•1•
Afuera de la casa, bajo la sombrilla, estaba una joven de 16 años, cabello marrón y ojos avellana.
Kiyomi Ichinose; adolescente desinteresada, muy ansiosa y glotona, su lema es "la comida es vida".
Estaba leyendo un libro con tranquilidad mientras escuchaba música, luego de unas páginas cerró el libro y suspiro tomando el refresco ante ella.
-que lindo día, lástima que la pereza me gane y no tenga ganas de salir.
-kiyomi, tengo hambre! -le grito su hermano desde la ventana.
Kaoru Kinomoto; 26 años, cabello azabache, ojos ónix, alguien apuesto pero estupido en algunos ámbitos, era totalmente dependiente a su madre y a su hermana menor.
El "bebé de mami" de la casa.
-y?.
Puso sus pies encima de la mesa cerrando los ojos.
-cocina, haz algo!, me muero de hambre o vamos a algún lugar a comer.
-hace demasiado calor, mi piel es sensible.
-vamos~ nunca quieres salir conmigo, si sigues así me buscaré otra hermana -hizo un puchero lastimero sin siquiera ganarse algo de la atención de su hermana.
-hazlo, más libertad para mí -kaoru chasqueo la lengua molesto e hizo una pose dramática.
-claro!, ahora lo entiendo!, la falta de amor de mi hermana hace que busqué amor en mujeres más jóvenes, mis traumas son por tú culpa mujer!.
La menor hizo una mueca al escuchar su chillido, se levantó y caminó hacia el interior de la casa.
-pareces un cerdo hablando así, déjame en paz, inútil.
El "inútil" atravesó el corazón del azabache que fue rodeado por un aura depresiva y lentamente se fue a su habitación murmurando por lo bajo que no era amado por su hermanita.
-..tonto, ni siquiera sabe hervir un huevo -prendió la tele escuchando el lejano sollozo del tonto de la familia.
-le diré a mamá que no me quieres cocinar! Buaaaa!.
-como si me importará!, inútil!.
Otra pelea se desataba en la casa Ichinose.
●En otro lugar●.
Lejos de la residencia ichinose, cerca de unas montañas estaba una mansión antigua, un aire tenebroso rodeaba el lugar.
A pesar del sol de las 12 del mediodía esa mansión parecía oscura como si dentro de ella residiera siempre una horrible tormenta.
Dentro de ella estaban 6 jóvenes junto a una chica, cada uno sentado o parado, la chica estaba sentada en un sillón con dos chicos a cada lado de ella y otro chico en un sillón individual, los tres molestándola.
Otro acostado en un sillón, otro parado con cara de enfado y otro con una pose elegante de brazos cruzados pero irritado.
-que falta de respeto, llegar tarde.
-no te molestes kanato -dijo el recién llegado con una sonrisa.
-soy reiji.
-lo sé Subaru.
Si antes el ambiente era frió y terrorífico ahora con la llegara del invitado era peor.
-bien, mi querido hijo shu -dijo éste sonriendo y mirando a subaru.
-tch, no soy shu.
-lo siento laito -subaru gruño enojado a punto de destruir la pared pero reiji lo miro de reojo y éste chasqueo la lengua.
El rey miro a su primogénito que ni siquiera abrió los ojos al tener la mirada de su padre en él.
-eres el próximo rey de los vampiros y estuve pensando, más bien decidí, que ya es hora de que te cases -sonrió divertido al ver la sorpresa de los demás y del mismo shu que se levantó de golpe.
-aún no es el momento, por lo que veo estás vivo y vivirás muchos milenios más.
-ohoho claro que sí, pero~ quiero disfrutar de mis nietos, quiero retirarme de mi puesto y disfrutar de la vida -fingió melancolía haciendo que sus hijos lo miren con desagrado.
-quién es la mujer? -pregunto shu cerrando sus ojos con fastidio haciendo que su padre sonriera victorioso.
-se llama kiyomi ichinose, mitad latina mitad japonesa, tiene 16 años, vive con su familia al otro lado de la ciudad.
-cuándo vendrá? -pregunto reiji.
-ella no vendrá a vivir con ustedes, quiero que sean sus amigos, aún no sabe que está comprometida con el próximo rey de los vampiros y es humana.
Eso despertó la curiosidad de los príncipes que miraron fijamente a su progenitor.
Qué planeaba?.
-una humana como esposa del futuro rey de los vampiros -sonrió con burla el tercero.
-la señorita Kiyomi será tu única esposa y la futura reina de los vampiros.
Los demás lo miraron con el ceño fruncido ante eso.
En serio qué planeaba?.
Una humana como reina?, acaso no planeaba hacer que Yui sea la reina de los vampiros?.
