
Promesas II
Promesas
-¡No bebis! ¡No!
Naruto suspiró cuando los gritos enojados de Tenten lo recibieron al pasar por la puerta. Se sacó las zapatillas y la remera húmeda mientras entraba con las compras. La casa siempre era un caos cuando varios de los chicos estaban y Tenten también. Él había tenido la esperanza de que no estuvieran despiertos aún.
-¡Asta! ¡No!- gritó Sasori
-¡Pásala!- gritó por encima Gaara.
Naruto vió con escepticismo desde la puerta de la cocina como Jūgo tiraba una bolsa de regalo a Gaara mientras Tenten había querido sacárselo. Sasori también quería sacarle el regalo a Gaara y este se movió con rapidez, corriendo por el costado de la mesada central en dirección contraria a Tenten.
-¡Dame eso, maldita sea!- gritó enojada Tenten-.¡Lo rompes y te mato!
Naruto dejó la bolsa en el suelo y se cruzó de brazos, ninguno había notado su presencia. Mientras su amiga había estado concentrada en Gaara, Jūgo se había movido un poco más y alzó sus grandes manos hacia arriba. El pelirrojo notó la señal y lo lanzó por arriba de las manos de Tenten y Sasori. El gigante del grupo atrapó el regalo y corrió con una risa hacía él, pero todos se detuvieron de golpe cuando lo vieron en la puerta.
-¿Se puede saber qué carajo están haciendo?- preguntó lentamente Naruto.
Jūgo, que se había quedado congelado, no pudo reaccionar cuando Tenten se adelantó y le arrebató la bolsa.
-¡Feliz cumpleaños cariñito!- gritó ella con una enorme sonrisa y llegando a él con unos poco pasos y abrazándolo con fuerza.
Naruto se quedó congelado, y no pudo devolverlo cuando Tenten se separó de él rápidamente.
-Puff, hueles fuerte-, se quejó-. Ve a bañarte, apestosin.
Naruto al fin frunció el ceño y miró a las manos de su mejor amiga.
-¿Hoy es mí cumpleaños?- preguntó confundido.
-Me debes 100, mole. Te dije que no se iba a acordar-, se rió Gaara mientras se acercaba, pero fue más inteligente que Tenten y sólo le dió un puño en el hombro-. Si, Naruto. Hoy es tu cumpleaños.
Él parpadeó, se le había pasado completamente.
-No... No me dí cuenta- dijo algo confundido aceptando el regalo que le daba Tenten.
Observó a Jūgo, con sus enormes brazos cruzados lo miraba con una leve sonrisa.
-Feliz cumpleaños- dijo secamente.
Naruto sonrió, sabía que a la mole de su amigo le costaba ser más demostrativo. Él abrió los brazos y dió un paso hacía él.
-¿Y mí abrazo?- bromeó.
- Aléjate-, gruñó cubriéndose la nariz con la mano y dando un paso hacía atrás.
Gaara y Tenten rieron. Naruto desvío su mirada a Sasori y este empezó a mover sus manos.
"Espero que todos tus deseos sean cumplidos, amigo. Feliz cumpleaños."
Naruto sonrió más ampliamente.
'Gracias. Te quiero hermano'
Sasori sonrió mientras le hacía seña de amor fraternal.
-Oww. Yo también los quiero-, dijo Tenten compartiendo la seña y sonriendo.
'Y yo' se unieron Jūgo y Gaara.
-¡Muy bien!-, aplaudió Tenten y lo miró con una sonrisa-. Ahora ve a bañarte que de verdad apestas-, le regaño aunque con suavidad. Por fin su mirada bajo a la bolsa que se había quedado en el suelo-. Oh, gracias. Hiciste las compras-, dijo mientras se agachaba para agarrar la bolsa, pero Jūgo se la sacó antes de que hiciera más de dos pasos.
-Esto está pesado-, murmuró mientras lo llevaba a la mesada central.
-Gracias bebis-, dijo amorosa y los cuatro se movieron a ver lo que había traído.
Naruto bajó la mirada a la bolsa de regalo y su sonrisa se fue borrando de a poco.
Hacía seis años que no sabía nada de Hinata, por eso ya no le importaba esa fecha. Hacía siete que habían tenido su primera vez, su incómoda y rápida primera vez, pero también especial e inolvidable.
Él suspiró lleno de recuerdos, dulces y amargos corriendo por su memoria y se movió con lentitud al baño. Aún tenía dos horas para ir a la empresa donde empezaría sus horas de practicante en una empresa de contabilidad. El consejero Iruka le había conseguido una excelente entrevista con una empresa de poder mundial y no quería desaprovechar la oportunidad. Él sabía que era bueno con el King boxing, pero no podía vivir de eso para siempre. Además que le había prometido a Hinata que sería un hombre con todas letras cuando ella volviera.
No podía fallarle.
•
Naruto observó el enorme edificio que era la empresa donde quería trabajar ese año para recibirse.
