Pinto manos para acercarte a mí, para que pierdas el miedo y la tomes...

Para que juntos tomemos fuerza y crucemos, sellando entre lazos y amor, eso a lo que una vez confiados nos lanzamos...

Siendo crédulos en la suerte de tenernos y no asegurar nuestra dicha de encontrarnos, corrimos peligro y casi nos soltamos...

Las manos solo nos aferran aún más a la vida, que tormentosa se agobia al vernos correr sin miedo hacia ella, felices y encantados, solo un baile nos contempla...

Y no es uno de esos elegantes, sino rebelde y fascinante, uno de esos donde el compás de los latidos suspendidos  hacen que nuestros dedos se entrelacen, en un juramento de
"así de juntos, pase lo que pase".