=Destino traicionero =

-¡¿No te había dicho que te fueras?!-Gritó enojado un peliceleste.

-Varias veces...-La pelinegra sonrió inocente, se encontraba sentada a un costado del chico, mientras dejaba su libreta de un lado.

-Tsk...-El chico solo se dispuso a hacer otro lanzamiento.

La chica lo observó con atención.

-Tú bey es increible Lui...-Menciono Aiko levantandose de su lugar y viendo la rotación del bey del nombrado.

-¡¿Ah?!

El bey del chico dejo de girar, quedando en aquella arena. La chica se acercó y lo tomó con delicadeza, veía cada detalle del bey y lo observaba con exactitud. Pero fue arrebatado por el chico.

-¿Qué crees que estás haciendo?-Dijo el chico en un tono enojado.

La chica solo lo ignoró y se fue a sentar, escribiendo algunas cosas sobre el bey del chico en su libreta, algo que sacó de quicio al peliceleste.

"Y de un momento a otro, cuando menos te lo esperas, siempre llega una persona inesperada que te cambia la vida como por arte de magia."

La pelinegra como siempre, se encontraba sentada en el verde pasto observando como el chico peliceleste entrenaba. El chico ya ni se molestaba en decirle algo, ya se le hacia costumbre cada vez más ver a aquella chica.

La chica miraba con asombro al bey de aquel chico que giraba con rápidez sobre aquella arena.

-Wow, es increible...-Dijo la chica.

El chico no dijo nada y solo se dispuso a mirar a su bey.

-Pero creo que deberías lanzar un poco más inclinado, para que tu bey caiga con más fuerza en la arena.-Sus ojos esmeralda conectaron con aquella mirada amatista. Lo miró por unos segundos, el chico solo desvió la mirada, para recoger su bey de la arena ya que este había dejado de girar.

La chica observó sus movimientos, el chico tomó su bey y lo colocó en su lanzador dispuesto a hacer otro lanzamiento un poco más inclinado. La chica se sorprendió un poco, ya que no creyó que le haría caso.

El chico tiró de su lanzador, su bey cayó a la arena tomando velocidad al instante. Esto sorprendió un poco a Lui, pero no lo demostró.

Aiko miró su reloj de mano, asustada se levantó rápidamente, ya que tenia que irse.

-Me tengo que ir, nos vemos.-La jovén se despidió con su mano, antes de perderse completamente de la vista del peliceleste.

El jovén sólo la miró irse con su ceño levemente fruncido. Sin embargo algo llamó su atención. Un pequeño brillo resplandecía en aquel verde pasto, donde anteriormente estaba sentada la chica.

                          
                            🌸[...]🌸

Aiko entró a su habitación con pesadez, dirigiendose a su cama lentamente hasta caer cansada boca abajo.

Unos golpes en la puerta hicieron que la ojí-esmeralda rodáse hasta quedar boca arriba, se sentó y suspiró.

-Pase...

-Hola.-Dijo entrando a la habitación aquel chico de cabellos rubios y mechón rojo.

-¿Qué pasa?-Preguntó la chica.

-¿Haz estado saliendo?-Aquella pregunta hizo que la jovén desviara la mirada.

-Mmm.

-Me lo dijo Cristina, a estado preocupada por ti.-El chico mintió.

Para ser sinceros el chico estaba un poco preocupado por su hermana desde lo que le dijo el doctor.

"El tratamiento al parecer no está funcionando"

Y sinceramente no le gustaba que su hermana estuviera yendóse todas las tardes al bosque para ver a Lui. Si, lo sabía. No era como si le gustará que su hermana se llevara con su mayor rival.

-Sabés que tu enfermedad es grave y tienes que cuidarte. Aparte que no has tomado tus pastillas como se debe.-La chica lo miró con seriedad.

-Si, sé que debo cuidarme, pero tampoco quiero estar todo el día encerrada sin hacer nada, viendo como todos están félices, disfrutando que no tienen ningúna enfermedad con que cargar...-Y eso era lo que Aiko solía ver por su ventana.

-Aiko...-El chico trató de poner una mano en su hombro pero la jovén no se lo permitió.

-A veces pienso que no me voy a liberar de está enfermedad... quiero hacer lo que me gusta y no estar encadenada a este destino...-La chica bajó la mirada.

-Eso no va a pasar, tú te vas a curar...

-¿Y porqué siento que no?.-La chica se levantó y salió de la habitación dejando solo al chico. El chico suspiró.

-¿Qué haría papá en este momento?.-Se preguntó el chico a sí mismo.

                           🌸[...]🌸

-¿Qué haría mamá en este momento?.-Se preguntó para si misma la chica.

Caminaba por el bosque sintiendo la suave brisa en su cara, ya era un poco tarde pero estar en el bosque le daba tranquilidad. Estaba algo nerviosa, tocó su cuello esperando tocar su preciado collar, aquel collar hacía que se sintiera tranquila, y por alguna razón sentía como si su madre estuviera con ella, pero para su sorpresa no estaba.

Ya era un poco tarde pero aún podía ver. Tocaba con sus manos aquel pasto, con la esperanza de que su collar se hubiera caído allí.

-No está...-Dijo desanimada casi en susurro.

-Oye.-Una voz a sus espaldas hizo que se voltéara algo sorprendida.

-¿Eh?-Se sorprendió mucho al ver al chico peliceleste.

-Esto es tuyo ¿no?-Lui sacó de su bolsillo algo, de inmediato se lo lanzó a la chica para que lo atrapará.

La chica lo atrapó y al instante supo lo que era, su amado collar. La chica esta más que felíz.

El jovén dió media vuelta dispuesto a irse.

-¡Espera!-El chico se detuvo mirándola sobre su hombro.

Sus ojos conectaron al instante.

-Gracias...-Fue lo último que dijo la chica antes de que aquel chico siguiera su camino.