Capítulo 17: La Primera Vez
Seokjin intentó ser lo más sigiloso que su ansiedad le permitía. Con su corazón a mil, llegó a la habitación de Jungkook, pero Bam destruyó todos sus intentos, al salir de su casa y abalanzarse sobre él para lamerlo y saludarlo. Al menos no había ladrado.
—¡Bam!, entra a tu casa de inmediato—. La voz autoritaria de Jungkook dio resultados y el perrito inmediatamente se volvió a acostar, luego de oler un par de veces más a Jin.
—¿A mí también me vas a dar órdenes? —preguntó divertido Jin. Los nervios lo estaban matando.
—No es una mala idea, ven aquí. Acuéstate conmigo—Jungkook movió el edredón invitando a Jin a entrar a su cama.
—No sé si es buena idea..., los chicos nos pueden escuchar...
—No vamos a hacer nada bullicioso. Sólo quiero que vengas aquí y me beses mucho, me lo debes Kim Seokjin, por haberme hecho esperar tantos años.
El cuerpo de Jin se movió rápidamente hacia la cama y se metió en ella. De inmediato sintió el calor que el cuerpo de Jungkook irradiaba. Estaba vestido, pero, aun así, su sensualidad era evidente, al menos para él.
Jungkook de inmediato se volcó al cuerpo de Jin envolviéndose en él y buscando con desesperación su boca. Éste no se hizo de rogar y lo besó con pasión. Entendiendo absolutamente, que, al fin, su JK era un "hombre libre". Los pequeños gemidos que hizo lo encendieron de inmediato y su erección rápidamente se apretó sobre el cuerpo de Kook.
—Te pusiste duro sólo con un beso—susurró Jungkook con un dejo de orgullo y diversión, moviendo su mano hacia el pene que aprisionaba su vientre, provocando un pequeño gemido de Seokjin.
Éste cerró sus ojos intentando contenerse. Era la primera vez que tenían un toque tan íntimo. Era la primera vez sintiendo la mano masculina, pero suave de Jungkook sobre su sexo. Y a pesar de todas las sensaciones físicas que eso le provocaba, algo golpeó sus emociones. Era real, era el saber que un nuevo grado de intimidad se formaba entre ellos y se hacía realidad.
Buscó otra vez la boca de Jungkook, quien una vez más lo recibió ansioso y con deseo. Sus lenguas ya estaban jugando, mientras seguía sintiendo la mano del menor sobre su cada vez más grande erección. Por lo que él no se quiso quedar atrás y metió sus manos en el pantalón para acariciar el trasero redondo y firme de su Kook. Una ola de excitación lo invadió. Era verdad, muchas veces se habían toqueteado o golpeado mutuamente los traseros, pero ahora era diferente. Tenía otra connotación. No era un juego, o si lo era, era muy ardiente. Sus ojos no mentían cada vez que se había deleitado con el cuerpo desnudo de Jungkook, pero ahora, sentirlo en sus manos y en todo su cuerpo era una sensación nueva y estimulante.
Jungkook se acercó todavía más al cuerpo de Jin y se retorció. Comenzó a masturbarlo. Seokjin entonces hizo lo propio y movió su mano hacia el pene duro de Jungkook. Lo había visto desnudo y sabía el tamaño, pero era diferente tocarlo y sentirlo duro, por él y para él. Volvieron a besarse con pasión para acallar los gemidos que no querían que los demás miembros escucharan.
Cuando Seokjin notó que Jungkook se tensaba bajo su toque, comenzó a mover su mano en forma más rápida.
—Córrete para tu Jin, JK........ Fueron las palabras mágicas que Jungkook necesito para ahogar un gemido y correrse en la mano grande de Seokjin. Aun con el miembro del mayor en su mano, Jungkook abrió los ojos y se dio cuenta que Jin seguía duro, por lo que comenzó un vaivén con su mano, hasta que sintió como el semen la cubría. ¡Se sintió perfecto! Ahora, ambos tenían la esencia del otro. Un acto sexual íntimo, pero lleno del amor y deseo contenido en tanto tiempo.
—¡Te amo tanto! —. Jungkook lo dijo en apenas un susurro, pero suficiente para que Seokjin se sintiera embargado por la emoción. Estaban juntos. No era un sueño, no era una fantasía ni un pensamiento que solía creer era equivocado. Estaba en la cama con el hombre que había amado y que amaba tanto. Lo volvió a besar y Jungkook sonrió con sus ojos preciosos formando arruguitas. ¡dios! Se sentía tan enamorado, que incluso, deseaba decirle un millón de cosas cursis y bonitas. Esas que en las películas los protagonistas se decían. Porque al fin se sentía correcto y completo.
—Yo también te amo, JK. ¡Tanto! No sé cómo voy a poder estar sin tocarte, estos dos días que nos quedan aquí. Quiero decírselo ya a los chicos, necesito que esto deje de ser un secreto. Porque quiero que vivamos esta relación libremente. Sé que no podemos hacerlo públicamente, pero en nuestra vida privada, no quiero esconderme de nadie.
Jungkook estuvo de acuerdo. Ya habían sacrificado buenos años de este amor tan bonito, pensando que no era correcto quererse, que tampoco tenía ganas de seguir ocultándolo. Sabía que no sería fácil. Sólo esperaba que sus mayores no los cuestionaran.
—Ahora me voy a ir—dijo Jin, intentando salir del amarre de brazos y piernas en que lo tenía envuelto Jungkook—o voy a perderme en tu olor y tu cuerpo y no quiero hacer el amor a escondidas. Ya tendremos nuestra oportunidad.
Con pena, pero entendido, Jungkook dejó esa noche ir a Seokjin. Se levantó para limpiarse un poco y se quedó un rato pensando en cómo serían las cosas de ahora en adelante. Se sentía tan diferente. Siempre que había tenido una pareja, era como si en realidad no formara parte realmente de su vida. Jamás había llevado a nadie a su casa en Busan, y probablemente tampoco nunca había usado la palabra "novio". Mordió su labio emocionado y no pudo evitar dar un suspiro. Ahora sí quería llamar a Seokjin "su novio". En realidad, quería llamarlo de mil maneras cariñosas, como siempre había soñado que sería cuando encontrara a la persona indicada y definitiva. Tal vez había demorado un poco el destino en ponerlos juntos, pero ya no importaba. Estaba con la persona correcta y con quien esperaba pasar el resto de su vida.
Dos días después dejaban ese hermoso lugar y debían volver a su realidad. Ellos habían conservado su distancia normal, aun cuando el último día, Jin no aguantó y fue a despertarlo, lanzándose a su cama y envolviéndolo por atrás, haciendo "cucharita". Le había susurrado algunas palabras muy suaves, que esperaba los micrófonos no hubieran captado y luego le preparó el desayuno. Jungkook estaba muy agradecido de todo eso. Significaba que Seokjin estaba en la misma sintonía que él y que ya no habría vuelta atrás.
El día que volvieron a Seúl, cada uno pensaba ir a su respectivo hogar, pero Seokjin les pidió que llegaran todos al dormitorio común.
—¿Sucedió algo hyung? —Preguntó un poco preocupado Hoseok. Era extraña la petición, considerando que habían pasado cinco días juntos.
—No es nada grave, pero necesito decirles algo muy importante y no quiero que pasen más días. Además, nuestras agendas últimamente raramente coinciden. Por favor, no les quitaré mucho tiempo.
Por supuesto que todos los miembros estuvieron de acuerdo. Después de todo sería agradable estar todos juntos en casa, como antes.
Así que las camionetas se dirigieron hacia el complejo donde todavía conservaban su departamento grupal. Jin y Jungkook viajaban separados y simplemente se habían enviado mensajes de texto, primero bromeando un poco sobre la situación y la noticia que le tenían preparada a los miembros y luego los mensajes se transformaron en promesas de una noche ardiente y feliz.
Media hora después que aterrizaron en su hogar y que los miembros se pusieron cómodos, Seokjin y JungKook esperaron que los productores y manager los dejaran solos. Ahora todos estaban reunidos en la sala principal, preguntándose qué era lo que Seokjin tenía que decirles.
Al fin estaban los siete. Bromeando y discutiendo todavía cómo habían sido de agradables los días pasados y con Bam dando vueltas por todas las habitaciones.
