Electricidad
—Quiero que regreses a nuestra casa. Yo resolveré esto.
—¿Qué vas a resolver?
—No hagas más preguntas y ve a recoger tus cosas. Mañana a primera hora te irás. No debí traerte aquí.
No entiendo su actitud. Al principio quería que viniera con él, y ahora de repente me dice que me vaya. ¿Cuánto tiempo más va a durar esto? Esta situación se está tornando insoportable. Si esto continúa así, me iré de vuelta a mi país. Me sentía mejor cuando recién nos casamos. Ahora las cosas han estado cambiando más de lo que puedo soportar.
No me sentía bien abandonando la casa en un momento como este. Sé que Aníbal estaba pasando un mal momento, al igual que su familia, pero me presionó a qué me fuera. Solo por no ocasionarle un disgusto, le hice caso. Es solo que ahora, encontrándome sola en estas cuatro paredes, no es agradable. Quedó en comunicarse conmigo ahora en la noche, pero todavía estoy en espera de su llamada. No sé cómo están las cosas por allá. Está atravesando un momento difícil y yo aquí, lejos de él. ¿Qué clase de esposa soy?
Me acosté en la cama a ver películas, me rehusaba a dormir sin saber algo de él. Escuché la puerta de entrada y me levanté corriendo. ¿Será que quiso sorprenderme viniendo a casa conmigo? Sabía que no me dejaría sola. Frené de golpe en la puerta de la habitación, al toparme cara a cara con Dereck.
—¿Qué hace usted aquí? — retrocedí—. ¿Dónde está Aníbal?
—Tu eres su novia, se supone que eso debas saberlo tú, ¿no? Que linda habitación tienes — pasó por mi lado y encendió las luces para ver mejor el cuarto.
—¿Qué cree que hace? En primer lugar, ¿cómo entró a mi casa? ¿Con qué derecho irrumpe en mi casa y en mi habitación? Váyase o llamaré a la policía.
—Que dramática. Ni que fuéramos completos desconocidos. ¿Estabas viendo una película sola? Que triste y solitaria vida, ¿cierto?
—¿Por qué no se marcha?
—Veámosla juntos; cuñado y cuñada.
—Esto se puede malinterpretar. A mi novio no le haría feliz en lo más mínimo encontrarlo aquí.
—¿Ves a tu novio por alguna parte? Me temo que no lo verás por un tiempo.
—¿Por qué lo dices?
—¿No deberías saberlo tú? Digo, eres su cómplice.
—¿Cómplice? ¿De qué?
—Cuñada, tengo curiosidad. ¿Sueles vestirte con pijamas de Peppa Pig todo el tiempo?
—Salga de mi casa inmediatamente.
—¿Me dirige al menos a la puerta?
Este tipo es un bribón. Suspiré pesadamente y le señalé la puerta de mi habitación.
—Si se las arregló para entrar, entonces puede arreglárselas para salir — le sonreí con los dientes de atrás.
Apagó la luz y en ese instante sentí su empujón contra la puerta. Su acercamiento era más de lo que podía soportar. Se veía muy poco gracias a la claridad del televisor, pero ese poco era suficiente para tensar cada músculo de mi cuerpo.
—Ay, que distraído. Si no querías dejarme salir, podías habérmelo dicho y no te cruzabas de esa forma tan peligrosa en la puerta — su aliento caliente chocó en mi hombro y erizó toda mi piel, obligándome a tragar grueso.
—Usted es un bribón...
—¿Lo soy? — su mano agarró mi muñeca y una electricidad corrió velozmente por mi piel—. Hueles exquisita, calabacín — murmuró a centímetros de mi hombro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro