Había una rosa en una esquina, aquella que por años permaneció vacía , aquella que se había olvidado de lo que amar se sentía , que polvorienta y en llanto oscuro solo soñaba y anhelaba a lo lejos un sueño caído del cielo que la consolara...que le diera un alma que le diera alas , que le diera un corazón para poder completarla...
Esa rosa estaba todavía fresca como antes de esos días que partieras , haciendo eterna esa vespertina espera , a bis peras de un reencuentro mágico, después de tanto...
en un segundo de impacto el camino señala en pétalos arrancados de ansiedad la ruta que llegaría a tus brazos, cálidos y bastos, castos con el calor intacto del ultimo abrazo de
"ya vuelvo no me tardo" , unificando el instante en un cuadro de milagro, que al rededor de una rosa  se iba perfumando tu regreso..
Junto con un beso de " aquí estoy de nuevo" "ya he vuelto "  hicieron dormir al cielo...
pobre de el sino sabrá de eso, de esa agonizante incertidumbre cuando uno se marcha , este se queda acobijando al naufragio de esa triste mirada, viendo como su otra mitad con acongoja  se aparta.. se extrañan...
la rosa de esa esquina es sello de lo que hoy deseo en esta carta , sea realidad nuestro sueño eterno, sea posible alcanzar el universo completo, que cuanta alegría nos sobre, cuanta alegría que se reparta .