Seokjin miró a sus compañeros de tantos años y tragó saliva. Los quería tanto. A cada uno de una manera especial, tal como ellos eran. Sabía, además, que cada uno de ellos también lo amaba. A pesar de ser menores que él, había aprendido mucho de todos y se sentía agradecido. Por eso ahora estaba un poco asustado. Pero esto, lo que iba a decir, se lo debía a Jungkook y a sí mismo.
Jungkook por su parte no estaba mejor. Estaba nervioso. Siempre había mirado a sus mayores con respeto y admiración. Tal como siempre decía, cada uno de ellos le había enseñado un poco a vivir. Un pedazo de cada miembro era parte de su esencia como persona y hombre.
Nunca ninguno lo había juzgado de mala manera y le habían enseñado el valor de compartir y dar lo mejor de sí.
Al fin ambos estaban frente a los demás, asustados innegablemente, pero también esperanzados de que finalmente sus compañeros, amigos, familia..., pudiera aceptarlos. Jungkook buscó su mano y entrelazaron sus dedos. No pudieron evitar darse cuenta como todos los ojos fueron directo a ese gesto.
—Sí, como pueden ver, la razón del porqué les pedí reunirnos es esta— alzó sus manos entrelazadas—. Porque después de muchos años de negación, al fin Jungkook y yo hemos decidido no mentirnos más y estamos juntos. Estamos enamorados...bueno es más que estar enamorados. Supongo que esa etapa la pasamos hace mucho..., yo lo amo y él me ama.
—¡Me muero de felicidad! —Jimin fue el primero en saltar de su asiento y correr a abrazar a la pareja—. Estoy feliz por ustedes y siento que en algo contribuí a esto...Yoongi hyung y yo, ya no soportábamos verlos separados.
El aludido se puso rojo, al ver el rostro serio de Namjoon y Hoseok que lo miraban con el ceño fruncido y cómo esperando una explicación.
—En realidad no hicimos nada...ellos son adultos y toman sus propias decisiones—se excusó rápidamente.
—Yoongi hyung tiene razón. La decisión la tomamos ambos, en plena conciencia de lo que significa, de los riesgos y de haber roto una de nuestras promesas, pero...—suspiró Jungkook—no se puede ir contra los sentimientos, sobre todo contra algo que reprimimos por años. En parte por sentirnos responsable de cumplirles a ustedes y al grupo y en parte por nuestros propios temores. Sólo esperamos que lo puedan entender.
El silencio que siguió fue un poco incómodo. Taehyung quería también felicitarlos, pero no quería pasar a llevar a los dos mayores que no habían dicho nada. Porque si bien Namjoon era el líder, Hoseok también era una figura de respeto y admiración.
—Para ser sincero, creo que todos los de esta sala, hemos estado esperando esto por años—comenzó Namjoon—. La verdad, en más de una ocasión creí que ustedes estaban juntos. Luego los veía aparecer con algún chico y me preguntaba que era realmente lo que pasaba entre ustedes.
—Nunca hubo nada Nam...hasta hace unos días. Luego de mi rompimiento con Jun-Ho y haber vivido esa relación tan mal, me di cuenta que estaba perdiendo mi vida y mi tiempo. Porque la única persona con la que deseaba estar era Jungkook. Algo en estos últimos meses de depresión, la pandemia, todo, contribuyó a darme cuenta que debía aceptar lo que sentía. Aun con los costos que implica.
Hoseok seguía en silencio. Seokjin y Jungkook sabían que podría ser quien pusiera más resistencia. Él había sido de la idea de la promesa de no involucrarse sentimentalmente, entre ellos. Y habían fallado.
—Estoy de acuerdo con Namjoon. También muchas veces pensé que tenían una relación secreta. Supongo que todos lo pensamos en algún momento, por la forma como ustedes dos siempre se relacionaron. Y no es que no esté feliz por ustedes chicos—Hoseok miró primero a Jin—.
Hyung..., después de verte con ese tipo..., realmente no entendía que pasaba por tu mente y corazón...y ahora tú y Kookie...
