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ONE SHOT
FANDOM: NANATZU NO TAIZAI
Prometeme "sin Promesas"
— Elaine, ¿porque no podemos estar así el resto de la vida? —susurre y apenas note que sus ojos estaban cerrados la tenía entre mis brazos durmiendo, su delicada piel se veía tan suave, tenia que acariciarla, pase por un lado de su rostro ella seguía tiernamente dormida a mi lado, mis dedos acomodaron esos mechones rubios tan lisos detrás sus orejas, pero ella seguía inmóvil.
Apenas sentía mi culpa por todo lo que había hecho hasta entonces, apenas recordaba todos los pecados que había cometido, su sola presencia me daba paz; podía jurar que estaba en paz.
Cerré los ojos pero no quería dormir, quería aprovechar su presencia todo lo posible, quería besarla una y otra vez por cada beso que no pude darle en el pasado, ese pasado que apenas se sentía pues ella había logrado curar todas mis heridas.
Recordé entonces la estúpida manera en que la perdí, su dulce sacrificio. Admito que fue mi culpa por no ser precavido, pero, al fin la tenía entre mis brazos.
Elaine hija del rey hada, hermana de King el pecado de la pereza y guardiana de la fuente de la juventud, vivía sola resguardando aquellas aguas que conceden la vida eterna, hasta que llegue a romper ese silencio, tuvimos siete días para conocernos, siete días para enamorarnos, siete días para despedirnos.
Su partida fue irremediable, trate de morir mil veces después de eso, pero ya cargaba con la maldición de la vida eterna, y entendí que una vida entera no valía la pena sin ella.
Por años busque la forma de traerla a la vida, o de irme con ella, nada funciono... hasta que; el milagro se dió gracias a las insensateces de un demonio, que trajo a la vida a los muertos... Elaine estaba de regreso.
Con su regreso una maldición se realizaba, y mi amada; su personalidad había perdido, sentí decepción por un instante, nada de eso me detuvo, logre que vuelva a ser la de antes, la de siempre.
Cuando la paz regreso a Líones, entendí que no debíamos esperar más, la tomé entre mis brazos y salí sin rumbo hacia nuestro destino; nadie pudo decirnos a donde ir, sus ojos me veían parecía un sueño, a pesar de saber que acabaría de un momento a otro construimos juntos una vida, que duro siete dias; lo mismo que tardo en podrirse el cuerpo del demonio que la trajo a la vida.
Su seño se frunció de inmediato gire a verla, sus ojos estaban abiertos fijados en mi.
— Ban te amo, no lo olvides.
— Elaine, ¿porque no podemos estar así el resto de la vida? —pregunte de nuevo, oyendo como su respiración se hacia lenta.
— Porque, nuestro amor es tan grande que la vida no merece ser testigo, además; prometo que nos volveremos a ver —dijo con una tenue voz, su mano acarició mi rostro, entonces la bese, una lágrima rodó, deseaba poder conservarla, deseaba poder tenerla con vida o morir, ella se alejo y siguió hablando.
— Elaine, prometeme "sin promesas" —pedí tragando el nudo e mi garganta ella sonrió entendiendo mi petición.
— Busca a Jericho.
Al fin su aliento escapó de su cuerpo, la ultima gota de vida la dejo, su ser empezó a enfriarse, aun así no la solte ni por un instante, incluso mucho después que el sol hubiese llenado el cielo.
— Jericho, es absurdo —me dije en voz baja.
«Solo Hazlo», sentí su voz en el viento con ese tono con el que me convencía, esa seguridad que tenía, tome su cuerpo frío e inmovil en brazos y decidí caminar hasta el bosque del rey hada.
Elaine era mi princesa durmiente aquella que despertaria un día de seguro, para que estemos juntos otra vez.
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