Cómo antes de meterse en la jaula, su corazón comenzó a golpear en su pecho, su sangre corriendo con adrenalina. Limpió sus manos sudorosas sobre su pantalón de vestir y entró al edificio de muchísimos pisos. Pensó que sería un excelente ejercicio subir y bajar esas escaleras algún vez. Se acercó, sin mostrar el nerviosismo a la recepcionista y con una sonrisa amistosa preguntó por la oficina de Itachi. El hombre tenía que hacerle una entrevista, pero sólo era un trámite, ya que Iruka le había asegurado que tenía el trabajo ya que Itachi le debía un favor.
La amable y casi anciana, le indicó el piso 34 y Naruto se acercó al ascensor. Observó con curiosidad que tenía 60 pisos y se imaginó corriendo por las escaleras, en vez de escuchar la música irritante y suave. A pesar de que estaba puesta para relajar, su corazón comenzó a golpear más fuerte, sin saber por qué estaba tan nervioso.
El ascensor al fin llegó al piso donde tenía que bajar y salió casi disparando del lugar. Se detuvo de golpe al ver qué no era una oficina, si no que muchos paneles separaban pequeñas oficinas. Él se acercó a otra recepcionista que parecía ser del piso. Esta era más joven, no mucho más grande que él y se tensó un poco al ver qué lo miraba de arriba a abajo, con obvia lujuria. Intentó sonreír, no tenía que ser frío con una posible compañera.
-Buenos días-, saludo cuando se detuvo-. Estaba buscando la oficina del señor Uchiha.
La mujer sonrió, mostrando dientes blancos súper brillosos. Naruto sintió que si le diera una luz, lo dejaría ciego con el reflejo.
-Claro, cariño. ¿Eres Namikaze?-, Naruto asintió cuando ella levantó la mirada de una libreta. Al parecer lo tenía anotado allí-. Sígueme-, le pidió con amabilidad mientras salía detrás del escritorio.
Naruto la siguió, mirando a los paneles grises y a distintos trabajadores que ni siquiera levantaron la mirada cuando ellos pasaron. Por suerte la chica no intentó hablar con él mientras lo guiaba y se detuvo en una puerta color caoba y sonrió cuando volvió.
- Él te está esperando-, dijo cuando le abrió la puerta.
Naruto se relajó y le sonrió más ampliamente a la chica.
-Gracias.
Dió unos pasos adentro de la oficina. Lo primero que notó fue lo amplía que era, enorme en realidad a comparación de los pequeños cubículos que formaban los paneles del otro lado.
- Siéntate Naruto.
Él escuchó la voz, pero la silla estaba daba vuelta hacia un enorme ventanal que mostraba la ciudad de abajo. Naruto no dudó y caminó hasta sentarse en uno de los enormes sillones que estaban frente al escritorio del hombre. Cuando lo hizo, la silla al fin se dió vuelta mostrando a un hombro de tal vez unos treinta años. Itachi le sonrió, pero tenía una expresión cansada en el rostro mientras agarraba unos papeles del escritorio.
-¿Estás por recibirte, Naruto?- preguntó.
-Si, señor Uchiha-, respondió sin titubear.
Itachi asintió, pero no dijo nada más. Naruto lo observó un poco más. Notando ojeras bajo sus ojos oscuros, parecía cansado y un tanto aburrido. Él también notó un cenicero con tres colillas en una de las esquinas de su escritorio y una fotografía, aunque no llegó a verla ya que Itachi levantó la mirada.
-Iruka me ha dicho que eras su mejor alumno, lo veo por tus notas. Eres bueno con los cálculos-, Naruto asintió, aunque no había sido una pregunta-. Muy bien, ¿Qué te dijo el consejero de la universidad?
- Me recomendó que aceptará los horarios que estuviera dispuesto a darme, mientras no interfiera con las materias que me faltan.
Itachi asintió con una sonrisa.
-Muy bien. ¿Cuántos meses te quedan?
-Un cuatrimestre.
- Excelente ¿Qué te parece, cuatro días a la semana?
Naruto dudo.
-¿Podrían ser tres?- quiso saber.
Itachi lo pensó por unos segundos y luego asintió.
-Pero serán cinco horas en vez de tres ¿Que te parece?
Naruto sonrió, sin poder creer que hubiera sido tan fácil.
-¿Cuando quiere que empiece?
-Esa es la actitud que me gusta-, lo halago con una sonrisa mientras se movía para escribir algo en la computadora con rapidez-. Le envié tu información a mí secretaría y ella te llamará más tarde para darte los horarios y lo que te encargarás. Pero primero necesito que pases por recursos humanos y firmes el contrato para práctica que ya he preparado para ti.
Naruto se levantó y estiró la mano para estrecharsela.
-Gracias señor Uchiha. Es un honor trabajar para la empresa.
-Es nuestro que estés aquí, Naruto-, dijo dándole un fuerte apretón que él devolvió.
Salió y pidió a la misma chica si podía decirle dónde estaba la oficina de recursos humanos. Cómo estaba en el siguiente piso, Naruto no tomo el ascensor, si no que fue por las escaleras. Estaba llegando al descanso de las escaleras cuando levantó la vista al escuchar que una carpeta se caía al suelo.
Sus ojos se agrandaron con asombro y su pie quedó a medio camino de apoyarse en un escalón mientras miraba sin poder creer quién estaba allí.
-Hinata...
Continuará...
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