Taehyung entonces se cansó. Se estaban dando demasiadas vueltas en algo que era simple y sencillo. En la sala había dos hombres enamorados. Que se amaban, desde hacía muchos años y al fin concretaban su amor. Eso era todo. Ellos no tenían derecho a opinar o involucrarse. Simplemente debían apoyarlos y felicitarlos. Y fue exactamente lo que hizo. Se levantó de su asiento y fue hasta la pareja, abrazándolos a ambos.
—No saben lo feliz que me hace saber que al fin están juntos. Durante todos estos años los vimos sufrir por el otro, sin que probablemente ni siquiera ustedes se dieran cuenta. Ahora todo eso quedó atrás. Tienen mi cariño y apoyo. Y ustedes dos—dijo, hablándole a Namjoon y Hoseok—deberían decir y hacer lo mismo. ¿No es acaso esto más importante que los miles de pensamientos que tienen en este momento? Que si las fans se dan cuenta..., que lo que va a decir la empresa...y un largo etcétera, que no tiene ninguna importancia.
Namjoon movió la cabeza y sonrió. Amaba el pensamiento práctico de Tae. Y mierda, tenía razón. Estaba actuando como un imbécil.
Preocupado de las repercusiones que esto podría tener. Y en lo que dirían los ejecutivos de Hybe al enterarse. Si bien la crisis había sido años atrás, cuando se enteraron que dos integrantes eran gay y otros dos bisexuales. Por lo que cuando comenzaron a aparecer con chicos como parejas, habían puesto el grito en el cielo. En ese momento los siete miembros se mantuvieron firmes. Nadie podía intervenir en sus gustos personales y orientación sexual. Ellos podían salir con quien quisieran, dentro por supuesto de la discreción que eso requería.
—Como otras veces, Taehyung tiene razón. Estoy pensando en las consecuencias y no en el hecho que dos de mis amigos son ahora una hermosa pareja, una que todos imaginábamos, en algún momento se concretaría. Lo siento chicos. Estoy feliz de verlos así, juntos y pase lo que pase estaremos unidos como siempre.
Todas las miradas se dirigieron entonces, al pobre Hobi, que tenía el rostro rojo, por ser el centro de atención en ese momento. Y no sabía bien cómo decir lo que pensaba. No es que no estuviera feliz. Realmente lo estaba. No podía pensar en una pareja más bonita que la que formaban Jin y Jungkook, porque, además, parecía que estaban hechos el uno para el otro. Siempre con ese magnetismo que daba la sensación que nada, ni nadie los podría separar. Eran otras cosas que le preocupaban. Cuando pidió hacer aquella promesa, eran mucho más inmaduros. Le preocupaba que, si las cosas no salían bien, repercutiera en la dinámica del grupo. Ellos discutían mucho cuando era más jóvenes, incluso algunos habían llegado a los golpes, pero a lo largo de loa años habían ido construyendo la confianza suficiente para hablar entre ellos y mantener sus legítimas diferencias. Cada uno era muy distinto del otro y siempre se preguntaba cómo era que esas siete almas habían congeniado para ser lo que eran ahora. Entonces, le preocupaba que, si la relación terminaba, especialmente considerando la edad de Jungkook, repercutiera directamente en la banda.
—No me odien. Yo también estoy feliz. ¿Cómo no voy a estarlo, si veo sus caras y a ambos le brillan los ojos? Están resplandecientes y nunca los había visto así..., nadie podría cuidar mejor de JK que tú hyung y nadie podría hacer más feliz a hyung que tú Kookie...es sólo que tengo miedo de cómo las cosas pueden cambiar entre nosotros... ¿qué pasará cuando discutan? O si llegan a terminar...
—Hyung, si discutimos lo resolveremos como lo hacemos siempre...hablando y sin involucrarlos más de lo necesario. Lo prometemos. Seokjin y yo prácticamente no discutimos nunca. La última vez fue por una tercera persona..., pero sabes que nuestra relación es muy buena.... Además, no pienso dejar a Seokjin por los próximos... doscientos años, de ser posible...he estado amándolo desde que tengo diecisiete o dieciocho años..., ahora tengo veinticinco y créeme, no voy a soltar a este hombre...
Seokjin rio nervioso. Su ojo temblaba. Él no quería crear ningún conflicto con el resto de los miembros. Y a la vez, las palabras de Jungkook lo llenaban de orgullo.
