasta entonces.

Hongjoong se levantó de su cama, incapaz de conciliar el sueño. Tal vez por el calor, tal vez por los nervios. Y se acercó a la ventana de su habitación para observar el cielo completamente despejado y plagado de estrellas. No le importaba que estuviera en ropa interior, abrió la ventana y se asomó para respirar el aire fresco que podría conseguir relajarlo lo suficiente como para dormir.

Se fijó en una figura en la calle. Un chico estaba sentado en un banco, observando las estrellas. Sus pies estaban sobre la madera del asiento y su cabeza apoyada sobre sus propias rodillas. Se rodeaba las piernas, haciendo que pareciera un pequeño cúmulo de ropa en el banco. Pero la cabellera negra ondulada delataba que era una persona.

Giró la cabeza y miró a su observador. Seguramente había notado que le miraban. Los ojos de ambos chicos conectaron en una mirada que ninguno entendió. Solo se sonrieron y el menor de ellos se levantó para irse del lugar y volver a su casa.

No sabía que hacia Mingi así a esas horas, pero no le tomó mayor importancia y decidió volver a su cama tras cerrar la ventana. Por fin, concilió el sueño.

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capítulo

4228 palabras

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LEER, ES IMPORTANTE: 

Esta será la única vez que haga esto en esta historia. No habrá notas de autora para que os sumerjáis mejor en la historia, así que leed aunque sea solo esta.

Es que de verdad necesitaba decir esto. Muy poca gente shippea a Mingi y a Hongjoon, así que agradezco mucho que lean esta historia.

Responderé todos sus comentarios. También, aunque no sea un grupo que staneen, molaría que la gente lo leyera, aunque sea solo por la historia. Por lo que; mis dropies Army y mis dropies Stay, espero que lean esto a pesar de no ser Atiny. Por favor ;^;

Y ahora, una demostración de que el Minjoong es real (las capturas de pantalla están tomadas por mí)


(En serio, Mingi ama mucho a Hongjoong.)


(He really loves him.)

(Solo miren como Mingi mira a Hongjoong)

Es llegar a casa y me sale esto... No estoy preparada.

Nos leemos mis dropies!!!
La próxima vez que os hable será en la nota final, espero >°<

🧡Natsuqui Cloudrain🧡

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