Promesas XIX
Promesas
Naruto sonrió cuando Boruto puso caras enojadas cuando Hinata le ordenó que fuera a cepillarse los dientes para dormir.
Tenten, Neji y él se quedaron a cenar junto con Hinata y Boruto. Naruto notó como Hinata casi no lo miraba, pero por lo menos no le lanzaba las miradas afiladas que le había dado antes. Se moría por saber en qué habían quedado su amiga y su chica, pero no podía preguntar hasta que Boruto se fuera a la cama.
El niño era un tornado, todo el tiempo hablando, haciendo preguntas muy inteligentes para su edad, o preguntas filosóficas que un poco lo metían en aprietos, ya que no sabía cómo responder.
Cómo por ejemplo la pregunta que le hizo cuando se levantó de la mesa.
-Naruto ¿Puedo hacerte una pregunta?
Él dejó la rebanada de pizza en el plato y le dió toda su atención.
-Si, pequeño. ¿Qué quieres saber?
-Si Dios creó todo ¿Quién lo creo a él?
Naruto abrió la boca y frunció el ceño mientras pensaba en una respuesta. Pero él, simplemente no sabía que decir. Su amiga salió al rescate.
-Dios siempre existió-, le explicó a su niño con voz paciente-. Él esta desde siempre y para siempre.
Boruto frunció el ceño y miró a Tenten.
-¿Quién nombró a Dios, Dios?- todos lo miraron confundidos-. ¿Por qué no se puso un nombre más normal? ¿Cómo Mario?
Naruto rió con todos en la mesa.
-Muy bien, curiosin. A dormir-, lo mando Hinata-. Vamos, vamos a lavarnos los dientes. Mañana hay que levantarse temprano.
Boruto se quejó y comenzó a caminar al pasillo, ya que estaban comiendo en la sala. Él se detuvo antes de entrar y los miró con una sonrisa.
-Espero que vuelvas pronto, Tenten.
Tenten sonrió, su ojos llenándose de amor maternal.
-Obvio que volveré. Me debes la revancha, pero sin trampas.
Boruto río.
-Yo no hice trampa.
Naruto sonrió al ver que volvía corriendo para tomar al peluche y salió corriendo de nuevo. Hinata también se levantó, con algunos platos. Tenten la detuvo, agarrando los platos por ella.
-Ve a acostarlo, yo me encargo de esto.
Naruto se tensó un poco al ver cómo ambas se quedaban mirando, no podía ver la expresión de Hinata, ya que le estaba dando la espalda. Pero ella terminó asintiendo.
-Gracias. En seguida vengo-, Hinata prácticamente corrió al pasillo sin darle una segunda mirada.
Los hombros de Naruto cayeron. No esperaba que ella saltará sobre él cuando se enterará que siempre la había esperando, pero tenía la esperanza de que ella lo trataría mejor. Aunque sea, que reconociera su existencia.
Naruto ayudó a sus amigos a levantar los cubiertos y platos que habían usado. Entró en la cocina atrás de Neji y él tomó los que él llevaba y comenzó a lavarlos sin dudar. Tenten se volvió a él y supo que le diría que había pasado.
-Ella estaba segura-, dijo sin necesidad de aclarar de lo que hablaba-. Pero le expliqué que era algo imposible. Ella me mostró en la posición que estábamos y lo que ella vió. Neji le explicó que dependiendo del punto de vista, ella podría haber confundido lo que pasaba.
Naruto miró la espalda de Neji, este se mantuvo lavando y como si no escuchará la conversación.
- Ella empezó a dudar después de ello. Hasta le conté los apodos que te ponía Suigetsu porque no querías ni siquiera tocar a otra mujer-. Naruto hizo una mueca mientras Tenten reía-. Ella está muy dolida Naruto, y tiene muchas inseguridades.
-¿Inseguridades?- preguntó confundido.
Tenten tenía una sonrisa amarga.
-Ella ya no tiene el cuerpo como la niña de 16 que se fue de aquí. No confía en los hombres, porque su padre la abandonó y pensaba que tu la engañaste todo este tiempo. Pero...-, ella dudo.
Naruto dió un paso hacía adelante, necesitando que le dijera todo.
- Sé que cambió, pero para mí sigue siendo mí niña y es perfecta. Termina lo que ibas a decir. ¿Pero qué?
- Creo que aún te ama-. La sonrisa de Naruto comenzó con lentitud a ser cada vez más y más grande-. Pero ve con cuidado.
-¿Que me aconsejas?- susurró acercándose.
Tenten sonrió.
-Ten paciencia. Habla con ella-, su amiga dió una mirada llena de amor profundo a su novio, que ahora estaba secando los platos mientras silbaba una canción que Naruto no reconocía-. Con el tiempo, ella se abriera a ti.
•
Naruto entró en la sala justo cuando Hinata salía del pasillo. Ella miró a toda la sala antes de clavar sus ojos de lunas llenas en él.
-¿Y los demás?- preguntó con algo de sorpresa.
