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Capítulo 18: Nuevas Promesas

Seokjin se reía de sí mismo. Por estar tan enamorado. Porque ahora mismo no había podido evitar sonreírle bobamente a su novio. Es que su JK lo desarmaba por completo. Siempre habían sido un poco bruscos para relacionarse, especialmente entre los descansos de grabaciones o ensayos. Cuando se aburrían, comenzaban a pelear o simular golpes de boxeo. Y ahora no había sido la excepción. Simplemente Jungkook estaba a su lado, mientras esperaban al fotógrafo y director, saltando y dando vueltas, cuando sin querer lo golpeó.

—¡Jungkook-ah, me golpeaste! —. Le reclamó de inmediato, al sentir el pequeño golpe en su brazo. El aludido se detuvo y lo miró, riéndose, porque su novio era un exagerado, él apenas lo había tocado. Aun así, Jin lo miró con los brazos cruzados y un puchero adorable. Jungkook le sostuvo la mirada por un rato y luego ya no aguantó más, tomó su barbilla, se acercó y besó sus fruncidos labios.

—¡Apenas te toqué Jan!, no te hagas la víctima conmigo—. Le dijo luego de besarlo, pero Jin ya no estaba escuchando. Porque se dio cuenta, que hace semana atrás, Jungkook hubiese seguido golpeándolo o incluso se hubiera alejado de él. En cambio, ahora, lo había llamado con uno de esos sobrenombres extraños que le gustaba usar y simplemente lo había besado. Y eso lo tenía en las nubes.

Jimin ahogó una risa, al mirar la cara de su hyung. La forma como miraba al menor era adorablemente cursi.

—Necesito urgente un novio o novia que me mire como Jin-hyung mira a Jungkook—reclamó en voz alta y todos rieron al mirar al aludido, quien, por supuesto tenía cara de estar perdidamente enamorado, pero además sus orejas ardían.

Habían pasado dos semanas desde que les habían contado la verdad a los miembros y también dos semanas y algunos días desde que eran oficialmente "novios". Caminaban tomados de la mano por todo el edificio de Hybe, se acurrucaban en cualquier rincón cuando les tocaba grabar juntos y por, sobre todo, se besaban. Mucho, era como si estuvieran intentando recuperar todos los besos perdidos en tantos años de haber estado cada uno por su cuenta.

Hacía una semana atrás, habían pedido una cita con Bang Si-Hyuk para contarle las "buenas nuevas". El productor en realidad se sorprendió al saber que recién comenzaban una relación, pues el sospechaba de hace mucho que ellos tenían una en secreto. Les agradeció la confianza y les aseguró que la empresa no se inmiscuiría. Sólo les pidió ser discretos frente a las cámaras y los sitios que visitaran juntos. Naturalmente, esas palabras no fueron tan sinceras, pues dos días después pudieron notar como el staff constantemente los regañaba por "jugar tanto". Pero si bien eso les provocaba un poco de tensión, podían vivir así.

—¡Dejen de mirarme así! Sigo siendo su hyung. Todo esto es culpa de JK—replicó Seokjin, cuando al fin pudo sacar el habla.

—¿Por qué es mi culpa? Todo lo que hice fue besarte, cariño...

—¡Y fue maravilloso—! Seokjin besó a Jungkook una vez más y ahora fue el rostro del menor el que se iluminó de un rojo furioso.

—¡Esto es insoportablemente cursi!, voy a renunciar! —reclamó Yoongi—. Estos dos necesitan irse de luna de miel para que les baje la cursilería y las feromonas.

Todos volvieron a reír, mientras Jin y Jungkook empezaban una nueva ronda de besos, que fue interrumpida por el carraspeo de uno de sus manager que les indicó que comenzaría la grabación.

