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Capitulo 11
¿Enamorado?

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Zoro miró su palma picante aturdido, las palabras que hace tantos meses le dijo Koshiro-sensei aún rebotaban en su cabeza como si fueran una especie de pelota saltarina que no para de chocar en su cerebro y sigue rebotando para golpearlo ocasionalmente... Él estaba.... ¿Enamorado? ¿Él estaba enamorado de su mejor amiga?

Su boca se abrió como pez fuera del agua y aturdido miró su lugar de entrenamiento, aun no digería completamente esa información, pero... pero tal vez era verdad, de otro modo, ¿Por qué seguiría pensando tan seguido en ella? ¿Por qué el mundo se veía tan gris, frio y monótono si no estaba ella para alegrar sus días con sus silbidos?

Mientras más lo intentaba negar, más obvio se le hacía hasta que finalmente lo aceptó de mala gana y muchas cosas empezaron a cuadrar en su mente, la forma en que él siempre estaba atento a ella, como intentaba protegerle de todos y de todo, las veces en que se escapaba para golpear anónimamente a todo aquel idiota que se burlara de su amiga, ya sea por su nombre o por ser muda, la forma en que se culpaba cuando no veía que ella estaba sufriendo o las veces en que quería asesinar tan mal a los padres de su mejor amiga.

O sea, esos bastardos abusaban de ella de manera física y mental, la rompían hasta un punto inimaginable para degradarla a solo un objeto de intercambio para un señor pervertido que quisiera casarse con una jovencita... entonces, él entendió todo lo que nunca antes se había imaginado y encontró la principal razón por la que él seguía pensando constantemente en ella.

Decidió que tal vez sería un amor pasajero, pero mientras pasaban los años no podía evitar pensar más y más en ella, sus ojos, su cabello, su figura, ¿Estaría más alta? ¿Sería igual de delgada o habría engordado un poco? ¿Sería una buena espadachina? ¿Qué era de ella? ¿Era una caza recompensas? ¿O era un marine? ¿Tal vez sería un pirata? No, de lo contrario su recompensa seguramente sería tan alta como su infamia.

Zoro de dieciséis años miró fijamente la aldea y se dio la vuelta mientras caminaba a las afueras del lugar tranquilamente, sabiendo que él nunca volvería a ese sitio a pesar de los años, a menos de que se encontrase con su Gumi y ella quisiera venir, él no podría negarle nada cuando habían pasado años desde la última vez que se vieron o si quiera se comunicaron o pusieron en contacto.

Él simplemente no podría volverla a tener lejos de él.

El adolescente suspiró a la vez que se alejaba del pueblo y una sonrisa sangrienta aparecía en su rostro, ya lejos soltó una risita casi diabólica mientras miraba con cariño sus espadas.

Ah... se había sentido tan bien matar a los padres de Gumi, convenientemente él había escuchado unas horas antes sobre como un par de piratas o bandidos estaban planeando un ataque a la aldea, ¿La suerte estaba de su lado o era el destino que él asesinara a los padres de su chica? De todas formas, ellos iban a atacar tarde o temprano la casa de los padres de la mujer, por lo que él aprovechó de asesinarlos silenciosamente y robarles algunas cosas, haciendo que pareciese que fuese un robo para que culparan a los bandidos de sus delitos.

Mmm... con una sonrisa en su rostro sus pensamientos eran felices sobre como quería celebrar la muerte de los desgraciados que alejaron a su Gumi de él, Zoro gimió internamente al recordar uno de sus sueños calientes que empezó a tener una vez mientras crecía y su lívido empezaba a aumentar.

Maldita sea, nunca se había interesado por ninguna mujer y nadie lograba ponerlo duro a menos de que imaginase esos labios rosados como melocotón entreabriéndose y soltando ligeros suspiros, con ojos brumosos como pozos de cerezos, oh dios, si no fuese porque ella era muda la haría gritar su nombre.

Ugh, dejemos esos pensamientos obscenos y pervertidos para otro momento, no quería tener una erección en mitad de su camino a otro lugar que no sea la villa Shimotsuki.

Zoro gruñó molesto cuando un grupo de piratas empezó a molestarlo una vez que llegó a su siguiente parada, un pequeño chasquido de su lengua demostró lo terriblemente irritado que estaba y terminó pateando el rostro de uno de los piratas que estaban haciendo llorar a una niña, que al parecer o se quedó sin palabras o era muda.

—¡Dejen en paz a mi hermana, idiotas! ¡Ella no dirá nada porque es muda, tontos imbéciles! —exclamó un niño lloroso abrazando a la niña protectoramente.

Oh, ahí está su respuesta... respuesta que lo irritó aún más de lo que ya estaba, ¿Cómo demonios se atrevían a molestar a una niña que no puede decir palabra ni pedir ayuda? ¡Estaba indefensa! ¿Y cuántos años máximo parecía tener? ¿Cinco, seis años?

Luego de patearles el trasero, cortarlos y refrescarse un poco, Zoro se palmeó las manos con una sonrisa satisfecha y miró como en una de las paredes de la calle había dos carteles de recompensas de dos de los seis tipos que acababa de matar, por lo que tarareó complacido a la vez que una extensa y fina sonrisa aparecía en su rostro, haciéndolo lucir casi un poco demoniaco.

Un poco de dinero extra nunca hacía daño, ¿no? Aparte de que ahora como no tenía un paradero fijo, significaba que tendría que arrendar algunas piezas y buscar alojamiento, incluso tener que ir a locales o bares para comer algo si es que tenía el dinero, para no caer en la molestia de tener que cazar su propia comida.

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Me equivoqué al subir caps, lo siento uu