Promesas IX
Promesas
-Soy Hinata Hyūga, la secretaria de Itachi Uchiha y llamaba...
-Hinata, por favor..-, él le interrumpió con un susurro, mientras sentía que su corazón se despertaba de su aletargado estado, para volver al dolor.
- Sólo estoy hablando contigo por trabajo, Namikaze. Y te agradecería que me llamaras por mí apellido-, le contestó con voz tensa.
Naruto tragó con fuerza y decidió seguirle el juego, tal vez podría sacar más información para saber porque ella estaba tan enojada con él.
-Bien-, suspiró-. Haría cualquier cosa por ti-, a pocas penas pudo evitar decir "amor".
Él escuchó el silencio del otro lado, y luego un suspiro casi contenido. Naruto supo que a Hinata le afectaba escuchar su voz.
- Trabajará tres días a la semana de su preferencia. ¿Qué días tiene disponible?-, volvió a su timbre distante.
-¿Cuál son los horarios, señorita Hyūga?- preguntó con voz profunda, queriendo escucharla hablar por toda la eternidad.
-Dos días trabajará en el turno de la mañana, de 8 am, hasta las 13 hs, con media hora para su almuerzo. Otro día trabajará en el turno de la tarde, desde las 13 hs hasta las 18 pm. Con su respectivo horario de almuerzo apenas ingrese. ¿Son aceptables Namikaze?
Naruto miró su reloj, notando que eran las 20 hs, ¿por qué ella lo llamaba fuera del horario de la oficina? Su mandíbula se apretó al pensar que ella seguía allí con Itachi.
-Lunes, jueves y viernes-, gruñó sin poder evitar el enojo. Él escuchó ruido de papeles y no pudo contenerse de preguntar:-¿Sigues en la oficina?
-Si-, ella respondió tan rápido, que se dió cuenta que si lo hubiera pensado no le habría contestado.
-¿No es muy tarde para que sigas en la oficina? ¿Estás estudiando Hinata?
-Eso a usted no le importa-, su voz tensa y a la defensiva.
-Te equivocas, Hinata-, le aclaró-. Todo lo que te pase a ti me importa. Mucho.
El silencio se propagó en la línea.
-¿De verdad, Naruto?-, preguntó con voz enojada, diciendo su nombre como si fuera un insulto-. Hace cinco años que no sabes nada de mí..
-Seis-, gruñó.
-¿Qué?- preguntó confundida.
-Hace seis años que nos separamos. Fue para mí cumpleaños ¿recuerdas?
Ella se quedó en silencio, y luego suspiró, siguió con voz derrotada.
-Es pasado, Naruto..
-No-, interrumpió firme-. Es mí presente, Hinata. Siempre fuiste y serás mí presente. ¿Recuerdas que me hiciste prometerme que te esperaría?- le dijo suavemente con una sonrisa-. Te sigo esperando, amor- murmuró.
Hinata volvió a quedarse en silencio y él le habría gustado abrazarla y sentirla con su cuerpo.
-No he mirado a nadie-, siguió hablando en voz baja-, no he dejado que nadie me bese. Eres mí chica. Yo...
-Mentiroso-, lo interrumpió con voz quebrada.
-¿Hinata?-. Él maldijo cuando la llamada fue cortada y no había quedado guardado el número de remitente.
•
•
Naruto corrió por los pasillos de la universidad. Se había quedado dormido ya que hacía cuatro días que había encontrado a Hinata y su sueño consistía en pesadillas de ella dejándolo cuando estaban a punto de hacer el amor. A veces se despertaba con lágrimas en los ojos, otras con la polla dura. Pero en resumen, no podía dormir.
Abrió la puerta y se detuvo de golpe al ver al profesor Orochimaru mirándolo con los brazos cruzados y una ceja alzada.
-Lo siento-, dijo acomodando su mochila en su hombro.
Orochimaru miró a su reloj de pulsera y frunció el ceño, en ningún momento se levantó de la esquina del escritorio donde estaba sentado.
-La clase ha empezado hace quince minutos, Namikaze.
Naruto hizo una mueca.
-Si, lo sé. Lo siento-, dijo mientras daba unos pasos para ir a su asiento.
-¡Alto!- le mandó y él se detuvo mirándolo-. Afuera-, dijo apuntando con su dedo huesudo a la puerta-. Si no puede llegar a tiempo a la clase, no tiene interés para escucharla.
-Eso no es ...
-Afuera, dije Namikaze-, lo cortó.
Naruto frunció el ceño y terminó asintiendo. Se volvió y salió pisando fuerte, enojado con él mismo por dejar que la situación con Hinata le afectará de esa forma. No sólo no podía dormir, aún le dolían las costillas por la paliza que le habían dado Utakata y Yamato en el entrenamiento.
Su vida estaba llendo en picada.
Él se movió para ir a su locker y guardas los libros, lo peor de todo es que tenía sólo la clase de Orochimaru los viernes.
Había esperado que Hinata le llamará una vez más, pero le llamó el hombre que le hizo firmar el contrato en recursos humanos para terminar de arreglar los asuntos pendientes para que el lunes comenzará a trabajar.
Sólo había llegado a una conclusión con Hinata: alguien tendría que haberle dicho algo de él, una mentira. Porque ella lo llamó mentiroso y él jamás le había mentido. El asunto era ¿Quién?
Lo peor, el domingo tenía la pelea con Sora y sabía que perdería. Él estaba demasiado distraído... a menos que hiciera algo para cambiarlo.
Decidió lo que iba a hacer cuando cerró el locker.
Esa tarde esperaría a Hinata fuera de las oficinas, la seguiría a la casa y le pediría que le explique todo. Que le diga quién le había mentido. Que le muestres las pruebas si es que tenía alguna. Ella tendría que enfrentarlo, tendría que decirle todo.
Miró su celular y suspiró al ver la hora. Era demasiado temprano y no tenía muchas cosas para hacer. Iría a la casa, intentaría dormir, haría un poco de ejercicio y luego la esperaría.
Esa noche sabría qué estaba mal.
Continuará...
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