-Neji tenía que levantarse temprano mañana. Se acaban de ir-, dijo dando un pequeño cabezazo a la dirección de la puerta.
Hinata se mojó los labios y junto las manos al frente de su cuerpo. Naruto reconoció los signos de nerviosismo.
-¿No tienes que irte ya?
Ella levantó la mirada cuando él no contestó. Naruto la observaba con una ceja alzada y sus mejillas se sonrojaron un poco. Él se moría por acercarse y besarla como cuando eran adolescentes, Hinata siempre le había parecido adorable cuando se sonrojaba. Dió un paso, pero se obligó a detenerse.
-Me iré-, le aseguró, ya que no quería echar a perder lo que había avanzado-. Pero ¿podríamos hablar unos minutos?
Hinata asintió y dió un paso al sofá, pero dudo de nuevo.
-¿Quiere... umm.. una taza de té?- se animó a preguntar.
-No, no quiero molestarte. Ambos debemos levantarnos temprano mañana-. Él le señaló el sofá con una mano y ella se movió para sentarse.
Él cojeo un poco y se sentó, sin poder ocultar la mueca. Cuando levantó la mirada, Hinata lo miraba algo preocupada. Pero lo oculto a penas se dió cuenta que él la estaba mirando. Sabía que ella se moría por preguntar, pero aún no se sentía cómoda con ello y él la respetaba. Saciaría su curiosidad.
-Me dieron un buen golpe en la pelea de hoy. No es nada-, le aseguró rápido al ver en su rostro la preocupación más marcada. Él sacó el sobre que aún tenía en el pantalón y se lo extendió.
Hinata frunció el ceño, pero no lo tomó.
-¿Qué es?-, preguntó en cambio.
- Tómalo-, le exigió él, acercándolo más a ella.
Hinata tardo unos minutos, pero lo tomó con más curiosidad que otra cosa. Cuando lo abrió, y apenas le dió una mirada, jadeó, lo cerró y lo puso en las piernas de Naruto.
-No necesito tu dinero-, dijo de manera tensa.
Naruto suspiró, suponía que ella sería orgullosa.
-Es su dinero. De Boruto y tuyo-, le aclaró poniendo el sobre en su regazo.
Hinata lo agarró y volvió a ponerlo en sus piernas sin decir nada.
-Hinata, acéptalo por favor-, pidió con suavidad extendiendo el sobre.
-¿Crees que puedes comprarme?- ella se levantó y él gruñó al imitarla.
-No, amor-, murmuró-. Ustedes lo necesitan más que yo-,una pequeña mentira, pero si ella lo aceptaba él se sentiría mejor-. No pude estar con ustedes desde el principio, por lo menos déjame ayudarlos de manera económica ahora.
Hinata miró al sobre que él seguía extendiendo hacía ella. Él notó su vacilación.
- Déjame ayudarlos-, murmuró-. Por favor.
-No lo necesito-, dijo ella mientras lo tomaba suavemente-. Es para Boruto.
Naruto asintió, a él no le importaba mucho en que lo usará. Tal vez no lo usaría, pero si tenía alguna emergencia, ella podría usar el dinero. Se imaginaba que los niños se enfermaban con regularidad y debía ser caro por más que tuviera una obra social.
-Gracias-, él le sonrió-. Ahora yo..-, él se detuvo haciendo una mueca cuando apoyó el pie del lado que le dolía. El dolor lo recorrió como si fuera una fuerte corriente, bajo por su pierna.
Hinata dió un paso hacía adelante, dejó el sobre sobre la mesa de luz y lo miró algo enojada aún.
- Déjame ver eso-, le exigió.
Naruto ocultó su sonrisa mientras levantaba la remera lentamente. No le importaba en lo más mínimo mostrarle su cuerpo a Hinata, en todo caso estaba ansioso para mostrarle cuánto había cambiado. Él recordaba que ella siempre lo había visto con ojos lujuriosos cada vez que se sacaba su ropa de la parte de arriba.
Cuando volvió a verla, en ves de pasión, vió profunda preocupación. Él retuvo la respiración cuando sus dedos subieron lentamente y nadaron por arriba de su piel violácea.
-Se ve doloroso-, murmuró ella con el ceño fruncido.
Naruto sonrió con nostalgia.
-Lo es..- dijo mientras dejaba caer la remera, la mano de Hinata no lo había tocado. Ella parecía querer decir algo, pero él fue contra todos sus instintos que le decían que se quedará cayado-. Ahora debo irme. ¿Mañana vas a la oficina?
Hinata pareció recuperar la compostura y asintió. Ella no dijo nada mientras lo acompañaba a la puerta de la casa. Naruto salió y se volvió cuando ella estaba por cerrar la puerta.
-Nos vemos mañana-, ella volvió a asentir-. Cierra bien la puerta, y las ventanas.
Hinata lo miró fijamente por unos segundos y luego bajó la mirada al suelo.
-Nos vemos, Naruto-, lo saludó para cerrar la puerta.
Naruto se volvió y sonrió. No se había perdido la forma en que sus mejillas se habían sonrojado de nuevo y había sonreído.
Continuará...
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