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Promesas XXV

Promesas

Naruto apretó los dientes. Quería aullar de furia, ver a otro hombre en la casa de su chica le hizo casi volverse loco. Quería romper la cara de Itachi, tal vez sacar algún diente para que esa sonrisa confiada se borrará de una vez. Pero se contuvo. Boruto era un buen motivo para mantenerse civilizado.

Él asintió a Itachi y se obligó a volver la mirada a Boruto que lo observaba con curiosidad.

-Viniste- dijo cuando lo miró con una sonrisa que borró todo su mal humor.

Naruto también sonrió.

-Si, vine. Y traje helado-, dijo levantando la bolsa.

Los ojos de Boruto se iluminaron, él abrió la boca para decir algo, pero Itachi interrumpió.

-Boruto no puede comer helado.

Naruto alzó una ceja y volvió su mirada lentamente hacía él. Se quedó en silencio, porque no diría algo educado para los oídos de su hijo.

-Si que puedo-, se quejó Boruto.

-Hinata...- empezó Itachi.

-¡Mamá me va a dejar!

Itachi se levantó del sofá y Naruto instintivamente apretó un poco más a su hijo en su costado.

-Ella dice que te cae mal, Boruto. Luego estarás con dolor de estómago.

Naruto miró a su hijo y tenía el labio inferior sobresaliendo con un puchero y los ojos se estaban llenando de lágrimas.

-Vamos a guardar el helado, campeón-, le dijo a Boruto-. Luego le preguntaremos a mamá-, aclaró mientras le daba una mirada furiosa a Itachi por casi hacer llorar a su hijo.

Itachi sólo lo observó antes de que él se moviera con Boruto a la puerta de la cocina. Su chico ya estaba algo grande para estar alzando, pero a Naruto no le importaba llevarlo, era su bebé después de todo. Boruto parecía cómodo una ves entraron a la cocina.

-Le odio-, murmuró cuando la puerta se cerró.

Naruto sonrió de manera disimulada.

-¿Y tu mamá?- preguntó mientras lo sentaba en la mesada y sacaba los rollos de canela.

-Se está cambiando para salir con Itachi.

Naruto se detuvo con la puerta del freezer de la heladera abierta, sus dedos se apretaron en la manija, hasta que sus nudillos se volvieron más pálidos. Guardó los dos kilos mientras apretaba los labios. Él había creído que lo que habían compartido la noche anterior había significado algo para Hinata, pero al parecer no era así. Mientras él había estado pensando en la forma de tener a su familia con él, ella había estado arreglando para salir con Itachi.

Cerró la puerta del freezer y luego guardo los rollos de canela. Un sentimiento parecido a traición creció en su pecho. ¿Ella estaba jugando con él? Porque Naruto no podía entenderla.

Respiró profundo antes de volverse con una sonrisa a Boruto, su hijo lo miraba fijamente.

-¿Qué pasa?- preguntó al verlo tan serio.

Boruto estaba por abrir la boca para contestar, pero Hinata lo llamo desde la sala. Naruto observó la puerta y luego volvió a su hijo.

-Vamos a ver a tu madre-, dijo mientras lo bajaba de la mesada.

Boruto no dijo nada, corrió a la puerta y la abrió. Naruto se quedó un segundo atrás, intentando tranquilizarse y no hacer una escena cuando viera a Hinata con Itachi. Recién salió cuando tenía controlado sus latidos. Su sonrisa era tranquila mientras salía de la cocina, intentaría no mostrar a Hinata como le lastimaba que ella prefiera salir con Itachi a estar con ellos.

Naruto se detuvo cuando la vió, su sonrisa vaciló. Hasta ahora, sólo la había visto con vestidos un poco entallados, pero la mayoría había sido ropa holgada. Pero verla en calzas ajustadas negras y una remera igualmente entallada, lo dejó casi sin respiración. Su mirada fue desde las zapatillas deportivas, subió por las piernas torneadas, muslos regordetes, quedándose unos segundos en el pequeño espacios que daba lugar al triángulo que estaba entre sus piernas. Sus anchas caderas estaban marcadas por la tela de algodón negra. Su cintura, una curva deliciosa que la hacía más hermosa y sus grandes pechos apretados bajo la tela. La remera no era escotada, era bastante cerrada, pero podía ver la forma de sus pechos por lo ajustada que estaba. Una vez que llegó a su rostro, notó que no tenía maquillaje y una gorra estaba sobre su cabeza.