—Hobi..., deja de preocuparte. No vamos a revelar esta relación. Intentaremos ser discretos frente a las cámaras. El fan service siempre es una buena excusa. Incluso hoy, hay fans que nos vinculan sentimentalmente, pero también hay otros miles que creen que JungKook tiene una relación con Jimin o Tae. O incluso que tú yo estamos juntos.
Ante ese último comentario, Hoseok se sonrojó. No le gustaba el fan service. Sabía que debía existir, porque la empresa le encantaba explotarlo, pero se negaba a ceder a esas peticiones. Aun así, sabía todo lo que había detrás de eso. Había visto fan cam, Fan Art e incluso había leído algunas historias en inglés que lo habían incomodado un poco.
—Está bien, no quiero parecer un aguafiestas o un viejo gruñón. Estoy feliz de verlos así, tan enamorados. Sólo quiero protegerlos de malos comentarios. Supongo que para la agencia tampoco es lo mismo que salgan con chicos que hasta ahora han pasado un breve tiempo con algunos de ustedes a que dos miembros estén en una relación amorosa. Imagino que necesitarán de todo nuestro apoyo.
—Sinceramente, no me interesa lo que tengan que decirnos. Es decir, respetaremos el mantener esto en secreto y cuidarnos delante de las cámaras. Pero yo amo a Jungkook y él a mí y eso es difícil de ocultar. Intentaremos ser discretos en nuestras salidas..., pero estaremos listos si en algún momento algo se filtra.
Hoseok los miró con esa sonrisa brillante que los llenaba siempre de optimismo y abrió sus brazos, acercándose a la pareja.
—No quiero que piensen que no estoy con ustedes—. Hoseok los envolvió a ambos en un abrazo cálido y lleno de cariño—. No saben cómo a veces sufrí por verlos separados, intuyendo que querían todo lo contrario. Me sentía culpable, por haberles hecho prometer algo que no se podía controlar. Tal vez en esos momento no me di cuenta y tampoco me atrevía a decirles nada, porque a veces tal como Nam, no entendía que pasaba por sus cabezas, con todos esos chicos desfilando frente a nosotros. Pero ahora, al fin están juntos y me llena de felicidad. Los amo a los dos, y lo saben.
JungKook ya no lo soportó más y comenzó a llorar. Había aguantado lo que más pudo la tensión. Estaba asustado, porque por una parte se sentía egoístamente feliz por estar al fin con Seokjin, pero por otra, tenía miedo de la reacción de los miembros. Especialmente Hoseok que era alguien tan especial y cercano para él. Por eso, cuando su hyung lo abrazó y le sonrió tan alegremente, no pudo evitar soltar sus lágrimas.
—Oh...Jungkookie no llores...—Hoseok trató de consolarlo. Le recordó al pequeño que se había lanzado a sus brazos el día que había decidido dejar el grupo hace tantos años atrás y que le rogaba que se quedara—. Todo va a estar bien. Hyung y tú van a estar bien. Lo sé. Ya no llores.
Jungkook se separó de Hobi y secó sus lágrimas. Taehyung se les acercó y volvió a abrazarlos. Lo mismo Jimin. Yoongi, les dio unos golpecitos en la espalda y sonrió feliz. Sabía lo que esto significaba para ambos. Los había visto y sentido durante estos últimos años.
Luego de aquello, se formó un ambiente cálido y lleno de alivio. Por años ellos habían visto a la pareja en una relación cercana, intima, pero también llena de tensiones producto de los sentimientos no declarados. Verlos ahora juntos se sentía como volver a respirar normalmente.
—Gracias a todos por haberlo comprendido. JK y yo prometemos que intentaremos que nuestra relación no interfiera con nuestro trabajo profesional. No queremos incomodarlos de ninguna manera.
—Yo quiero que se besen—interrumpió Jimin—. He esperado tanto por este momento, que necesito una prueba real, que ahora son pareja.
Seokjin sonrió y le dio un pequeño beso en los labios a JK, quien se sonrojó de gran manera. Su corazón latiendo a toda prisa, ante el gesto lleno de amor de Jin, y al sentir su mirada preciosa sobre él. Con adoración y amor.