Horas más tarde, Jungkook se preparaba nervioso en su departamento. Mientras se maquillaba, pensaba en las decisiones que había tomado en los últimos días. Irse a vivir a su casa en Itaewon, para que Bam pudiera tener un espacio donde correr, y así no seguir abusando de su familia, que lo cuidaría hasta que regresaran de su viaje a Estados Unidos.

También había decidido pedirle a Seokjin que vivieran juntos. Sabía que este último punto sería un poco difícil, porque Jin pensaría en todos los problemas que eso podría causar. Sin embargo, sus familias y la agencia ya sabían que estaban juntos y nadie había mostrado oposición. Es cierto, para el mundo, seguían siendo los "queridos hermanos" "el maknae y el matnae" y aunque esas ideas le producían un poco de repugnancia, tenía que aceptar que no tenían más alternativa.

Ahora mismo, se preparaba para su "primera actuación oficial" como novio de Seokjin. Irían a la casa de su hermano, para felicitarlo por el embarazo de Ahreum, su bella esposa. Estarían también los padres de Jin y eso lo ponía realmente de nervios.

Mientras tenía todos estos pensamientos, la puerta de su departamento se abrió y su corazón dio un vuelco, cuando sintió los brazos de Jin rodeando su cintura y su boca sobre su cuello.

—¿Cómo está mi precioso Jungkookie?, ¿me extrañaste?, porque yo si lo hice—. Jungkook miró el espejo y su sonrisa fue inmensa. Era lindo verse así y a pesar que ya había pasado varios días, todavía no creía que al fin él y Seokjin eran novios. Se sentía tan enamorado y perdido en sus brazos que le daba miedo. A veces, pensaba que despertaría y que estaría donde estaban hace meses atrás, separados por culpa de Jun- Ho. Sabía que era absurdo tener esa clase de pensamientos y que ahora debía disfrutar la felicidad de tener a Jin, pero a Jungkook le había costado tanto tenerlo...

—Estoy nervioso, pero feliz—puso sus manos sobre las de Jin que reposaban en su estómago y apoyó su cabeza sobre su pecho y cerró sus ojos. Se sentía perfecto en su lugar seguro, con el hombre que amaba.

—No tendrías que estarlo. Kook..., ellos te conocen desde que tienes quince años. Te aman, mamá estaba muy contenta cuando le dije que al fin eras mi novio. Insistió en que te llevara hoy, hyung también. Quieren verte, eres parte de mi familia y ellos así lo sienten.

Jungkook sonrió. Probablemente muy dentro de su corazón lo sabía. Los Kim lo habían acogido en sus primeros años, con sus crisis infantiles, cuando extrañaba a su madre a tal punto que lo que más quería era dejar todo y volver a Busan. Sabían también de su orientación sexual, pero ahora, sentía que todo era distinto. Era con su hijo con quien estaba y si bien era millonario y famoso, le preocupaba no tener el estatus social y educacional que sí había tenido por ejemplo, Jun-Ho. La única pareja que los padres de Seokjin habían conocido.

—Lo siento. Es sólo que...no tengo un título universitario..., no vengo de una familia...

—Detente ahí Jeon Jungkook—. Seokjin que todavía lo tenía tomado desde atrás, le dio vuelta y puso las manos en sus hombros, mirándolo con todo el amor que sentía por él—. A mí no me importa eso, a ellos no les importa...—Jungkook bajó la vista todavía mordiéndose el labio—
¡Mírame! Eres el vocalista principal de la banda más grande del mundo, el artista más talentoso que conozco, cantas, bailas, rapeas y compones. Eres un dibujante excepcional, pero por sobre todo..., esto de aquí— apuntó a su corazón—es lo más lindo que tienes. Eres un chico maravilloso, cariñoso, amable...Kookie...eres perfecto para mí. Todo lo que he querido en mi vida. Te amo por miles de razones más y mi familia también lo hace. No vuelvas a tener esa clase de pensamiento jamás.

Jungkook se volcó a los brazos de Jin. Era tan lindo y dulce que se sentía irreal. Estas semanas se habían sentido como un pequeño sueño. Los besos, el sexo, la forma como Seokjin cuidaba de él, como lo mimaba.

