Te vi caer tantas veces.
Te vi curándote día y noche ese corazón.
Te vi llorando escondida en el comedor.
Te vi vomitando toda esa mierda interna en el baño.
Te escuché sollozando al apagar el velador.
Te escuché maldiciendo a la vida, retorciéndote de dolor.
Te vi callando todo ese pasado que te marcó.
Por miedo, por rencor.

Y desde esa noche que tu sentencia nos encontró a ambas, prematuras indefensas al borde de la cama...
Juré que no te dejaría morir.

Juré luchar por ti.
Juré darte mi cuerpo, mi vida, todo para que seas feliz.

Juré crecer lo más rápido que pudiera para protegerte.

Juré no llorar frente tuyo y que te desahogues cuando ya no quieras ser fuerte.

¡Esta bien !
¡Yo te cuido!

Dame la mano por favor es lo único que te pido.
Déjame guiarte.
Déjame curarte.

No puedo salvarte si no me permites ir a buscarte.

Ambas fuimos mutiladas por la vida en algún momento.

Ambas padecimos  injusticias, y estando sedientas nos dieron veneno.

A ambas nos escupieron en la cara y no pudimos defendernos.

Ambas estuvimos solas, y remontamos vuelo de esos infiernos.

Hoy estamos juntas pero si no perdonas, no puedo.

No puedo sacarte de ese sufrimiento.
El rencor te ha puesto toneladas de odio en el pecho.

¡Tira esa mierda que nos estamos hundiendo !

Estoy aquí pero si no lo hacemos juntas, ninguna saldrá de esto.

Asi como me hiciste pie para que saliera de mi hueco...
Déjame saltar por ti, permítemelo te lo ruego...

Estaré a tu lado, estaré velando por ti, juro por mi vida que no te dejaré ir.

Maldito castigo que nos ha tocado vivir.
¡Déjala en paz... llévame a mi!

Llévame a mi.
Llévame a mi.

Quizas no borraré toda esa tristeza pero por lo menos habré cumplido mi promesa.
Habrás dejado que te salve.
Habrás dejado que te quiera.
Tu dirás que perdiste, pero jamás estuviste sola en esta guerra.