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JungKook regreso a la hacienda después de dos semanas, en el tiempo que estuvo lejos de TaeHyung, estuvo practicando su caligrafía y ya podía leer un poco se dificultaba la pronunciación en algunas palabras pero ya era un gran progreso.

— TaeHyung — hablo entrando a la casa, no había nadie y todo estaba en absoluto silencio.

Dejo su pequeña maleta en la sala y camino hasta la habitación donde dormían, en la cuál se ponían escuchar jadeos y gemidos. Se acercó a la puerta y olía eucalipto, el aroma de TaeHyung...

El otro aroma no lo podía distinguir, aunque sentía que ese olor ya lo había olido antes pero ¿En dónde?
Abrió con mucha delicadeza la puerta con temor a lo que estaría ahí en la habitación. Tal vez estaba pensado mal o imaginando cosas que no, TaeHyung no lo engañaría en su propia habitación, habitación en la cuál dormían juntos y dónde pasaron tantas cosas.

Estaba muy equivocado, pudo ver perfectamente como su alfa estaba desnudo en la cama junto con Nayeon encima de él, ambos estaban desnudos. Inmediatamente empezó a llorar, calló sus sollozos y salió de ahí corriendo haciendo el menor ruido posible. Agarro su maleta y salió de la hacienda rumbo al pueblo, necesita alejarse de ahí, no quieres estar ahí.

Ahora que lo piensa, TaeHyung siempre trae ese aroma, cacao... ¿Cómo puedo ser tan tonto y no darse cuenta?

En el camino iba soltando sollozos y limpiando las lágrimas de sus mejillas, su vista era algo borrosa debido a las lágrimas pero aún así seguía caminando a pasos apresurados.

— ¿JungKook? — dijo Jihyo cuando vio al pelinegro caminar — Daniel, ese es JungKook

— Está llorando... — susurro viendo al pelinegro

Jihyo se acercó hasta donde estaba el omega, el cual se sentó en una banca.

— Jihyo — limpio rápidamente sus lágrimas y le sonrió a la chica

— ¿Te pasa algo JungKook? ¿Por qué lloras? — interrogó la chica

— No... Estoy bien — sonrió pero sus ojos se llenaron de lágrimas cuando recordó a TaeHyung y a Nayeon. — No. No estoy bien, me siento muy mal

Daniel y Jihyo se acercaron y abrazo el cuerpo del Omega

— El causante de tus lágrimas es... TaeHyung, ¿Cierto? — hablo la omega

JungKook asintió levemente

— En a nuestra casa y si quieres nos pláticas de lo sucedido ¿Te parece? — Daniel le dió un pañuelo a JungKook

— No podemos dejarte aquí llorando, vamos.

JungKook asintió mientras limpiaba nuevamente sus mejillas.

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— Él estaba... Con tu mamá

— ¿Entre los dos te dijieron cosas? — cuestionó acercándole una taza de té

— No me dijieron nada — Jihyo lo miro confundida — Ellos estaban teniendo sexo

La Omega abrió su boca sorprendida pero la cerró mientras pensaba las palabras correctas para confesar algo. Se estaba debatiendo si en decirle o no

— ¿En la habitación en la que duermes con TaeHyung? — cuestionó y JungKook asintió tomando un poco de té — No vuelvas a la hacienda, no permitas que TaeHyung te siga lastimando

— No tengo a dónde ir

— Puedes quedarte con nosotros — dijo — Por favor no vuelvas con TaeHyung

— ¿Por qué no quieres que vuelva con él? — cuestionó confundido

— Él... No solo te engaña con mi madre, también te engaña con varios omegas del pueblo — confesó — Las veces que mi padre venía a cenar a la casa, él y mi madre se iban a un hotel... Ya sabes a qué

JungKook se levantó de la silla y sin hablar salió de la casa de Daniel. Ignoró los gritos de jihyo y siguió caminando.

— ¿Como no puede darme antes? — cuestionó caminando hacia la iglesia

— Padre, necesito confesarme — dijo JungKook viendo cómo el padre prendía varias veladoras.

— JungKook, pensé que ya te habías ido del pueblo

— Mi padre murió

— Lo siento mucho... — dió unas palmaditas en la espalda de Jeon

— TaeHyung me engaña desde hace tiempo, quiero dejarlo pero no tengo a dónde ir

— JungKook, lo mejor para tu vida es alejarte de él. Sino tienes a dónde ir te puedes quedar conmigo

— Gracias padre, pero Jihyo me ofreció quedarme con ella pero...

— pero

— No quiero alejarme de TaeHyung a pesar de todo lo que me ha hecho... Yo lo amo — sollozo

— ¿Vale la pena sufrir tanto por ese amor? — cuestionó el padre

— Yo. No lo sé

— JungKook, si supieras todo lo que TaeHyung hace a tus espaldas estoy seguro que te irías de aquí... Lamentablemente no te las puedo decir. Se feliz lejos de él, lo mereces

— Pero somos predestinados...

— Los predestinados no siempre terminan juntos

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TaeHyung estaba esperando a JungKook según él llegaría en unas semanas, ya habían pasado dos y aún nada. Ni siquiera le respondía los mensajes, ¿Debería ir a buscarlo? Claramente no. No iba ir a buscarlo

— ¿Y si le pasó algo?

Se preocupo al pensar en que JungKook tal vez le pasó algo. Ya que dónde vivía el padre de JungKook era una zona peligrosa y más en la noche. En esos momentos se odiaba por no tener un lazo con el Omega con aroma a jazmines, pero tampoco podría arriesgar a marcarlo y que esté se enterará de sus infidelidades.

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