—Te amo—le respondió JK y Jimin aplaudió y gritó de la emoción.
La noche finalizó con ellos comiendo juntos y riéndose con Bam, que ya se había aburrido de dar vueltas por todo el departamento. Finalmente, la nueva pareja, tomó a su bebé y fueron al departamento de Seokjin.
Los dos estaban un poco ansiosos y nerviosos. Era su primera noche solos y ambos sabían lo que vendría. Y era tal vez un poco tonto, sentirse así. Como si fuera la primera vez en sus vidas que fueran a tener sexo. Como si ninguno supiera que hacer, aunque se conocían lo suficiente para saber todo acerca del otro. Luego de lograr que Bam se quedara tranquilo en su casa, fueron a ducharse por separado.
Seokjin fue el primero en estar listo. Sabía que Jungkook se tomaría su tiempo. A él también le agradaban las duchas largas, pero era tanta su ansiedad que no se había tomado mucho tiempo. Estaba nervioso. Como en cualquier relación, la confianza era lo principal al momento de llegar a la intimidad sexual. Pero él se sentía doblemente responsable. Era su JK a quien tendría esta noche en su cama. Sentía tanta necesidad y deseo, que tenía miedo de lastimarlo. Se acostó en su cama, con las sábanas tocando su piel.
Cuando su precioso hombre apareció en su dormitorio, sólo con su bóxer blanco y una sonrisa tímida, sintió que su corazón se aceleraba a un ritmo apremiante. Todo su cuerpo, todos sus sentidos reaccionaron ante aquella maravillosa imagen. JK era precioso. Sus pectorales grandes y firmes, su pezón perforado por un piercing. Sus abdominales firmes, su cintura pequeña y sus caderas perfectas, desde donde Jin pensaba empujar muy fuerte. Se endureció de inmediato y estiró sus manos. Quería tocar todo, acariciar cada pedazo de piel, y a la vez quería hacerlo sentir cómodo y satisfacerlo hasta que vibrara en su cuerpo.
Jungkook subió a la cama y se acostó sobre Jin. A este no le importó sentir el peso. La sensación de estar piel con piel, pecho con pecho era abrumadoramente estimulante. Simplemente tomó su rostro y lo besó. Barrió con su lengua, labios, dientes, boca, para luego morder su mentón, chupar su cuello, mientras movía sus manos hacia la espalda perfecta. Sus tatuajes brillando en su piel.
Con firmeza lo tomó y lo dejó bajo su cuerpo y comenzó a recorrerlo, tal como había soñado, con hacerlo muchas noches. Besó su cuello, cada lunar pasó por sus labios. Besó sus hombros, mientras sus dedos apretaban los pezones y Jungkook simplemente gemía de placer, disfrutando de cada caricia que recibía. El menor sentía su piel arder, sus manos simplemente pellizcaban la espalda de Jin, mientras sentía como sus penes se rozaban, al ritmo de los besos ardientes. Se relajó y se entregó sumisamente al hombre que amaba. Confiaba en él, confiaba en que lo cuidaría y lo llenaría de placer.
Seokjin bajó hasta su ombligo, bebió de su cuerpo, para calmar toda esa sed de años de deseo. El hombre que tenía ahora en la cama era perfecto, bello y lo más importante era suyo. Su Jungkook. Era él quien estaba dándole placer y excitación. Jungkook entonces tomó la cabeza de Jin y lo empujó más abajo. Quería ser chupado, quería tener esa boca gordita y rellena sobre la punta de su pene. Y cuando al fin sintió un beso ahí, gritó. Pensó que se correría sólo con ese gesto, pero intentó controlarse y simplemente se dejó chupar, lamer, tragar.
—Eres hermoso JK—dijo Seokjin soltando su miembro—Mi precioso novio, mío y sólo mío—decía mientras seguía besando el interior de sus muslos, pasando su lengua por testículos, y tragando una vez más su pene.
—¡Jodeme por favor! —rogó Jungkook. Quería sentirlo, quería experimentar la sensación de tenerlo dentro de él, moviéndose y haciéndolo suyo.