—Quiero que termines de ponerte bonito, aunque para mí, siempre lo has sido..., y JK nunca más digas tonterías como estas..., ¿está bien? — besó sus labios en forma suave, pero Jungkook se aferró al beso y pronto la suavidad dio paso a la pasión, con Jin presionando el cuerpo de Kook al suyo, metiendo su lengua, besándolo y chupando sus labios hasta saciarse un poco de esas ganas que siempre tenía...—Te voy a dejar ahora e iré a la sala, o terminaremos en la cama y mi hyung me matará por llegar tarde.

Jungkook asintió y se dio vuelta al espejo para terminar de arreglarse y volver a maquillar su boca que había quedado hinchada con los besos recientes. Quince minutos más tarde, bajaba en el ascensor acurrucado en el pecho de Jin. Era tan buena la sensación, tan agradable que todas sus tontas preocupaciones desaparecieron.

Y efectivamente la familia de Jin lo recibió feliz. Hubo felicitaciones y palabras de cariño. Seokjung incluso bromeó con su hermano menor, por lo lento que había sido en declararle su amor a Jungkook.

Más tarde, Ahreum, la cuñada de Jin se acercó a Jungkook que se había separado del grupo para contestar una llamada de su madre.

—Jungkook-ah no tienes que preocuparte. Todos esperábamos este momento. Seokjin-ah te ama mucho, siempre lo ha hecho. Y te puedo asegurar que tanto sus padres como Seokjung te adoran. No es fácil para una familia tradicional aceptar un hijo homosexual, pero los Kim aprendieron que su hijo es mucho más que eso. Están orgullosos de Seokjin-ah y también están orgullosos de ti. Te consideran parte de esta familia.

JK miró a Ahreum con un estremecimiento. Cuando conoció a Seokjin, ella ya era novia de su hermano y siempre lo trató con cariño y consideración. La quería y respetaba y más ahora que estaba esperando un hijo. Por eso, sus palabras lo conmovieron profundamente. Sabía que no eran inventos de ella o habladurías. Probablemente los propios padres de Seokjin se lo habían dicho.

—Fue su madre quien me dijo todo esto, Jungkook-ah. Sólo relájate y disfruta este momento. El amor que ustedes dos tienen es muy bonito. Y no es diferente al que Seokjung y yo tenemos. No cambia porque ambos sean hombres.

—Desearía que todos pensaran como usted noona—respondió Jungkook, emocionado por todo que le había dicho.

—Nuestro país en algún momento va a despertar. Tal vez sea hora que alguien se atreva a mostrarse. Sé que para ustedes es difícil, por todo el peso que hay detrás del nombre de BTS. Pero no te reprimas Jungkook- ah, no al menos delante de nosotros.

En ese momento Seokjin llegó a su lado, lo abrazó y depositó un beso en su cabeza. Se sintió tan bien, estar rodeados de aquellas personas que los amaban y aceptaban y que además podían ver que el amor entre ellos era real, tan real como el de cualquier otra pareja. Tal vez más adelante, ellos podrían contarles a ARMY y al resto del mundo de esto.

Sabía que ahora no era el momento, pero tal como había dicho Jin, no iban a estar ocultándose todo el tiempo. Ellos debían vivir en libertad.

—¿Está todo bien? —preguntó Seokjin, al verlo un poco conmovido.

—Todo está bien, no te preocupes. Te amo mucho—Seokjin pudo ver esa mirada que tantas veces había visto en JK, en conciertos, en presentaciones, cuando comían. Una mirada que decía muchas cosas, y que antes no había sabido leer. Ahora esos ojos le gritaban cuanto amor había para él. Y se llenó de felicidad. Saberse tan amado por Jungkook, realmente le conmovía y emocionaba. Tanto que a veces se sentía culpable por no haberlo reconocido antes, por no haber disfrutado antes de este amor.

Jungkook era su luz y en muchos aspectos un pequeño motor que le daba vida y alegría. Le gustaba la forma como habían encajado en su relación, antes de amistad ahora amorosa. No es que hubiera cambiado mucho. Tal vez en JK se notaba un poco más, pues si antes era demandante ahora lo era más. Le gustaba tener su atención sobre él y que lo mimara constantemente. Pero Seokjin no se quejaba. Al contrario, le gustaba ser el centro de atención de su Kook. Era agradable tenerlo en su cama, no sólo para tener sexo, sino también para acariciar su cabello, besar su frente o sus labios y sentir como se dormía sobre su pecho. Sí, habían en pocas semanas creado una bonita relación, donde habían encajado perfectamente el uno en el otro. La confianza y cariño de años eran la base de una relación donde se habían añadidos besos, caricias y sexo.

La cena estuvo llena de brindis por el próximo bebé a quien graciosamente llamaron Butter, pero también hubo brindis por la bonita pareja que el hijo menor había formado con el chiquillo aquel que habían conocido hace tantos años, asustado, tímido y con mucha añoranza por su mamá y familia.

Los días pasaban rápidamente. Jungkook aún no se había atrevido pedirle a Seokjin vivir juntos, por lo que deambulaban de departamento en departamento. Ya habían recibido sus vacunas y pronto irían en ese viaje diplomático a Naciones Unidas. Todos los miembros estaban emocionados y expectantes por salir de Corea después de tanto tiempo, más aún en un viaje tan significativo.

—Queremos contarles algo importante—. Sus manager los habían citado en una sala de reuniones y todos se preguntaban qué era lo que sucedía—. Hemos logrado reservar el estadio Olímpico de Seúl..., pero antes que se emocionen...lo más probable es que el concierto sea online y no presencial.

Los chicos se sintieron decepcionados, habían esperado que, con la vacuna y las mejores condiciones sanitarias, al fin pudieran hacer un concierto en vivo.

—Sin embargo..., también arrendamos El So-Fi en Los Ángeles. Tendrán 4 conciertos allí. Con eso cerraremos esta etapa. Si no logran hacer el de Seúl en vivo, tal vez hagamos uno en marzo. Terminar la era, con ese concierto.

—¿De verdad? ¿Conciertos reales? —preguntó emocionado Yoongi.

—Sí, conciertos reales. En Estados unidos ya están autorizados y no creo que las condiciones vayan a cambiar.

Todos estaban felices. Ese sí que eran grandes noticias. Pronto, muy pronto volverían a ver a sus fans y subirse a un escenario... real.

Fue el tema de conversación del día. Estaban con sus agendas llenas, tenían él viaja a la ONU y, además, la noticia de los conciertos presenciales, realmente los había emocionado mucho.

Volvieron a casa en el auto de Jungkook, aunque Jin manejaba y pudo notar que su novio venía muy pensativo, cosa que Seokjin notó de inmediato. Iban al departamento de este último, por lo que no tardarían demasiado en llegar.

—¿Qué pasa JK? Estás muy callado y pensativo. ¿Estás preocupado por el viaje?, ¿por Bam?, estoy seguro que Jung-hyun lo cuidará bien.

—No estoy preocupado por eso...es sólo que...tengo sentimientos encontrados..., por una parte, estoy feliz de volver a tener conciertos presenciales...de verdad...añoro subirme a un escenario y cantar a nuestras fans y no sólo a las cámaras...pero...

—Pero...te preocupa ¿qué cosa?

—¿La verdad? Nosotros. Comenzar ese ritmo otra vez...ya sabes...hoteles, programas de televisión..., estoy tan acostumbrado a pasar la mayor parte del tiempo contigo...tengo miedo que afecte lo nuestro...

Jin lo miró de reojo. JungKook estaba genuinamente preocupado, lo podía notar en su mirada y la forma como mordía su labio. Habían llegado al edificio. Seokjin prefirió no decir nada, hasta estacionarse y subir hasta su departamento.

Al llegar, tomó de la mano a Jungkook y lo llevó a su cómodo sofá.

—Entiendo todo lo que me dijiste antes, en el auto. Sé que la vorágine de nuestra carrera y todo lo que nos está pasando, nos está llevando a estar cada vez más expuestos, y si comenzamos una gira mundial... nuestra vida volverá a cambiar...

Jungkook levantó la vista, ya que hasta el momento sólo había estado mirando su regazo y miró con angustia a Jin. Justamente ese era su temor...

—Tengo miedo..., de perderte.

—Jungkook..., es cierto que nuestra vida volvería a cambiar, pero debes entender algo...esto...lo nuestro, nuestro noviazgo, nuestra relación no va a desaparecer. Hemos estado juntos por diez años. Hemos sido amigos, mejores amigos y ahora somos pareja. Te amo y sé que tú me amas.

Nada, ni nadie va a cambiar eso. Tendremos que ser más discretos...tal vez...tendremos que ceder frente al fan service con los otros miembros...es posible..., pero recuerda que a pesar de lo que externamente vean...o crean...esto...lo nuestro es indestructible..., es fuerte, es mayor que cualquier otra cosa. Ambos luchamos contra este sentimiento por tanto tiempo y no pudimos...y me siento feliz de haberme rendido ante la evidencia preciosa que era el darme cuenta que te amo desde hace mucho tiempo y que eres el hombre de mi vida. Con el que quiero pasar el resto de mis días.

—Jin... ¿de verdad?

—Te juro JK, si el matrimonio igualitario estuviera permitido en Corea, te tomaría y te llevaría a casarte conmigo..., pero, aunque no podamos hacerlo..., te considero así...Por eso no quiero que sientas miedo de lo que pase de ahora en adelante.
—Quiero estar contigo todo el tiempo que sea posible..., no quiero dormir solo en los hoteles.

—Entonces vamos a escabullirnos a la habitación del otro..., vamos a lograrlo JK. No tengas ninguna duda, que lucharé por nuestro amor, por estar juntos. Estuvimos tanto tiempo perdiéndonos el uno del otro... ¿crees que te dejaría ir ahora?

—No quiero que me dejes ir—. Jungkook se aferró al cuerpo de Seokjin. Había tenido tantos pensamientos negativos, que se había asustado de perderlo. Pero al escucharlo, volvía a sentirse seguro, amado y protegido.

—Te amo mucho Seokjin, siempre ha sido así.

—Yo lo sé JK. Lo puedo sentir en cada una de tus miradas, en la forma como tomas mis manos, en tus besos, en la entrega cuando hacemos el amor...Ven aquí...

Seokjin no podía negar que también había tenido esa clase de pensamientos. La elección que habían tomado de ser pareja no era fácil. Eran BTS la banda más grande del mundo y tener una pareja gay era...complicado. Pero él estaba dispuesto a jugársela por Jungkook,
porque sabía que su pareja haría lo mismo. Y no importaba lo que el mundo pensara de eso. Por ahora se había hecho el firme propósito de disfrutar de cada momento que pudiera pasar al lado de su precioso canguro. Quería darle todas esas muestras de amor que por años se había tragado por miedo y culpa.

Jin, lo llevó a la cama y lo desnudó lentamente. Quería disfrutar la vista de ese precioso cuerpo. Jungkook hizo lo mismo con Jin y bajó con cuidado la cremallera del pantalón. Cuando asomó el bulto apretado en el bóxer lo libero rápidamente, llevándolo a su boca. Seokjin se dejó caer en la cama, entre gemidos y ondas de placer que la boca de Jungkook le provocaban. Le encantaba ese juego previo. Le gustaba mucho la forma como el menor abría su boca, para intentar tomar todo de él. Sentía la suavidad de sus labios tocando su carne y lo excitaba todavía más.