Después de babear por unos minutos, se dió que cuenta que ella no estaba vestida para salir a comer o a una cita. Ella dejó de hablar con Boruto, como si sintiera su pesada mirada, levantó los ojos hacia él.

Naruto sonrió cuando vió que sus mejillas se sonrojaba un poco y sus ojos se volvían algo luminosos. Su niña siempre había hecho eso, más que nada después de su primera vez.

-Hola Naruto, no sabía que vendrías a esta hora- dijo ella dándole una mirada a Itachi y luego a él.

Naruto avanzó, sin importarle una mierda el otro hombre. Se detuvo frente a ella, quería tomarla y besarla con frenesí, para que Itachi supiera que era de él, que siempre había sido su chica. Pero se contuvo, estaba su hijo allí, y corrió su rostro sólo un poco para besar la mejilla.

-Hola-, murmuró cerca de ella-. ¿Sales?- preguntó con una sonrisa.

-Yo.. si-, dijo dando un paso hacía atrás-. Siempre salgo a hacer ejercicio los sábados con Itachi, a un parque cercano.

Naruto no mostró su alivio, él se había dado cuenta que no era una cita, pero de todos modos quería saber que iba a hacer con él. Sonrió y miró a Itachi sobre su hombro, él estaba con su celular parado, como si no le importara que estuviera tan cerca de Hinata. También notó que tenía ropa deportiva, estaba tan celoso que no lo había notado.

Él miró hacia su hijo antes de volver la mirada a Hinata.

-No sabía que lo hacías, o sino habría traído ropa de ejercicio- dijo levantando las manos y mostrando su vaquero y remera-. Pero podría llevar a Boruto al parque mientras tu ejercitas.

Hinata alzó las cejas, pero no llegó a contestar cuando Boruto saltó al lado de sus piernas.

-¡Si! ¡Parque! ¡Quiero ir al parque!- gritó emocionado.

Hinata bajó la mirada a su hijo la sonrisa creciendo en sus labios. Volvió los ojos a Naruto y asintió.

-Ve a prepararte Boruto, iremos al parque con mamá- dijo a su hijo.

Él no necesito que lo dijera dos veces, salió disparado al pasillo, llamando a su nana que vaya a saber a dónde estaba. Naruto volvió su mirada a Hinata, sus ojos llenándose de calor, quería tocarla y aprovechó que el niño no estaba cerca. Alargó la mano y le tocó los dedos, los suyos acariciaron sus nudillos y subieron con suavidad por su brazo, notando la piel de gallina en su piel. Sus ojos se clavaron en sus labios, está sería la prueba de si ella estaba en algo con Itachi y sólo lo estaba usando.

-¿Puedo darte un beso?- susurró dando un paso más cerca-. Sólo uno chiquito.

Hinata sonrió con algo de nostalgia.

-Tus besos nunca son chiquitos.

Naruto sintió como la temperatura de su cuerpo subía cuando ella levantó su mano libre para apretar el borde de su remera, sus dedos tirando un poco de la tela. Él llegó hasta la parte interna de su brazo, acariciando la piel suave y acercándose un poco, bajando el rostro al de ella. Su mirada clavada en sus labios, se detuvo cuando los sintió contra los suyos. Apenas pudo contenerse, sacó la lengua para pasarla por el labio inferior y se obligó a alejarse cuando ella abrió la boca. Si la probaba, no podría detenerse.

Se alejó y le sonrió al ver su rostro sonrojado y sus labios levemente abiertos, sus ojos cerrados. Parecía estar lista para hacer el amor e hizo su sangre rugir en sus oídos.

-¿Ya estás lista nena?- preguntó Itachi sacándolo de su bruma sensual.

Naruto apretó los dientes y se volvió, él seguía concentrado en su celular y sospechaba que ni siquiera se había percatado que él la había besado en los labios. Estaba por decirle que no le dijera de ese modo, cuando Boruto apareció saltando por el pasillo.

-¡Estoy listo!-, gritó con una pequeña mochila en la espalda y el kyubi nuevo bajo su brazo.

Continuará...

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