El tan solo pensar lo que estaría pasando por la cabeza del rey le daba dolor de cabeza al príncipe heredero.
-quiero que la vigilen, vean cómo es, la cuiden y siempre la protejan, no dejen que ella sepa de ustedes hasta que yo lo ordené.
-cuál es el juego? -pregunto ayato con el ceño fruncido haciendo que el albino sonriera como el gato cheshire.
-además, por qué debemos de vigilarla y cuidarla si es la prometida de shu? -el peli violeta lo miro irritado.
-ella será de la familia y quiero que se lleven bien, ya que serán hermanos en ley -sus ojos brillaron de diversión ante el susto de yui.
Ahora ya entendía a quiénes salieron tan sádicos, ante ella estaba el dios de los sádicos.
-ya habla! -grito subaru enojado.
-tranquilo Laito, no quiero que rompas otro muro el dinero no sale de los árboles -los presentes lo miraron incrédulos, prácticamente se podían bañar en oro de qué se quejaba -estuve mucho tiempo aburrido y quiero ver si pueden contenerse en acercarse a Lady Kiyomi luego de ver su personalidad.
-ja!, como si ella fuera tan importante como para que ore sama quiera acercarse a ella.
-desde mañana deberán de vigilarla -ordenó para luego desaparecer.
Todos quedaron en silencio hasta que el menor de los príncipes chasqueo la lengua.
-nfu nfu felicidades shu tienes una prometida -dijo laito divertido mientras shu frunció el ceño molesto, sin embargo reiji se quedó callado pensativo.
-ese nombre lo escuché en algún lado -susurro llamando la atención de sus hermanos junto a la humana.
Era cierto, a cada uno de los hermanos le resultaba familiar el nombre pero más el apellido.
Sin embargo a uno de los hermanos le resultaba extremadamente familiar ese nombre, como si lo hubiera escuchado de otro lado.
Luego de eso cada hermano estaba en su habitación pensando en lo sucedido, el mayor estaba frustrado, el estar comprometido significaría conquistar a esa mujer.
Estar al pendiente de ella, no poder beber sangre de otra mujer ya que eso se considera engaño y encima tenía que vigilarla, ademas eso era un paso más para que él ascienda al trono.
Que molesto iba a ser.
En otra habitación uno de sus hermanos estaba acostado pensando profundamente sobre todo pero más en el nombre de la chica, cerró los ojos a punto de dormirse pero varios recuerdos se le vinieron a la mente.
Flashblack.
-vamos te divertirás -le dijo a una chica humana.
Estaba un tanto ebrio y sin saber lo que hacía, fue llevado ahí por uno de sus hermanos y éste lo embriago.
-...bien -susurro sonrojada.
Los dos se dirigieron a una habitación del lugar, él empezó a besarle con lujuria y ella con timidez, se notaba que era virgen, sus ropas fueron desapareciendo y ellos quedaron desnudos.
El cuerpo de la adolescente era del gusto del vampiro, miro cada una de sus expresiones, sus sonrojos, suspiros, jadeos y gemidos.
Era simplemente excitante cada expresión que hacía, robó su virginidad esa noche y no se arrepentía, fue la mujer más apetecible en todos sus años de vida.
Al otro día, el vampiro se despertó con una resaca horrible.
Se levantó sin mirar a la joven y malhumorado se puso su ropa, salió del cuarto chocando con otra chica que estaba con resaca igual que él.
Ella lo miro pero él ni siquiera le dirigió la mirada y se fue de ahí.
Al llegar a la mansión notó algo en su pantalón, una cadenita de oro estaba enganchada en su pantalón, la agarró y la observó.
-kiyomi?.
Fin flashblack.
Se sentó de golpe con horror, su rostro estaba en shock.
-no puede ser -susurro con temor.
Había muchas Kiyomis en el mundo, cierto?.
Pero si eran la misma persona y si se enteraba su padre de esto, él se tendría que casar y no shu.
No recordaba si esa noche se cuidó o no.
Al pensar en que la chica podría estar embrazada su corazón, anteriormente muerto, empezó a palpitar con fuerza.
-are~ hermanito qué sucede? -pregunto laito apareciendo en la habitación de su hermano al sentir los latidos del corazón.
Extrañamente pasaba por allí para molestarlo y se extrañó al escuchar los fuertes latidos de su corazón.
Primero pensó que se estaba deshaciendo del estrés pero al ver el rostro pálido del menor todo pensamiento pervertido se esfumó.
-l-laito.
-qué?.
-creo que..que pude haber embarazado a la prometida de shu -susurro a punto de tener un ataque nervioso mientras laito abrió los ojos sorprendido.
See you...
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