Cómo la lengua de Jungkook saboreaba su presemen. Cómo apretaba sus testículos, mientras chupaba y lamía la punta y todo el eje. Estaba duro y adolorido y quería correrse en esa bonita boca, así es que comenzó a moverse aferrándose a las sábanas de su cama. Jungkook aceleró mientras apretaba sus pezones y lamía y mordía con suavidad. Cuando el líquido explotó en su boca tragó todo y dejó que Jin se estremeciera. Ya con el trabajo terminado se acostó a su lado, para dejar que fuera ahora el mayor quien tomara el control. Besando sus labios con rudeza, mordiendo su cuello y recorriendo con sus manos el cuerpo firme. Ellos eran de juego previos, de caricias, mordidas, palabras de amor susurradas el uno al otro. JungKook, buscó el miembro de Jin y este se rio. Acababa de correrse y ya estaba medio duro otra vez. Efecto JK lo llamaba él. Nunca había tenido un rendimiento sexual tan alto. Ni siquiera cuando era más joven. Pero el deseo que provocara en él su precioso y amado novio y amante eran el mejor estimulante.

Quince minutos después de besarse y acariciarse Jin estaba listo. Ordenó a Jungkook ponerse en cuatro. Se puso el condón, lubricó sus dedos y lo penetró con ellos. Siempre iba a amar ese momento. El de la preparación. El de tocar su punto dulce y hacerlo gritar. Cuando estuvo lo suficientemente abierto, su pene estaba totalmente recuperado y listo para la acción. Puso una mano sobre la espalda de Jungkook y entró en él. Kook estaba en la orilla y él estaba de pie penetrándolo con vigor y dureza. Pero no había quejas, sino más bien gritos de satisfacción y placer. Busco el pene del menor y lo masturbó con fuerza, aumentado sus embestidas. Su piel chocando con la Jungkook. Su respiración agitada al ritmo de sus movimientos de pelvis. JungKook levantando su trasero, Jin seguía moviéndose y gritando.

—¡Mierda Jungkook! ¡Eres maravilloso! —sus embestidas seguían, sus ojos estaban cerrados y su mano envolvían el pene duro de Kook. Éste gritó cuando el orgasmo lo alcanzó y Jin sintió como apretaba el suyo. Se corrió y sintió como todo su cuerpo ardía y como el fino vello de sus brazos se erizaba. Jungkook se dejó caer sobre la cama y Jin se salió de él, se sacó el condón y se acostó a su lado. Disfrutaba ver esos ojos dilatados por el placer. La boca de Jungkook semiabierta recuperando el aliento.

—Quero hacer el amor una y otra vez—Jungkook lo miraba con sus ojos brillantes y dulces.

—No quiero hacerte daño, pero estaría ahí dentro de ti, todo el tiempo que pudiera.

—Tú nunca me harías daño. Lo sé. Tal vez en algún momento podamos tener alguna discusión, pero estoy seguro que nunca más volveremos a herirnos—Jungkook lo besó.

Todos aquellos pensamientos negativos que había tenido más temprano habían desaparecido completamente. Sabían que no sería un camino fácil, pero ellos podrían hacerlo, poco a poco, creciendo y madurando juntos en su relación.

—Prométeme que, si alguna vez te vuelvo a herir, de la forma como lo hice hace meses atrás, me lo dirás, no quiero que lo guardes para ti y sufras JK. Así es que, Prométemelo.

—Lo prometo. Pero tú debes hacer lo mismo. También debes prometer que me lo dirás. Si yo digo o hago algo que te pueda doler o molestar.

—Está bien. Lo prometo.

Ambos rieron, porque se dieron cuenta que una nueva promesa se creaba entre ellos. Habían hechos varias a lo largo de estos años juntos. Pero tal vez, las que comenzaban a hacer ahora eran las más importantes, las que marcarían el resto de sus vidas. Esa vida que añoraban vivir juntos.

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