Seokjin buscó el lubricante y comenzó con sus dedos a prepararlo. Se sentía halagado que Jungkook se lo hubiera permitido. Al introducir el primer dedo y sintiendo como Kook se removía y luego se relajaba, se sintió dueño del mundo. Era tan lindo ver a ese chico de ojos grandes, mandíbula perfecta, mordiéndose el labio de placer..., cuando introdujo el segundo y el tercer dedo, buscó su próstata, quería aminorar la quemazón y hacerlo vibrar.
—¡No juegues así! ¡Vamos Seokjin, te quiero dentro! —Jungkook lo quería, lo ansiaba...
Seokjin se puso el condón, con sus manos temblando de emoción y expectativa. Se alineó y entró poco a poco, mirando a Jungkook que le sonreía perversamente.
—No tienes que ser suave..., sabes que quiero hacerlo rudo contigo...
Seokjin sintió como su pene se ponía más duro, si es que eso era biológicamente posible, mientras lo penetraba. Lo miró y también sonrió perversamente. ¿Quería rudeza?, él la tendría.
Comenzó entonces a moverse. El cuerpo de Jungkook estaba caliente, su agujero estaba caliente. Su mirada, todo en él...¡ardía! y Seokjin sentía que su cuerpo también era una bola de fuego que quería arrasar con todo. Apoyó sus manos en la cama y besó a Kook. Metió su lengua con rudeza, igual como su pene entraba con rudeza al cuerpo de Jungkook. Este apretó lo pezones de Jin y respondió el beso con lengua, saliva, ganas y deseo reprimido por años...Al fin, al fin estaban ahí en la cama, jodiendo o haciendo el amor..., porque en ese momento eran ambas, mezcladas. Deseo, lujuria, y un amor desesperado y necesitado.
—Eres tan lindo, tan apretado, tan mío, tan sumiso...—Seokjin lo miraba y seguía entrando duro en él, rozando su próstata y masturbándolo a un ritmo que Jungkook sabía no iba a aguantar por mucho más. Soltó sus piernas, para permitir que Jin pusiera una sobre su hombro, así podía entrar mucho más profundo.
—Tú eres hermoso. Perfecto. Tu cuerpo, tu precioso rostro y ese maravilloso pene dentro de mí...—Jungkook ahogó un gemido, cuando Jin tocó otra vez su próstata y tocó la punta de su pene con sus dedos largos...—Me voy a correr...—alcanzó a decir.
Seokjin aceleró, su mano masturbándolo, mirando al precioso chico que amaba hasta la médula. El semen saltó al vientre de Kook y a su mano. Esa imagen...fue...perfecta. Aceleró y alcanzó su clímax gritando el nombre de Jungkook. Se dejó caer sobre él, para besarlo, una y mil veces y todas las que fueran necesarias, para agradecerle por haberle permitido gozar de ese momento.
—Me has hecho un hombre feliz. No sabes lo preciso que es para mi esto..., tenerte en mi cama, es un regalo...te amo JK—dejó un suave beso en sus labios y se enderezó para tirar el condón y buscar algo para limpiarse.
Jungkook lo miraba con sus ojos cristalizados. Todavía estaba en la nube que el placer sexual regalaba, pero no sólo era su cuerpo el que se mantenía sensible y caliente. Sus sentimientos también bullían de calor y excitación. Cuando Jin volvió hasta él y comenzó a limpiarlo suavemente, dejó que finalmente las lágrimas salieran.
—Por favor...dime que no fui un desastre en la cama—le dijo Jin al verlo llorar.
—Sabes que no es por eso que lloro...eres el mejor amante que podría tener...yo sólo...estoy feliz, abrumado, jodido..., pero feliz. Ven aquí por favor...
Seokjin se metió a la cama con él. Lo abrazó y besó todo su rostro. Jungkook por su parte se acomodó en su pecho y también lo llenó de besos, sintiéndose amado y protegido.
Era su primera vez y estaban seguros que vendrían muchas más..., todavía tenían tanto que explorar juntos, tantos lugares que besar, que tocar...pero por esa noche, decidieron simplemente dejarse llevar por el cansancio, por la hermosa sensación de haber sido un solo cuerpo. Se quedaron dormidos, abrazados sonriendo y pensando en un maravilloso futuro...juntos.
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